Existen autores que sitúan todavía como base esencial del surgimiento de una hipótesis científica a la denominada inferencia inductiva, hoy masivamente criticada por la mayoría de los
filósofos de la ciencia. Como exponente de este ingeneuo inductivismo, veamos el texto siguiente:Si intentamos imaginar cómo utilizaria el metodo cientifico... una mente de poder y alcance sobrehumanos, pero normal en lo que se ofiere a los procesos lógicos de su pensamiento, el proceso sería el siguiente:En primer lugar, se observarian y registrarían todos los hechos, sin seleccionarlos ni hacer conjeturas a priori acerca de su relevancia. En segundo lugar, se analizarian, compararian y clasificarían esos hechos observados y registrados, sin más hipótesis ni postulados que los que necesariamente supone la lógica del pensamiento. En tercer lugar, a partir de este análisis de los hechos se harían generalizaciones inductivas referentes a las relaciones, clasificatorias o causales, entre ellos. En cuarto lugar, las investigaciones subsiguientes serían deductivas tanto como inductivas, haciéndose inferencias a partir de generalizaciones previamente establecidas (A.B.Wolfe Functional Economics)
Como puede verse,en este texto se distinguen cuatro estadios en una investigación científica ideal:
"No hay, por tanto, «reglas de inducción» generalmente aplicables por medio de las cuales se puedan derivar o inferir mecánicamente hipótesis o teorías a partir de los datos empíticos. La transición de los datos a la teoría requiere imaginación creativa. Las hipótesis y teorías científicas no se derivan de los hechos observados, sino que se inventan
para dar cuenta de ellos. Son conjeturas relativas a las conexiones que se pueden establecer entre los fenómenos que se están estudiando, a las uniformidades y regularidades que subyacen a éstos.Las «conjeturas felices» de este tipo requieren gran inventiva, especialmente si suponen una
desviación radical de los modos corrientes del pensamiento científico, como era el caso de la teoría de la relatividad o de la teoría cuántica. El esfuerzo inventivo requerido por la investigación científica saldrá beneficiado si se está completamente familiarizado con los conocimientos propios de ese campo. Un principiante difícilmente hará un descubrimiento científico de importancia, porque las ideas que puedan ocurrírsele probablemente no harán más que repetir las que ya antes habían sido puestas a prueba o, en otro caso, entrarán en colisión con hechos o teorías
comprobados de los que aquél no tiene conocimiento.
Sin embargo, los procesos mediante los que se llega a esas conjeturas científicas fructíferas no se parecen a los procesos de inferencia sistemática. El químico Kekulé, por ejemplo, nos cuenta que durante mucho tiempo intentó sin éxito hallar una fórmula de la estructura de la molécula de benceno hasta que,una tarde de 1865 encontró una soluclon a su problema mientras dormitaba frente a la chimenea. Contemplando las llamas, le pareció ver átomos que danzaban serpenteando. De repente, una de las serpientes se asió a la cola y formó un anillo, y luego giró burlonamente ante él.
Kekulé se despertó de golpe: se le habia ocurrido la idea -ahora famosa y familiar- de representer la estructura molecular del benceno mediante un anillo hexagonal. El resto de la noche lo pasó exttayendo las consecuencias de esta hipótesis.
Esta última observación contiene una advertencia importante respecto de la objetividad de la ciencia. En su intento de encontrar una solución a su problema, el científico debe dar rienda suelta a su imaginaaón, y el curso de su pensamiento creativo puede estar influido incluso por nociones científicamente discutibles. Por ejemplo, las investigaciones de Kepler acerca del movimiento de los planetas estaban inspiradas por el interés de aquél en una doctrina mística acerca de los números y por su pasión por demostrar la música de las esferas. Sin embargo, la objetividad científica queda salvaguardada por el principio de que, en la ciencia, si bien las hipótesis y teorías pueden ser libremente inventadas y propuestas, sólo pueden ser aceptadas e incorporadas al corpus del conocimiento científico
si resisten la revisión crítica,que comprende,en particular,la comprobación, mediante cuidadosa observación y experimentación,de las apropiadas implicaciones
constrastadoras.