INTRODUCCIÓN
El diálogo comienza con la conversación de Sócrates y un amigo, y, en
donde, el primero, le comunica que Protágoras se encuentra en Atenas desde hace
ya 3 días. Le comunica también que viene de mantener con él una entrevista.
El amigo le ruega a Sócrates le cuente el contenido de la misma. Sócrates
afirma que la noche anterior, Hipócrates, lo despertó violentamente
para comunicarle que, nada más y nada menos, que Protágoras se encontraba
visitando la ciudad de Atenas, algo que a Sócrates no le parecía un
acontecimiento tan trascendental. Hipócrates ruega a Sócrates que le acompañe
a visitar a tan ilustre huésped, a lo que éste accede. Como todavía era muy
temprano deciden antes dar un paseo por el patio lo que aprovecha Sócrates para
preguntarle a Hipócrates que es realmente Protágoras y que enseña
pues cobra buenas sumas por sus enseñanzas. Para explicar lo que quiere
preguntar acude al ejemplo de escultores como Policleto o Fidias, dos personas que
saben de escultura y, por ello, cobran por sus trabajos. Pues bien, acerca
de Protágoras, se pregunta Sócrates, ¿cuáles son los títulos por los que
cobra? Hipócrates le contesta que es un sofista y un sabio en
cosas sabias. Sócrates se muestra extrañado ante tal contestación y le
recuerda a su amigo que su definición podría aplicarse a multitud de personas
que ostentan un oficio (pintores, escultores) ya que, además de ser sabios en
lo suyo, todos sabemos claramente en que son sabios. Por todo ello, le pide que
aclare cual es el objeto de la sabiduría del sofista Protágoras. Como
Hipócrates no es capaz de dar un respuesta clara, Sócrates, le pone sobre
aviso del peligro que puede significar no saber distinguir claramente las
enseñanzas buenas de las malas. De todos modos, deciden poner fin a esta
conversación introductoria del diálogo para dirigirse a escuchar a Protágoras.(Ver
Texto1)