Sócrates comienza resumiendo de modo magistral lo tratado anteriormente acerca de la virtud y las partes de la virtud. En su resumen destaca lo siguiente: 1º) las virtudes del saber, la sabiduría, valor, justicia y santidad son realidades distintas, por un lado, entre sí; y, por otro lado diferentes también de la virtud? 2º) Protágoras había respondido que eran distintas entre sí y diferentes de la virtud, del mismo modo que las partes del rostro son diferentes entre sí y diferentes del rostro como un todo.
A continuación le vuelve plantear a Protágoras si sigue pensando lo mismo o, por el contrario, ha cambiado de opinión. Protágoras le contesta lo siguiente: "yo sostengo, Sócrates, que son partes distintas de virtud y que, si bien 4 de ellas están en una relación de cercanía y vecindad entre sí, (aquí ya modifica su postura inicial) el valor, por el contrario, se encuentra totalmente aparte".
En relación con lo dicho por Protágoras habría que hacer constar lo siguiente: Platón quiere mostrar con la nueva respuesta de Protágoras lo siguiente: a) No está seguro de que saber, sabiduría, justicia y santidad sean algo tan diferente entre sí. El diálogo anterior sobre esta cuestión ya le habría hecho cambiar de opinión. b) Sobre el valor, sin embargo, no se había dicho nada anteriormente. Sin embargo, ahora, muy seguro de sí mismo, Protágoras, afirma categóricamente que es totalmente distinto de las otras virtudes. c) Se trataría de analizar si Protágoras es un maestro de virtud, sobre este tema, o, por el contrario, sus reflexiones sobre el tema dejan tanto que desear como en el análisis primero sobre las otras virtudes.
Pues bien, Sócrates, se plantea analizar la última parte de la afirmación de Protágoras: el valor es una virtud totalmente diferente de las demás. De su análisis habría que destacar lo siguiente:

  1. Los valerosos son audaces y arriesgados.
  2. Además, la virtud es bella en su totalidad y en sumo grado, es decir, no puede tener una parte que sea bella y otra que no lo sea.
  3. Por otro lado, Protágoras, acepta que los que saben son más audaces que los ignorantes. Esto quiere decir, por ejemplo, que los buzos que saben descender en las aguas, lo hacen más audazmente que los que no saben; del mismo modo, los que saben dominar los caballos, combaten más audazmente que los que no saben. En definitiva, Protágoras, acepta el principio que establece que saber más es igual a ser más audaz. Sócrates aprovecha para recordarle que hay hombres que son ignorantes y, sin embargo, son audaces.
  4. Pero si son audaces, entonces, según lo dicho al principio, tienen que ser valerosos. Pero si ello es así, entonces el valor, en este caso, sería algo feo y algo propio de personas alocadas ya que, aún siendo audaces, son ignorantes. Y esto nos llevaría a tener que concluir que el valor no podría ser una virtud ya que, al principio, se ha establecido que ésta es bella en su totalidad. Pero todos estamos de acuerdo, señala Sócrates, que el valor es una virtud.
  5. En definitiva, la conclusión a la que Sócrates ha llegado contradice la tesis inicial de Protágoras acerca de que el valor es totalmente diferente de otras virtudes ya que, por un lado, el valor no coincide con la ignorancia. Si coincidiera sería algo feo y la virtud es totalmente bella. Por otro lado, el valor coincide con la sabiduría, ya que Protágoras reconoce que el que sabe, es decir, tiene la virtud de la sabiduría, es también más audaz y valeroso. (Ver Texto10)

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