SOBRE LA FIGURA DE JESÚS
Comenzaremos esta exposición reproduciendo lo que Fernando Savater, Javier Sádaba, M.A. Quintanilla, Reyes Mate, Tomás Pollán, J.A. Ugalde y Juan Aranzadi nos dicen en su Historia de la filosofía.
Todo acercamiento mínimamente honesto al cristianismo de los primeros
siglos debe tener en cuenta los siguientes datos:
a) El canon sólo llega a fijarse hacia el año 495 de nuestra era, tras
siglos de fuertes polémicas y radicales desacuerdos sobre la ortodoxia y
carácter "revelado" de muchas obras finalmente aceptadas o excluidas
como canónicas; los más antiguos documentos actualmente existentes en que
aparecen escritos neo-testamentarios canónicos (el Codex
Sinaiticus y el Codex Vaticanus) son del siglo IV; la fecha de
composición de los "originales" de que éstos proceden no es en
ningún caso -a excepción de las Epistolas paulinas- anterior al año 70 d.C.,
siendo posterior por tanto al sitio de Jerusalén por Tito, la destrucción del
templo y la desaparición de la primera comunidad judeo-cristiana; entre todos
ellos, la máxima -aunque relativa- fiabilidad histórica corresponde a los
Evangelios Sinópticos, que están redactados en griego por cristianos
pertenecientes a Iglesias de la gentilidad y someten la biografía de Jesús a
interpretaciones teológicas surgidas tras su muerte.
b) La conclusión que se impone es que sabemos muy poco con seguridad tanto de
la vida y enseñanzas de Jesús (casi exclusivamente que fue crucificado por
Poncio Pilatos como culpable de sedición, es decir, por un delito civil y no
religioso) como de las creencias de la comunidad de sus discípulos y seguidores
formada en Jerusalén tras su muerte bajo la presidencia de su hermano Santiago
(únicamente que su evangelio chocaba con el paulino y estaba centrado en la
espera de la inminente Parusía).
c) La profundización en el conocimiento de la historia y ambiente religioso de
la Palestina de esa época ha dado origen a tres principales hipótesis sobre la
figura de Jesús (revolucionario zelota; asceta y gnóstico esenio; jasid
galileo, exorcista, curador, maestro y profeta carismático) cuyo principal
punto de coincidencia es el tratamiento consecuente de Jesús como judío y del
primer cristianismo como una secta judaica, comprensibles uno y otro sólo en el
marco del vigoroso mesianismo escatológico de la época. (Fernando
Savater y otros. Historia de la filosofía. Noguer Didáctica.)
SOBRE LA FIGURA DE JESÚS
(Fuentes para su conocimiento)
Pues bien, teniendo en
cuenta lo que acabamos de reproducir, antes de enfrentarse al estudio y análisis
de la FIGURA DE JESÚS ( lo mismo podría decirse acerca de la comunidad primitiva de
Jerusalén ) creemos que es necesario tener en cuenta lo siguiente:
a) Las fuentes principales para el
conocimiento de la época, en la que Jesús vive, son los evangelios, las
epístolas de S. Pablo y los textos de los primero padres de la iglesia. Este
hecho motiva los siguientes comentarios: el evangelio de San Marcos
( base de todos los demás ) se elabora después de la crisis del año 70 en
Jerusalén y va dirigido principalmente a los miembros de la comunidad cristiana
de Roma. Este hecho (como se verá) es determinante en el enfoque que presenta
tal evangelio.
b) Por otro lado, hay que tener en cuenta
que, antes de la elaboración de los evangelios, existe un proceso dilatado de tradición
oral que dura más de 40 años a partir de la muerte de Cristo. Este
dilatado proceso de tradición oral, a partir de la muerte de Jesús, durará
unos 40 años hasta la publicación del primero de los evangelios conocidos, y,
unos 20 para la primera de las epístolas. Pues bien, en estos años de
coyuntura histórica de Palestina, entre los años 30 y 70, se produjo un amplio
enfrentamiento civil con el poder romano condicionando grandemente la
transmisión del mensaje de Cristo. Hay que tener presente que, en un primer
momento, circulan los agrapha, es decir, compilaciones escritas
sobre las sentencias y la biografía del maestro que son elementos
intermediarios entre la tradición oral y los evangelios propiamente dichos pero
que serán profundamente transformados. Todos estos fenómenos han dado lugar a
la aparición de una serie de documentos dispares unos de otros, incongruentes y
contradictorios en sí mismos, dado que recogen tradiciones divergentes por
motivos ideológicos, teológicos, etc.
c) Por lo que se refiere a las Epístolas
de S. Pablo hay que señalar que son anteriores al año 71 d. d. Cristo
por lo que sería de esperar que su visión reflejara el sentir tradicional de
la comunidad primitiva. Pero ello no es así ya que sabemos ( el mismo Pablo lo
afirma categóricamente ) que su evangelio era diferente al enseñado en la
comunidad primitiva de Jerusalén. Más adelante veremos cuales eran esas
diferencias.
d) Por último, como ya hemos señalado más arriba, el CANON solo llega a fijarse hacia el año 495 d. d. Cristo (siglo V) y ello tras
siglos de fuertes polémicas y luchas entre los miembros del mismo cristianismo.
Tales polémicas tenían su razón de ser en la diferencias existentes en su
seno. La base de tales diferencias residían ( aún hoy se pueden
percibir claramente ) residía en las contradicciones existentes entre la
visión que, sobre Jesús y su evangelio, tenía la comunidad primitiva de Jerusalén ( que,
por otro lado, acabará siendo
considerada como herejía) o la de otras comunidades cristianas presentes en
Alejandría, Roma u otros lugares.
Todos estos datos nos sitúan ante una gran dificultad:
¿es posible saber
algo acerca de JESÚS y de la comunidad que le siguió en un principio?
¿O por el contrario, hay que someterse
a lo que nos dicen los evangelios, aún a sabiendas de ser conscientes que
muchas de las cosas que nos dicen son contradictorias e incluso manipuladas?
Muchos defienden esta última
tesis que, por otra parte, es la más cómoda y segura. Algunos afirmarán,
incluso, que Jesús no existió y que fue el producto de la imaginación del
pueblo judío. Por ejemplo, Bauer, llega a la conclusión de que, en vista de la
naturaleza de las fuentes neo-testamentarias, no sólo no podría conocerse con
certeza nada de la historia de Jesús, sino que, incluso, el cristianismo
podría entenderse sin contar con su figura. A partir de ahí se afirma que
sólo es posible tener un punto de vista que describa una teoría mítica sobre
la historia de Jesús.
Indice
Principal
SOBRE LA FIGURA DE JESÚS
(Tesis de Brandon)
Otros, sin embargo, no están de acuerdo con esta postura y piensan que, auque sea casi imposible trazar un biografía clara y rigurosa del
nazareno, si
es posible delinear el sentido social, político y religioso de su acción, en
el marco del movimiento de protesta anti-romana en la Palestina del siglo I de
nuestra era. Así, según los 4 relatos evangélicos, Jesús, fue crucificado
por delito de sedición contra el gobierno romano de la provincia de Galilea.
Este dato es rigurosamente histórico al margen de la interpretación
teológica. Por lo tanto, para vislumbrar un poco sobre este dato se hace
necesario señalar algo sobre el estatus social y político de Palestina en los
primeros 70 años del siglo I d. d. Cristo.
En esta línea se encuentra, por ejemplo, Brandon,
el cual piensa que pueden decirse muchas cosas tanto de Jesús, como de la comunidad
primitiva que le siguió y esto a base de llevar a cabo una interpretación crítica de
los mismos evangelios en donde, según él, se habrían "colado"
muchos elementos presentes en la comunidad primitiva; y de prestar atención a
los elementos históricos (Flavio Josefo).
En estos apuntes tendremos presente esta última visión.
SOBRE LA FIGURA DE JESÚS
(Jesús en su tiempo)
Intentar acercarse al conocimiento de la
figura
de Jesús al margen de las condiciones históricas y sociales en las que
vivió es una tentativa encaminada al fracaso. Partiendo de esta base
señalaremos de modo general lo siguiente:
1º) El pueblo de Israel en tiempos de
David y de Salomón (ver cronología) intentó conciliar su concepción
religiosa monoteísta (Javhé) con la ideología oriental de una realeza de
origen divino. David y Salomón son reyes cuyo poder procede del mismo dios. Las
tensiones entre la realeza y el pueblo dieron lugar a la aparición de los
profetas que fueron dando forma a la fe de una futura llegada de un Mesías,
ungido de Dios (Christós en griego) el cual establecería una monarquía ideal
teocrática. La destrucción de Israel por el imperio babilónico intensificó
aún más esta esperanza mesiánica al tiempo que comenzaron a aparecer
componentes escatológicos y apocalípticos que origen persa (ideas sobre el
milenio, resurrección de la carne, juicio final etc).
2º)Todas estas ideas dieron lugar a una
literatura que descansaba fundamentalmente en la esperanza popular en la llegada
de un Mesías, hijo de David y restaurador de Israel. Este "reino de
Dios" que el Mesías había de instaurar tendría carácter terrenal y
únicamente afectaría a Israel. El universalismo mesiánico, el reino de dios
como algo que transciende al mundo, la divinidad de Jesús y su encarnación
divina, la redención, etc, son ideas extrañas en la que que Jesús viene el
mundo y en esta época del pueblo judío. Sólo aparecerán en el contexto de la
helenización del judaísmo llevado a cabo, sobre todo, y, como veremos, en
Alejandría (siglo III a d Cristo).
3º)En los años del nacimiento de Jesús
(Lucas lo sitúa en el año 6 de nuestra era ), Israel, es una provincia de
Roma. Tiene que pagar tributo a Roma y presenta graves problemas políticos
debido a la prohibición del uso del Templo, lugar sagrado para los Judíos.
Flavio Josefo, por ejemplo, nos narra, en su Guerra Judía, los graves
enfrentamientos producidos entre los judíos y la autoridad romana. Parece
evidente, por tanto, que Jesús vino a este mundo en un período en el que su
pueblo manifestaba una gran hostilidad hacia Roma.
Desde el año 129 a de Cristo en que los Macabeos destruyen el yugo de los seleúcidas,
hasta la muerte de Herodes en el año 4 d. d. Cristo, los judíos disfrutan de
una cierta independencia nacional aunque bajo el protectorado de Roma. Los judíos
tenían un uso exclusivo del templo de Jerusalén y estaban libres de pagar
tributos a Roma. A partir del año 6, sin embargo, las cosas cambian. En ese
año, Judas el Galileo, funda el
SOBRE EL MOVIMIENTO DE LOS ZELOTAS
Sobre los zelotas convendría tener en
cuenta lo siguiente:
1º) No es un movimiento simplemente terrorista ni de bandidos como nos
transmite Flavio Josefo, sino un movimiento religioso-político con un profundo
convencimiento de que un Mesías de Israel gobernaría el mundo entero. Esta
idea, ya disfigurada, aparecerá después en los evangelios como tentación satánica ofrecida a
Jesús.
2º) La creencia en este hecho estaba tan arraigada que una de las
características que definían a los jefes zelotas era la de entregar
valientemente su vida como testimonio de este hecho. En el año 66 d. d. Cristo MENAHEN,
jefe zelota, hijo de Judas el Galileo, entró como rey en Jerusalen, tal como
nos cuenta Flavio Josefo. Pagaría con su vida siendo crucificado,
máxima pena impuesta a los sediciosos. ¿Cómo murió Jesús?
3º) Flavio Josefo presenta al zelotismo como un movimiento de bandidos y de
terroristas guiados por la codicia y por el instinto criminal. Designa a los
zelotas como ladrones y bandidos, gentes que simulaban realizar una revolución
social con el auxilio divino, operaban en compañías por todo el país contra
los ricos, los pueblos que no cooperaban eran incendiados. La hostilidad hacia
el rico era significativa. Habiendo sacrificado todo por la causa de Israel, los
zelotas odiaban a aquellos que prosperaban bajo el imperio romano.
4º) Es una pena que el texto del libro XVII de las Antigüedades de los Judíos
de Flavio Josefo fuera manipulado ya que, sin duda alguna, allí se nos
transmitía la visión que el propio Josefo tenía de Jesús como un pretendiente
mesiánico de carácter político. Su relato debió ser tan ofensivo para los
cristianos posteriores que hubo de ser revisado y alterado hacia finales del
siglo III.
5º) Cuando Jesús de Nazaret – escribe Brandon - convocó a sus discípulos a
que tomasen su cruz, proclamó un siniestro reto que cada zelota había
afrontado por sí mismo. La cruz era el símbolo del sacrificio zelota, antes de
transformarse en el símbolo de la salvación cristiana.