TEXTO 10A

Aunque Dios no nos ha dado ninguna idea innata sobre El mismo; aunque no nos imprimió ningunos caracteres originales en nuestras mentes por los que podamos contemplar su existencia, sin embargo, como nos dotó de estas facultades que nuestras mentes poseen, no se ha quedado sin nuestro reconocimiento, desde el momento en que tenemos sentidos, percepción y capacidad de razonamiento, y en que no podemos carecer de una prueba tan clara de El, puesto que lo llevamos en nosotros mismos. Ni podemos tampoco quejamos con justicia de nuestra ignorancia en este punto tan trascendental, puesto que nos ha dotado suficientemente de los medios para descubrirlo y conocerlo, en la forma en que sea necesario para los fines de nuestro ser, y para el importante asunto de nuestra felicidad. Pero aunque ésta sea la verdad más obvia que la razón puede descubrir y aunque su evidencia sea (si no me equivoco) igual a la certidumbre matemática, sin embargo, requiere meditación y atención, y la mente debe aplicarse regularmente a deducirla de alguna parte de nuestro conocimiento intuitivo, o, de lo contrario, estaríamos en una incertidumbre e ignorancia tan grande de ello, como de otras proposiciones cualesquiera, con respecto a las cuales fuéramos capaces de una clara demostración. Para mostrar, por tanto, que somos capaces de conocer, es decir, de estar seguros de que hay un Dios, y para mostrar cómo podemos llegar a esta certidumbre, pienso que no necesitamos ir más allá de nosotros mismos, y de nuestro conocimiento indubitable que tenemos de nuestra propia existencia.
Comentario









































































TEXTO 10B

Si alguien tiene la pretensión de ser tan escéptico como para negar su propia existencia (pues dudar de ella es materialmente imposible), dejésele disfrutar su amada felicidad de no ser nada, hasta que el hambre o algún otro dolor le convenza de lo contrario..... Por lo mismo, el hombre sabe, por una certidumbre intuitiva, que la pura nada no puede producir mejor un ser real... Si, por tanto, sabemos que hay algún ser real, y que la nada no puede producir ningún ser real, resulta una demostración evidente que ha existido algo desde la eternidad, puesto que lo que no ha existido desde la eternidad tuvo un comienzo, y lo que tuvo un comienzo debió ser producido.....Aemás, resulta evidente que...todas las potencias que tenga las habrá recibido y tendrán su origen en la misma fuente. Esta fuente eterna, por tanto, de todas las cosas deberá ser también la fuente de origen de toda potencia... Además, el hombre encuentra en sí mismo la percepción y el conocimiento. Nosotros podemos avanzar un paso más y tener la certidumbre de que no existe solamente un ser, sino que, al mismo tiempo, este ser existente está dotado de inteligencia y es capaz de conocimiento. Hubo un momento, pues, en que no éramos capaces de conocimiento y en el que el conocimiento empezó a ser, o, más bien, en que desde la eternidad hubo un Ser capaz de conocimiento. Si se dice que hubo un tiempo en que ningún ser tenía conocimiento alguno, cuando el Ser eterno no estaba dotado de todo entendimiento, replicaré que era imposible que hubiera habido alguna vez, en ese caso, ningún conocimiento, pues es imposible que las cosas absolutamente carentes de conocimiento, y que operan ciegamente, y sin ninguna percepción, puedan haber producido un ser dotado de conocimiento, lo mismo que resulta imposible que un triángulo haga por sí mismo que sus tres ángulos sean mayores a dos rectos. Porque tan repugnante resulta para la idea de materia sin sentido el poder incluir en sí misma la sensación, la percepción y el conocimiento, como repugnante es a la idea de triángulo el que pueda incluir unos ángulos mayores a dos ángulos rectos.... De esta manera, a partir de la consideración sobre nosotros mismos y sobre lo que nosotros encontramos infaliblemente en nuestra propia constitución, nuestra razón nos lleva al conocimiento de la siguiente verdad segura y evidente: que existe un Ser eterno, todopoderoso y sapientísimo, y que no tiene la mayor importancia el que se le llame Dios o no.
Comentario









































































TEXTO 10C

Ninguna verdad es más evidente que la que establece que tiene que existir algo sobre la eternidad. Nunca he oído a nadie tan falto de razón, ni a nadie que supusiera una contradicción tan manifiesta como para admitir un tiempo en el que existiera una nada perfecta. Pues sería el mayor de todos los absurdos el imaginar que la pura nada, la negación perfecta y ausencia de todo ser, pudiera una vez producir cualquier existencia real. Así pues, siendo inevitable que toda criatura racional llegue a la conclusión de que «algo» ha existido desde la eternidad, veamos a continuación «qué clase de cosa» tiene que ser ello.... Existen únicamente en el mundo dos clases de seres que el hombre pueda conocer o imaginar: En primer lugar, aquellos que son puramente materiales, desprovistos de sentidos, percepción o pensamiento, como lo son los recortes de nuestras barbas o de nuestras uñas. En segundo lugar, los seres sensibles, dotados de pensamiento y de percepción, tal y como nos encontramos a nosotros mismos. A los cuales, si os parece, los denominaremos de ahora en adelante seres «cogitantes» y seres «no cogitantes»;.... Por tanto, si debe haber algo eterno, veamos qué clase de ser tiene que ser. Y en este sentido parece totalmente obvio para la razón que necesariamente deberá ser un ser cogitante; porque es imposible es concebir que alguna vez la pura materia no cogitante pudiera producir un ser inteligente y pensante,.... La materia, pues, por su propia fuerza, no puede producir por sí misma, ni mucho menos, el movimiento; .... Pero supongamos que el movimiento es eterno también; sin embargo, la materia no cogitante y el movimiento, sean cuales fueren los cambios que puede producir en la forma y en el volumen, jamás podrá decir el pensamiento....Divídase la materia en cuantas partes se quiera ... y nunca podrá producir la sensación, el pensamiento y el conocimiento...Porque es imposible concebir que la materia, con o sin movimiento, pueda tener originariamente en ella misma, y a partir de ella misma, la percepción y el conocimiento, como se deduce con evidencia a partir de que, entonces, la sensación, la percepción y el conocimiento tendrían que ser propiedades eternamente inseparables de la materia y de. cada una de sus partículas....Por tanto, ya que es preciso que el primer ser eterno sea necesariamente un ser cogitante.
Comentario









































































TEXTO 10D

Esta es, según me imagino, la noción a la que más se inclinan los hombres que piensan en Dios como un Ser material, ya que se les sugiere de un modo más inmediato al concepto ordinario que tienen de sí mismos, y de otros hombres a quienes consideran como seres materiales pensantes. Pero este pensamiento, aunque sea muy natural, no deja de ser menos absurdo que los demás; porque suponer que el Ser eterno y pensante no es sino una composición de partículas de materia, cada una de las cuales es no cogitante, es lo mismo que adscribir toda la sabiduría y el conocimiento de ese Ser eterno únicamente a la yuxtaposición de las partes, lo cual no puede ser más absurdo. Porque las partículas no pensantes de materia, se reúnan de la forma que sea, sin embargo, no pueden añadir a sí mismas ninguna cosa a no ser una nueva relación de posición, lo cual es imposible que les aporte ningún pensamiento y conocimiento.....En segundo lugar hay otros que quisieran que la materia fuera eterna, reconociendo, no obstante, que existe un Ser eterno, cogitante e inmaterial. Esto, aunque no niegue que existe un Dios, sin embargo, desde el mismo momento en que niega la primera y principal obra suya, es decir, la creación, es algo que merece la pena considerar más detenidamente. ¿Por qué es preciso que la materia sea eterna? .... ¿por qué no admitir la posibilidad de que una potencia igual haya fabricado de la nada un ser material?.... la materia pudo haber sido hecha en un principio.
Comentario









































































TEXTO 10E

Pero se me podrá objetar si no es imposible admitir la formación de algo a partir de la nada, ya que no es posible que nosotros podamos concebirlo. A ello respondo que no. Porque no resulta irrazonable el negar el poder de un Ser infinito tan sólo porque no podemos comprender sus operaciones.... Así, por ejemplo, mi mano derecha escribe mientras mi mano izquierda descansa. ¿Qué es lo que causa el descanso en una y el movimiento en la otra? Nada, sino mi voluntad, un pensamiento de mi mente; y sólo con que mi pensamiento cambie mi mano derecha permanecerá en reposo y comenzará a moverse la izquierda. Esto es algo evidente, que no puede negarse; explíquese y hágase inteligible, y el paso siguiente consistirá en entender la creación.
Comentario