TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Sobre su nacimiento

Floreció en la Olimpíada 84
Diógenes Laercio, VIII 74

Empédocles, según afirma, Hipoboto, era hijo de Metón, hijo a su vez de Empédocles de Acragas....Dice tambien Eratóstenes, en los Vencedores Olímpicos, que el padre de Metón alcanzó una victoria en la Olímpiada 71 y aduce como testimonio a Aristóteles. El gramático Apolodoro afirma en sus Crónicas que era hijo de Metón y Glauco dice que fue a Turio poco despues de su fundación....Aristóteles y tambien Heráclides dicen que murió a los sesenta años.
Diógenes Laercio, VIII 51

Anaxágoras de Clazomene, aunque tenía más años que Empédocles, fue posterior a él en su actividad filosófica.
Aristóteles, Metafísica A 3, 984 a 11

Empédocles
























































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Sobre su vida

Empédocles de Acragas, nacido no mucho despues de Anaxágoras, fue admirador, compañero de Parménides y más aún de los pitagóricos.
Simplicio, Física 25, 19

Iban unos en busca de profecías, mientras otros,  traspasados días y días por atroces sufrimientos, imploraban la palabra que cura toda enfermedad.
Anónimo
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Sobre su obra

Sus obras Sobre la naturaleza y Purificaciones juntas suman como máximo 5.000 versos.
Diógenes Laercio, VIII 77
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Acomodación a los cánones de Parménides
Del no-ser no puede surgir el ser/Negación del vacío

Necios - pues no tienen preocupaciones de largo alcance - los que piensan que pueden llegar a ser lo que no fue previamente o que algo puede nacer o ser destruido totalmente. Pues es inconcebible la llegada al ser a partir del lo que en modo alguno es e imposible e inaudito que lo ente sea destruido, ya que siempre habrá algo en donde se pueda uno seguir apoyando.
Fr. 11, Plutarco, adv, Colot. 12, 1113 c y Fr. 12 [Arisóteles]

Ninguna parte del todo está vacía ni llena en exceso.
Fr. 13, Aecio, I, 18, 2

Y ninguna parte del todo está vacía, ¿pues de dónde podría entrar algo en él?
Fr. 14 [Aristóteles]
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Las cuatro raices o substancias de todas las cosas

Escucha primero las 4 raices de todas las cosas: Zeus resplandeciente, Hera dadora de vida, Edoneo y Nestis que con sus lágrimas empapa las fuentes de los mortales.
Fr. 6, Aecio, I 3, 20
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Veracidad de los sentidos

Ea, considera con toda tu fuerza cómo cada cosa se hace manifiesta y a no depositar mayor confianza en la vista que en el oido, a no poner el oido rumoroso por encima de las percepciones de la lengua, ni a detraer la confianza de ninguno de los demás órganos por los que es posible el conocimiento, sino piensa por dónde cada cosa se manifiesta.
Fr. 3, v 9, Sexto, adv. math. VII 125

Los ojos son testigos más precisos que los oidos.
Fr. 101a, Polibio, XII 27
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Amor y odio como causas eficientes.

Y estas cosas jamás cesasn de cambiar continuamente, confluyen unas veces todas en una sola por acciòn del Amor y otras se separan entre sí por el rencor de las Disputa.
Fr. 17, v 6, Simplicio, Física. 158, 6
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
La esfera de Empédocles

Allí no se distinguen ni los rápidos miembros del sol ni el hirsuto poder de la tierra ni el mar; sino que, igual (a sí misma) por todas partes y sin fín, está fija en el fuerte refugio de la Armonía, una esfera redonda que se goza de su soledad circular.
Frs. 27 y 28

No brotan de su tronco ni manos ni pies, ni veloces rodillas, ni órganos fecundantes, sino que era una Esfera igual a sí misma por todas partes.
Fr. 29, Hipólito, Ref. VII 29
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Sobre el ciclo cósmico

Un doble relato te voy a contar: en un tiempo todas las cosas llegaron de una pluralidad a constituirse en unidad, y en otro pasaron de unas a ser múltiples; dúplice es la génesis de los seres mortales y doble su destrucción. A la una la engendra y la destruye su reunión, y a la otra crece y se disipa a medida que los seres se dividen de nuevo. Jamás cesan en su constante cambio, conviniendo unas veces en la unidad por efecto del Amor y separándose otras bajo el odio de la Discordia. (Así, en la medida en que aprendieron a desarrollarse en una unidad a partir de una pluralidad) y de nuevo, cuando dejan de ser unas se convierten en plurales. Así nacen y no tienen una vida estable, sino que, así como jamás cesan de cambiar constantemente de lugar, tampoco son siempre inmutables en el ciclo.
Fr. 17, 1-3, Simplicio, Física. 158,1
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Las cosas son lo Uno

Ea, escucha mis palabras, pues el aprender acrece la sabiduría. Como antes te dije, al manifestarse los límites de mis palabras, te voy a contar un doble relato: en un tiempo lo Uno se acreció de la pluralidad y, en otro, del Uno nació por división la multiplicidad: fuego, agua, tierra y la altura inconmesurable del aire y, separada de ellos, la funesta Discordia, equilibrada por todas partes y, entre ellos, el Amor, igual en extensión y anchura. Míralo con tu mente y no te sientes con ojos estupefactos, pues se le considera inmortal en su miembros; con él tienen amistosos pensamientos y realizacn acciones de concordia, dándole el nombre de Gozo y de Afrodita. Ningún mortal le conoce, cuando gira entre los demás, pero tú presta atención al orden no engañoso de mi discurso. Todos ellos son iguales y coetáneos, aunque cada uno tiene una prerrogativa diferente y su propio caracter y predomina, alternativamente, cuando le llega su momento. Nada nace ni perece fuera de ellos, ya que, si estuvieran siendo destruidos constantemente, ya no serían; pues ¿qué es lo que podría aumentar a este todo y de dónde podría venir?, ¿cómo es posible, a su vez, que perezcan todas estas cosas, dado que nada está privado de tales principios? Sólo ellos, en efecto, existen, que, trasmutándose entre sí, se convierten ora en unas cosas y ora en otras, mientras ellos siguen siempre siendo lo que son.
Fr. 17, v. 14, Simplicio, Física. 158, 13
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Dos fuerzas Motrices

Postula cuatro elementos materiales, fuego, aire, agua y tierra; todos eternos, que aumentan y decrecen mediante la mezcla y la separación; pero sus auténticos primeros principios, los que imparten el movimiento a aquéllos, son el Amor y la Discordia. Los elementos están constatemente sometidos a un cambio alternante, mezclándose unas veces por obra del Amor y separándose otras por la acción de la Discordia; sus primeros principios, en consecuencia, son seis.
Simplicio, Física. 25, 21º
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
 Los elementos abarcan toda la realidad

De estos elementos nacieron todos cuantos seres existieron, existen y existirán, los árboles, los  varones y las mujeres, las bestias, las aves, los peces que se nutren del agua y  tambien los dioses de larga  vida, muy superiores en su prerrogativas. Pues sólo estas cosas existen, las cuales, entremezclándose, adoptan pluralidad de formas: tantos cambios produce la mezcla.
Fr. 21, v. 9, Simplicio, Física. 159, 21
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Opinión absurda de Empédoces (según  Aristóteles)

Tambien Empédocles sostiene una opinión absurda, ya que identifica el bien con el Amor, y éste es un principio como motor (puesto que une) y como materia (pues es una parte de la mezcla).
Aristóteles, Metafísica 9, 1075 b 1
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
 El  Amor y el Odio de Empédocles tienen caracter moral (según Aristóteles)

Pues si se sigue la opinión de Empédocles y se extraen las consecuencias que se derivan de su mentalidad y no de lo que pueda decir a manera de balbuceo, resulta que el Amor es la causa del bien y la Discordia del mal. De manera que si dijéramos que (Empédocles) fue el primero en declarar que el mal y el bien son principios, es posible que afirmáramos con acierto....
Aristóteles, Metafísica. A 4, 985 a 4
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Disrupción de la esfera dominada por el amor
El amplio juramento

Y a la vez no menciona causa alguna del movimiento en sí, salvo que los seres son así por naturaleza. Pues sus versos: cuando la Discordia poderosa cobró fuerza en sus miembros y alcanzó sus prerrogativas, al cumplirse el tiempo fijado para su retorno por un amplio juramento, implican que el cambio era necesario.
Aristóteles, Metafísica. B 4, 1000 b 12

Pero al comenzar de nuevo la Discordia su predominio vuelve a surgir el movimiento en la Esfera: pues todos los miembros de los dioses comenzaban a su vez a agitarse.
Simplicio, Física. 1184, 2
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Naturaleza de los elementos bajo el dominio del amor

No hay discordia ni pugna indecorosa en su miembros.
Fr. 27 a, Plutarco, Máxime cum princ. 2, 777 c
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Inicio Cosmogonía

Ea, te hablaré en primer lugar del sol y del principio desde el que se hicieron manifiestas todas las cosas que ahora contemplamos, la tierra, y el mar abundoso en olas, el aire húmedo y el Titán éter que estrecha su círculo en torno a todos los seres.
Fr. 38, Clemente, Srom. v 48, 3
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Primeros estadios de la Cosmogonía

Empédocles sostiene que el primero en separarse fue el éter, luego el fuego y después la tierra. De ésta, al ser excesivamente constreñida por la fuerza de la rotación, surgió el agua y de la evaporación del agua nació el aire. Los cielos surgieron del éter, el sol del fuego y los seres terrestres se formaron de los otros elementos por comprensión.
Aecio, II 6, 3
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Las dos Hemiesferas

Empédocles de Acragas...sostiene que el aire que se separó de la mezcla original de los elementos se desparramó circularmente y que después de esto el fuego salió corriendo hacia fuera y, al no tener ningún otro lugar a donde ir, se lanzó hacia arriba bajo la periferia solidificada en torno al aire. Hay allí, según dice, dos hemisferas que giran en  torno a la tierra, la una compuesta totalmente de fuego y la otra mezcla de aire con algo de fuego; a esta última la supone noche. Su movimiento surge del hecho de que la acumulación del fuego en una zona determinada le otorga su predominio.
[Plutarco] Strom., ap. Eusebium, P. E. I 8,10
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Naturaleza del sol y de la luna

El sol no es por naturaleza fuego, sino reflexión del mismo, similar a la que nace del agua. Afirma que la luna se formó del aire aislado por el fuego y que este aire se solidificó somo si fuera granizo. La luna recibe su luz del sol
[Plutarco] Srom., ap Eusebium, P. E. I 8, 10

Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Causa del reposo de la tierra

Cuantos dicen que los cielos tienen nacimiento sostienen que la tierra llegó al centro por esta razón. Al buscar la causa de su reposo, unos la explican de esta manera: que se debe a su anchura y magnitud; otros, como Empédocles, opinan que el cielo, con su rotación más rápida que la traslación de la tierra, impide que el movimiento de ésta, como ocurre con el agua dentro de los cazos. Cuando el cazo se mueve circularmente, aunque con frecuencia se vuelve de tal manera que el fondo queda arriba y el agua abajo, ésta no es llevada hacia abajo, a pesar de su aptitud pra dicha dirección, por la misma causa.
Aristóteles, de caelo B 13, 295 A 13
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Los cuatro estadios de la evolución

Empédocles sostuvo que las primeras generaciones de animales y plantas no fueron completas, sino que constaban de miembros disyectos sin unir; las segundas, nacidas de la unión de dichos miembros, fueron seres fantásticos; la tercera generación fue la de las formas totalmente naturales; la cuarta no surgió ya de sustancias homeomeras como la tierra y el agua, sino por generación, como resultado unas veces de la condensación de sus alimentos y otras debido a que la hermosura de la hembra excitaba el apetito sexual; las diversas especies de animales se distinguieron por la calidad de sus mezclas.
Aecio, v 19, 5
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Los miembros disyectos

Brotaron sobre la tierra numerosas cabezas sin cuellos, erraban brazos sueltos faltos de hombros y vagaban ojos solos desprovistos de frentes.
Fr. 57, Aristóteles, de caelo 2, 300 b 30
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Seres fantásticos

Pero a medida que un elemento divino se iba mezclando más y más con el otro, continuamente se iba uniendo al azar, donde cada uno se encontraba, y además fueron naciendo sin cesar otros más.
Fr. 59, Simplicio, de caelo 587, 20

...de andar ondulante y manos inumerables.
Fr. 60, Plutarco, adv. Colot. 28, 1123 B

Nacían numerosos seres con dos cabezas y dos pechos, seres bóvinos con rostros humanos y viceversa, creaturas, mezcla de elementos masculinos y femeninos y dotados de partes sombrías (o estériles).
Fr. 61, Eliano, Nat. anim. XVI 29
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Empédocles precursor de Darwin?

Por tanto, donde  todas las cosas acontecieron como si en su génesis estuvieran orientadas a un fin determinado, estos seres sobrevivieron, a pesar de estar por azar constituidos de un modo apto; pero las creaturas en que no se dio esta circunstancia, perecieron y siguen pereciendo como dice Empédocles que les acontece a los seres bovinos con rostro humano.
Aristóteles, Física. B 8, 198 b 29
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Formas naturales

Ea, escucha como el fuego, al separarse, dio origen a los vástagos nocturnos de los hombres y de las mujeres lacrimosas, pues mi relato no es ni inoportuno ni indocumentado. Surgieron, en primer lugar, de la tierra masas informes, partícipes a la vez del agua y del fuego; éste deseoso de llegar a su afín, los iba empujando a ellos, que no mostraban forma alguna atrayente en sus miembros ni en su voz ni órgano alguno propio de hombre.
Fr. 62, Simplicio, Física. 381, 31
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Primero y segundo estadío pertenecen al período de predomino del Amor

Por lo demás, podría alguien llegar a preguntar si es posible o no que cuerpos sometidos a un movimiento desordenado se mezclen a veces en combinaciones como aquellas de las que se componen los cuerpos naturales, p. e., los huesos y la carne, como dice Empédocles que sucede por obra del Amor; pues dice: numerosas cabezas sin cuello brotaron.
Aristóteles, de caelo 2, 300 b b 25

Como Empédocles dijo donde cabezas sin cuello de numerosos seres brotaron, se unen por obra del Amor.
Aristóteles, de anima 6, 430 a 28

Con la expresión en el período del Amor no quiere decir que el Amor esté ejerciendo ya su dominio, sino que está a punto de ejercerlo.
Simplicio, de caelo 587, 24
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
El tercer y cuarto estadio representan el predominio de Discordia

Al mismo tiempo afirma que el mundo está AHORA durante el reinado de la Discordia en el mismo estado en que estuvo antes bajo el dominio del Amor.
Aristóteles, de generatione et corruptione. B 7 334 a 5
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Sobre el dominio de la Discordia

Pues sólo éstas existen, las cuales, traspasándose mutuamente, se convierten en hombres y en otras clases de fieras, conviniendo unas veces en un solo orden por efecto del Amor y separándose otras bajo el odio de la Discordia, hasta que, congregadas en una sola, quedan totalmente sometidas.
Fr. 26, vv. 3-7, Simplicio, Física 33, 21

Muchas veces a lo largo de sus escritos el Amor separa y la Discordia une. Cuando, en efecto, el universo se disgrega en sus elementos por obra de la Discordia, el fuego y cada uno de los demás elementos se congregan en un todo; y cuando los elementos vuelven a unirse por efecto del Amor, es necesario que las partes de cada uno se disgreguen de nuevo.
Aristóteles, Metafísica. A 4, 985 a 23
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Insinuaciones de Aristóteles

Pues la Discordia separó (los elementos). Y es éter fue llevado hacia arriba no por obra de la Discordia, sino que a veces habla como si aconteciera por azar: pues algunas veces resulta moverse asi, pero otras muchas (veces) de modo distinto, mientras que, a veces, afirma que el fuego tiende por naturaleza a ascender.
Aristóteles, de generatione et corruptione. B 6, 334 a 1

Empédocles dice que no siempre el aire se separa hacia la región superior, sino como resulte.
Aristóteles, Física. B 4, 196 a 20
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Omisión, según Aristóteles, del período predominio del Amor

Pero no es conforme a razón el hacer derivar la generación de seres distantes y sujetos a movimiento. Por este motivo, omite Empédocles el período del predominio del Amor, pues no hubiera podido constituir los cielos, estructurándolo a partir de cuerpos separados y haciéndolos reunirse por obra del Amor. Porque el mundo está constituido por elementos separados y presupone, en consecuencia, un estado previo de unidad y de combinación.
Aristóteles, de caelo 2, 301 a 14
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
El amor en medio del remolino

Pero ahora voy a retornar a la vía de los cantos que antes enumeré, exrtrayendo de mi discurso otro discurso. Una vez que la Discordia llegó al abismo inferior del torbellino y el Amor estuvo en medio del remolino, todas las cosas convinieron en la unidad bajo su acción, no en seguida, sino que se congregaron desde direcciones diferentes según su voluntad. Cuando se estaban juntando, la Discordia comenzó a moverse hacia la circunferencia. Alternando con las cosas que se estaban mezclando, quedaron sin mezclarse otras muchas, todas las que la Discordia, aún en lo alto, retenía; pues aún no se había retirado de ellos, irreprochablemente, hacia los límites externos del círculo, sino que, mientras aue algunas de sus partes se habían ido, otras permanecían aún dentro, y a medida que constantemente iba saliendo hacia afuera, iba introduciéndose una benévola corriente inmortal de intachable Amor. Y al punto se convirtieron en mortales cuantas cosas habían obtenido antes la inmortalidad y lo que antes estuvo sin mezclarse, cambiando sus senderos, se mezcló entonces. Y a medida que estas cosas se mezclaban, se derramaron en derredor innumerables especies de mortales, dotadas de toda clase de formas; una maravilla digna de contemplarse.
Fr. 35, Simplicio, de caelo 529, 1 y Física 32, 13 y Fr. 36, Estobeo, Ant. I 10, 11
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
La respiración

Y asi todos los seres inhalan y exhalan; hay canales sin sangre en la carne de todos ellos extendidos por toda la superficie de sus cuerpos; la superficie exterior de la piel está perforada en las bocas de dichos canales por numerosos poros, de manera que la sangre se mantiene dentro, pero el aire tiene un facil camino a su través. Si la sangre fluida sale precipitadamente, el aire burbujeante se precipita dentro en furiosa oleada; cuando, en cambio, salta hacia arriba, el aire es espirado de nuevo, como cuando una niña juega con una clépsidra de reluciente bronce. Cuando coloca la boca del tubo contra su bien formada mano y la sumerge en la masa fluida del agua brillante, no entra líquido alguno en la vasija, sino que la masa interior del aire, al presionar sobre los numerosos agujeros, la retiene hasta que descubre la densa corriente, y cuando el aire cede, se introduce una masa igual de agua. De la misma manera, cuando el agua ocupa las partes inferiores de la vasija de bronce y la mano humana cierra el paso de su boca, el aire exterior, que pugna por entrar, retiene el agua, manteniendo firme su superficie a las puertas del cuello rechinante hasta que la deja pasar con su mano; entonces (al contrario de lo que sucedía antes), a medida que va entrando el aire va saliendo una cantidad igual de agua. Del mismo modo, cuando la sangre fluida agitándose a través de los miembros se lanza en su retorno hacia dentro, al punto una corriente de aire se introduce con férvida hinchazón, y cuando (la sangre) salta de nuevo hacia arriba, una cantidad igual de aire es aspirada de nuevo.
Fr. 100 Aristóteles, de respitarione 7, 473 b 9
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Percepción sensorial

Pues con la tierra vemos la tierra, con el agua el agua, con el aire el aire brillante y con el fuego el fuego destructor; con el Amor vemos al Amor y a la Discordia con la funesta Discordia.
Fr. 109, Aristóteles, Metafísica. B 4, 1000 b 6

Empédocles sostiene la misma teoría respecto a todos los sentidos; afirma que la percepción surge cuando alguna cosa encaja en los poros de alguno de los sentidos. Ningún sentido puede juzgar los objetos de otro, ya que los poros de algunos son demasiado anchos y los de otros demasiado estrechos para el objeto percibido, de manera que unos objetos pasan a su través sin tocar, mientras que otros no pueden en modo alguno entrar.
Teofrasto, de sensu 7

Considera el tema según las propias palabras de Empédocles sabiendo que todas cuantas cosas nacieron, emiten efluvios. No sólo los animales, las plantas, la tierra y el mar, sino tambien las piedras, el bronce y el hierro emiten continuamente numerosas corrientes; pues todas las cosas se consumen y perecen por el movimiento continuo de un incesante flujo.
Plutarco, Quaest. nat. 19, 916 D
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
La conciencia

Y así todas las  cosas poseen pensamiento por voluntad de la Fortuna.
Fr. 103, Simplicio, Física 331, 12

....(El corazón) que mora en el mar de la sangre que entra y sale de él, es lo que especialmente llaman los hombres pensamiento, pues la sangre que circunda el corazón de los hombres es su pensamiento.
Fr. 105, Porfirio, ap. Stobaeum, Anth. I 49, 53

La misma teoría sustenta sobre la sabiduría y la ignorancia. La sabiduría que se identifica o es muy afín a la percepción, surge a través de las cosas  iguales y la ignorancia a través de las desiguales. Porque, después de haber enumerado cómo conocemos cada cosa por su equivalente, añadió al final: Y todas las cosas fueron compuestas convenientemente de estos (elementos) y por su medio piensan, gozan y sufren. Y ésta es, sobre todo, la razón por la que piensan con la sangre; ya que en ella están mezclados las demás partes de los elementos.
Teofrasto, de sensu 9

Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Estado de inocencia original
El reino de Cypris

Y no tenían ningún dios Ares, ni Kidimo, ni Zeus rey, ni Krono ni Posidón, sino una sola reina Cypris. Los hombre la propiciaban con imágenes piadosas, con pinturas de animales, con ungüentos de primorosa fragancia, con sacrificios de mirra pura y de oloroso incienso, derramando sobre el suelo libaciones de dorada miel. No humedecía el altar la sangre pura de los toros, sino que se consideraba como una gran abominación entre los hombres el quitar violentamente la vida (a los demás seres) y devorar sus nobles miembros.
Fr. 128, Porfirio, de abstinentia II 21
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Estado de inocencia original
Paralelismo con el pasaje que describe la esfera en la cosmología

No está provista de (o no se jacta de tener) cabeza humana en su cuerpo, ni brotan de su tronco dos manos ni pies, ni rápidas rodillas, ni órganos de generación, sino que fue sólo una sagrada e inefable mente que flecha al mundo entero con sus rápidos pensamientos.
Fr. 134, Amonio, de interpretatione 249
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Pecado original y caida del hombre

¿No cesaréis con la horrible matanza? ¿Es qué no veis que os estaís devorando reciprocamente en vuestra insensata locura?
Fr. 136, Sexto, adv. math. IX 129

El padre, pobre necio, levantando en alto a su propio hijo querido, que ha cambiado de forma, lo degüella en actitud de oración; están perplejos cuando sacrifican a su víctima implorante; y él, sordo a su gritos, la degüella y prepara en sus mansiones un macabro festín. Dle mismo modo el hijo coge a su padre y las hijas a sus madres y, despues de quitarles violentamente la vida, se comen las carnes de sus seres queridos.
Fr. 137, Sexto, adv. math. IX 129
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Pecado original y caida del hombre
Caida del alma individual

Ay de mí, que no me destruyó el día sin compasión antes de que maquinara la funesta acción de comer carne con mis labios.
Fr. 139, Porfirio, de abstinentia II 31
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Encarnación y transmigración del alma

Hay un oráculo de la Necesidad, antiguo decreto de los dioses, eterno, sellado con amplios juramentos: siempre que algunos de los semidioses, cuyo lote es una vida de larga duración, ha manchado inicuamente sus queridos miembros con derramamiento de sangre, anda errante, desterrado de los bienaventurados por tres veces diez mil estaciones, naciendo durante dicho tiempo en todas clase de especies de seres mortales y cambiando un penoso sendero de vida por otro. La fuerza del aire le persigue hasta el punto que lo escupe de nuevo hacia tierra firme; ésta lo lanza dentro de los rayos del sol abrasador y él a su vez en los torbellinos del éter. Va pasando de unos a otros y todos le odian. Yo soy ahora uno de ellos, desterrado de los dioses, errabundo, yo que puse mi confianza en la furiosa Discordia.
Fr. 115, Hipólito, Ref. VII 29 Y Plutarco, de exilio 17, 607 c

Lloré y gemí cuando vi el lugar desacostumbrado.
Fr. 118, Clemente, Strom. III 14, 2

Un lugar triste, donde el Asesinato, el Odio y también las demás razas de los Keres, las secadoras Enfermedades, las Corrupciones y las Inundaciones vagan en la oscuridad por las praderas del Ate.
Fr. 121, Hierocles, ad carmina aurea 24 y Proclo, in Cratylum pág 97 Pasquali
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
El alma paga su pena en un mundo de opuestos

Allí estaban Ctonia y la longevidente Heliope, la sangrienta Disputa y la Harmonía del amable rostro, la Hermosura y la Fealdad, la Rapidez y la Lentitud, la amable Verdad y la Oscuridad de su negra cabellera.
Fr. 122 Plutarco, de tranq. ani. 15 474 B
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Evasión del círculo del nacimiento

Yo fuí en otro tiempo muchacho y muchacha, arbusto, ave y mudo pez marino.
Fr. 117, Diógenes Laercio, VIII 77
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Evasión del círculo de nacimiento
Categoría inferior en la transmigración

Nacen de entre las fieras, bajo la forma de leones que acechan en sus montaraces guaridas y de los árboles de hermoso follaje en figura de laureles.
Fr. 127, Eliano, Nat. anim. XII 7
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Evasión del círculo de nacimiento
Categoría superior en la transmigración

Y al final llegan ser adivinos, cantores de himnos, médicos y príncipes entre los hombres de la tierra; de aquí surgen como dioses colmados de honores, partícipes de la tierra y de la mesa con los demás dioses inmortales, carentes de las pesadumbres y de las fatigas humanas.
Frs. 146 y 147, Clemente, Strom. IV 150, 1 y v 122, 3
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Evasión del círculo del nacimiento
Estadio más importante

Oh amigos, que habitáis cerca de la acropolis, en la gran ciudad de la dorada Acragas, cuidadosos de buenas acciones, puestos respetuosos de los extranjeros, ignorantes de la maldad, salve. Yo camino entre todos vosotros como un dios inmortal, ya no mortal, honrado como merezco, con la cabeza ceñida de bandeletas y coronas floridas. Cuando, con mis seguidores, hombres y mujeres, entro en las prósperas ciudades, se me tributan honores; me siguen en número incontable, preguntándome por el sendero del lucro; unos buscan la adivinación, afligidos desde mucho tiempo por atroces dolores, desean oir la palabra que cura toda clase de enfermedades.
Fr. 112, Diógenes Laercio, VIII 62 y Clemente, Strom. VI 30
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Supervivencia individual del alma

Y a éste jamás le recibirán ni las techadas mansiones de Zeus, portador de la égida, ni la morada de Hades.
Fr. 142, Volumina Herculanensia nº 1012, col. 18

Y al final llegan ser adivinos, cantores de himnos, médicos y príncipes entre los hombres de la tierra; de aquí surgen como dioses colmados de honores, partícipes de la tierra y de la mesa con los demás dioses inmortales, carentes de las pesadumbres y de las fatigas humanas.
Frs. 146 y 147, Clemente, Strom. IV 150, 1 y v 122, 3
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
El alma individual anulada en la mente divina

No es posible acercarse a la divinidad y ponerla ante nuestros ojos, ni asirla con nuestras manos - y éste es el más ancho camino de persuasión que incide en la mente de los hombres.
Fr. 133, Clemente, Strom. v 81, 2
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Concepción de Hipólito

Y esto es lo que Empédocles dice sobre su nacimiento: yo soy ahora también uno de ellos, desterrado de los dioses y errabundo. Llama dios a lo Uno y su unidad, en la que él mismo moraba antes de ser separado de allí por la Discordia y de nacer dentro del mundo de la pluralidad organizado por ésta (la Discordia).
Hipólito, Ref. VII 29
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
La sangre y la conciencia 

Pues la sangre que circunda el corazón de los hombres es su pensamiento.
Fr. 105, Porfirio, ap. Stobaeum, Anth. I 49, 53
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
La sangre como compuesto físico de 4 elementos

De éstos (los cuatro elementos) surgió la sangre...
Fr. 98, Simplicio, Física. 32, 6
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
La sangre como compuesto de elementos y de Amor-Discordia

Pues con la tierra vemos la tierra, con el agua el agua, con el éter el éter brillante, con el fuego el fuego abrasador, con el Amor el Amor y la Discordia con la funesta Discordia.
Fr. 109, Aristóteles, Metafísica B 4, 1000 b 6
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Perplejidad de Aristóteles

Es igualmente absurdo identificar el alma con una proporción de la mezcla; pues la mezcla de los elementos que produce carne no tiene la misma proporción que la que produce el hueso. Habrá, pues, que concluir que, si todas las cosas constan de una mezcla de los elementos y si la proporción de la mezcla es una armonía, i. e., el alma, hay muchas almas distribuidas por todo el cuerpo.
Se le podría plantear esta pregunta a Empédocles, que sostiene que cada cosa debe su existencia a la proporción de sus constitutivos. ¿Es, pues, esta proporción del alma o es más bien algo distinto que se origina en los miembros?; más aún, ¿es el Amor la causa de un mezcla fortuita o de la mezcla según la proporción? ¿Y es el Amor mismo esta proporción o algo distinto de ella?

Aristóteles, de anima, A 4, 408 a 13
Empédocles


















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































TEXTOS SOBRE EMPÉDOCLES
Texto de Plutarco sobre la concepción del alma en Empédocles

Pues no son nuestra sangre, según él, ni la mezcla de nuestro aliento los que causan el principio esencial del alma; antes al contrario, son estos ingredientes los que componen el cuerpo, nacido de la tierra y mortal. Y, puesto que el alma le viene de otro lugar, por eufemismo denomina al nacimiento estancia en el extranjero  - el más consolador de todos los hombres -; pero el alma, en realidad de verdad, anda huida y errante, desterrada por los decretos y leyes de los dioses.
Plutarco, de exilio 17, 607 D

Empédocles