¡FELICIDADES, HILDE!, EN TU DECIMOQUINTO CUMPLEAÑOS

Vivió de 1685 a 1753

La filosofía y la ciencia de la época estaban amenazando los conceptos cristianos de la vida, y que ese materialismo cada vez más dominante era una amenaza contra la fè cristiana en que es Dios quien crea y conserva todo lo que hay en la naturaleza.

Las cosas en el mundo son precisamente como las sentimos.

Lo único que existe es lo que nosotros percibimos.

-Has tenido una clara sensación de algo duro, pero no sentiste la materia de la mesa. De la misma manera puedes soñar que te das contra algo duro, pero dentro del sueño no hay nada duro, ¿verdad que no?

Pensaba que todas nuestras ideas tienen una causa fuera de nuestra propia conciencia, pero esta causa no es de naturaleza material, sino espiritual.

Dios

Consecuencia de la fuerza de Dios, dijo Berkeley. Porque Dios está íntimamente presente en nuestra conciencia y suscita en ella toda esa multitud de ideas y sensaciones a las que estamos constantemente expuestos.

- Ser o no ser, no es, pues, toda la cuestion. Otra cuestión es qué somos. ¿Somos personas reales? ¿Nuestro mundo esta compuesto por cosas verdaderas, o estamos rodeados de conciencia?

-Berkeley no sólo duda de la realidad material. También duda de que el «tiempo» y el espacio tengan una existencia absoluta o independiente.

Para nosotros esa voluntad o espíritu, que causa todo en todo, también podría ser el padre de Hilde.

Como un planeta mareado alrededor de un sol en llamas.

-Hilde es aquella a la que se dirige el espíritu.

Hermes, que había estado durmiendo bajo el perchero, se despertó y fue como si dijera algo de despedida:

-Hasta pronto, Hilde.

Tener que reconocer que la vida es un sueño.

Con su madre

Hilde Möller Knag

Viernes 15 de junio de 1990

Dentro de una semana volveria papá del Líbano.

El bote y los dos remos se habian quedado flotando en el agua. Todavia soñaba de vez en cuando con el bote abandonado flotando allí fuera solo.

Bjerkely

Villa del Capitán

Hilde se había despertado varias veces por los truenos.

Hilde tenía además la sensación de que toda su infancia había desaparecido con la tormenta de la noche anterior.

Hilde se puso delante del gran espejo de latón que colgaba encima de la vieja cómoda que perteneció a su abuela.

Que no se podia uno guiñar a si mismo los dos ojos a la vez.

EL MUNDO DE SOFíA

El jardin del Edén

El sombrero de copa

Allí habia colgada una pintura de Bjerleley. Por la descripcion resultaba evidente que tenía que ser la Bjerkely de Hilde. También había allí un retrato de un señor llamado Berkeley.

Tratado concerniente a los principios del conocimiento humano.(171O)

Hilde se rió cuando leyó que Sofía vio el reflejo de una chica que le guiñaba los dos ojos.

Copias de todas las postales que él había enviado a Hilde durante la primera parte de mayo. Las copias eran autenticas.

Sophia había aparecido ante Hildegarda.

Hilde notó que le temblaban las manos, con las que tenía agarrada la gran carpeta de anillas. Se le ocurrió la idea de que Sofia existía de verdad allí dentro, «al otro lado.