ANÁLISIS DE LA SEGUNDA DEFINICIÓN DE VIRTUD DADA POR MENÓN
SÓCRATES. Por lo tanto, puesto que existe para todos una misma virtud, trata de decirme y de recordar en qué la hacéis consistir Gorgias y tú.
MENÓN. Si buscas una definición general, ¿qué otra cosa es que la capacidad de mandar a los hombres?
SÓCRATES. Es, en efecto, lo que yo busco. Pero dime, Menón: ¿consiste la virtud de un hijo o de un esclavo en ser capaz de mandar a su dueño? ¿Y te parece que pueda permanecer esclavo en el acto mismo en que mande?
MENÓN. No me parece, Sócrates.
SÓCRATES. Eso sería contra razón, querido mío. Considera ahora lo que voy a decirte. Haces consistir la virtud en la capacidad de mandar, ¿no te parece que añadamos justamente, y no, injustamente?
MENÓN. Ese es mi parecer, porque la justicia, Sócrates, es virtud.
SÓCRATES. ¿Pero, es la virtud, Menón, o alguna especie de virtud?
MENÓN. ¿Qué quieres decir con eso?
SÓCRATES. Lo que puedo decir de cualquiera otra cosa; por ejemplo: diré que la redondez es una figura; pero no diré simplemente que es la figura, y la razón que tendría, para explicarme de esta manera, es porque hay otras figuras.
MENÓN. Hablas perfectamente. Convengo, por mi parte, en que la justicia no es la única virtud, y que hay otras.
SÓCRATES. ¿Cuáles son? Nómbralas, como yo te nombraré las otras figuras, si me lo exiges. Haz tú lo mismo respecto a las otras virtudes.
MENÓN. Me parece que la fuerza es una virtud, como lo son la templanza, la sabiduría, la liberalidad, y otras muchas.
SÓCRATES. Henos aquí, Menón, otra vez con el mismo inconveniente. No
buscamos más que una virtud, y hemos encontrado muchas, por distinto camino que
antes. En cuanto a esta virtud única, cuya idea abraza todas las demás, no
podemos descubrirla.