En esta Universidad de Könisberg estudió e impartió clases Kant.
Acudía a sus clases con una puntualidad tan rigurosa que, según cuenta la anécdota, los
vecinos ponían en hora sus relojes cuando veían pasar al profesor. El poeta Heine
llegó a escribir que no creía que el gran reloj de la catedral de Könisberg
cumpliese su tarea con más regularidad que su compatriota Kant.
CRONOLOGÍA
KANT