Dos civilizaciones

...solamente así evitarás flotar en el vacío...


Ya no queda mucho para que nos veamos, mi querida Sofía. Contaba con que volverías a la Cabaña del Mayor,por eso dejé allí todas las postales del padre de Hilde.

Era la única manera de que Hilde las recibiera.

No te esfuerces en averiguar cómo podrá hacérselas llegar. Habrán pasado muchas cosas antes del 15 de junio.

Hemos visto cómo los filósofos del helenismo desmenuzaban a los viejos filósofos griegos. Hubo además ciertas tendencias a convertirlos en fundadores de religiones.Plotino no estuvo muy lejos de rendir culto a Platón como el salvador de la humanidad.

Pero sabemos que hubo otro salvador que nació justo en el período que acabamos de estudiar, aunque viniera de la región grecorromana. Estoy pensando en Jesus de Nazaret.

En este capítulo veremos cómo el cristianismo fue penetrando poco a poco en el mundo grecorromano, más o menos de la misma manera en que el mundo de Hilde ha comenzado a penetrar en nuestro mundo.

Jesús era judío, y los judíos pertenecen a la civilización semítica.

Los griegos y los romanos pertenecen a la civilización indoeuropea.Por lo tanto, podemos constatar que la civilización europea tiene dos raíces. Antes de examinar más de cerca cómo el cristianismo se va mezclando poco a poco con la cultura grecorromana, veamos las dos raíces.

Indoeuropeos

Por «indoeuropeos» entendemos todos los países y culturas que hablan lenguas indoeuropeas. Todas las lenguas europeas, excepto las ugrofinesas (lapón, Cinés, estoniano y húngaro) y el vascuence, son indoeuropeas.También la mayor parte de las lenguas índicas e iraníes pertenecen a la familia lingüística indoeuropea.

Hace unos 4.000 años los indoeuropeos primitivos habitaron las regiones alrededor del Mar Negro y del Mar Caspio. Pronto se inició una migración de tribus indoeuropeas hacia el sureste, en dirección a Irán y la India; hacia el suroeste, en dirección a Grecia, Italia y España; hacia el oeste a través de Centro-Europa hasta Inglaterra y Francia;en dirección noroeste hacia el norte de Europa y en dirección norte hasta Europa del Este y Rusia. En los lugares donde llegaron los indoeuropeos, se mezclaron con las culturas preindoeuropeas, pero la religión y la lengua indoeuropeas jugarían un papel predominante.

Esto quiere decir que tanto los escritos Vedas de a India, como la filosofía griega y la mitología de Snorri="Poeta" se escribieron en lenguas que estaban emparentadas. Pero no sólo las lenguas estaban emparentadas. «Lenguas emparentadas» también suele implicar «pensamientos emparentados», razón por la cual solemos hablar de una civilización indoeuropea.

La cultura de los indoeuropeos se caracterizaba ante todo por su fe en múltiples dioses. A esto se llama politeísmo.

Tanto los nombres de los dioses como muchas palabras y expresiones religiosas se repiten en toda la región indoeuropea. Te pondré algunos ejemplos. Los antiguos hindúes rendían culto al dios celeste Dyaus. En griego este dios se llama Zeus, en latín Jupiter (en realidad ley-pater,es decir,"Ley del Padre"),y en antiguo nórdico Tyr. De manera que los nombres Dyaus, Zeus, Iov y Tyr son distintas variantes dialectales de una misma palabra.

Te acordarás de que los vikingos del norte creían en unos dioses que llamaron aeser (los gigantes).Tambien esta palabra utilizaba para dioses se repite en toda la región indoeuropea. En sánscrito se llama asura y en iraní ahura.

Otra palabra para "dios" es en sánscrito deva, en latín deus y en antiguo nórdico tivurr. Algunos mitos muestran cierto parecido en toda la región indoeuropea.Cuando Snorri habla de los dioses nórdicos,algunos de los mitos recuerdan a mitos hindúes relatados 2000 o 3000 años antes.Es evidente que los mitos hindúes tienes rasgos de naturaleza hindú.No obstante,muchos mitos tienen una esencia que debe proceder de un origen común.Una esencia de este tipo se aprecia sobre todo en los mitos sobre bebidas que hacen al hombre inmortal, y en los que tratan sobre la lucha de los dioses contra un monstruo del caos.

Tambien en la manera de pensar vemos muchas semejanzas entre las culturas indoeuropeas.Un típico rasgo común es concebir el mundo como un drama entre las fuerzas del bien y del mal.

Por esa razón los indoeuropeos han tenido una fuerte tendencia a querer prever el destino del mundo. Podemos decir que no es una casualidad el que la filosofía griega surgiera precisamente en la región indoeuropea.

Tanto la mitología hindú como la griega y la nórdica muestran evidentes atisbos de una visión filosófica o especulativa.

Los indoeuropeos intentaron conseguir verdaderos conocimientos sobre el ciclo de la naturaleza. De hecho, podemos seguir una determinada palabra que significa «conocimiento» o «sabiduría» de cultura en cultura por toda la región indoeuropea. En sánscrito se llama vidya. La palabra es idéntica a la griega idé, que juega, como recordarás, un papel importante en la filosofía de Platón. Del latín conocemos la palabra video, que entre los romanos simplemente significaba «ver». (En nuestros días «ver» ha venido a ser una palabra equivalente a mirar fijamente una pantalla de televisión.) En inglés conocemos palabras como wise y wisdom (sabiduría), en alemán wissen (saber, conocimiento). En noruego tenemos la palabra viten, que tiene la misma raíz que la palabra hindú vidya, la griega idé y la latina video.

Como regla general podemos constatar que la visión era el sentido más importante de los indoeuropeos, pues la literatura de hindúes y griegos, iraníes y germanos ha estado caracterizada por las grandes visiones cósmicas. (Ves, ahí tienes la palabra otra vez: la palabra «visión» está formada precisamente a partir del verbo latino video.)

Las culturas indoeuropeas se han caracterizado también por la tendencia a crear imágenes y esculturas de sus dioses y de lo que relataban los mitos.

Finalmente, los indoeuropeos tienen una visión cíclica de la Historia.

Esto quiere decir que ven la Historia como algo que da vueltas, que avanza en ciclos, de la misma manera que las estaciones del año,lo que quiere decir que, en realidad, no hay ningún principio o fin de la Historia. A menudo se habla de mundos diferentes que surgen y desaparecen en un eterno intercambio entre nacimiento y muerte.

Las dos grandes religiones orientales, el hinduismo y el budismo, tienen origen indoeuropeo. También lo tiene la filosofía griega, y podemos observar muchos paralelos entre el hinduismo y el budismo,por un lado,y la filosofía griega por el otro. Incluso hoy en día tanto el hinduismo como el budismo están fuertemente caracterizados por la reflexión filosófica.

Ocurre a menudo que en el budismo y en el hinduismo se subraya lo divino como presente en todo panteismo, y que el ser humano puede lograr la unidad con Dios mediante los conocimientos religiosos. (¡Acuérdate de Plotino, Sofía!) Para conseguir esta unidad se requiere, por regla general, una gran autocontemplación o meditación.Por lo tanto puede que en Oriente la pasividad o el recogimiento sea un ideal religioso. También en la religión griega había muchos que opinaban que el hombre debe vivir en ascetismo, o retiro religioso, para salvar el alma. Diversos aspectos de los conventos medievales tienen sus raíces en ideas de este tipo del mundo grecorromano.

En muchas culturas indoeuropeas también ha jugado un papel básico la fe en  la transmigrnción de las almas.

Durante más de 2.500 años el objetivo del hindú ha sido salvarse de la transmigración de las almas.Recordemos que también Platón creía en esta transmigración.

Los semitas

Hablemos de los semitas, Sofía. Pertenecen a otra civilización con un idioma completamente diferente. Los semitas vienen originariamente de la Península arábiga

pero la civilización semita se ha extendido también por muchas partes del mundo.Durante más de dos mil años muchos judios han vivido lejos de su patria de origen.Donde más lejos de sus raices geográficas han llegado la historia y la religión semitas han sido a través del cristianismo.La cultura simita tambian ha llegado lejos mediante la extensión del islam.

Las tres religiones occidentales, el judaismo,el cristianismo y el islam, tienen bases semitas.El libro sagrado de los musulmanes (el Corán) y el Antiguo Testamento están escritos en lenguas semíticas emparentadas.Una de las palabras dios que aparece en el Antiguo Testamento tiene la misma raíz lingüística que la palabra Allah de los musulmanes. (La palabra allah signfica simplemente dios.

En lo que se refiere al cristianismo,la situación es más compleja.Tambien el cristianismo tiene raices semíticas,claro está.Pero el Nuevo Testamento fue escrito en griego,y,por consiguiente, la teología cristiana estaría, en su configuración, fuertemente marcada por las lenguas griega y latina,y,con ello,tambien por la filosofía helenística.

Hemos dicho que los indoeuropeos creían en muchos dioses distintos.En cuanto a los semitas resulta tambien sorprendente que desde muy trempano se unieran en torno a un sólo dios.Esto se llama
monoteismo.

Tanto en el judaismo como en el cristianismo y en el Islam,una de las ideas básicas es la de que sólo hay un dios.

Otro rasgo semítico común es que los semitas han tenido una visión lineal de la Historia.

Con esto se quiere decir que la Historia se considera como una linea.Dios creó un día el mundo, y a partir de ahí comienza la Historia.Pero un día la Historia concluirá.Será el día del juicio final, en el que Dios juzgará a vivos y muertos.

Un importante rasgo de las tres religiones occidentales es precisamente el papel que juega la Historia.Se cree que Dios interviene en la Historia, o, más correctamente,la Historia existe para que Dios pueda realizar su voluntad en el mundo. De la misma manera que llevó a Abrahan a la "tierra prometida" dirige la vida de los seres humanos a través de la Historia y hasta el día del juicio final en que todo el mal será destruido.

Debido a la gran importancia que los semitas atribuyen a la actividad desarrollada Por Dios en la Historia, se han preocupado durante miles de años de escribir Historia.Precisamente las raíces históricas constituyen el nucleo de las escrituras sagradas.

Todavía hoy en día Jerusalén es un importante centro religioso para judíos, cristianos y musulmanes,lo cual también nos dice algo sobre las bases históricas comunes de estas tres religiones.En esta ciudad hay importantes sinagoas (judías), iglesias (cristianas) y mezquitas (islámicas). Precisamente por eso resulta tan trágico que justamente Jerusalén se haya convertido en una manzana de discordia,en el sentido de que la gente se mata a millares porque no es capaz de ponerse de acuerdo sobre quién debe ostentar la la soberanía en la ciudad eterna . Ojalá las Naciones Unidas lleguen algún día a convertir Jerusalén en un lugar de encuentro de las tres religiones. (Por ahora no diré nada más sobre la parte práctica del curso de filosofía. Eso lo dejamos en su totalidad al padre de Hilde, pues supongo que te habrás dado cuenta de que él es observador de las Naciones Unidas en el Líbano. Para ser más preciso puedo decirte que presta sus servicios como Mayor.

Si estás empezando a intuir cierta coherencia en todo esto vas por el buen camino. Por otra parte, no debemos anticipar los hechos.)

Hemos dicho que el sentido más importante entre los indoeuropeos era la visión. Igual de importante es para los semitas el oido.

No es una casualidad que el credo judío empiece con las palabras «¡Escucha, Israel!». En el Antiguo Testamento leemos que los hombres «escuchaban» la palabra de Dios, y los profetas judíos suelen iniciar su predicación con la fórmula «Así dice Jahvé (Dios)». También el cristianismo atribuye mucha importancia a «escuchar» la palabra de Dios, y los oficios de las tres religiones occidentales se caracterizan por la lectura en voz alta, o la recitacion.

También he dicho que los indoeuropeos han construido siempre imágenes y esculturas de sus dioses. Igualmente típico resulta que los semitas hayan practicado una especie de "prohibición de imágenes", lo que significa que no está permitido crear imágenes o esculturas de Dios o de lo sagrado. De hecho, en el Antiguo Testamento se dice que los hombres no deber crear ninguna imagen de Dios.Esta prohibición sigue vigente hoy en día tanto en el judaísmo como en el islam.

En el islam existe incluso una animosidad general contra las fotografías y artes plásticas, porque los hombres no deben competir con Dios en lo que se refiere a la «creación» de algo.

Sin embargo, dirás, en la Iglesia cristiana abundan las imágenes de Dios y de Cristo. Es cierto, Sofía, pero eso es justamente un ejemplo de la influencia del mundo grecorromano en el cristianismo.

(En la iglesia ortodoxa, es decir en Rusia y Grecia, sigue estando prohibido hacer imágenes talladas, es decir esculturas y crucifiios, de la historia de la Biblia.) Al contrario de lo que pasa con las grandes religiones orientales, las tres religiones occidentales resaltan el abismo entre Dios y su Creación. El objetivo no es salvarse de la transmigración de las almas, sino del pecado y de la culpa. Además la vida religiosa en estas religiones se caracteriza más por las oraciones, predicaciones y lectura de las escrituras sagradas que por la autocontemplación y meditación.


Israel

No pretendo competir con tu profesor de religión,querida Sofía; no obstante conviene hacer un breve resumen de los antecedentes judíos del cristianismo.

Todo empezó cuando Dios creó el mundo. En las primeras páginas de la Biblia se habla de esta Creación. Pero más tarde los hombres se rebelaron contra Dios. El castigo no fue sólo la expulsión de Adán y Eva del jardín del Edén, sino también la entrada de la muerte en el mundo.

La desobediencia de los hombres a Dios atraviesa como un hilo rojo toda la Biblia. Si seguimos leyendo el Génesis nos enteramos del Diluvio y del Arca de Noé. Luego leemos que Dios estableció un pacto con Abraham y su estirpe.

Según este pacto, Abraham y su estirpe cumplirían los mandamientos de Dios, y a cambio Dios se comprometía a proteger a los descendientes de Abraham. Este pacto fue renovado cuando Moisés recibió las Tablas de la Ley en el monte Sinaí. Esto ocurrió alrededor de 1.200 años a. de C.

Para entonces los israelitas llevaban mucho tiempo de esclavitud en Egipto, pero mediante la ayuda de Dios el pueblo pudo volver a Israel. Alrededor del año l000 a. de C., es decir, mucho antes de la existencia de ninguna filosofía griega, oímos hablar de tres grandes reyes en Israel. El primero fue Saúl,luego vino David y tras él, el rey Salomón. Todo Israel estaba entonces unido en una sola monarquía, y vivió, particularmente bajo el reinado del rey David,una época de grandeza política,militar y cultural.

En su investidura los reyes eran ungidos por el pueblo obteniendo el título de Mesías, que significaba el ungido. En el contexto religioso los reyes eran considerados intermediarios entre Dios y el pueblo. A los reyes se les llamaba,por tanto, hijos de Dios, y el país podía,entonces, llamarse "reino de Dios".

Pero Israel no tardó mucho en debilitarse, y pronto se dividió en un reino norte (Israel) y un reino sur (Judea). En el año 722 el reino norte fue invadido por los asirios y perdió toda importancia política y religiosa. No les fue mejor a los del reino del sur que fue conquistado por los babilonios en el año 586. El templo quedó destruido y gran parte del pueblo fue conducido Babilonia. Esta "prisión babilónica" duró hasta el año 539, en que el pueblo pudo volver a Jerusalén para reconstruir su gran templo.

No obstante,durante la época anterior a nuestïa era,los judios estuvieron constantemente bajo dominio extranjero.

Los judios se preguntaban por qué se había disuelto el reino de David y por qué su pueblo estaba siempre sometido a tantas desgracias si Dios había prometido proteger a Israel.Pero el pueblo,por su parte, había prometido cumplir los mandamientos de Dios.Poco a poco se iba extendiendo la creencia de que Dios estaba castigando a Israel por su desobediencia. Desde aproximadamente el año 750 a. d. C. surgieron una serie de profetas   que predicaron el castigo de Dios a Israel porque el pueblo no cumplía los mandamientos del Señor. Un día Dios juzgaría a Israel,decían.A esta clase de predicaciones las llamamos profecías del juicio final.
Pronto surgieron también profetas que decían que Dios salvaría a una pequeña parte del pueblo y enviaría a un «príncipe de la paz» o un rey de la paz de la estirpe de David para que restituyera el antiguo reino de David. De esa manera el pueblo tendría un futuro feliz.
«Este pueblo que camina en la oscuridad verá una gran luz», dijo el profeta Isaías. «Y sobre aquellos que habitan el país de las sombras, la luz brotará a rayos.» A este tipo de profecías las llamamos profecías de salvación.

Para ser más preciso: el pueblo de Israel vivió feliz bajo el rey David. Conforme las cosas empeoraban para los israelitas, los profetas predicaban la llegada de un nuevo rey de la estirpe de David. Este «Mesías» o «Hijo de Dios» salvaría al pueblo, reconstruiría Israel como gran potencia y fundaría un «reino de Dios».

Jesús

Bueno, Sofía. Supongo que me sigues todavía. Las palabras clave son «Mesías», «Hijo de Dios», «salvación» y «reino de Dios». Al principio todo esto se interpretó en un sentido político.

También en la época de Jesús había mucha gente que se imaginaba que llegaría un nuevo «Mesías» en forma de líder político, militar y religioso, del mismo calibre que el rey David. Este «salvador» se concebía como un liberador nacional que acabaría con los sufrimientos de los judíos bajo el dominio romano.

Pues sí, muchos pensaban así, pero también había gente con un horizonte un poco más amplio. Durante varios siglos antes de Cristo habían ido surgiendo profetas que pensaban que el «Mesías» prometido sería el salvador del mundo entero.

No sólo salvaría del yugo a los israelitas, sino que además salvaría a todos los hombres del pecado, de la culpa y de la muerte. La esperanza de una "salvación", en este sentido de la palabra, se había extendido ya por toda la región helenística.

Y llega Jesús. No fue el único que se presentó como el Mesías prometido. También Jesús utiliza las palabras «Hijo de Dios», «reino de Dios», «Mesías» y «salvación».

De esta manera conectaba siempre con las antiguas profecías. Entra en Jerusalén montado en un asno y se deja vitorear por las masas como el salvador del pueblo.

De esta manera alude directamente al modo en que fueron instaurados en el trono los antiguos reyes, mediante un típico rito de «subida al trono». También se deja ungir por el pueblo. "Ha llegado la hora", dice. «El reino de Dios está próximo.»

Todo esto es muy importante. Ahora debes seguirme muy de cerca: Jesús se distinguía de otros mesías en el sentido de que dejó muy claro que no era ningún rebelde militar o político. Su misión era mucho más importante. Predicó la salvación y el perdón de Dios para todos los hombres. Y decía a las gentes con las que se encontraba: «Te absuelvo de tus pecados»

Resultaba bastante inaudito en aquellos tiempos repartir la absolución de esa manera. Más escandaloso aún era que llamara «padre» (abba) a Dios. Esto era algo totalmente nuevo entre los judíos en la época de Jesús. Por eso tampoco tardaron mucho en levantarse entre los letrados protestas contra él. Al cabo de algún tiempo iniciaron los preparativos para que fuera ejecutado.

Precisando más: mucha gente en la época de Jesús esperaba la llegada con gran ostentación (es decir, con espadas y lanzas) de un Mesías que reinstauraría el «reino de Dios». La expresión «reino de Dios» también se repite en toda la predicación de Jesús, aunque en un sentido muy amplio. Jesús dijo que el «reino de Dios» es amor al prójimo, preocupación por los débiles y los pobres y perdón para los que han ido por mal camino.

Se trata de un importante cambio del significado de una expresión vieja y medio militar. El pueblo andaba esperando a un general que pronto proclamaría un «reino de Dios». Y llega jesús, vestido con túnica y sandalias, diciendo que el «reino de Dios», o el "nuevo pacto", significa que debes amar al prójimo como a ti mismo. Y hay más, Sofía: dijo además que debemos amar a nuestros enemigos. Cuando nos golpean, no debemos devolver el golpe, qué va, debemos «poner la otra mejilla». «Y debemos perdonar, no siete veces, sino setenta veces siete».

Con su propio ejemplo Jesús demostró que no se debía dar la espalda a prostitutas, aduaneros corruptos y enemigos políticos del pueblo. Y fue aún más lejos: dijo que un sinvergüenza que ha despilfarrado toda la herencia paterna, o un dudoso aduanero que ha cometido fraude, es justo ante Dios si se dirige a él y le pide perdón; tan generoso es Dios en su misericordia.

Pero, ¿sabes?, aún fue un poco más lejos, aunque no te lo vayas a creer: Jesús dijo que esos «pecadores» son más justos ante Dios, y por ello más merecedores del perdón de Dios que los irreprochables fariseos y «ciudadanos de seda» que andaban por la vida tan orgullosos de su irreprochabilidad.

Jesús subrayó que ningún hombre puede hacerse merecedor de la misericordia de Dios por sí mismo. No podemos salvarnos a nosotros mismos. (¡Muchos griegos pensaban que eso era posible!) Cuando Jesús predica las severas exigencias éticas en el Sermón de la Montaña, no lo hace sólo para mostrar lo que es la voluntad de Dios, sino también para mostrarnos que ningún hombre es justo ante Dios. La misericordia de Dios no tiene límites, pero es preciso que nos dirijamos a Dios suplicando su perdón.

Dejo a tu profesor de religión profundizar en el personaje de Jesús y en sus palabras. Tu profesor tiene una enorme tarea. Espero que logre haceros comprender qué persona tan especial era Jesús. Utiliza genialmente el lenguaje de la época, llenando a la vez de nuevo y más amplio contenido las viejas consignas. No es de extrañar que acabara en la cruz. Su mensaje radical de salvación rompía con tantos intereses y posiciones de poder que fue necesario quitarlo de en medio.

Al hablar de Sócrates vimos lo peligroso que puede resultar apelar a la sensatez de las personas. En Jesús vemos lo peligroso que puede resultar exigir un incondicional amor al prójimo y un igualmente incondicional perdón. Incluso en nuestros días vemos cómo tiemblan los cimientos de ciertos Estados poderosos cuando se encuentran ante sencillas exigencias de paz, amor, alimento para los pobres y perdón para los enemigos del Estado.

Acuérdate de lo indignado que estaba Platón por que el hombre más justo de Atenas tuviera que pagar con su vida. Según el cristianismo, Jesús era la persona más justa que jamás había existido. Según el cristianismo murió por los hombres. Es lo que se suele llamar la "muerte redentora" de Jesús. Él fue el «servidor que padeció», que asumió la culpa de todos los hombres para que pudiéramos reconciliarnos con Dios y salvarnos de su castigo.

Pablo

A los pocos días de la crucifixión y entierro de Jesús,comenzaron a correr rumores de que había resucitado. De esa manera demostró que era algo mas que un hombre.Fue así como mostró que era en verdad el "Hijo de Dios".

Se puede decir que la Iglesia cristiana inicia ya en la mañana del Domingo de Pascua los rumores sobre su resurrección.

Pablo puntualiza: «Si Cristo no ha resucitado, nuestro mensaje no es nada y nuestra fe no tiene sentido».

Ahora todos los hombres podían tener la esperanza de la «resurrección de la carne», pues Jesús fue crucificado precisamente para salvarnos a nosotros. Y ahora, querida Sofía, debes darte cuenta de que los judíos no trataban el tema de la «inmortalidad del alma» o de alguna forma de «transmigración de las almas», que eran ideas griegas, y por lo tanto, indoeuropeas. Según el cristianismo no hay nada en el hombre (tampoco su alma) que sea inmortal en sí. La Iglesia cree en la "resurrección del cuerpo", y en la «vida eterna», pero es precisamente el milagro obrado por Dios el que nos salva de la muerte y de la «perdición». No se debe a nuestro propio mérito, y tampoco se debe a ninguna cualidad natural o innata.

Los primeros cristianos comenzaron a difundir el «alegre mensaje» de la salvación mediante la fe en Jesucristo. El reino de Dios estaba a punto de emerger a través de su obra de salvación. Ahora el mundo entero podía ser conquistado para Cristo. (La palabra «Cristo>, es una traducción griega de la palabra judía «Mesías,> y significa, por consiguiente, «el ungido».)

Pocos años después de la muerte de Jesús, el fariseo Pablo se convirtió al cristianismo. Mediante sus muchos viajes de misión por todo el mundo grecorromano convirtió el cristianismo en una religión mundial.

Sobre esto podemos leer en los Hechos de los Apóstoles. Por las muchas cartas que Pablo escribió a las primeras comunidades cristianas conocemos su predicación y sus consejos para los cristianos.

Más tarde apareció en Atenas. Fue directamente a la plaza de la capital de la filosofía. Se dice que «estaba escandalizado» de ver la ciudad llena de imágenes paganas.Visitó la sinagoga judía y conversó con algunos filósofos estoicos y epicúreos. Éstos le llevaron al monte del Areópago y le dijeron: «¿Podemos saber qué doctrina nueva enseñas? Oímos hablar de cosas extrañas y nos gustaría saber de qué se trata».

¿Te lo imaginas, Sofía? Aparece un judío en la plaza de Atenas para hablar de un salvador que fue crucificado y que luego resucitó. Ya en esta visita de Pablo a Atenas intuimos el fuerte choque entre la filosofía griega y la doctrina cristiana sobre la salvación. Pero al parecer consigue hablar con los atenienses. De pie en el monte del Areópago, es decir, bajo los grandiosos templos de la Acrópolis, pronunció el siguiente discurso:

-¡Atenienses! -empezó-. Por todo, veo que sois muy religiosos. Al recorrer vuestra ciudad y contemplar vuestros santuarios, me he encontrado un altar con esta inscripción:

«A un Dios desconocido».

Pues bien, lo que veneráis sin conocer, eso es lo que yo os vengo a anunciar.El Dios que creó el mundo y todo lo que hay en él, el que reina sobre el cielo y la tierra, no vive en templos levantados por las manos de los hombres. Tampoco tiene necesidad de nada de lo que las manos de los hombres le puedan ofrecer, pues es él el que da la vida, el aliento y todas las cosas a los hombres. Permitió que todos los pueblos, que proceden de un solo hombre, habitasen por toda la tierra, determinando los tiempos y los límites de su morada, para que buscaran a Dios, para que pudieran sentirle y encontrarle. Porque él no está lejos de ninguno de nosotros.Porque en él vivimos, en él nos movemos y existimos, como alguno de vuestros poetas ha dicho también: «Porque somos de su estirpe». Precisamente porque somos de la estirpe de Dios no debemos pensar que la divinidad se parece a una imagen de oro o plata o piedra, hecha por el arte o el pensamiento de los hombres. Dios ha tolerado estos tiempos de ignorancia, pero ahora ordena a todos los hombres, estén donde estén, que den la vuelta. Porque él ha fijado ya un día en el que juzgará al mundo con justicia y para esto ha elegido a un hombre. Lo ha acreditado ante todos al resucitarle de entre los muertos.

Pablo en Atenas, Sofía. Estamos hablando de cómo el cristianismo comienza a infiltrarse en el mundo grecorromano como algo distinto, como algo muy diferente a la filosofía epicúrea, estoica o neoplatónica. No obstante, Pablo encuentra al fin y al cabo una base en esta cultura.Señala que la búsqueda de Dios es algo inherente al género humano. Esto no representaba nada nuevo para los griegos. Lo nuevo de la predicación de Pablo es que Dios se ha revelado ante los hombres e ido a su encuentro.

No es pues solamente un «dios filosófico» al que los hombres pueden intentar alcanzar con su mente. Tampoco se parece a «una imagen de oro o plata o piedra»; de esa clase de dioses había de sobra arriba en la Acrópolis y abajo en la gran plaza. Pero Dios «no habita en templos levantados por manos humanas». Es un Dios personal que interviene en la Historia y que muere en la cruz por culpa de los hombres.

En los Hechos de los Apóstoles se dice que después del discurso de Pablo en el Areópago, había gente que se burlaba de él por lo que había dicho sobre la resurrección de Jesús de entre los muertos. Pero algunos entre el público también dijeron: «Nos gustaría oírte nablar más sobre eso en otra ocasión». Algunos se unieron a Pablo y comenzaron a creer en el cristianismo. Uno de ellos era una mujer, Dámaris, hecho que hay que tener en cuenta, pues hubo muchas mujeres que se convirtieron al cristianismo.

Y Pablo continuó sus actividades misioneras. Poco tiempo después de la muerte de Jesús ya había comunidades cristianas en todas las ciudades importantes griegas y romanas, tales como Atenas, Roma, Alejandría, Éfeso y Corinto. En el transcurso de trescientos o cuatrocientos años todo el mundo helenístico se había cristianizado.

No sólo como misionero tuvo Pablo una importancia crucial para el cristianismo. También tuvo una enorme influencia en el interior de las comunidades cristianas, ya que había una gran necesidad de orientación espiritual.

Una importante cuestión en los años que siguieron a la muerte de Jesús fue la de saber si los que no eran judios podían ser cristianos sin antes pasar por el judaísmo.¿Debería por ejemplo un griego cumplir la ley mosaica? Pablo pensaba que no era necesario, pues el cristianismo era algo más que una secta judía. Dirigía a todos los hombres un mensaje universal de salvación. El «viejo pacto» entre Dios e Israel había sido sustituido por el «nuevo pacto» establecido por Jesús entre Dios y todos los hombres.

Pero el cristianismo no fue la única religión nueva en esa época. Hemos visto ya que el helenismo se caracterizaba por la mezcolanza de religiones. Era por lo tanto importante para la Iglesia cristiana llegar a un escueto resumen de lo que era la doctrina cristiana. Esto era importante para delimitarla respecto a otras religiones, así como para impedir una división dentro de la Iglesia cristiana. De esta forma surgieron los primeros credos. El credo resume los dogmas cristianos más importantes.

Uno de esos importantes dogmas era que Jesús era Dios y hombre. Es decir, no era solamente el «hijo de Dios» en virtud de sus actos. Era el mismo Dios. Pero también era un «verdadero hombre» que había compartido las condiciones de los hombres y que padeció verdaderamente en la cruz.

Esto puede sonar como una contradicción, pero el mensaje de la Iglesia era precisamente que Dios se convirtió en hombre. Jesús no era un «semidiós» ( medio humano, medio divino ). La fe en esos «semidioses» estaba bastante extendida en las religiones griegas y helenísticas. La Iglesia enseñó que Jesús era «un Dios perfecto y un hombre perfecto».

Post scriptum

Intento contarte algo de las conexiones, querida Sofía. Con la entrada del cristianismo en el mundo grecorromano acontece un encuentro convulsivo entre dos civilizaciones. Pero también se trata de uno de los grandes cambios culturales en la Historia.

Estamos a punto de salir de la Antigüedad. Desde los primeros filósofos griegos han pasado casi mil años. Por delante de nosotros tenemos toda la Edad Media cristiana, que también duró unos mil años.

El autor alemán Goethe dijo en una ocasión que «el que no sabe llevar su contabilidad por espacio de tres mil años se queda como un ignorante en la oscuridad y sólo vive al día». No quiero que tú te encuentres entre ellos.

Estoy haciendo lo posible para que te des cuenta de tus raíces históricas. Solamente así serás un ser humanO. Solamente así serás más que un mono desnudo. Solamente así evitarás flotar en el vacío.

«Solamente así seras un ser humano. Solamente así serás algo más que un mono desnudo...»

Sofía se quedó sentada un rato mirando el jardín a través de los huecos del seto. Había empezado a comprender lo importante que era conocer sus raíces históricas. Al menos, siempre había sido importante para el pueblo de Israel.

Ella no era más que una persona casual. No obstante, si conocía sus raíces históricas, se volvía un poco menos casual.

Ella sólo viviría algunos años en este planeta. Pero si la Historia de la humanidad era su propia historia, entonces ella tenía, en cierto modo, muchos miles de años.

Sofía recogió todas las hojas y salió del Callejón. Dando pequeños y alegres saltos cruzó el jardin y subió corriendo a su cuarto.

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