Las ideas
que adquirimos a través de más de un solo sentido son las del espacio o
extensión, de la forma,
del reposo y del movimiento. Porque provocan impresiones en los ojos y el
tacto, de manera que podemos recibir y comunicar a nuestra mente las ideas
de suspensión, forma, movimiento y reposo de los cuerpos, tanto al verlos
como al tocarlos. Pero, como tendré ocasión de referirme ampliamente a
ésta en otro lugar, aquí solamente voy a enumerarlas.
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Al recibir la
mente del exterior las ideas de las que hemos hablado en los anteriores
capítulos, cuando dirige su mirada hacia dentro sobre sí misma y observa
sus propias acciones sobre las ideas que tiene, toma de allí otras ideas,
tan capaces de ser objeto de su contemplación como cualesquiera de
aquellas que recibió de cosas exteriores.
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Las dos
acciones más importantes y principales de la mente de las que más
frecuentemente se habla, y que, en efecto, son tan frecuentes que quien lo
desee puede advertirlas en sí mismo, son estas dos: la percepción o
potencia de pensar, y la voluntad o potencia de volición, La potencia de
pensar se denomina entendimiento, y la de volición se denomina
voluntad; y a estas dos potencias o habilidades de la mente se la llama
facultades. Posteriormente podré hablar de algunos de los modos de esas
ideas simples que provienen de la reflexión; tales como el recordar, el
discernir, el razonar, el juzgar, el conocer, el creer, etc.
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