MARCO IDEOLÓGICO EN EL QUE SE DESARROLLA LA COMUNIDAD PRIMITIVA DE JERUSALÉN

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Las tensiones existentes entre la primitiva ideología nómada yahvista y la ideología oriental de la realeza de origen divino de la época pre-exílica, así como las repetidas "traiciones" de los monarcas de Javhé, dieron origen a una fuerte movimiento profético que fue dando forma a la fe en una futura llegada de un Mesías, Ungido de Dios (Christós en griego) que establecería una Monarquía Ideal Teocrática.
La destrucción de Israel y el exilio babilónico intensificaron aún más la esperanza mesiánica en la restauración de Israel al tiempo que la impregnaron de componentes escatológicos y apocalípticos de origen persa (ideas del milenio, la resurrección de la carne, el Juicio final, la transformación última de la Tierra, etc.; dualismo en el problema del mal).
Entre los siglos II a.C. y II d.C. surge en Palestina una abundante literatura ( I Macabeos, Libro de Daniel, de Henoch, Esdras IV, Apocalipsis de Baruch, etc.) que desarrolla la especulación mesiánica en diversas direcciones ( Mesías-sacerdote, Mesías-profeta, Mesías oculto y revelado, Mesías celestial Preexistente, Mesías Muerto y triunfante, etc.), ancladas todas ellas en la esperanza popular de un Mesías-Rey, hijo de David, restaurador de Israel. Si bien es cierto que tal especulación va progresivamente espiritualizando el mesianismo e impregnándole de "cosmismo" apocalíptico, éste nunca llega a perder su dimensión nacional y terrena: el Reino de Dios que el Mesías instaurará sigue siendo terrenal, aunque la propia Tierra será transfigurada idealmente. Todo retornará a su estado natural de perfección (palingenesia) en "los últimos días" (eschaton) y toda la humanidad será salvada por intermedio de Israel, luz de las naciones.
Importa destacar que el Reino de Dios sucederá al reino de la Gehenna, es decir, que ni tan siquiera la importación de una concepción tan dualista como la doctrina gnóstica de los aiones consigue suprimir el fuerte sentido histórico del pueblo hebreo: el resultado será un dualismo temporal ( antes y después del Mesías, pero todo en un proceso temporal único, lineal ), en ningún caso un dualismo acrónico y eterno "arriba" y "abajo", escisión entre un "Más Allá" espiritual y un "más aca" terreno ). Y ello porque el desdoblamiento carne-espíritu es ajeno a la ciencia judía. Ni siquiera el fuerte influjo mazdeísta padecido durante el exilio babilónico logró alterar la antropología unitaria característica del pensamiento hebreo: el hombre esencialmente uno y de destino indiviso. De ahí que la doctrina del Reino de Dios fuera acompañada de la creencia en la resurrección de los muertos resultándole, sin embargo, totalmente ajena, antagónica e inconciliable la creencia griega en la inmortalidad del alma.
Otras dos cosas hay que resaltar: el impedimento que el rígido monoteismo israelita suponía a la consideración del Mesías como un segundo dios (caso de los gnósticos) y el universalismo mesiánico que veía a Israel como mediador en la salvación de todos los pueblos.
Pues bien, es en este marco ideológico debe situarse el primitivo judeo­cristianismo,
  presente en la comunidad primitiva de Jerusalén, pues se piense lo que se piense sobre el debatido problema de si Jesús se proclamó Mesías ( y en caso afirmativo qué género de Mesías ) lo importantes es como fue considerado por sus seguidores, quienes sólo pudieron resistir el "shock" de la crucifixión ( que inicialmente no fue sino testimonio del fracaso de Jesús como Mesías ) imprimiendo una original inflexión a la ideología mesiánica: la creencia en que Jesús es el Mesías prometido pasan a fundamentarla en la fe en su resurrección ( justificando de paso la necesidad de su muerte ), recurriendo en consecuencia a una doctrina de la Salvación en dos etapas, según la cual esperan una Segunda Venida del Mesías Resucitado, esta vez como Rey triunfal y Juez universal. Para los primeros cristianos la Parusía era inminente, configurándose sobre su espera febril una comunidad escatológica expectante practicante de una ética radical de la entrega altruista y el arrepentimiento, cohesionada en torno a la continua repetición de la fórmula Maranatha ("el Señor va a venir"). Este nuevo mesianismo cristiano ( que comparte plenamente las características que hemos resaltado en el judío ) se fue fundiendo con las especulaciones rabínicas, especialmente con la apocalíptica del Hijo del Hombre, el adopcionismo divino en cuanto Mesías reconocido por Dios y la preexistencia celeste de los esenios. No obstante, y a pesar de su tardía elaboración, ni tan siquiera en el núcleo más antiguo de los Sinópticos (una vez liberado de claras interpolaciones posteriores) pueden encontrarse indicios de lo que serán dogmas fundamentales de la ortodoxia futura: Encarnación, Divinidad de Jesús y Redención. Los tres son fruto de la helenización del cristianismo tempranamente iniciado por San Pablo y extraordinariamente influida en su génesis y expansión por la previa helenización del judaísmo, realizada principalmente en Alejandría.

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SOBRE LA COMUNIDAD PRIMITIVA DE JERUSALÉN
(Introducción)

Por lo que se refiere a la comunidad primitiva de Jerusalén ( urgemeinde ) habría que decir lo siguiente:

1º) La comunidad surge realmente después de la crucifixión de Jesús. Los datos sobre su existencia y su ideología pueden reconstruirse fundamentalmente a base de rasgos de tipo deductivo. Y es que no podemos olvidar que no existe documento alguno perteneciente a este período ya que la comunidad primitiva de Jerusalén desapareció íntegramente a consecuencia de la destrucción de Jerusalén en el año 70 por el poder de Roma. Le sucedió lo mismo que le hubiera sucedido a la comunidad de Qumran en el 68 a causa de su destrucción física por Roma si no fuera porque sus miembros enterraron en lugar seguros sus libros sagrados. A pesar de todo la tarea de reconstruir la historiografía de la comunidad primitiva de Jerusalén se ha podido realizar gracias a las investigaciones de Brandon. Este demostró que, en los evangelios, están presentes ciertas tradiciones que proceden de la Iglesia – Madre de Jerusalén aunque fuertemente desfiguradas. Brandon demostró que en los evangelios existen ciertas tradiciones que proceden en gran parte de la iglesia madre de Jerusalén aunque fuertemente reelaboradas. Y es que no podemos olvidar que cada uno de los 4 evangelios fue escrito por una comunidad eclesial de lengua griega situada fuera de Palestina. Así, el evangelio de Marcos fue escrito para la comunidad cristiana de Roma poco después del triunfo de Flavio celebrado allí en el año 71 a. d. Cristo, y está motivado por una fuerte preocupación apologética. Por lo tanto, podemos deducir que estos escritos son posteriores al año 70 y que están, por tanto, influidos por el colapso total y definitivo de la Urgemeinde de Jerusalen.
2º) Para conocer la comunidad primitiva de Jerusalén es importante tener en cuenta los datos que nos suministra San Pablo. Afirma que en la comunidad primitiva se enseña un evangelio diferente al suyo y tan diferente tuvo que ser que acabó siendo expulsado por los líderes de la comunidad de Jerusalén. Pablo nos informa también que en Jerusalén existía un triunvirato formado por Santiago, hermano de Jesús, Pedro y Juan. El trágico final de Santiago, ejecutado en el año 62, ( por orden del sumo sacerdote Ananmis, según Flavio Josefo ) demuestra que debió seguir la doctrina revolucionaria de Jesús. Esta comunidad primitiva sería también responsable de una nueva visión de Jesús: el hecho de la muerte del Mesías significó un duro golpe para los intentos de liberación. Ante este hecho comienza a desarrollarse la idea de la parousía y resurrección del Mesías, el cual, después de padecer y morir por su pueblo, vendría a instaurar el reino de Dios. Santiago se pondría al frente de esta rama de discípulos de Jesús, rama que no sería ni Zelota, ni propiamente judía, sino la
PRIMERA COMUNIDAD JUDEO-CRISTIANA que se diferenciaría de las restantes por su creencia en la resurrección de Jesús y la posterior liberación del reino de Israel. Esto quiere decir que ideas que aparecerán posteriormente como fundamentales en el cristianismo como la divinidad de Jesús, la encarnación y la redención de la humanidad, no estarían presentes dentro de esta comunidad primitiva. Tales ideas serán el producto de la helenización del judaísmo (Filón) y de visión paulina del cristianismo.
3º)Las epístolas de Pablo son anteriores a la destrucción de la Comunidad Primitiva en el año 70 d. d. Cristo. Esto debería suponer el poder hallarnos ante un documento fidedigno que nos permitiera conocer las tradiciones de la comunidad primitiva. Pero la realidad es muy otra. Los escritos de Pablo sufrieron grandes manipulaciones por efecto de la gran crisis gnóstica en la iglesia del siglo II de nuestra era y, por ello, eluden toda referencia histórica sobre la personalidad de Jesús interpretando el hecho de su muerte en un sentido meramente teológico-cósmico y separándole absolutamente del contexto histórico en el que vivió. Por todo ello, en San Pablo, la crucifixión se presenta como el cumplimiento de un plan divino que indujo a las potencias astrales (arcontes) a crucificar al señor de la gloria sin percatarse del significado de su acción criminal (Corintios 2, 6-8). Nada se dice del lugar y fecha del suceso, ni de sus protagonistas (romanos y judíos) transponiendo el hecho de su muerte al ámbito del mito al achacar el delito a satánicos arcontes. Evidentemente este relato no podía ser asimilado fácilmente por las diferentes comunidades, sobre todo, la de Jerusalén lo que nos ayuda a entender mejor la visión que Pablo tenía de esta comunidad en el Hecho de los apóstoles. Allí señala que los miembros de esta comunidad enseñaban un evangelio diferente y presentaba a otro Jesús. Reconocía, sin embargo, su autoridad. Y es que Pablo eran consciente que el "otro evangelio" representaba la fe de la Urgemeinde profesada por los discípulos vivos de Jesús. De todos modos, acabará siendo repudiado y expulsado por los líderes de la comunidad de Jerusalén. Por todo ello, Pablo, elaborará una versión de Jesús y de la fe muy distinto al original – que por otra parte es el que acabará triunfando- y que iba dirigido a un público no palestino. Este público estaba preparado para rechazar la idea de una visión mesiánica reducida al pueblo judío al que no consideraban como el único elegido. Para este público, la mayoría gentil, Pablo, fijó un evangelio no judío versus al evangelio judío. Allí Jesús es presentado como un salvador que se sacrifica por toda la humanidad. Por otra parte, los agentes de la muerte de Jesús ya no son realmente los soldados romanos sino poderes demoníacos acordes con la mentalidad gnóstica de la época. Según Pablo, el Jesús histórico no es el Mesías que volverá para salvar a su pueblo sino solamente una breve manifestación incidental en el espacio y en el tiempo de un plan divino encaminado a salvar a toda la humanidad. A partir de este tipo de interpretación surgirá durante el siglo II toda una corriente gnóstica que, debido a su radicalismo, acabará por crear una grave crisis dentro de la iglesia.
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SOBRE LA COMUNIDAD PRIMITIVA DE JERUSALÉN
(Características religiosas)

Las características religiosas de la comunidad primitiva de Jerusalén,( URGEIMEINDE ), que eran muy diferentes a las del resto de las otras comunidades cristianas, podrían resumirse así:

  1. Como se ha dicho anteriormente la comunidad estaba regida por un triunvirato formado por Santiago (hermano de Jesús), Pedro y Juan, por este orden. El papel importante de Santiago parece deberse al parentesco con Jesús y a su absoluta creencia en el papel que el Mesías iba jugar respecto de Israel. Su trágico final, ejecutado en el 62 por el poder de Roma,  demuestra el carácter reivindicativo de la comunidad.
  2. Otra de las características de la comunidad era su hostilidad manifiesta frente a los gentiles así como la creencia de que la misión de Jesús iba dirigida únicamente a salvar a la comunidad de Israel, pueblo elegido por Dios. Si se permitía la existencia de otras comunidades era fundamentalmente por razones de tipo económico. De todas formas cuando se plantearon problemas doctrinales la ruptura fue total.
  3. Pertenecía también a la comunidad de Jerusalén la idea de la Parousia o venida posterior del Mesías resucitado. Y es que la muerte de Jesús significó un golpe muy duro para la comunidad. Para superar tal muerte comienza a surgir una nueva creencia entre sus discípulos: Jesús retornará pues ha resucitado de entre los muertos. Santiago, hermano de Jesús, se puso decididamente al frente de esta creencia y, por ello, comienza hablarse de la venida del "hijo del hombre".
  4. Esto hizo que, hasta el año 70, en la comunidad de Jerusalén surgiera un grupo de discípulos de Jesús y adeptos a la comunidad de Jerusalén que formarían un grupo o secta ( que se diferenciaba de todos los demás judíos ) y que por ello fueron llamados judeo-cristianos, los cuales defendían una venida inminente de Jesús resucitado. Esta secta no era propiamente zelota ni estaba encuadra en ninguno de los grupos tradicionales judíos. Eran sencillamente discípulos de Cristo, es decir, JUDEO-CRISTIANOS y se diferenciaban de los zelotas tradicionales en que creían en la resurrección de un profeta crucificado por los romanos el cual volvería muy pronto para implantar en Israel el reino mesiánico. Es evidente que este tipo de creencias chocaban no únicamente con las tesis de San Pablo sino también con las demás comunidades gentiles existentes fuera de Israel las cuales se encontraban muy ajenas a las expectativas de la comunidad judía de Jerusalén.
  5. Pero, entretanto, sucedió algo que cambió radicalmente la situación. Los sucesos del año 70 acabarán por destruir totalmente la Urgemeinde. El imperio romano arrasó absolutamente a esta comunidad de tal forma que, a partir del año 70, jamás volvió hablarse de la iglesia de Jerusalén. Roma, Antioquía y Alejandría serán las nuevas sedes de la autoridad cristiana. Los pocos restos de la comunidad de Jerusalén que estaban presentes en Siria y Palestina desaparecieron poco a poco o fueron considerados como herejes ( por ejemplo las sectas de los ebionitas ) dentro de la nueva situación en donde las tesis de San Pablo se iban imponiendo poco a poco. A partir de ahora el evangelio de Pablo rescatado del olvido por el derrocamiento judío, se convirtió en la fuente del cristianismo primitivo y, en donde, Jesús, se transformaría en un Mesías o salvador divino pero de toda la humanidad. Mientras para la Urgemeinde, Jesús, era el profeta, servidor de Dios y maestro, siempre hombre y jamás un ser divino, que salvaría al pueblo de Israel; para Pablo, Jesús, es el hijo de Dios que se hace hombre y se sitúa dentro de la estirpe de David al ser parido por una mujer. Pero ya nos toparemos también con la virginidad de esa mujer.

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