De repente vió un gran perro que había conseguido meterse en el Callejón desde el bosque. Tenía que ser un labrador. En la boca llevaba un sobre amarillo grande, que soltó justamente delante de las rodillas de Sofía.....¡Conque ése era el mensajero! Sofía respiró aliviada. Esa era la razón por la que los sobres blancos siempre estaban mojados por los bordes.



















































¿Existe un pudor natural?

Más sabia es la que sabe lo que no sabe

La verdadera comprensión viene de dentro

Quien sabe lo que es correcto tambien hará lo correcto










































































Decir que algo es natural significa que es algo aplicable a la mayoría de las personas.












































































Si lo que quería decir el filósofo era que, una que era consciente de que no sabía todo, era más sabia que una que sabía igual de poco, pero que, sin embargo,se imaginaba saber un montón, entonces no resultaba difícil estar de acuerdo.












































































Cuando de repente había entendido algo, eso era quizás a lo que se llamaba comprensión.












































































¿Significaba eso que cuando un ladrón robaba un banco lo hacía porque no sabía que no era correcto?












































































Hermes.











































































Hermes era el:

  1. Mensajero de los dioses griegos.
  2. dios de los navegantes.
Hermes también ha dado nombre a la palabra hermético; que significa oculto o inaccesible.












































































El hombre en el centro




































































Año 450 a. de C.












































































El arte de la retórica.












































































Los sofistas.












































































Adoptar una postura crítica ante los mitos tradicionales.












































































Defendían un punto de vista que, en filosofía, se llama escepticismo












































































Protágoras
(aprox. 487-420 a. de C.)












































































Agnósticos.












































































El pudor, o la falta de pudor, está relacionado con las costumbres de la sociedad.












































































Sócrates
(470-399 a. de C.)












































































Enigmático y ambiguo.












































































Era feo de remate.












































































A través de Platón.












































































El arte de conversar












































































El arte de parir de una comadrona.












































































Sólo el conocimiento que llega desde dentro es el verdadero conocimiento.












































































Ironía socrática.












































































Como un moscardón.












































































Una voz divina












































































  1. Introducir nuevos dioses.
  2. Llevar a la juventud por caminos equivocados.












































































Cayó muerto al suelo.












































































Jesús












































































Hombre que busca conseguir sabiduría.












































































Es muy importante que entiendas la diferencia entre un «sofista» y un «filósofo». Los sofistas cobraban por sus explicaciones más o menos sutiles, y esos sofistas han ido apareciendo y desapareciendo a través de toda la historia. Me refiero a todos esos maestros de escuela y sabelotodos que, o están muy contentos con lo poco que saben, o presumen de saber un montón de cosas de las que en realidad no tienen ni idea. Seguramente habrás conocido a algunos de esos sofistas en tu corta vida. Un verdadero filósofo, Sofía, es algo muy distinto, más bien lo contrario. Un filósofo sabe que en realidad sabe muy poco, y, precisamente por eso, intenta una y otra vez conseguir verdaderos conocimientos.












































































Los que preguntan, son siempre los más peligrosos.












































































¿Has oído hablar del nuevo traje del emperador? En realidad, el emperador estaba totalmente desnudo, pero ninguno de sus súbditos se atrevió a decírselo. De pronto, hubo un niño que exclamó que el emperador estaba desnudo. Ése era un niño valiente, Sofía. De la misma manera, Sócrates se atrevió a decir lo poco que sabemos los seres humanos. Ya señalamos antes el parecido que hay entre niños y filósofos.












































































Sócrates fue un comodín de esas características en Atenas. No estaba ni segurísimo, ni se mostraba indiferente.












































































Se fue en seguida a la ciudad a ver a un hombre que, en opinión propia, y en la de muchos otros, era muy sabio.












































































Con su fuerte fe en la razón del ser humano, era un típico racionalista












































































«Conciencia»












































































Cuando actuamos mal es porque desconocemos otra cosa.












































































Sócrates pensaba que era imposible ser feliz si uno actúa en contra de sus convicciones.












































































Quien sabe lo que está bien, también hará el bien.












































































- Alli no aprendemos nada...












































































¡Con una cinta de vídeo!












































































Atenas












































































En la Acrópolis.












































































Hilde












































































Alberto Knox.












































































  1. «El castillo de la ciudad»
  2. La ciudad sobre la colina












































































El Pireo.












































































En la primera mitad del siglo v a. de C.












































































Jerjes












































































Morada de la Virgen












































































Una Estatua de Atenea de doce metros de altura.












































































Teatro de Dionisos












































































Edipo rey












































































Skené












































































"Mirar"












































































Areópago












































































El apóstol Pablo












































































Hefesto












































































Como por arte de magia, se habían vuelto a reconstruir todas las ruinas. Sobre el horizonte se veia todavía la Acrópolis, pero ahora, tanto la Acrópolis como los edificios de abajo, en la plaza, eran completamente nuevos. Estaban cubiertos de oro, y pintados con colores diferentes. Por la gran plaza se paseaban personas vestidas con túnicas pintorescas. Algunos llevaban espadas, otros llevaban jarras en la cabeza, y uno de ellos llevaba un rollo de papiro bajo el brazo.












































































Estamos en el año 402 a. de C., solamente tres años antes de la muerte de Sócrates.
[399 a d Cristo]












































































-Son Sócrates y su joven discipulo Platón.












































































Me llamo Platón, y te voy a proponer cuatro ejercicios:

  1. Lo primero, debes pensar en cómo un pastelero puede hacer cincuenta pastas completamente iguales.
  2. Luego, puedes preguntarte a ti misma por qué todos los caballos son iguales.
  3. También debes pensar en si el alma de los seres humanos es inmortal.
  4. Finalmente, tendrás que decir si los hombres y las mujeres tienen la misma capacidad de razonar.

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