LIBRO III DEL ENSAYO
SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO
Capítulo VII
ACERCA DE LAS PARTÍCULAS
1. Las partículas ligan partes de las frases,
o las frases enteras
Además de las palabras que son nombres de ideas en la mente,
hay otras muchas que se usan para significar la conexión que establece la
mente entre las ideas o las proposiciones. La mente no solamente necesita, al comunicar sus pensamientos a los
demás, signos
de las ideas que tiene o ha tenido, sino que, además, tiene necesidad de otros
signos para mostrar o insinuar alguna acción suya particular, que en ese
momento se relaciona con sus ideas. Esto lo hace de diversas maneras, como ES y
NO ES que son las señales de la mente para afirmar o negar. Pero además de
las afirmaciones y negaciones, sin las que no hay en las palabras ni verdad ni
falsedad, la mente, al declarar sus sentimientos a los demás, conecta no sólo
las partes de las proposiciones, sino frases enteras, unas con otras, con sus
diversas relaciones y dependencias, para lograr un discurso coherente.
2. En el recto uso de estas partículas consiste el arte del bien-hablar
Las palabras por las que significa que se establece una
conexión entre diversas afirmaciones y negaciones, que une en un razonamiento
continuado o narración, son generalmente denominadas partículas; y es en su
uso correcto en lo que consiste más particularmente la claridad y belleza de
un buen estilo. Para pensar bien no basta con que un hombre tenga ideas claras y
distintas en sus pensamientos, ni con que observe la conveniencia o
inconveniencia de algunas de ellas, sino que se necesita que piense con
ilación, y que observe la dependencia de sus pensamientos y razonamientos los
unos con respecto a los otros. Y para expresar de una forma correcta tales
pensamientos, metódicos y racionales, deberá emplear palabras que muestren la
conexión, la restricción, la distinción, la oposición, el énfasis, etc.,
que establece en cada parte respectiva de su discurso. Equivocarse en cualquiera
de ellas supone confundir a quien escucha, en lugar de informarle; por ello es
por lo que esas palabras, que realmente no son los nombres de idea alguna, son
de un uso tan constante e indispensable en el lenguaje y tanto contribuyen a
la correcta expresión de los hombres.
3. Muestran la relación que la mente establece entre sus pensamientos
Esta parte de la gramática ha sido, quizá, tan negligentemente cultivada como otras lo han sido en
demasía. Resulta fácil para
los hombres el escribir sin interrupción sobre los casos y los géneros, los
modos y los tiempos, los gerundios y los supinos. En estos y otros temas
similares se ha puesto gran empeño, y las mismas partículas, en algunos
lenguajes, han sido ordenadas en diferentes clases con bastante exactitud
aparente. Pero aunque las preposiciones, conjunciones, etc., son nombres bien
conocidos en la gramática, y las partículas contenidas bajo esos epígrafes
han sido cuidadosamente ordenadas en sus distintas subdivisiones, sin embargo,
el que quiera mostrar el uso correcto de esas partículas, y cuál es su
significación y fuerza, necesitará de mayores esfuerzos, deberá adentrarse en
sus propios pensamientos y observar cuidadosamente las diversas posturas de su
mente cuando está ejerciendo el arte del discurso.
4. Son marcas de alguna acción de la mente
No resulta suficiente, para la explicación de estas
palabras, con traducirlas, como es usual en los diccionarios, con las palabras
de otro idioma que más se acerquen a su significado, pues, por lo común, tan
difícil es entender su significado en un idioma como en otro. Todas ellas son
marcas de alguna acción o insinuación de la mente y, por tanto, para
entenderlas correctamente resulta necesario estudiar diligentemente las diferentes perspectivas, posturas, situaciones,
giros, limitaciones y
excepciones, y algunos otros pensamientos de la mente para los que no tenemos
nombres, o los que tenemos son muy deficientes. De éstos existe una gran
variedad que con mucho sobrepasa el número de partículas que la mayoría de
los lenguajes tienen para expresarles; y por eso no resulta extraño que la mayor parte de esas partículas tengan
significados
diversos y, en ocasiones, opuestos. En la lengua hebrea hay una partícula que
consta de una sola letra, de la que se cuentan, si recuerdo bien, setenta significaciones distintas (de más de cincuenta estoy
totalmente seguro).
5. Ejemplo de la partícula «pero»
Pero
es una de las partículas más
familiares en nuestro idioma; y el que afirme que es una conjunción adversativo
que responde al sed latino o al mais francés creerá que la ha
explicado suficientemente. Pero, con todo, me parece que insinúa diversas
relaciones que la mente da a diversas proposiciones o partes suyas, las cuales
une por medio de esa palabra.
Primero, en «pero, para no decir más» (inglés, but to
say no more), se insinúa que la mente hace una pausa en su discurrir, antes
de haber llegado a su fin.
Segundo, en «no vi sino dos plantas» (I saw but two
plants) muestra que la mente limita el número de los que expresa, con una
negación de lo demás.
Tercero, en «rezas, pero no haces para que Dios te conduzca
hacia la religión verdaderas (You pray; but It is not that God
would bring you to the true religion).
Cuarto, «sino para que te confirme en la tuya propia» (But that he would
confirm you in your own). El primero de esos peros insinúa una suposición en la mente de algo distinto de lo que debiera
ser; mientras que el segundo muestra que la mente realiza una oposición
directa entre esto y lo que precede.
Quinto, en «todos los animales tienen sentidos, pero un
perro es un animal» (All animals have sense, but a dog is an animal) no
significa más que la segunda proposición está unida a la anterior, como la
menor de un silogismo.
NOTA: En inglés la partícula adversativa but engloba los significados de las
españolas: pero, mas, sino, etc.
6. Tan sólo hemos tocado de una forma ligera este asunto del uso de las
partículas
No dudo que se puedan añadir, a estos significados de esa
partícula, muchos otros, si me propusiera examinarla en toda su extensión, y
considerarla en todos los lugares en que aparece. Si alguien quiere hacerlo,
dudo que pueda darle el título de adversativo, que le conceden los dramáticos,
en todas las ocasiones en que se emplea. Pero no es mi intención realizar aquí
una explicación completa de esta clase de señales. Los ejemplos que he aducido
en esta ocasión podrán servir para que se reflexione sobre su uso y fuerza
en el lenguaje, y para llevarnos a la contemplación de distintas acciones de
nuestra mente en el acto del discurso, acciones que ha podido insinuar a los
demás por medio de esas partículas, algunas de las cuales sólo tienen sentido
completo cuando se encuentran en ciertas construcciones, mientras que otras lo
tienen siempre.