Hoy (4-Junio-2008) he recibido un
e-mail de mi amigo, y, compañero en esta ruta,
José Antonio Carpente. Me comunica algo que me alegra enormemente: está dispuesto a hacer sus aportaciones a este blog. Para mí es algo fundamental ya que él fue quien diseñó en su totalidad esta
Ruta do Gerés y, por lo tanto, del mismo modo que Fraga decía que llevaba el
Estado en la cabeza, no hay duda que José Antonio también lleva en su cabeza, muchísimo mejor que yo, esta ruta cicloturista del año 1996. Creo que fué por estas fechas ya que algunas de las fotos de esta ruta, llevan escrito, por detrás, Agosto 96.
Jose Antonio comienza recordándome que hicimos 5 Etapas:
1ª ETAPA: Castro Laboreiro - Lindoso (46 kilómetros)
2ª ETAPA: Muiños - Vilar da Veiga (64 kilómetros)
3ª ETAPA: Vilar da Veiga - Vilar da Veiga (25 kilómetros)
4ª ETAPA: Vilar da Veiga - Calvos de Randín (75 kilómetros)
5ª ETAPA: Muiños - Bande (26 kilómetros)
Viajamos, desde Ferrol (A Coruña), en el todo-terreno de Ramón. En Portugal dormimos, la primera noche, en
Castro Laboreiro, lugar desde el que decidímos iniciar esta ruta cicloturista. Tengo recuerdos borrosos de haber parado en un pueblo de Portugal en donde paseamos por sus estrechas calles, y, en donde me había llamado mucho la atención, no sé porqué, su Parque de Bomberos.
"De la ruta en coche recuerdo (son palabras de Carpente) que bajamos hasta Porriño y después tiramos en dirección Orense hasta llegar a La Cañiza, donde dejamos la Nacional y fuimos hacia el sur por una carretera local que nos bajó al río Miño por un paisaje agreste y solitario pero muy chulo. Atravesamos al otro lado del río en Cortegada (ya en la provincia de Orense) y siguiendo la orilla izquierda del Miño (no del Sena) llegamos al paso fronterizo de Ponte Barxas. A los pocos kilómetros está Melgaço que es donde hay que coger el desvío para ascender a Castro Laboreiro. Su nombre lo tienes en la rotonda de la primera foto, es Melgaço y efectivamente nos llamó la atención el parque de bomberos muy grande y bien preparado. También había un torreón en el medio del pueblo (por suposto, o de Pontedeume é moito máis bonito)".PRIMERA ETAPA: Castro Laboreiro - Lindoso (46 Kilómetros)
( Castro Laboreiro)En la 1ª Etapa (46 kilómetros) iniciamos el recorrido en
Castro Laboreiro. En la ruta, pasamos por
Lamas de Mouro, y ascendímos
Portela do Lagarto, pequeño puerto existente antes de llegar al
Santuario de Nuestra Senhora da Peneda, lugar de peregrinaje de todo el Norte de Portugal. Para subir al templo hay que ascender por una tremenda escalinata. En el Santuario, existe, también, una gran profusión de puestos de venta de
souvenirs marianos. Seguimos hacia adelante por una carretera, creo recordar que bastante rompe-piernas, y acompañados por el sonido constante de las campanas de las iglesias. Es evidente que nos encontramos en el Norte de Portugal. Más adelante pasaremos por Roucas y por el
Miradoiro do Cruceiro de Adrao en donde se puede contemplar una magnifica vista de la unión entre los ríos Peneda y Laboreiro. Un poco más adelante llegamos a Soajo. Al llegar a este punto iniciamos un descenso espectacular. Al poco rato de su inicio, al pie de la presa del embalse de Lindoso, pasamos un cruce a la izquierda en dirección a Paradela y, Carpente, confiesa que sospechó que pedaleando por ahí habría una bifurcación a la derecha que atravesaría el río por encima de la presa. Parece que no era así. Sea lo que sea, comenzamos a descender y, emocionados, seguimos descendiendo y descendiendo. Recuerdo que, en la bajada, se me soltó el sujetador del botellìn y salió todo despedido por la carretera. Por supuesto que no me bajé para recogerlo. El problema fue que nos pasamos totalmente de nuestra ruta. Al llegar abajo la desilusión fue tremenda pues nos dimos cuenta que no teníamos más remedio que ascender lo que habíamos bajado tan alegremente. Además debían ser sobre las 3 de la tarde. Como, en esos momentos, no teníamos teléfono móvil no pudimos pedir ayuda a Ramón para que nos recogiera con el todo-terreno, por lo que no tuvimos más remedio que ascender. Recuerdo que no me hidraté lo suficiente y esto será algo que más tarde debería pagar. Comenzamos a ascender en una súbida durísima y con una calor asfixiante. Victor, el más joven, ascendía bien. José Antonio y Yo ibámos más lentos. En un momento determinado decidimos echar pié en tierra, aunque ya nos faltaba muy poco para llegar al final de la ascensión. Al poco rato llegaron Ramón y Victor en el todoterreno. Recuerdo que traían una botella de agua muy fresca que nos supo a gloria. Yo me había quedado sin agua al perder el botellín. Carpente piensa que él ha sido el culpable de este incidente. Nada más lejos de la realidad. Si en aquella espectacular bajada nos dice que debemos parar, pues vamos por una ruta equivocada, no creo que estuviéramos muy dispuestos hacerlo, ya que el descenso era espectacular. Decídimos finalizar, por ese día, en Lindoso, la ruta cicloturista, aunque nuestra intención era rematarla en Lobios (a 15 kilómetros de Lindoso). Montamos en el todo-terreno de Ramón y tomamos dirección hacia España porque, desde allí, podríamos acceder mejor a la Sierra do Gerés. Nos dirigimos hacia Baños (Orense). Despues de pasar por esta localidad, y, antes de llegar a Bande, giramos hacia la derecha y llegamos a
Muiños en donde hicimos noche. Volveremos, de nuevo, a esta localidad, como más adelante se verá. Dormimos en un hostal. Por la noche descubrimos que a nuestro lado dormía un
alemán que tenía
malas pulgas. Lo cierto es que, ya de madrugada, unos jovenes pasaron por delante del Hostal e iban tirando petardos. El alemán salió a la ventana y se cogió un enfado mayúsculo. La verdad es que los jovenes pasaron olímpicamente de él, pues los petardos continuaron sonando durante un tiempo. A la mañana siguiente salimos de Muiños en dirección a la ya obsoleta frontera con Portugal con la intención de conocer a
Serra do Gerés. [
Mapa 1ª Etapa]
2ª ETAPA: MUIÑOS-VILAR DA VEIGA (64 Km):(Por José Antonio Carpente)
Salimos de Muiños después de tomar un desayuno casero en el hostal donde nos hospedamos, creo que su nombre era "
Lusitano". En el desayuno coincidimos con el alemán de malas pulgas que llamó la atención la noche anterior a los juerguistas de los petardos.
Iniciamos esta dura etapa de un modo plácido bordeando el embalse "
das cunchas" (de las conchas). Después de un tramo bordeando el río Limia por su margen derecha, alcanzamos la cola del embalse de Lindoso (la presa está en Portugal y pasamos al lado de ella en la primera etapa). Al poco rato, un puente nos transporta al margen izquierdo donde se encuentra Lobios a unos 15 km del inicio. Aunque suavemente, la ruta comienza a ascender por el valle del río Caldo. A los 5 km de Lobios dejamos a la izquierda el desvío para la ermita de Nª Sª do Xurés de gran veneración en la comarca y donde se celebran romerías el 15 de Agosto y el 8 de Septiembre. A destacar que desde tiempo inmemorial, las campanas de la ermita marcan las horas para toda la gente del valle.
Realizamos una parada en los
baños calientes de Riocaldo. Nos decidimos a probar estas aguas salutíferas que brotan a unos ardientes 66º. En el lugar se han hecho unos estanques para que la gente se pueda bañar en estas aguas. Las piscinas están llenas de gente soportando estoicamente la alta temperatura de las aguas. Recuerdo que me puse un momento justo delante del caño por donde sale el agua y salí pitando de allí porque no soportaba la temperatura. Una anécdota graciosa en este lugar fue que yo llevaba un aparato espanta-perros que había comprado hacía poco. Decidimos probarlo con algunos perros que por allí merodeaban. La verdad es que funcionaba el aparato, al acercarse a nosotros los perros bajaban la cabeza y describían una trayectoria curva para escapar del molesto sonido (inaudible para el hombre) que emitía el aparatito. El chasco nos lo llevamos con un perro palleiro con aire despistado y algo desaliñado que ni se inmutó, ni se apartó de su camino. Dedujimos que estaba sordo.
A partir de los baños la cuesta se pronuncia un poco más. Transcurridos 3 km desde los baños, llegamos a los
miliarios romanos de Riocaldo. Dichos miliarios eran como los mojones quilométricos actuales. Al haber tantos en esta zona se supone que era una cantera donde se frabicaban los miliarios para después enviarlos a otros lugares. También son visibles trozos de la
via XVIII del emperador Caracalla, que por aquí pasaba y unía las localidades de Astúrica Augusta (Astorga) y Bracara Augusta (la actual Braga), de hecho se puede distinguir la calzada discurriendo paralela a nuestra ruta, la cual ahora sí se pone realmente dura para coronar el puerto de
Portela de Homen, frontera entre España y Portugal.
El descenso atraviesa una fraga espesa con el
río Homem bricando en numerosos saltos. A los 2 km de iniciar el descenso, dejamos el asfalto para coger una pista de tierra (de hecho es la vía romana de la que hablamos antes) a mano derecha que nos lleva, sin dejar de descender, entre una densa vegetación de carballos hasta el
embalse de Vilarinho das Furnas, el cual bordeamos durante un buen rato. A los 12 km de dejar el asfalto, volvemos a recuperarlo en
Campo de Geres, todavía al borde del embalse de Vilarinho das Furnas. En
Campo de Geres hay unos importantes restos de asentamientos humanos prehistóricos que visitamos.
Dejamos
Campo de Geres, por buen asfalto, que abandonamos a los 2 km para volver a subir por una pista de tierra hasta el
mirador de Junceda situado a 950 metros de altitud. En total fueron 6 km de dura subida pero el espectáculo que se presenta ante nosotros es inigualable. A nuestros pies se extiende el
embalse del Geres y todas la montañas que lo bordean. La calima nos impide divisar más allá en el horizonte, pues, de seguro, que divisaríamos pueblos y hasta ciudades a gran distancia.
Volvemos sobre nuestros pasos unos 3 km para continuar por una pista a la izquierda que dejáramos en nuestra ascensión. Esta pista nos va a llevar directamente a la localidad de
Assureira, ya en el valle y con toda clase de recursos turísticos. La bajada desde el mirador de Junceda hasta Assureira es alucinante. Siempre por pista de tierra vamos atravesando en primer lugar zonas de monte pelado con vistas impresionantes a la salida de cada curva, y luego una zona de densa vegetación conocida como Fraga Negra. La presencia de chalets residenciales nos anuncia la inminente llegada a Assureira. En total fueron 11 km de descenso alucinante desde el mirador.
Ya en Assureira continuamos descendiendo entre tráfico, cafeterías, restaurantes, discotecas y demás servicios turísticos hasta que llegamos a Vilar da Veiga situada en el vértice que forman las dos colas del embalse da Caniçada, que es donde Ramón encontró alojamiento para las dos próximas noches pues la 3ª etapa será circular. El hostal, cuyo nombre no recuerdo, está situado en un lugar magnífico, prácticamente colgado del embalse y con una amplia terraza en la que descansar y tomar el sol disfrutando del entorno.
Después de ducharnos, nos dirigimos al pueblo de Caldas de Geres para cenar. Recuerdo que cenamos bacallau en un restaurante de difícil acceso con una magnífica vista de pájaro sobre todo el pueblo de Geres. Me cuenta Paco que Ramón llevo el Range Rover hasta prácticamente la puerta del restaurante por calles angostas y ante la mirada atónita de los paisanos. Ya sabemos que Ramón es capaz de eso y de mucho más. Por cierto que su apoyo logístico en esta etapa fue fundamental para llevarla a buen término pues, aparte de la dureza del perfil, el calor fue extremo. Pero allí estaba Ramón en el mirador de Junceda para avituallarnos con agua fresca y algo de comer.
(Hostal en Vilar da Veiga)
TERCERA ETAPA:
A la mañana siguiente decidimos llevar a cabo una ruta circular por los alrededores de Gerés. Evidemente en rutas por esta zona no existen apenas llanos y es necesario mentalizarse que hay que estar ascendiendo continuamente. El recorrido es maravilloso pero la dureza del mismo es muy grande. Salimos del Hostal en Gerés y, al poco rato, ya estamos ascendiendo por una carretera asfaltada dentro del pueblo. Cuando llevamos recorridos unos cuantos kilómetros tomamos un desvío hacia la derecha y seguimos en ascenso. Despues de pedalear otros cuantos kilómetros nos encontramos con que desaparece el asfalto. Paramos en un bar. Hace un calor impresionante. Preguntamos cuanto nos queda para la cima en
Campo do Gerés y nos dice que muy poco. ¡Mentira! Seguimos pedaleando en lo que creo que fue la ascensión más dura del recorrido. Tengo malas sensaciones y pienso que todo fue debido a no haberme hidratado lo suficiente. Es algo que pagaré caro aunque no ahora mismo. Cuando llegue a Ferrol, ya finalizada la ruta, tendré un ataque de gota severo que me durára casi 15 días. Creo que una de las causas fue el no haberme hidratado como es debido en esta ruta do Gerés.
(Subida a Campo do Gerés)
Volvemos de nuevo a Gerés en una bajada impresionante aunque por una ruta diferente a la que hemos subido. En nuestro recorrido accedemos a una zona en donde destacan unos peñascos extraordinarios junto al río Fafiao en plena Sierra del Gerés. Poco a poco nos vamos acercando a nuestro final de ruta acompañados siempre por vistas maravillosas como ésta. (Bajando a Gerés) De vuelta en el hostal, y, despues de la ducha reparadora, accedimos con el todo-terreno a la búsqueda de un restaurante que nos habían recomendado, (no recuerdo el nombre) pues teníamos ganas de desgustar o bacallao. Subimos a lo alto del pueblo de Géres, a través de calles estrechísimas, y pudimos aparcar el coche casi delante de un restaurante que tenía una especie de mirador hacia la ciudad. Cenamos de maravilla.
A la mañana siguiente abandonamos el pueblo de Gerés y decidimos, siguiendo la Sierra, ir camino hacia España. Recuerdo que, en principio, tomamos una carretera secundaria en donde existía una súbida de tal calibre que tuve que bajarme de nuevo de la bicicleta. En aquella época lo consideraba casi una deserción. Hoy una medida totalmente inteligente. Creo que seguimos la carretera que nos llevaba a Cabril, Cobelo y, en Paradela, salimos a otra más concurrida. Desde Paradela seguimos hacia Covelaes y finalmente llegamos a Tourém. Aquí recuerdo realizar una bajada espeluznante y, al llegar a Tourém, a toda una familia conduciendo una enorme toro con una anilla en las narices y con cara de muy pocos amigos. ¡Impresionante! ¡Lástima no tener ninguna fotografía! En esta zona, Carpente, mientras Victor y Yo esperábamos, todavía tuvo fuerzas para visitar una especie de Castro que existía por esa zona.
(Villa Romana Porto Quinela) Recuerdo que el atardecer era esplendido. Nuestra idea era llegar a Bande pero como ya estaba anocheciendo y estábamos bastantes cansados decidimos volver al Hostal de Muiños y hacer noche allí. Al día siguiente volvímos, orgullosos y contentos, a nuestras casas.
FOTOGRAFÍAS