A continuación, Aristóteles, analiza la naturaleza del
PLACER.
En relación con el placer señala lo siguiente: 1) Los placeres son un obstáculo
para el pensamiento, y tanto mayor cuanto mayor es el goce. 2) Aunque no todos
los placeres son malos tampoco es cierto afirmar que el bien supremo es el
placer (hedonismo) ya que existen placeres que son objeto de censura. 3) El
placer no es el bien supremo ya que el placer no es el fin, sino devenir.
Aristóteles señala que todos parecen considerar que la la vida
FELIZ es agradable y, por lo tanto, meten al placer en la
trama de la felicidad. En este contexto, Aristóteles, no niega la importancia
de los bienes corporales para la consecución de la felicidad y critica a
aquellos que piensan que un hombre desafortunado en su vida cotidiana, pero, que
al mismo tiempo es bueno, puede ser feliz. Es una vaciedad - afirma Aristóteles-
creer que aquel que carece de los bienes necesarios para poder vivir (alimento,
vivienda digna, etc) es feliz por la sencilla razón de que es bueno. Según
Aristóteles, sería bueno pero infeliz. Y es que, según Aristóteles, la
felicidad necesita de la fortuna. Ahora bien, también habría que señalar que,
para Aristóteles, la posesión de los bienes materiales, por sí mismos, no dan
la felicidad; únicamente ayudan.