Además de las palabras que son
nombres de ideas en la mente, hay otras muchas que se usan para significar
la conexión que establece la mente entre las ideas o las proposiciones....
Las palabras por las que significa que se establece una conexión entre
diversas afirmaciones y negaciones, que une en un razonamiento continuado
o narración, son generalmente denominadas partículas; y es en su uso
correcto en lo que consiste más particularmente la claridad y belleza de
un buen estilo. Para pensar bien no basta con que un hombre tenga ideas
claras y distintas en sus pensamientos, ni con que observe la conveniencia
o inconveniencia de algunas de ellas, sino que se necesita que piense con
ilación, y que observe la dependencia de sus pensamientos y razonamientos
los unos con respecto a los otros. Y para expresar de una forma correcta
tales pensamientos, metódicos y racionales, deberá emplear palabras que
muestren la conexión, la restricción, la distinción, la oposición, el
énfasis, etc., que establece en cada parte respectiva de su discurso.....No
resulta suficiente, para la explicación de estas palabras, con
traducirlas, como es usual en los diccionarios, con las palabras de otro
idioma que más se acerquen a su significado, pues, por lo común, tan difícil
es entender su significado en un idioma como en otro. Todas ellas son
marcas de alguna acción o insinuación de la mente y, por tanto, para
entenderlas correctamente resulta necesario estudiar diligentemente las
diferentes perspectivas, posturas, situaciones, giros.... De éstos existe
una gran variedad que con mucho sobrepasa el número de partículas que la
mayoría de los lenguajes tienen para expresarles; y por eso no resulta
extraño que la mayor parte de esas partículas
tengan significados diversos y, en ocasiones, opuestos. En la lengua
hebrea hay una partícula que consta de una sola letra, de la que se
cuentan, si recuerdo bien, setenta significaciones distintas (de más de
cincuenta estoy totalmente seguro). Pero es una de las partículas más
familiares en nuestro idioma; y el que afirme que es una conjunción
adversativo que responde al sed latino o al mais francés creerá que la
ha explicado suficientemente.
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