El estudio, que ahora se inicia sobre el significado de la ciencia, surge en relación con los conceptos de lo agradable (placer) y el bien. En este contexto, Sócrates, avanza una posible definición de lo que él considera que es la ciencia: cosa bella, capaz de gobernar a los hombres, de manera que el que conoce el bien y el mal se niega irrevocablemente a hacer nada en contra de las prescripciones de la ciencia y la sabiduría, siendo ésta un punto de apoyo seguro.
En principio, Protágoras, se manifiesta de acuerdo con la definición aunque, es el mismo Sócrates, quien avanza también un reparo a la definición dada por él mismo. Por ello afirma, a continuación, lo siguiente: Tu (se refiere a Protágoras) no desconoces que la mayoría de los hombres no nos hacen caso ni a ti ni a mí; antes afirman que, con frecuencia, sabiendo lo que está bien, hacen unas cosas muy distintas de este bien que podrían realizar; y siempre que me he preguntado la razón de esta conducta se me ha respondido que los que obran de esta manera son aquellos que se dejan vencer por el placer.
Nota: más adelante veremos que, según Sócrates, los que obran de esta manera es porque ignoran lo que realmente es el bien; y lo ignoran porque prefieren el bien menor al mayor.
Pues bien, a estas alturas del diálogo, Sócrates, ya ha decidido tomar las riendas del mismo pues es consciente que el sistema de preguntas y de respuestas no funcionaba con Protágoras. Ello explica que, en la parte final del diálogo, las intervenciones de Sócrates sean más largas y contundentes. Pues bien, teniendo esto en cuenta, Sócrates, a partir de lo señalado más arriba, se pregunta lo siguiente: ¿en qué consiste el dejarse vencer por el placer y cómo es posible que, por su causa, no sea posible hacer lo bueno?

Su análisis consta de los niveles siguientes:

  1. En primer lugar, Sócrates, afirma que no puede olvidarse que todo lo que va decir debería encuadrarse dentro de la necesidad de aclarar que relación existe entre el VALOR y las demás partes de la virtud, cuestión que no está aún suficientemente debatida, ya que, según Protágoras, esta virtud (valor) sería distinta de las demás virtudes.
  2. En segundo lugar, aclarar que se quiere decir cuando se afirma que "los que hacen el mal son aquellos que se dejan vencer por el placer". Socrates señala que parece que, cuando afirman esto, se estarían refiriendo a lo siguiente: alguien puede dejarse vencer por el placer de la comida, la bebida o el sexo aún a sabiendas de que eso es algo malo.
  3. Ahora bien, se pregunta Sócrates, ¿en qué sentido es malo en sí el placer de la comida, la bebida o el sexo? Es evidente, responde, que no es malo por el placer o agrado inmediato que provoca sino por sus posibles consecuencias futuras, ya que si supiéramos que éstas también serían agradables y placenteras, entonces no diríamos que lo que hemos hecho es algo malo. Por lo tanto, si llamamos a todo esto algo malo es porque sus consecuencias nos hacen desembocar en el sufrimiento y la privación de otros placeres.
  4. Del mismo modo, cuando a ciertas cosas que producen dolor o sufrimiento las llamamos buenas, ello no es debido al dolor o sufrimiento inmediato que producen sino a las consecuencias futuras que pueden traernos (pensar, por ejemplo, en una operación médica difícil). En definitiva, a estos sinsabores malos, los llamamos buenos por el placer que nos depararán en el futuro al sanarnos y alejarnos del dolor. Por ello señala Sócrates, como conclusión, lo siguiente: ¿alguien podría indicarme algo distinto de los placeres o sufrimientos que sea el fin último de nuestra miradas cuando los llamamos buenos? ¿Es que acaso cuando corréis tras el placer no lo hacéis como tras el bien y huís como de un mal cuando huís del dolor? En consecuencia, a vuestros ojos, el mal es el dolor y el bien es el placer, puesto que una alegría se convierte en mal si os priva del placer o si os proporciona sufrimiento. Lo mismo cuando se trata del sufrimiento: éste únicamente se considera como bueno si nos preserva de otros sufrimientos mayores o si nos garantiza placeres superiores. Por lo tanto: A) La alegría es mala si nos priva del placer. B) El sufrimiento es bueno si nos garantiza un placer mayor (bien). C) En definitiva: El placer parece ser el mayor de los bienes.
  5. Ahora bien, si el placer es el mayor de los bienes, volvamos, plantea Sócrates, analizar la cuestión del principio, es decir, la opinión de aquellos que afirman lo siguiente: hacer el mal conscientemente, es decir, sabiendo que es el mal, es debido a que, los que lo hacen, han sido vencidos por el placer. ¿Es posible mantener esta opinión si se está de acuerdo con lo que Sócrates ha dicho últimamente?. Es evidente que NO. Veamos porque:
  6. Supongamos que X decide abusar de la comida y de la bebida a sabiendas de que está mal. Pues bien, nos podríamos preguntar lo siguiente: 1º)¿por qué sabe que está mal? 2º)¿por qué, aún sabiendo que está mal, lo realiza? 3º) ¿sabe realmente lo que es el bien cuando decide abusar de la comida o de la bebida? 4º)¿sabe realmente lo que es mal y, por ello, lo realiza a sabiendas de lo que significa realmente tal mal? 5º) ¿vence realmente la fuerza del placer al hombre sabio, es decir, al que sabe lo que realmente es el bien?.
  7. Las respuestas de Sócrates a todos estos interrogantes son las siguientes: 1º)si alguien sabe que abusar de la comida y de la bebida es un mal ello es debido a las consecuencias que tal conducta provoca en el individuo. Ahora bien, si, a pesar de saberlo, sigue con su acción ello es debido a que piensa que el bien inmediato, es decir, el placer presente de la comida y de la bebida es lo bueno en esos momentos. En definitiva, hace el bien (placer) aún a sabiendas de que eso le conducirá al mal. 2º) El problema, sin embargo, es que las personas que actúan así, sea en este campo o en otros, no saben realmente lo que es el bien. ¿O es que, en este ejemplo concreto de la comida y la bebida, el bien del placer inmediato, se pregunta Sócrates, SUPERA al bien futuro de la salud? Si las personas que actúan así supieran realmente lo que es el bien, siempre lo realizarían ya que es preferible el BIEN MAYOR (salud) que el BIEN MENOR (placer inmediato de la comida-bebida). Los que actúan, dejándose vencer por el placer momentáneo de las cosas, son unos ignorantes de la ciencia de la medida del más y del menos.3º)Pero los que actúan así, continúa Sócrates, tampoco saben lo que es el MAL. Y es que si alguien afirma que hace algo, aún sabiendo que es el mal, entonces, si come o bebe (bien menor) y no prefiere, mejor, destruir su cuerpo, (que es verdaderamente el mal que producirá el abusar de la comida o del alcohol,(mal mayor), no estaría realmente haciendo el bien siendo que éste es el mal. Y es que no sería consecuente con su afirmación de que hace algo aún sabiendo que hace el mal. No es cierto que haga el mal. Si lo hiciera realmente, entonces, en vez de comer y beber (placer momentáneo y bien menor) debería acabar de una vez con la salud de su cuerpo (mal mayor). 4º)En consecuencia, señala Sócrates, no es la fuerza del placer lo que nos lleva a realizar el mal sino la ignorancia a la hora de aplicar la ciencia del más y del menos a los placeres y a las penalidades. Si X decide abusar de la comida no se debe a que sea vencido por el placer inmediato sino porque no sabe o ignora que el bien mayor (en este caso, la salud) es mejor en cantidad y calidad que el bien inmediato de la comida y de la bebida. Como prefiere esto último, está haciendo el mal, es decir, escogiendo el bien menor. Pero, además, no sabe tampoco lo que es el mal. Y es que, por coherencia lógica, si dice hacer el bien, pero sabiendo que es el mal, no debería realizar el bien menor, del placer inmediato de la comida y de la bebida, sino el mal mayor (deteriorar directamente la salud). (Ver Texto12)

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