LIBRO VII REPÚBLICA
Comentario1
(514a-521c)
Texto1a
(514a-521c)
Y a continuación -seguí- compara con la siguiente escena el estado en que, con
respecto a la educación o a la falta de ella, se halla nuestra naturaleza.Imagina una
especie de cavernosa vivienda subterránea
provista de una larga entrada ,abierta a la
luz,que se èxtiende a lo ancho de toda la caverna y unos hombres que están en ella desde niños,atados por las piernas y el cuello
de modo que tengan que estarse quietos y mirar únicamente hacia adelante, pues las
ligaduras les impiden volver la cabeza; detrás de ellos, la luz de un fuego
que arde algo lejos y en plano superior,y entre el fuego y los
encadenados,un camino situado en alto; y a lo largo del camino suponte que ha sido construido un tabiquillo parecido a las mamparas que se alzan entre los titiriteros y el
público,por encima de las cuales exhiben aquéllos sus maravillas.
-Ya lo veo -dijo.
-Pues bien,contempla ahora,a lo largo de esa paredilla, unos hombres que transportan toda
clase de objetos,cuya altura sobrepasa la de la pared y estatuas de hombres o animales
hechas de toda clase de materias; entre estos portadores habra,como es natural,unos que
vayan hablando y otros que estén callados.
-¡Qué extraña escena describes -dijo- y qué extraños prisioneros!
-Iguales que nosotros -dije-, porque, en primer lugar, ¿crees que los que están así han
visto otra cosa de sí mismos o de sus compañeros sino las sombras proyectadas por el fuego sobre la parte de la caverna que está frente
a ellos?
-¿Cómo -dijo-, si durante toda su vida han sido obligados a mantener inmóviles las
cabezas?
-¿Y de los objetos transportados? ¿No habrán visto lo mismo?
-¿Qué otra cosa van a ver?
-Y,si pudieran hablar los unos con los otros,¿no piensas que creerían estar
refiriéndose a aquellas sombras que veían pasar ante ellos?
-Forzosamente.
-¿Y si la prisión tuviese un eco que viniera de la parte de enfrente? ¿Piensas que,cada
vez que hablara alguno de los que pasaban, creerían ellos que lo que hablaba era otra
cosa sino la sombra que veían pasar?
-No,¡por Zeus! -dijo.
-Entonces no hay duda -dije yo- de que los tales no tendrán por real ninguna otra cosa
más que las sombras de los objetos fabricados.
-Es enteramente forzoso -dijo.
-Examina,pues -dije-,qué pasaría si fueran liberados de sus cadenas y curados de su ignorancia y si,conforme a
naturaleza,les ocurriera lo siguiente.Cuando uno de ellos fuera desatado y obligado a
levantarse súbitamente y a volver el cuello y a andar y a mirar a la luz y cuando,al
hacer todo esto,sintiera dolor y,por causa de las
chiribitas,no fuera capaz de ver aquellos ojetos cuyas sombras veía antes, ¿qué crees
que contestaría si le dijera alguien que antes no veía más que sombras inanes y que es
ahora cuando,hallándose más cerca de la realidad y vuelto de cara a objetos
más reales,goza de una visión más verdadera, y si fuera
mostrándole los objetos que pasan y obligándole a contestar a sus preguntas acerca de qué es cada uno de ellos.? ¿No crees que
estaría perplejo y que lo que antes había contemplado le parecería más verdadero que
lo que entonces se le mostraba?
-Mucho más -dijo.
-Y, si se le obligara a fijar su vista en la luz
misma ¿no crees que le dolerían los ojos y que se escaparía volviéndose hacia aquellos
objetos que puede contemplar, y que consideraría que éstos son realmente más claros que
los que le muestran?
-Así es -dijo.
-Y, si se lo llevaran de allí a la fuerza -dije-,obligándole a recorrer la áspera y escarpada subida, y no le dejaran antes de
haberle arrastrado hasta la luz del sol, ¿no crees que sufriría y llevaría a mal el ser
arrastrado y, una vez llegado a la luz, tendría los ojos tan llenos de ella que no sería
capaz de ver ni una sola de las cosas a las que ahora llamamos verdaderas?
-No,no sería capaz -dijo-, al menos por el momento.
-Necesitaría acostumbrarse,creo yo,para poder llegar a ver las cosas de arriba
. Lo que vería más fácilmente serían, ante todo,las sombras;
luego, las imágenes de hombres y de
otros objetos reflejados en las aguas,y más tarde, los cuerpos mismos.Y después de esto le sería más fácil el contemplar de noche las cosas del cielo y el cielo
mismo,fijando su vista en la luz de las estrellas y la luna, que el ver de día el sol y lo que le es propio.
-¿Cómo no?
-Y por último,creo yo, seria el sol,pero no sus imágenes reflejadas en las aguas ni en
otro lugar ajeno a él,sino el propio sol en su propio dominio y tal cual es en sí
mismo,lo que él estaría en condiciones de mirar y contemplar.
-Necesariamente -dijo.
-Y, después de esto,colegiría ya con respecto al sol que es él quien produce las
estaciones y los años y gobierna todo lo de la región visible y es,en cierto modo,el
autor de todas aquellas cosas que ellos veían.
-Es evidente -dijo- que después de aquello vendría a pensar en eso otro. -¡Y
qué!Cuando se acordara de su anterior habitación y de la ciencia de allí y de sus
antiguos compañeros de cárcel,¿no crees que se consideraría feliz por haber cambiado y
que les compadecería a ellos?
-Efectivamente.
-Y,si hubiese habido entre ellos algunos honores o alabanzas o recompensas que concedieran
los unos a aquellos otros que, por discernir con mayor penetración las sombras que
pasaban y acordarse mejor de cuáles de entre ellas eran las que solían pasar delante o
detrás junto con otras, fuesen más capaces que nadie de profetizar,basados en ello, lo
que iba a suceder, ¿crees que sentiría aquél nostalgia de estas cosas o que envidiaría
a quienes gozaran de honores y poderes entre aquéllos, o bien que le ocurriría lo de
Homero,es decir,que preferiría decididamente «ser siervo en el campo de cualquier
labrador sin caudal»o sufrir cualquier otro destino antes que vivir en aquel mundo de lo
opinable?
-Eso es lo que creo yo -dijo-:que preferiría cualquier otro destino antes que aquella
vida.
-Ahora fíjate en esto -dije-: si, vuelto el
tal allá abajo,ocupáse de nuevo el mismo asiento, ¿no crees que se le llenarían los
ojos de tinieblas como a quien deja súbitamente la luz del sol?
-Ciertamente -dijo.
-Y, si tuviese que competir de nuevo con los que habían permanecido constantemente
encadenados, opinando acerca de las sombras aquellas que,por no habérsele asentado
todavía los ojos, ve con dificultad -y no sería muy corto el tiempo que necesitara para
acostumbrarse-, ¿no daría que reír y no se diría de él que,por haber subido arriba,
ha vuelto con los ojos estropeados, y que no vale la pena ni aun de intentar una semejante
ascensión? ¿Y no matarían , si
encontraban manera de echarle mano y matarle, a quien intentara desatarles y hacerles
subir?
-Claro que sí--dijo.
-Pues bien -dije-, esta imagen hay que aplicarla toda ella, ¡oh, amigo Glaucón!,a lo que
se ha dicho antes; hay que comparar la región revelada por medio de la vista con la
vivienda-prisión y la luz del fuego que hay en ella con el poder del sol.En cuanto a la
subida al mundo de arriba y a la contemplación de las cosas de éste, si las comparas con
la ascensión del alma hasta la región inteligible no errarás con respecto a mi
vislumbre,que es lo que tú deseas conocer y que sólo la divinidad sabe si por acaso
está en lo cierto.En fin,he aquí lo que a mí me parece:en el mundo inteligible lo
último que se percibe,y con trabajo,es la idea del bien pero,una vez percibida,hay que colegir que ella es la causa de todo lo
recto y lo bello que hay en todas las cosas; que, mientras en el mundo visible ha
engendrado la luz y al soberano de ésta, en el inteligible es ella la soberana y productora de verdad y conocimiento,y
que tiene por fuerza que verla quien quiera proceder correctamente en su vida pública o
privada.
-También yo estoy de acuerdo -dijo-, en el grado en que puedo estarlo.
Comentario1
Cuestionario
Presentación
TEXTO2A
(517d-521c)
-Pues bien -dije-, dame también la razón en esto otro: no te
extrañes de que los que han llegado a ese punto quieran ocuparse en asuntos humanos;
antes bien, sus almas tienden siempre a permanecer en las
alturas, y es natural, creo yo, que así ocurra, al menos si también esto concuerda
con la imagen de que se ha hablado.
-Es natural, desde luego -dijo.
-¿Y qué? ¿Crees -dije yo- que haya que extrañarse de que, al pasar un hombre de las
contemplaciones divinas a las miserias humanas, se muestre torpe
y sumamente ridículo cuando, viendo, todavía mal y no hallándose aún suficientemente
acostumbrado a las tinieblas que le rodean, se ve obligado a discutir, en los tribunales o
en otro lugar cualquiera, acerca de las sombras de lo justo o de las imágenes de que son
ellas reflejo y a contender acerca del modo en que interpretan estas cosas los que jamás han visto injusticia en sí?
-No es nada extraño -dijo.
-Antes bien -dije-, toda persona razonable debe recordar que son dos las maneras y dos las
causas por las cuales se ofuscan los ojos: al pasar de la
luz a la tiniebla y al pasar de la tiniebla a la luz. Y, una vez haya pensado que también
le ocurre lo mismo al alma, no se reirá insensatamente cuando vea a alguna que, por estar
ofuscada, no es capaz de discernir los objetos, sino que averiguará si es que, viniendo
de una vida más luminosa, está cegada por falta de costumbre o si, al pasar de una mayor
ignorancia a una mayor luz, se ha deslumbrado por el exceso de ésta y así considerará
dichosa a la primera alma, que de tal manera se conduce y vive, y compadecerá a la otra,
o bien, si quiere reírse de ella, esa su risa será menos ridícula que si se burlara del
alma que desciende de la luz.
-Es muy razonable -asintió- lo que dices.
-Es necesario, por tanto -dije-, que, si esto es verdad, nosotros consideremos lo
siguiente acerca de ello- que la educación no es tal como proclaman
algunos que es. En efecto, dicen, según creo, que ellos proporcionan ciencia al alma que
no la tiene del mismo modo que si infundieran vista a unos ojos ciegos.
-En efecto, así lo dicen -convino.
-Ahora bien, la discusión de ahora -dije- muestra que esta facultad, existente en el alma
de cada uno, y el órgano con que cada cual aprende deben volverse, apartándose de lo que nace, con el alma entera -del
mismo modo que el ojo no es capaz de volverse hacia la luz, dejando la tiniebla, sino en
compañía del cuerpo entero- hasta que se hallen en condiciones de afrontar la
contemplación del ser e incluso de la parte más brillante del ser, que es aquello a lo
que llamamos bien.
¿No es eso?
-Eso es.
-Por consiguiente -dije- puede haber un arte de descubrir
cuál será la manera más fácil y eficaz para que este órgano se vuelva; pero no de
infundirle visión, sino de procurar que se corrija lo que, teniéndola ya, no está
vuelto adonde debe ni mira adonde es menester.
-Tal parece -dijo.
-Y así, mientras las demás virtudes, las llamadas
virtudes del alma, es posible que sean bastante parecidas a las del cuerpo -pues, aunque
no existan en un principio, pueden realmente ser más tarde producidas por medio de la
costumbre y el ejercicio-, en la del conocimiento se da el caso de que parece pertenecer a
algo ciertamente más divino que jamás pierde su poder y que, según el lugar a que se
vuelva, resulta útil y ventajoso o, por el contrario, inútil y nocivo. ¿O es que no has
observado con cuánta agudeza percibe el alma miserable de aquellos de quienes se dice que
son malos, pero inteligentes, y con qué penetración discierne aquello hacia lo cual se
vuelve, porque no tiene mala vista y está obligada a servir a la maldad, de manera que,
cuanto mayor sea la agudeza de su mirada, tantos más serán los males que cometa el alma?
-En efecto -dijo.
-Pues bien -dije yo-, si el ser de tal naturaleza hubiese sido, ya desde niño, sometido a
una poda y extirpación de esa especie de excrecencias plúmbeas, emparentadas con la
generación, que, adheridas por medio de la gula y de otros placeres y apetitos
semejantes, mantienen vuelta hacia abajo la visión del
alma; si, libre ésta de ellas, se volviera de cara a lo verdadero, aquella misma alma de
aquellos mismos hombres lo vería también con la mayor penetración de igual modo que ve
ahora aquello hacia lo cual está vuelta.
-Es natural -dijo.
-¿Y qué? -dije yo-. ¿No es natural y no se sigue forzosamente de lo dicho que ni los
ineducados y apartados de la verdad son jamás aptos para gobernar una ciudad ni tampoco
aquellos a los que se permita seguir estudiando hasta el fin; los unos, porque no tienen
en la vida ningún objetivo particular apuntando al cual deberían obrar en todo cuanto
hiciesen durante su vida pública y privada y los otros porque, teniéndose por
transportados en vida a las islas de los bienaventurados, no consentirán en actuar?
-Es cierto -dijo.
-Es, pues, labor nuestra -dije yo-, labor de los
fundadores, el obligar a las mejores naturalezas a que lleguen al conocimiento del
cual decíamos antes que era el más excelso y vean el bien y verifiquen la ascensión
aquella; y, una vez que, después de haber subido, hayan gozado de una visión suficiente,
no permitirles lo que ahora les está permitido.
-¿Y qué es ello?
-Que se queden allí -dije- y no accedan a bajar de nuevo junto a aquellos prisioneros ni
a participar en sus trabajos ni tampoco en sus honores, sea mucho o poco lo que éstos
valgan.
-Pero entonces -dijo-, ¿les perjudicaremos y
haremos que vivan peor siéndoles posible el vivir mejor?
-Te has vuelto a olvidar, querido amigo -dije-, de que a
la ley no le interesa nada que haya en la ciudad una clase que goce de particular
felicidad, sino que se esfuerza por que ello le suceda a la ciudad entera y por eso
introduce armonía entre los ciudadanos por medio de la persuasión o de la fuerza, hace
que unos hagan a otros partícipes de los beneficios con que cada cual pueda ser útil a
la comunidad y ella misma forma en la ciudad hombres de esa clase, pero no para dejarles
que cada uno se vuelva hacia donde quiera, sino para usar ella misma de ellos con miras a
la unificación del Estado.
-Es verdad -dijo-. Me olvidé de ello.
-Pues ahora -dije- observa, ¡oh, Glaucón!, que tampoco vamos a perjudicar a los
filósofos que haya entre nosotros, sino a obligarles, con palabras razonables, a que se
cuiden de los demás y les protejan. Les diremos que es natural que las gentes tales que
haya en las demás ciudades no participen de los trabajos de ellas, porque se forman
solos, contra la voluntad de sus respectivos gobiernos, y, cuando alguien se forma solo y
no debe a nadie su crianza, es justo que tampoco se preocupe de reintegrar a nadie el
importe de ella. Pero a vosotros os hemos engendrado
nosotros, para vosotros mismos y para el resto de la ciudad, en calidad de jefes y reyes,
como los de las colmenas, mejor y más completamente
educados que aquéllos y más capaces, por tanto, de participar de ambos aspectos. Tenéis, pues, que ir bajando uno tras otro a la
vivienda de los demás y acostumbraras a ver en la oscuridad. Una vez acostumbrados,
veréis infinitamente mejor que los de allí y conoceréis lo que es cada imagen y de qué lo es, porque habréis visto ya la verdad
con respecto a lo bello y a lo justo y a lo bueno. Y así la ciudad nuestra y vuestra
vivirá a la luz del día y no entre sueños, como
viven ahora la mayor parte de ellas por obra de quienes luchan unos con otros por vanas
sombras o se disputan el mando como si éste fuera algún gran bien. Mas la verdad es,
creo yo, lo siguiente: la ciudad en que estén menos ansiosos
por ser gobernantes quienes hayan de serlo, ésa ha de ser forzosamente la que viva mejor
y con menos disensiones que ninguna; y la que tenga otra clase de gobernantes, de modo
distinto.
-Efectivamente -dijo.
-¿Crees, pues, que nos desobedecerán los pupilos cuando oigan esto y se negarán a
compartir por turno los trabajos de la comunidad viviendo el mucho tiempo restante todos
juntos y en el mundo de lo puro?
-Imposible -dijo-. Pues son hombres justos a quienes ordenaremos cosas justas. Pero no hay
duda de que cada uno de ellos irá al gobierno como a algo
inevitable al revés que quienes ahora gobiernan en las distintas ciudades.
-Así es, compañero -dije yo-. Si encuentras modo de proporcionar a los que han de mandar
una vida mejor que la del gobernante, es posible que llegues a tener una ciudad bien
gobernada, pues ésta será la única en que manden los verdaderos ricos, que no lo son en
oro, sino en lo que hay que poseer en abundancia para ser feliz: una vida buena y
juiciosa. Pero donde son mendigos y hambrientos de bienes personales los que van a la
política creyendo que es de ahí de donde hay que sacar las riquezas, allí no ocurrirá
así. Porque, cuando el mando se convierte en objeto de luchas, esa misma guerra
doméstica e intestina los pierde tanto a ellos como al resto de la ciudad.
-Nada más cierto -dijo.
-Pero ¿conoces-dije-otra vida que desprecie los cargos
políticos excepto la del verdadero filósofo?
-No, ¡por Zeus! -dijo.
-Ahora bien, no conviene que se dirijan al poder en calidad de amantes de él, pues, si lo
hacen, lucharán con ellos otros pretendientes rivales.
-¿Cómo no?
-Entonces, ¿a qué otros obligarás a dedicarse a la guarda de la ciudad sino a quienes,
además de ser los más entendidos acerca de aquello por medio de lo cual se rige mejor el
Estado, posean otros honores y lleven una vida mejor que la del político?
-A ningún otro -dijo.
Comentario1
Presentación
LIBRO VII REPÚBLICA
COMENTARIO2
(521a-526c)
TEXTO1B
(521c-524d)
-¿Quieres, pues, que a continuación examinemos de
qué manera se formarán tales personas y cómo se
les podrá sacar a la luz, del mismo modo que, según se cuenta, ascendieron algunos desde el Hades hasta los dioses?
-¿Cómo no he de querer? -dijo.
-Pero esto no es, según parece, un simple lance de tejuelo,
sino un volverse el alma desde el día nocturno hacia el verdadero; una ascensión hacia
el ser de la cual diremos que es la auténtica filosofía.
-Efectivamente.
-¿No hay, pues, que investigar cuál de las enseñanzas tiene un tal poder?
-¿Cómo no?
-Pues bien, ¿cuál podrá ser, oh, Glaucón, la enseñanza que atraiga el alma desde lo
que nace hacia lo que existe? Mas al decir esto se me ocurre lo siguiente. ¿No afirmamos que era forzoso que éstos fuesen en su juventud
atletas de guerra?
-Tal dijimos, en efecto.
-Por consiguiente es necesario que la enseñanza que buscamos tenga, además de aquello,
esto otro.
-¿Qué?
-El no ser inútil para los guerreros.
-Desde luego -dijo-; así debe ser si es posible.
-Ahora bien, antes les educamos por medio de la gimnástica
y la música.
-Así es -dijo.
-En cuanto a la gimnástica, ésta se afana en torno a lo
que nace y muere, pues es el crecimiento y decadencia del cuerpo lo que ella preside.
-Tal parece.
-Entonces no será esta la enseñanza que buscamos.
-No, no lo es.
-¿Acaso lo será la música tal como en un principio la describimos?
-Pero aquélla -dijo- no era, si lo recuerdas, más que
una contrapartida de la gimnástica: educaba a los guardianes por las costumbres; les
procuraba, por medio de la armonía, cierta proporción armónica, pero no conocimiento, y
por medio del ritmo, la eurritmia; y en lo relativo a las narraciones, ya fueran fabulosas
o verídicas, presentaba algunos otros rasgos -siguió diciendo- semejantes a éstos. Pero
no había en ella ninguna enseñanza que condujera a nada tal como lo que tú investigas
ahora.
-Me lo recuerdas con gran precisión -dije-. En efecto, no ofrecía nada semejante. Pues
entonces, ¿cuál podrá ser, oh, bendito Glaucón, esa enseñanza? Porque como nos ha
parecido, según creo, que las artes eran todas ellas innobles...
-¿Cómo no? ¿Pues qué otra enseñanza nos queda ya, aparte de la música y de la
gimnástica y de las artes?
-Si no podemos dar con ninguna -dije yo- que no esté incluida entre éstas, tomemos,
pues, una de las que se aplican a todas ellas.
-¿Cuál?
-Por ejemplo, aquello tan general de que usan todas las artes y razonamientos y ciencias; lo que es forzoso que
todos aprendan en primer lugar.
-¿Qué es ello? -dijo.
-Eso tan vulgar ~dije- de conocer el uno y el dos y el tres. En una palabra, yo le llamo
número y cálculo. ¿O no ocurre con esto que toda arte
y conocimiento se ven obligados a participar de ello?
-Muy cierto.
-¿No lo hace también -dije- la ciencia militar? -Le es absolutamente forzoso -dijo.
-En efecto -dije-, es un general enteramente ridículo el Agamenón que Palamedes nos presenta una y otra vez en las tragedias.
¿No has observado que Palamedes dice haber sido él quien, por haber inventado los
números, asignó los puestos al ejército que acampaba ante Ilión y contó las naves y
todo lo demás, y parece como si antes de él nada hubiese sido contado y como si
Agamenón no pudiese decir, por no saber tampoco contar, ni siquiera cuántos pies tenía.
Pues entonces, ¿qué clase de general piensas que fue?
-Extraño ciertamente -dijo- si eso fuera verdad.
-¿No consideraremos, pues -dije-, como otro conocimiento indispensable para un hombre de
guerra el hallarse en condiciones de calcular y contar?
-Más que ningún otro -dijo- para quien quiera entender algo, por poco que sea, de
organización o, mejor dicho, para quien quiera ser un hombre.
-Pues bien -dije-, ¿observas lo mismo que yo con respecto a este conocimiento?
-¿Qué es ello?
-Podría bien ser uno de los que buscamos y que conducen naturalmente a la comprensión;
pero nadie se sirve debidamente de él a pesar de que es absolutamente apto para atraer
hacia la esencia.
-¿Qué quieres decir? -preguntó.
-Intentaré enseñarte -dije- lo que a mí al menos me parece. Ve contemplando junto
conmigo las cosas que yo voy a ir clasificando entre mí como aptas o no aptas para
conducir adonde decimos y afirma o niega a fin de que veamos con mayor evidencia si esto
es como yo lo imagino.
-Enséñame -dijo.
-Pues bien -dije-, te enseño, si quieres contemplarlas, que, entre los objetos de la sensación, los hay que no invitan a la inteligencia a
examinarlos, por ser ya suficienteniente juzgados por los sentidos; y otros, en cambio,
que la invitan insistentemente a examinarlos, porque los sentidos no dan nada aceptable.
-Es evidente -dijo- que te refieres a las cosas que se
ven de lejos y a las pinturas con sombras.
-No has entendido bien -contesté- lo que digo.
-¿Pues a qué te refieres? -dijo.
-Los que no la invitan -dije- son cuantos no desembocan al mismo tiempo en dos sensaciones
contradictorias. Y los que desembocan los coloco entre los que la invitan, puesto que,
tanto si son impresionados de cerca como de lejos, los sentidos no indican que el objeto
sea más bien esto que lo contrario. Pero comprenderás más claramente lo que digo del
siguiente modo. He aquí lo que podríamos llamar tres dedos:
el más pequeño, el segundo y el medio.
-Desde luego -dijo.
-Fíjate en que hablo de ellos como de algo visto de cerca. Ahora bien, obsérvame lo
siguiente con respecto a ellos.
-¿Qué?
-Cada uno se nos muestra igualmente como un dedo y en esto nada importa que se le vea en
medio o en un extremo, blanco o negro, grueso o delgado, o bien de cualquier otro modo
semejante. Porque en todo ello no se ve obligada el alma de
los más a preguntar a la inteligencia qué cosa sea un dedo, ya que en ningún caso
le ha indicado la vista que el dedo sea al mismo tiempo lo contrario de un dedo.
-No, en efecto -dijo.
-De modo que es natural -dije- que una cosa así no llame ni despierte al entendimiento.
-Es natural.
-¿Y qué? Por lo que toca a su grandeza o pequeñez, ¿las distingue acaso
suficientemente la vista y no le importa a ésta nada el que uno de ellos esté en medio o
en un extremo? ¿Y le ocurre lo mismo al tacto con el grosor y la delgadez o la blandura y
la dureza? Y los demás sentidos, ¿no proceden acaso de manera deficiente al revelar estas cosas? ¿O bien es del
siguiente modo como actúa cada uno de ellos, viéndose ante todo obligado a encargarse
también de lo blando el sentido que ha sido encargado de lo duro y comunicando éste al
alma que percibe cómo la misma cosa es a la vez dura y blanda?
-De ese modo -dijo.
-Pues bien -dije-, ¿no es forzoso que, en tales casos, el alma se pregunte por su parte
con perplejidad qué entiende esta sensación por
duro, ya que de lo mismo dice también que es blando, y qué entiende la de lo ligero y
pesado por ligero y pesado, puesto que llama ligero a lo pesado y pesado a lo ligero?
-Efectivamente -dijo-, he ahí unas comunicaciones extrañas para el alma y que reclaman
consideración.
-Es, pues, natural -dije yo- que en caso semejante comience el alma por llamar al cálculo
y la inteligencia e intente investigar con ellos si
son una o dos las cosas anunciadas en cada caso.
-¿Cómo no?
-Mas, si resultan ser dos, ¿no aparecerá cada una de ellas como una y distinta de la
otra?
-Sí.
-Ahora bien, si cada una de ellas es una y ambas juntas son dos, las concebirá a las dos
como separadas, pues si no estuvieran separadas no las concebiría como dos, sino como
una.
-Bien.
-Así, pues, la vista también veía, según decimos, lo grande y lo pequeño, pero no
separado, sino confundido. ¿No es eso?
-Sí.
-Y para aclarar esta confusión, la mente se ha visto obligada a ver lo grande y lo
pequeño no confundido, sino separado, al contrario que aquélla.
-Cierto.
-Pues bien, ¿no es de aquí de donde comienza a venirnos el preguntar qué es lo grande y
qué lo pequeño?
-En un todo.
-Y de la misma manera llamamos a lo uno inteligible , a lo otro visible.
-Muy exacto -dijo.
Comentario2
Presentación
TEXTO2B
(524d-526c)
-Pues bien, eso es lo que yo quería decir cuando afirmaba hace un momento que hay cosas
provocadoras de la inteligencia y otras no provocadoras y cuando a las que penetran en los sentidos en compañía de las opuestas a ellas las definía como provocadoras y a las que no como no despertadoras de la inteligencia.
LIBRO VII REPÚBLICA
COMENTARIO3
(526c-531e)
526c-531e
A continuación Sócrates se propone analizar la segunda
disciplina que debería ser objeto de educación por parte de los regentes
filósofos: la geometría. En principio, Glaucón le atribuye su importancia
atendiendo exclusivamente a su lado práctico y, por ello, cita a la guerra como
ejemplo. Una misma persona, señala Glaucón, procederá en asuntos militares de manera
diferente si es geómetra que si no lo es. Sócrates le hace ver que si la geometría
tuviera importancia unicamente por su lado práctico entonces sería suficiente con el
estudio de una pequeña parte de la geometría y el cálculo. Y lo que que Sócrates
quiere analizar es precisamente la mayor y más avanzada parte de ella con el
objeto de averigüar si ayuda a contemplar más facilmente la idea del bien. Por
todo ello, para Sócrates, la importancia de la geometría en la educación de los regentes
filósofos unicamente se puede medir en tanto en cuanto ayuda al alma a contemplar la
esencia y el lugar en donde está lo más dichoso de cuanto es. Lo que sucede es que
critica Sócrates- la mayoría considera la geometría desde un punto de vista
eminentemente práctico y por ello emplean términos como "cuadrar" o
"medir". Sin embargo, Sócrates considera que es una disciplina que se
define esencialmente por cultivar el conocimiento de lo que siempre existe y en,
ningún momento, de lo que nace o perece. Por lo tanto, si se enfoca de ese modo su
enseñanza es evidente que ayudará a la vuelta del alma hacia la verdad formando mentes
filosóficas que dirijan hacia arriba aquello que ahora se dirije indebidamente hacia
abajo. A partir de lo dicho Sócrates plantea establecer, por tanto, la geometría
como segunda enseñanza para los jóvenes destinados a ser regentes filósofos. {Ver Texto1c}
A contininuación plantea analizar una tercera disciplina: la astronomía.
De nuevo Glaucón sitúa su importancia en el ámbito práctico afirmando que,
gracias a ella, se pueden reconocer bien los tiempos del mes o del año siendo útil para
la labranza y el pilotaje, asi como para el arte estratégico. Sócrates intenta poner de
nuevo en su lugar la importancia de la astronomía como ciencia educativa. Para ello, en
primer lugar, y de modo deliberado, parece retractarse de algo dicho
anteriormente. Afirma que despues de la geometría (superficies) pasan a analizar
el sólido que ya está en movimimento (astronomía) cuando lo lógica sería
estudiar el sólido en sí mismo. Por ello afirma, debería tratarse
inmediatamente despues del segundo (geometría), el tercero que versa sobre el desarrollo
de los cubos y sobre lo que participa de profundidad (sterometría).
Glaucón hace referencia a que todos estos problemas no están en absoluto resueltos.
Sócrates reconoce que efectivamente es así y señala las razones: las ciudades no dan
importancia a este tipo de investigaciones y, además, en tales investigaciones se
necesita un director. Por todo ello, por lógica, despues de las superficies deberían
estudiarse los sólidos (antes de la astronomía). Sin embargo, como el estudio en
profundidad sobre el tema de los sólidos solamente ha dado lugar a investigaciones
ridículas, anteriormente, lo pasé por alto, y, por ello, despues de la geometría situa
a la astronomía que trata del movimiento de los sólidos en
profundidad. Por lo tanto, aunque sólo citamos a la sterometría, esta
debería ser realmente la tercera disciplina que los jóvenes regentes deberían
estudiar, aunque habrá que esperar a mejores tiempos.En este contexto, por tanto,
Sócrates, sitúa a la astronomía como cuarta enseñanza aunque dando por
supuesto que la ciudad, en un futuro, contará con la disciplina que ahora se ha omitido. {Ver Texto2c}
Sócrates alaba a la astronomía no simplemente porque obligue al alma a mirar hacia las
cosas de arriba. Supongamos, afirma, que una persona observara algo al contemplar, mirando
hacia arriba, por ejemplo, la decoración de un techo; sería absurdo decir que, por mirar
hacia arriba, contempla con la inteligencia y no con los ojos. Por ello, la astronomía no
tiene importancia porque nos permite observar empiricamente las cosas de arriba. Si no
ayuda tambien a ponerse en contacto con lo invisible, pobre sería su función. En este
contexto, Sócrates señala que una persona, tanto si mira arriba con la boca abierta como
hacia abajo con ella cerrada, jamás la conocerá, porque ninguna de esas cosas es objeto
de conocimiento, y su alma no mira realmente hacia lo alto. Según Sócrates para que la
astronomía fuera realmente útil como enseñanza debería partir de la aceptación de la
premisa siguiente: las tracerías de las que está bordado el cielo son lo más bello y
perfecto que en su género existe; sin embargo, por estar labradas en materia visible,
desmerecen en mucho de sus modelos verdaderos.Por todo ello, el cielo visible no es más
que una hermosa esfera armilar dotada de movimiento del que podemos servirnos para el
estudio de la verdadera astronomía. Pero sería absurdo estudiar seriamente los
fenómenos visibles de tal esfera pues sería lo mismo que intentar buscar la verdad
geométrica y astronómica en unos dibujos. Por lo tanto, debemos servirnos del cielo
unicamente como de un ejemplo que nos facilite la comprensión real del mismo. En este
contexto, por tanto, un auténtico astrónomo sería, según Sócrates, aquel que, al
considerar los movimientos de los astros, está convencido que el artífice del cielo ha
reunido en él la mayor belleza que es posible reunir en semejantes obras. Sabrá tambien
que la auténtica verdad no reside en sus movimientos ni en sus cuerpos visibles. Por
ello, la astronomía, del mismo modo que la geometría, debería practicarse valiéndose
de problemas que ayuden a la investigación de la realidad en sí y se dejará, en un
segundo lugar, las cosas visibles del cielo. En relación con la astronomía, Sócrates,
trae a colación tambien ciertas teorías de su época relacionadas con el estudio de la
astronomía. Señala que para los astrónomos la vista es lo mismo que, por ejemplo, para
los pitagóricos, es el oido en la música. Critica, sin embargo, que los astrónomos se
dediquen a estudiar unicamente los movimientos visibles y los pitagóricos al estudio de
los movimientos audibles, desatendiendo, en cambio, el estudio de los números y
movimientos ideales. Sócrates señala que mucho más importante encaminar todas estas
disciplinas al descubrimiento de la armonía y el movimiento escondidos detrás de lo que
se nos manifiesta en el movimiento físico o en el sonido físico. {Ver Texto3c}
Presentación
TEXTO1C
(526c-527d)
-Pues bien -dije-, dejemos ya sentada esta primera cosa. Pero hay
una segunda que sigue a ella de la que debemos
considerar si tal vez nos interesa.
-¿Qué es ello? ¿Te refieres acaso -dijo- a la geometría?
-A eso mismo-dije yo.
-Pues en cuanto de ella se relaciona con las cosas de la guerra -dijo-, es evidente que
sí que nos interesa. Porque en lo que toca a los campamentos y tomas de posiciones y
concentraciones y despliegues de tropas y a todas las demás maniobras que, tanto en las
batallas mismas como en las marchas, ejecutan los ejércitos, una misma persona procederá
de manera diferente si es geómetra que si no lo es.
-Sin embargo -dije-, para tales cosas sería suficiente una pequeña parte de la
geometría y del cálculo. Pero es precisamente la mayor y más avanzada parte de ella la que debemos examinar para ver si
tiende a aquello que decíamos, a hacer que se contemple más fácilmente la idea del
bien. Y tienden a ese fin, decimos, todas las cosas que obligan al alma a volverse hacia
aquel lugar en que está lo más dichoso de cuanto es, lo
que a todo trance tiene ella que ver.
-Dices bien -asintió.
-De modo que si obliga a contemplar la esencia, conviene; y si la generación, no
conviene.
-Tal decimos, en efecto.
-Pues bien -dije yo-, he aquí una cosa que cuantos sepan algo, por poco que sea, de
geometría no nos irán a discutir: que con esta ciencia ocurre todo lo contrario de lo
que dicen de ella cuantos la practican.
-¿Cómo? -dijo.
-En efecto, su lenguaje es sumamente ridículo y forzado, pues hablan como si estuvieran
obrando y como si todas sus explicaciones las hicieran con miras a la práctica, y emplean
toda clase de términos tan pomposos como «cuadrar»,
«aplicar» y «adicionar», sin embargo, toda esta disciplina es, según yo creo, de las
que se cultivan con miras al conocimiento.
-Desde luego -dijo.
-¿Y no hay que convenir también en lo siguiente?
-¿En qué?
-En que es cultivada con miras al conocimiento de lo que siempre existe, pero no de lo que en algún momento
nace o muere.
-Nada cuesta convenir en ello -dijo-; en efecto, la geometría es conocimiento de lo que
siempre existe.
-Entonces, ¡oh, mi noble amigo!, atraerá el alma hacia la verdad y formará mentes
filosóficas que dirijan hacia arriba aquello que ahora dirigimos indebidamente hacia
abajo.
-Sí, y en gran manera -dijo.
-Pues bien -repliqué-, en gran manera también hay que ordenar a los de tu Calípolis que no se aparten en absoluto de la geometría.
Porque tampoco son exiguas sus ventajas accesorias.
-¿Cuáles? -dijo.
-No sólo -dije- las que tú mismo citaste con respecto a la guerra, sino que también
sabemos que, por lo que toca a comprender más fácilmente en cualquier otro estudio,
existe una diferencia total y absoluta entre quien se ha acercado a la geometría y quien
no.
-Sí, ¡por Zeus!, una diferencia absoluta -dijo.
-¿Establecemos, pues, ésta como segunda enseñanza para los jóvenes?
-Establezcámosla -dijo.
Comentario3
Presentación
TEXTO2C
(527d-529a)
-¿Y qué? ¿Establecemos como
tercera la astronomía? ¿O no estás de acuerdo?
TEXTO3C
(529a-531e)
-Es natural -dijo él-. Pero como hace poco me reprendías, ¡oh, Sócrates!, por alabar la astronomía en forma demasiado cargante, ahora lo voy a hacer desde el punto de vista en que tú la tratas. En efecto, me parece evidente para todos que ella obliga al alma a mirar hacia
arriba y la lleva de las cosas de aquí a las de allá.
LIBRO VII REPÚBLICA
COMENTARIO4
(531e-535a)
531e-535ª
Sócrates comienza afirmando que todo lo dicho acerca de la matemática,
la geometría, la sterometría y la astronomía no son otra cosa que el preludio
de la auténtica melodía que hay que aprender: la dialéctica. Sócrates compara
la dialéctica con un viaje que el alma sirviéndose de la razón y, sin
intervención de ningún sentido, se eleva hacia lo que es cada cosa en sí y, sin
disistir en su análisis, llega a alcanzar, con el sólo auxilio de la inteligencia, lo
que es el bien en sí. Al mismo tiempo, compara la dialéctica con un liberarse
de unas cadenas ya que es quien permite volverse de las sombras hacia las imágenes y el
fuego y ascender desde la caverna hasta el lugar iluminado por el sol y al poder mirar
allí todavía a los animales ni a las plantas ni a la luz solar, sino unicamente a los
reflejos divinos que se ven en las aguas y a las sombras de seres reales. Afirma que estos
últimos son los efectos que produce todo el estudio de las ciencias enumeradas
anteriormente, las cuales permiten elevar a la mejor parte del alma hacia la
contemplación del mejor de los seres, del mismo modo que antes elevaba a la parte más
perspicaz del cuerpo (la vista) hacia la contemplación de lo más luminoso que existe en
la región material y visible. Despues de hacer referencia a los preludios de la melodía,
Glaucón solicita a Sócrates que comienze a estudiar a la melodía en sí. Por
eso le pide que explique cuál es la naturaleza de la facultad dialéctica y en
cuántas especies se divide y cuáles son sus caminos. Sócrates de modo
tajante y un tanto rudo le dice que no tiene inconveniente pero que a Glaucón le va ser
imposible el seguirlo. De todos modos lo que sigue no es otra cosa que una recapitulación
de lo ya dicho sobre la dialéctica en el libro VI. Comienza afirmando que la dialéctica
es la única ciencia que puede marcar el camino hacia el conocimiento del bien en sí.
Argumenta que ello se debe a que todas las demas artes y disciplinas versan sobre
opiniones y deseos de los hombres, y siempre dedicadas al cuidado de las cosas nacidas y
fabricadas. Por su parte, las más elevadas como la geometría o la astronomía no hacen
más que soñar con lo que existe pero son incapaces de contemplarlo en vigilia mientras,
valiéndose de hipótesis, dejan éstas intactas por no poder dar cuenta de ellas
(circularidad). Por lo tanto, el método dialéctico es el único que, echando
abajo las hipótesis, se encamina hacia el principio mismo para pisar allí terrreno
firme; a su vez, permite que el ojo del alma, asumido en un bárbaro lodazal, pueda
elevarse a las alturas, utilizando como auxiliares a las disciplinas anteriormente
enumeradas ya que son algo más claras que la opinión aunque más oscuras que el
conocimiento. La dialéctica debe pasar por un proceso de comprobación, revisión y
anulación, es decir, examina y anula (anairei) una hipótesis tras otra
hasta que por fín llega a la idea de bien. Sobre las ruinas de la primera
hipótesis construimos otra nueva y mejor, que debe, a su vez, ser rigurosamente
comprobada, examinada, y quizá tambien desechada antes de que pueda servir de trampolín
y peldaño para llegar a otra más alta, más verdadera y mejor.En el estadio final, que
es un ideal, todas las hipótesis llegan a ser contrapartidas exactas de las ideas y así
hemos llegado al principio o bien. Sócrates realiza tambien, en relación con este
estudio de la dialéctica, un breve resumen de lo establecido anteriormente en el
simil de la linea y de la caverna. Habla de los cuatro niveles del
simil de la linea: conocimiento, pensamiento, creencia e imaginación.
Señala que estas dos últimas forman el mundo de la opinión y las dos primeras
el mundo de la inteligencia. Afirma que la opinión se refiere a la
generación mientras que la inteligencia a la esencia. Dice tambien que lo que es
la esencia con relación a la generación lo es la inteligencia con
relación a la opinión, el conocimiento con respecto a la creencia y el
pensamiento con respecto a la imaginación. Por último, Sócrates
señala la necesidad de prescribir para la ciudad el que los jovenes mejor
dotados sean educados de modo particular en este método de la dialéctica de
modo que sean capaces de preguntar y responder con la máxima competencia posible y todo
ello basándose en la convicción de que la dialéctica es como una especie de
remate de las demás disciplinas, y que no hay ninguna otra que pueda ser justamente
colocada por encima de ella.
TEXTO1D
(531e-535a)
-¿Te refieres al
preludio -dije yo- o a qué otra cosa? ¿O es que no sabemos que todas estas cosas no son más que el preludio de la melodía que hay que aprender? Pues no creo que te parezca que los entendidos en estas cosas son dialécticos.
LIBRO VII REPÚBLICA
COMENTARIO5
(535a-541b)
TEXTO 1E
(535a-537d)
-Pues bien -dije yo-, ahora te falta
designar a quiénes hemos de dar estas enseñanzas y de qué manera.
-Evidente -dijo.
-¿Te acuerdas de la primera elección de gobernantes y
de cuáles eran los que elegimos?
-¿Cómo no? -dijo.
-Entonces -dije- considera que son aquéllas las naturalezas que deben ser elegidas
también en otros aspectos. En efecto, hay que preferir a los más firmes y a los más
valientes, y, en cuanto sea posible, a los más hermosos. Además hay que buscarlos tales
que no sólo sean generosos y viriles en sus caracteres,
sino que tengan también las prendas naturales adecuadas a esta educación.
-¿Y cuáles dispones que sean?
-Es necesario, ¡oh, bendito amigo! -dije-, que haya en ellos vivacidad para los estudios
y que no les sea difícil aprender. Porque las almas flaquean mucho más en los estudios
arduos que en los ejercicios gimnásticos, pues les afecta más una fatiga que les es
propia y que no comparten con el cuerpo.
-Cierto -dijo.
-Y hay que buscar personas memoriosas, infatigables
y amantes de toda clase de trabajos. Y si no, ¿cómo crees que iba nadie a consentir en
realizar, además de los trabajos corporales, un semejante aprendizaje y ejercicio?
-Nadie lo haría -dijo- a no ser que gozase de todo género de buenas dotes.
-En efecto, el error que ahora se comete -dije yo- y el descrédito le han sobrevenido a
la filosofía, como antes decíamos, porque los que se
le acercan no son dignos de ella, pues no se le deberían acercar los bastardos,
sino los bien nacidos.
-¿Cómo? -dijo.
-En primer lugar -dije yo-, quien se vaya a acercar a ella no debe ser cojo en cuanto a su amor al trabajo, es decir, amante del
trabajo en la mitad de las cosas y no amante en la otra mitad. Esto sucede cuando uno ama
la gimnasia y la caza y gusta de realizar toda clase de
trabajos corporales sin ser, en cambio, amigo de aprender ni de escuchar ni de investigar,
sino odiador de todos los trabajos de esta especie. Y es cojo también aquel
cuyo amor del trabajo se comporta de modo enteramente opuesto.
-Gran verdad es la que dices -contestó.
-Pues bien -dije yo-, ¿no consideraremos igualmente como un alma lisiada con respecto a la verdad a aquella que, odiando la
mentira voluntaria y soportándola con dificultad en sí misma e indignándose sobremanera
cuando otros mienten, sin embargo acepta tranquilamente lo involuntario y no se disgusta
si alguna vez es sorprendida en delito de ignorancia, antes bien, se revuelca a gusto en
ella como una bestia porcina?
-Desde luego -dijo.
-También con respecto a la templanza -dije yo- y al valor y a la magnanimidad y a todas
las partes de la virtud hay que vigilar no menos para
distinguir el bastardo del bien nacido. Porque cuando un particular o una ciudad no saben
discernir este punto y se ven en el caso de utilizar a alguien con miras a cualquiera de
las virtudes citadas, en calidad de amigo el primero o de gobernante la segunda, son cojos
y bastardos aquellos de que inconscientemente se sirven.
-Efectivamente -dijo-, tal sucede.
-Así, pues, hemos de tener -dije yo- gran cuidado con todo eso. Porque, si son hombres
bien dispuestos en cuerpo y alma los que eduquemos aplicándoles a tan importantes
enseñanzas y ejercicios, la justicia misma no podrá echarnos nada en cara y salvaremos la ciudad y el sistema político; pero, si los
aplicados a ello son de otra índole, nos ocurrirá todo lo contrario y cubriremos a la
filosofía de un ridículo todavía mayor.
-Sería verdaderamente vergonzoso -dijo.
-Por completo -dije-. Pero me parece que también a mí me está ocurriendo ahora algo risible.
-¿Qué? -dijo.
-Me olvidé -dije- de que estábamos jugando y hablé con alguna mayor vehemencia.
Pero es que, mientras hablaba, miré a la filosofía, y creo que fue al verla tan
indignamente afrentada cuando me indigné y, encolerizado contra los culpables, puse
demasiada seriedad en lo que dije.
-No, ¡por Zeus! -exclamó-, no es esa la opinión de quien te escucha.
-Pero sí la de quien habla -dije-. Mas no olvidemos esto: que, si bien en la primera
elección escogíamos a ancianos, en esta segunda no será posible hacerlo. Pues no
creamos a Solón cuando dice que uno es capaz de aprender
muchas cosas mientras envejece; antes podrá un viejo correr que aprender y propios son de
jóvenes todos los trabajos grandes y múltiples.
-Por fuerza -dijo.
-De modo que lo concerniente a los números y a la geometría y a toda la instrucción
preliminar que debe preceder a la dialéctica hay que ponérselo por delante cuando sean niños, pero no dando a la enseñanza una forma que les
obligue a aprender por la fuerza.
-¿Por qué?
-Porque no hay ninguna disciplina -dije yo- que deba aprender el hombre libre por medio de
la esclavitud. En efecto, si los trabajos corporales no deterioran más el cuerpo por el
hecho de haber sido realizados obligadamente, el alma no conserva ningún conocimiento que
haya penetrado en ella por la fuerza.
-Cierto -dijo.
-No emplees, pues, la fuerza, mi buen amigo -dije-, para instruir a los niños; que se
eduquen jugando y así podrás también
conocer mejor para qué está dotado cada uno de ellos.
-Es natural lo que dices -respondió.
-Pues bien ¿te acuerdas -pregunté- de que dijimos que
los niños habían de ser también llevados a la guerra en calidad de espectadores
montados a caballo y que era menester acercarlos a ella, siempre que no hubiese peligro, y
hacer que, como los cachorros, probasen la sangre?
-Me acuerdo -dijo.
-Pues bien ~dije-, al que demuestre siempre una mayor agilidad en todos estos
trabajos, estudios y peligros, a ése hay que incluirlo en un grupo
selecto.
-¿A qué edad? -dijo.
-Cuando haya terminado -dije- ese período de gimnasia obligatoria
que, ya sean dos o tres los años que dure, les impide dedicarse a ninguna otra cosa; pues
el cansancio y el sueño son enemigos del estudio. Además una de las pruebas, y no la
menos importante, será esta de cómo demuestre ser cada cual en los ejercicios
gimnásticos.
-¿Cómo no? -dijo.
-Y después de este período -dije yo- los elegidos de entre los veintenarios obtendrán mayores honras que los demás y
los conocimientos adquiridos separadamente por éstos durante su educación infantil
habrá que dárselos reunidos en una visión general de las relaciones que existen entre
unas y otras disciplinas y entre cada una de ellas y la naturaleza del ser.
-Ciertamente -dijo-, es el único conocimiento que se mantiene firme en aquellos en que
penetra.
-Además -dije yo- es el que mejor prueba si una naturaleza es dialéctica o no. Porque el
que tiene visión de conjunto es dialéctico; pero el
que no, ése no lo es.
-Lo mismo pienso -dijo.
Comentario5
Presentación
TEXTO2E
(537d-540a)
-Será, pues, necesario -dije yo- que consideres esto y que a quienes, además de aventajar a los otros en ello, se muestren también firmes en el aprendizaje y firmes en la guerra y en las demás actividades, a éstos los separes nuevamente de entre los ya elegidos, tan pronto como hayan rebasado los
treinta años, para hacerles objeto de honores aún más grandes e investigar, probándoles por medio del poder dialéctico, quién es capaz de encaminarse hacia el ser mismo en compañía de la verdad y sin ayuda de la vista ni de los demás sentidos. Pero he aquí una labor que requiere grandes precauciones, ¡oh, amigo mío!
TEXTO3E
(540a-541b)
Y una vez hayan llegado a
cincuentenarios, a los que hayan sobrevivido y descollado siempre y por todos conceptos en la práctica y en el estudio hay que conducirlos ya hasta el fin y obligarles a que, elevando el ojo de su alma, miren de frente a lo que proporciona luz a todos; y, cuando hayan visto el bien en sí, se servirán de él como modelo durante el resto de su vida, en que gobernarán, cada cual en su día, tanto a la ciudad y a los particulares como a sí mismos; pues, aunque dediquen la mayor parte del tiempo a la filosofía, tendrán que cargar, cuando les llegue su vez, con el peso de los asuntos políticos y gobernar uno tras otro por el bien de la ciudad y teniendo esta tarea no tanto por honrosa como por ineludible. Y así, después de haber formado cada generación a otros hombres como ellos a quienes dejen como sucesores suyos en la guarda de la ciudad, se irán a morar en las islas de los bienaventurados y la ciudad les dedicará monumentos y sacrificios públicos honrándoles como a demones si lo aprueba así la pitonisa, y si no, como seres beatos y divinos.
SIMIL DE LA CAVERNA
Aun siendo tanto y tanto lo que se ha escrito sobre la caverna, no estará de más
alguna pequeña nota a este respecto. La caverna -se ha repetido muchas veces- puede
compararse a una especie de cinematógrafo subterráneo rectangular en que los
prisioneros (desmotai) están sentados de espaldas a la puerta y de cara a una pared
(tó katantikry) .Detrás de ellos, a cierta distancia y en plano algo
superior -pero dentro del local-, hay un fuego (fhos) encendido, y entre
el fuego y los espectadores corta transversalmente la sala un camino (hodós)
algo elevado al lado del cual -entre el camino y el público- discurre,también
transversalmente, una mampara (teichíon) tan alta como un hombre. De este
modo, al pasar personas cargadas por el camino, tan sólo serán proyectadas por el fuego
sobre la pared del fondo las sombras de las cargas que ellos transporten, pero no sus
propias sombras.Además la pared del fondo tiene eco, de modo que las palabras
pronunciadas por los porteadores parecen venir de ella (un Platón de nuestro suelo
hubiera supuesto un micrófono conectado con un altavoz).Queda un punto algo oscuro: la
larga entrada, (eísodos) abierta a la luz,que se extiende a lo ancho de toda la
caverna.Es decir,que es posible salir a la luz del sol desde la cueva- en otro
caso,los encadenados estarían condenados a la cautividad perpetua-, pero para ello hay
que recorrer un largo y escarpado camino ;cosa natural,pues si la entrada de la
caverna estuviera cercana al fuego,la luz del sol que por ella penetrase haría inútil el
empleo de la hoguera como medio de proyección.
ENTRADA.
La Caverna que describe Platón consta de una larga
entrada (eísodos),bierta a la luz exterior,y que posibilita,por tanto,la salida
de los prisioneros aunque despues de recorrer un largo y escarpado camino.Por
otro lado,si no existiese una larga entrada,entonces la luz del sol podría penetrar en
ella haciendo inutil la existencia de la hoguera como medio de proyección.
Entrada
Cuestionario
HOMBRES
Representan a los prisioneros dentro de la caverna.No
puede olvidarse que tales prisioneros forman una fila situada,dentro de la caverna,por
delante de la mampara o paredilla y por delante del camino por el que
circulan los porteadores,asi como por delante de la hoguera de proyección.Por otro
lado,tampoco se debe olvidar que los prisioneros simbolizan al alma prisionera en
el mundo sensible.
Hombres
Cuestionario
FUEGO
El fuego(phos)de la hoguera se encuentra situado por
detrás de los porteadores y de la paredilla y es quien posibilita que las sombras de los
objetos,que transportan los porteadores,se proyecten en la pared a la que se ven obligados
a mirar los prisioneros.
Fuego
Cuestionario
CAMINO
El camino (hodos) es el lugar por el que pasan en una
dirección los porteadores con estatuas de hombres o animales y,en donde algunos de tales
porteadores conversan entre sí.Tal camino está situado inmediatamente delante de la
hoguera y por detrás de la manpara o paredilla
Camino
Cuestionario
TABIQUILLO.
El tabiquillo o paredilla (teichíon) de la que habla
el Simil estaría situado por delante del camino por el que discurren los
porteadores.Tendría la altura de un hombre y su función consistiría en no permitir que
se proyectasen,en la pared del fondo de la caverna,las sombras de los propios porteadores
sino la de los objetos que transportan.
Tabiquillo.
Cuestionario
SOMBRAS
Las sombras (eikones) proyectadas por el fuego sobre
la pared que miran los prisioneros simbolizan el estado mental de eikasía descrito
en el Simil de la Linea.
Sombras
Cuestionario
LIBERADOS
La liberación del prisionero(es decir del alma) nos sitúa en
un contexto distinto a la mera descripción de los distintos niveles del conocer,aspecto
central en el Simil de la Linea.Ahora Platón quiere hacer hincapié en la
progresiva ascensión,no sin dificultades,y conversión del alma hacia nuevas
formas de conocimiento.
Liberados
Cuestionario
DOLOR
Mediante esta expresión,Platón quiere referir la
dificultad que representa abandonar un estado de conocimiento que en uno ha estado
profundamente presente y pasar a otro inmediatamente superior.A esta altura del Simil
estaríamos en el momento en que el prisionero (alma), liberado de sus cadenas que le
tenían sujeto a la creencia de que lo real eran las sombras,(eikasía) se ve
obligado a mirar hacia atrás y contemplar la luz del fondo de la caverna lo que le
producirá ceguera momentanea,dolor y perplejidad.
Dolor
Cuestionario
OBJETOS
Significa la llegada del prisionero a la altura de la paredilla
y al camino por el que discurren los porteadores trasportando sus objetos.Significa
tambien el paso del estado mental de Eikasía al de Pistis.Y,por último,significa
tambien,que el paso de un estado mental a otro implica dolor y conversión del alma.
Objetos
Cuestionario
CONTESTAR
Referencia al método dialéctico Socrático basado en
la interrogación y el sistema de preguntas y respuestas tal como Platón pone de
manifiesto en su Diálogos.
Contestar
Cuestionario
LUZ
Mediante este concepto,Platón,expresa la llegada del
prisionero,dentro de la caverna, a la luz de la hoguera la cual,a su vez,
simboliza el salto del mundo sensible(doxa) al mundo de lo inteligible(Episteme).De
nuevo,la sensación de dolor en los ojos y los deseos del prisionero de volver hacia
atrás,es decir,hacia el mundo de las sombras y de objetos,nos hacen ver que, para
Platón, la conquista de la verdad tiene que pasar necesariamente por luchas y
conversiones personales.
Luz
Cuestionario
ESCARPADA
Con la idea de la subida escarpada, que conduciría al
prisionero a la salida de la caverna y a la visión de la luz del sol,(símbolo de la idea
del Bien)Platón hace referencia a la gran dificultad que representa tanto dar el salto de
lo sensible a lo inteligible;como el avanzar,en el conocimiento, dentro del mismo mundo de
lo inteligible.Incluso están presentes en el Simil de la caverna las ideas de
"obligación" y de "arrastre"(mediante el convencimiento
racional,aunque Platón no llegará a excluir el uso de la fuerza)del prisionero al mundo
de la luz de sol,es decir,del mundo de lo propiamente inteligible(noesis).
Escarpada
Cuestionario
ARRIBA
Es decir el mundo de lo inteligible(episteme).
Arriba
Cuestionario
IMAGENES
Es decir los objetos (eikones) correpondientes con el
estado mental de Eikasía.
Imágenes
Cuestionario
CUERPOS
Es decir los objetos (Soa) correspondientes con el
estado mental de Pistis.
Cuerpos
Cuestonario
NOCHE
Metafora con la Platón expresa la experiencia del mundo
inteligible pero en su fase de Dianoia.
Noche
Cuestionario
SOL
Metáfora con la que Platón expresa la visión del mundo
inteligible pero en su fase de Noesis.
Sol
Cuestionario
VUELTO
Platón plantea en el Simil la necesidad,por parte del
prisionero,de volver a la caverna con el objetivo de hacer comprender a los otros
prisioneros la necesidad de salir de la ignorancia y alcanzar la luz.No existe,por
tanto,en Platón,una mera dimensión teórica del saber sino tambien práctica.
Vuelto
Cuestionario
MATARIAN
Clara alusión a lo sucedido a Sócrates,condenado a
muerte,según Platón,por intentar iluminar y liberar a los jovenes atenienses prisioneros
en la ignorancia.Otros "prisioneros" de la "caverna" le
acusarían de corromper a tal juventud.
Matarían
Cuestionario
BIEN.
En el Libro VI de la Republica(505a-509d),Platón, y
ello antes de exponer el Simil de la linea y el Simil de la caverna,
realiza una exposición de la Idea del Bien que es necesario entender para situar
correctamente tal concepto en el Simil de la caverna.Allí habla del sol como el hijo
de bien para dejar claro lo siguiente:una cosa es el bien en sí,propio del
mundo inteligible y otra es el sol sensible que,metaforicamente,podría denominársele hijo
del bien por la función que juega dentro del mundo sensible.Y es,señala Platón,que
del mismo modo que en el mundo visible el SOL es quien
realmente permite que el órgano más parecido a él,es decir,el ojo-visión,cuando dirije su
mirada a las zonas iluminadas por él (sol), pueda ver,por la luz,los
colores,y,solamente,ver sombras y oscuridad cuando mira a zonas no iluminadas;así
tambien,en el mundo inteligible,el BIEN permite que el órgano más afín al mismo,es decir,
el alma, al dirigir su mirada a la zona iluminada por la verdad y el
ser, pueda tener conocimiento cierto y verdadero,mientras que si pone su atención en zonas no iluminadas por la luz del Bien,
solamente tendrá Opinión.
Bien
Cuestionario
PRODUCTORA
Del mismo modo que el SOL es
causa del nacimiento y generación de las cosas en el mundo visible y,sin embargo,él no
es generado en el mismo sentido o del mismo modo que lo son las cosas sensibles;así
tambien el BIEN es,por un lado,la fuente y la causa de la
verdad y del conocimiento ya que permite que,mediante su luz,el alma pueda acceder a la
verdad;y,por otro,es tambien causa del mundo de las esencias o ideas,pero,a su vez
estaría situado por encima
de las mismas ideas.
Productora
Cuestionario
OJO-VISION
Platón diferencia entre la Visión como
facultad que nos permite realizar una función. El Ojo como acto de
ejercitar tal función.Lo visto como sinónimo de cosas sensibles sobre las que
puede ejercerse la Función-Acto.
Ojo-Visión
Cuestionario
ORGANO
Del mismo modo que el ojo es un órgano corporal,el alma,según
Platón,sería un órgano espiritual.Pues bien,en relación con lo inteligible,habría que
diferenciar entre Alma como la Facultad que nos permite realizar una función.La Inteligencia
como el acto de ejercitar tal función.Lo inteligible como sinónimo de las Ideas o
Formas.
Organo
Cuestionario
ZONAS
Platón señala que no puede confundirse el Sol
con la Luz que ilumina sus zonas de influencia.Tampoco puede confundirse el Bien
con sus zonas de iluminación,es decir,la verdad y el conocimiento.
Zonas
Cuestionario
ENCIMA
En la Etica a Eudemo,Aristóteles,afirma que Platón
identificaba el Bien con lo Uno.Por su parte,en Metafísica(988a)afirma
que,según Platón, las formas son la causa de la esencia de todas las demás cosas y
el Uno es la causa de la esencia de las formas. Pues bien,en este contexto,el Bien
estaría por "encima" de las otras ideas o formas en el sentido
siguiente:de la idea de Bien derivaría el "mundo" de las otras ideas.No está
claro como se produciría tal derivación(no podemos confundir a Platón con el
Neoplatonismo que hablará de emanación).Sea cual fuese la postura de Platón sobre el
proceso de derivación,lo que parece cierto es que Platón considera al Bien como
principio último unificador,por lo que estrictamente no debería confundirse con
"las" ideas.
Encima
Cuestionario
PERMANECER EN LAS ALTURAS
Según Sócrates no sería de extrañar que aquellos
que han llegado al punto de lograr una visión de la idea del bien no quieran
ocuparse ya en los asuntos humanos puesto que sus almas tenderían siempre a permanecer
en las alturas.
TORPES Y RIDICULOS
Tampoco sería de extrañar, según Sócrates, que al pasar
de las contemplaciones divinas a las miserias humanas los filósofos - guardianes se
mostraran torpes, ridículos y poco acostumbrados a las tinieblas que ahora les rodean, lo
que haría que les resultara sumamente dificil, por ejemplo, discutir en los tribunales
acerca de las sombras de lo justo o de las imágenes de las que son
ellas reflejo.
Texto2a
Comentario1
LOS QUE JAMAS HAN VISTO LAS IDEAS
Ver la descripción del filósofo en Theaeto 173c y
sigs. y Gorg. 486a.
Texto2a
Comentario1
SE OFUSCAN LOS OJOS
Sócrates señala que son dos las causas por las cuales
se ofuscan los ojos: al pasar de la luz a la tiniebla y al pasar de la tiniebla
a la luz.
Texto2a
Comentario1
PROCLAMAR
Los sofistas usaban mucho del verbo «proclamar»: cf. Gorg.
447c, Isócr. XIII 1.
Texto2a
Comentario1
INFUNDIR VISTA A UN CIEGO
Sócrates aprovecha aquí la ocasión para atacar a
aquellos que proclaman (sofistas) poseer el arte de la educación lo que les
permite proporcionar ciencia al alma que no la tiene, del mismo modo que si
infundieran vista a un ciego. Sócrates niega que el alma sea ciega. Lo que
sucede es que puede estar mal enfocada, es decir, vuelta hacia lo que nace y perece. Los
sofistas pretenden inculcar epistéme en el alma, es decir, infundir vista al ojo
(cf. Teogn. 435, «si fuera posible crear o infundir en las almas sensatez»).
Pero el prisionero de la cueva tiene ya la facultad de la vista (ópsis) y el
órgano (ómma), sólo que no los emplea para mirar adonde debe. Igualmente el
hombre posee ya «esa facultad» y ese elemento divino (thefon) que es el noús,
y cuando esta función y este órgano se vuelvan hacia el ser real, no lo conocerán,
sino que lo reconocerán por analogía con los modelos que hay en ellos. La aprehensión (máthesis)
no es, pues, otra cosa que reminiscencia (anámnesis). C£ Men. 8 1 a
y sigs. y Phaed. 72h y sigs.
Texto2a
Comentario1
APARTÁNDOSE DE LO QUE NACE
Aquí hay una alusión a la máquina teatral llamada períaktoi.
Texto2a
Comentario1
EL ARTE DE LA DIALÉCTICA
Se trataría de hacer girar el alma hacia la contemplación
del ser e incluso la parte más brillante del ser, que es aquello que se denomina
como el bien. Para ello se necesita de un arte (dialéctica) que
descubra la manera más fácil y eficaz para que éste órgano se vuelva; pero ello no
quiere decir, como piensan los sofistas, que haya que infundirle visión, sino unicamente
el procurar que se corrija. Esa es la labor del arte de la dialéctica.
Texto2a
Comentario1
VIRTUDES
Sócrates establece aquí una diferencia entre las virtudes
que, más tarde Aristóteles desarrollará más claramente cuando diferencie entre virtudes
éticas o morales y virtudes dianoéticas o intelectuales. Según Sócrates,
las virtudes del alma (morales) pueden incluso producirse mediante la
costumbre y el ejercicio; sin embargo, la virtud de conocimiento parece que es
algo fijo y divino.
Texto2a
Comentario1
VUELTA HACIA ABAJO
Ver la imagen del dios marino Glauco en 611c-d y
siguientes.
Texto2a
Comentario1
CAMBIAR DIRECCIÓN HACIA LO QUE ESTÁ VUELTA
Puede ser que Platón vuelva a pensar aquí en Alcibíades.
Texto2a
Comentario1
LABOR DE LOS FUNDADORES
Según Sócrates, despues de conseguir, mediante la
educación, que el alma de los auténticos gobernantes vuelva su cara hacia la
verdad sería labor de los fundadores de la ciudad el obligar a las mejores
naturalezas que lleguen al conocimiento de la luz, viendo el bien despues de realizar
la ascensión, a que no se queden en lo alto y accedan a bajar de nuevo
junto a los antiguos compañeros de la caverna.
Texto2a
Comentario1
PERJUDICAREMOS
Glaucón objeta que si a los gobernantes - filósofos se
les obligar bajar a la caverana ello significaría perjudicarles.
Texto2a
Comentario1
DE NUEVO OLVIDO
No fue Glaucón, sino Adimanto, quien en 419b no
tuvo en cuenta que el gobernante debe atender a la felicidad de todos sus gobernados y no
de parte de ellos.
Texto2a
Comentario1
VOSOTROS GOBERNANTES
Sócrates se dirige directamente a los supuestos
gobernantes.
Texto2a
Comentario1
REYES DE COLMENAS
La comparación es de tipo socrático-, Ver. Jenofonte
Cyr. V 1, 24.
Texto2a
Comentario1
AMBOS ASPECTOS
Es decir, de los asuntos públicos y de la filosofia.
Texto2a
Comentario1
IMAGEN
Aquí la palabra eídola abarca juntamente las
sombras y los objetos que las producen, esto es, el mundo entero de la caverna, que es
imagen con respecto al exterior, mientras que en 532b-c se aplica estrictamente a
los objetos, en oposición con las sombras que producen, y en 516a designa
únicamente las sombras como imágenes de los objetos.
Texto2a
Comentario1
VIVIR A LA LUZ DE DIA
La palabra griega es hypor, «la vigilia», «lo
de aquí abajo», en contraposición con ónar, el mundo divino de los
sueños. Ver 476e y Od. XIX 547.
Texto2a
Comentario1
MENOS ANSIOSOS
A los mejores dotados para la filosofía debería, por
tanto, obligárseles con palabras razonables a bajar uno tras otro a la vivienda
de los demás y a que se acostumbrasen a ver en la oscuridad. La obligación
demostraría, según Sócrates, la poca ansiedad de tales filósofos-guardianes
por gobernar en la ciudad.
Texto2a
Comentario1
COMO ALGO INEVITABLE
La poca ansiedad que los filósofos-guardianes
tiene por gobernar en la ciudad hace que conciban su partipación en los asuntos de la
misma como algo inevitable pero nunca como un deseo por alcanzar el
poder.
Texto2a
Comentario1
LOS VERDADEROS RICOS
En la nueva ciudad ideal los verdaderos ricos ya
no son los que tienen oro sino los que llevan una vida buena y juiciosa.
Texto2a
Comentario1
DESPRECIO POR LOS CARGOS PÚBLICOS
Conviene no olvidar esto: el verdadero filósofo
desprecia los cargos públicos. Si interviene en ellos, es porque implica algo
inevitable y necesario para que de tal ciudad desaparezcan sus males.
Texto2a
Comentario1
FORMACIÓN REGENTES FILÓSOFOS
Sócrates plantea ahora la necesidad de analizar la
manera en que deben educarse los regentes filósofos para hacerles ascender al
mundo de la luz y la verdad.
Texto1b
Comentario2
ASCENSIÓN DE ALGUNOS
Los griegos citaban varios ejemplos de ascensión a los
cielos: Heracles, Polideuces Asclepio, Briareo, Sémele, Dioniso, etc.
Texto1b
Comentario2
LANCE DEL TEJUELO
Se trata del juego llamado ostrakínda: los
jugadores se dividían en dos equipos y sobre la raya divisoria de los dos campos se
arrojaba un tejuelo pintado de blanco por un lado y de negro por el otro. Al lanzarlo se
gritaba «noche o día». Según el lado del tejuelo que quedase arriba, uno u
otro de los bandos corría en persecución del adversario. Cf. Phaedro 24l-b.
Platón quiere decir que no se trata sencillamente de echar a cara o cruz una moneda, sino
de algo mucho más serio.
Texto1b
Comentario2
AFIRMACIÓN ANTERIOR
Ver 403e,416d,543h.
Texto1b
Comentario2
DICHO ANTES
Ver 376 y
sigs.
Texto1b
Comentario2
SE AFANA
El verbo tiene un valor algo despectivo.
Texto1b
Comentario2
RECORDAR
Ver 410c-412a.
Texto1b
Comentario2
ARTES INNOBLES
Ver 495d.
Texto1b
Comentario2
RAZONAMIENTOS
El término diánoia no significa aquí lo mismo
que en 5ll-d, sino simplemente
«modo de pensar o razonar».
Texto1b
Comentario2
CIENCIA DEL CALCULO
Despues de haber establecido que ni la música ni la
gimnasia llegan para educar correctamente a los filósofos-guardianes, Sócrates,
establece que debería pensarse en una de las que aplican a todas ellas, y ésta sería,
según Sócrates, la ciencia del número y del cálculo.
Texto1b
Comentario2
PALAMEDES
Los tres grandes trágicos (Esquilo, frs. 181-182a R.;
Sófocles, frs. 473-481 R.; Eurípides, frs. 578-590 N.) escribieron obras llamadas
Palamedes, cuyo protagonista era, según todos ellos, el inventor de la aritmética.
Se trata de un héroe que figuraba en la expedición dirigida por Agamenón contra Troya.
Texto1b
Comentario2
CLASE DE GENERAL
En Leg. 819d dice Platón que la ignorancia de la
aritmética no es ya propia de hombres, sino más bien de criaturas porcinas.
Texto1b
Comentario2
OBJETOS DE LA SENSACIÓN
Sócrates establece aquí una diferencia entre los objetos
de la sensación que no invitan para nada a la inteligencia a examinarlos, y los
objetos, tambien de la sensación, que si invitan a la inteligencia a examinarlos
porque producen en ella perplejidad a causa de que los sentidos no dicen sobre
ellos nada aceptable. Señala tambien que los que no invitan a la inteligencia a la
investigación son aquellos objetos de la sensación que no desembocan en dos sensaciones
contradictorias y lo que si la invitan son los que desembocan en contradicción.
Texto1b
Comentario2
YA SE A QUE TE REFIERES
Glaucón comete aquí el primerode una serie de errores con
que demuestra no hallarse capacitado para seguir una discusión cada vez más complicada.
Es natural que ahora piense en esta clase de objetos, pues la escuela platónica
solía tomarlos por modelos: Ver. 356c, 602c, Prot. 356c, Theaet. 191h.
Texto1b
Comentario2
SIMIL DE LOS TRES DEDOS
Se refiere a los dedos meñique, anular y el mayor.
Con el objeto de aclarar mejor lo que acaba de decir, Sócrates, se sirve del simil
de los tres dedos: cada uno se nos presenta a la vista igualmente con un
dedo y nada importa que se vea al anular siendo más grande que el
meñique y a éste más pequeño que el mayor. En este tipo de sensación,
la inteligencia no se ve obligada a preguntarse acerca de que cosa sea un dedo ya que
la vista en ningún momento le ha mostrado que el dedo sea lo contrario de un dedo.
Texto1b
Comentario2
EL ALMA DE LOS MAS
Dice «de los más» porque hay personas
excepcionalmente dotadas que pueden encontrar estímulos intelectuales incluso en
percepciones de este género. El anular es grande comparado con el meñique y pequeño
comparado con el mayor.
Texto1b
Comentario2
NO DESPIERTA EL ENTENDIMIENTO
No se despierta el entendimiento cuando el objeto de una sensación
no es motivo de contradicción.
Texto1b
Comentario2
PROCESO DEFICIENTE
Cuando el objeto de sensación no se refiere
tanto a él mismo como a sus cualidades, entonces los sentidos comienzan a
proceder de manera deficiente a la hora de revelar el sentido de las mismas. Y es
que es la misma vista quien tiene que encargarse de algo que es grande y pequeño (por
ejemplo el dedo es grande comparado con el meñique pero tambien es pequeño comparado con
el mayor). Por lo tanto si se nos muestra algo como igual pero, a la vez, como distinto,
entonces habría que analizar lo siguiente:¿la vista ve un dedo o ve lo distinto?
En definitiva, parece que nos encontramos con casos en que el mismo sentido se ocupa de lo
grande y de lo pequeño o de lo blando y lo duro y comunica, con ello, al alma que percibe
cómo la misma cosa es a la vez grande y pequeña o dura y blanda. Aquí sí se produce
una contradicción.
Texto1b
Comentario2
PERPLEJIDAD AL ENTENDIMIENTO
Es evidente que, en el caso anterior, el alma puede
preguntarse con perplejidad qué se entiende, por ejemplo, por algo que se nos
presenta como una sensación de lo grande cuando, al mismo tiempo, se está
diciendo, acerca de lo mismo, que tambien es lo pequeño.
Texto1b
Comentario2
NECESIDAD DE INVESTIGACIÓN
Sobre la base de la perplejidad anterior, Sócrates, muestra aquí la necesidad
de resolver, con la ayuda de la inteligencia y del cálculo, las contradicciones que las sensaciones
nos muestran al presentarnos a una única cosa que puede, al mismo tiempo, ser
dos. La estructura de la argumentación es la siguiente:
PROVOCADORAS INTELIGENCIA
Como ya se ha visto en el texto anterior son aquellas
cosas que penetran en los sentidos provocando algún tipo de contradicción.
Texto2b
Comentario2
NO DESPERTADORAS INTELIGENCIA
Como ya se ha visto en el texto anterior son aquellas que
penetran en los sentidos sin provocar ningún tipo de contradicción.
Texto2b
Comentario2
LA UNIDAD
A partir de ahora, Sócrates, se pregunta si lo relacionado
con el mundo de la aritmética (el número y la unidad) despierta o no
la perplejidad de la inteligencia y la necesidad de investigación. Para responder a esta
cuestión se pregunta si en la unidad hay algo contrario que sea visto
al mismo tiempo que ella, de modo que no parezca más la unidad que lo opuesto a ella
con lo que el alma se vería forzada a dudar y a investigar, preguntándose qué cosa
es la unidad en sí.
Texto2b
Comentario2
VEMOS LO UNICO COMO MULTIPLE
Glaucón percibe claramente lo que Sócrates quiere decir.
Con la visión de la unidad, solemos ver la misma cosa no simplemente como una sino
tambien como múltiple. Si lo uno es el ser y éste contiene a todos los seres,
entonces lo que decimos que es uno es, a su vez, múltiple. Sócrates señala que si
efectivamente ocurre así con la unidad-ser lo mismo debería suceder con todos
los números. Pues bien, la aritmética es precisamente la ciencia que
tiene por objeto al número. Por lo tanto, parece que es una ciencia que pertenece al
grupo despertador del alma y, consiguientemente, resulta apta para conducir a
la verdad.
Texto2b
Comentario2
LA LOGÍSTICA
La palabra «logística» se corresponde con la
palabra griega logistiké. Designa el arte del cálculo frente a la ciencia
de los números o aritmética; no se le debe atribuir, pues, el sentido exclusivamente
militar que tiene en nuestro diccionario.
Texto2b
Comentario2
INDISPENSABLE
El conocimiento de la logística y de la aritmética
afirma Sócrates- le es indispensable al guerrero a causa de táctica y al filósofo
por la necesidad de tocar la esencia que emerge del mar de la generación. Por lo tanto,
según Sócrates, parece que hemos encontrado una ciencia que es útil tanto para
el guerrero como para el filósofo.
Texto2b
Comentario2
EL CALCULADOR
Juego de palabras con los dos sentidos de logistikós: «propio
del cálculo» o «apto para el cálculo» y «racional». Ver logismós en 524b y
525 c.
Texto2b
Comentario2
EL GUARDIÁN
El guardián y jefe de la ciudad ideal debería ser guerrero
y filósofo y, como se está viendo ahora, un consumado estudioso de la ciencia de
los números.
Texto2b
Comentario2
IMPLANTAR POR LEY
En este contexto, Sócrates propone implantar por ley
la enseñanza de la matemática para los gobernantes e intentar persuadir a quienes vayan
a participar en las más altas funciones de la ciudad para que se acerquen a la logística
y se apliquen a ella no de una manera superficial, sino hasta que lleguen a
contemplar la naturaleza de los números con la sola ayuda de la inteligencia y no
ejercitarla con vistas a las ventas o compras sino a la guerra y a la mayor facilidad con
que el alma misma puede volverse de la generación a la verdad y la esencia. Por lo tanto,
concluye Sócrates, la ciencia relativa a los números es absolutamente
beneficiosa para los guerreros y los filósofos-regentes aunque siempre
que se practique con vistas al conocimiento y no al trapicheo.
Texto2b
Comentario2
ELEVA EL ALMA
El estudio de la matemática es beneficiosa porque permite elevar
el alma muy arriba y la obliga a discurrir sobre los números en sí no tolerando en
ningún caso que nadie discuta con ella aduciendo números dotados de cuerpos visibles,
sino que unicamente acepta aquello que pertenece al ámbito de lo inteligible como medio
para alcanzar la verdad en sí. Por consiguiente, los mejor dotados han de ser educados en
ella.
Texto2b
Comentario2
ALGO NECESARIO
Notar que Sócrates habla de la necesidad del
estudio de los números como un instrumento y medio para llegar hacia algo que se
encuentra todavía más alto. Por lo tanto, la matematica es un instrumento del
cual el filósofo-guerrero-guardián debe servirse para poder así ascender mejor
hacia el conocimiento de las realidades que en el simil de la linea se han
situado en relación con Noesis-Arjaí.
Texto2b
Comentario2
PRONTITUD
Esta idea de que quien destaca en la comprensión de los
números está tambien dotado para comprender todas las ciencias se puede ver tambien en Leyes.747b
y 8l9c.
Texto2b
Comentario2
SEGUNDA DISCIPLINA
El orden de las ciencias parece ser el siguiente: arithmetiké, que
se ocupa de lo que debió de llamarse próte áuxe «primer desarrollo (de un punto
que forma una línea o de una unidad que forma un número). Luego viene la deutéra
duxe (528b), el desarrollo de la línea que forma un plano (geometría plana).
Después la tríte áuxe o he tón kybon áuxe, es decir el desarrollo de un
plano que forma un sólido en reposo (estereometría). Y a continuación las dos ciencias
del sólido en movimiento, que son astronomía y música.
Texto1c
Comentario3
LA GEOMETRÍA
Existen muchos testimonios de la importancia atribuida por Platón a
la geometría: el famoso «nadie entre en mi habitación sin saber geometría (Elías
in Cat. 118, 18); la anécdota relatada por Diógenes Laercio, IV 10 («Y a
Jenócrates, que, sin saber música, geometría ni astronomía, quería estudiar con él,
le dijo: "Vete, porque no tienes los asideros de la filosofía»); la máxima «la
divinidad siempre geometriza» (Plus. Quaest. conv. 718c).
Texto1c
Comentario3
AUTÉNTICO GEÓMETRA
Probablemente el propio nombre de la geometría se deriva de esta
utlilidad de carácter práctico. Glaucón, influido por las palabras de Sócrates en 525b-c,
se atiene exclusivamente al lado práctico de dicha ciencia dando razones que sólo de
mala gana y parcialmente admite su interlocutor.
Texto1c
Comentario3
PARTE MAYOR Y MÁS AVANZADA
Ante la excesiva importancia que Glaucón atribuye al
lado práctico de la geometría, Sócrates, le hace ver que si la geometría tuviera
importancia unicamente por su lado práctico entonces sería suficiente con el estudio de
una pequeña parte de la misma. Y lo que Sócrates quiere analizar es precisamente la
mayor y más avanzada parte de ella con el objeto de averigüar si ayuda a contemplar
más facilmente la idea del bien.
Texto1c
Comentario3
LO MÁS DICHOSO
Obsérvese la importante contradicción entre este y otros pasajes y 509b.
Allí dijo que el bien no era esencia; aquí llama al bien «lo más dichoso de cuanto
es»; en 518c, «la parte más brillante del ser»; y en 532c, «el
mejor de los seres».
Texto1c
Comentario3
TERMINOS POMPOSOS
Tetragonízeín es construir un cuadrado igual a uná area
dada; parateínein, aplicar (P. ej., un paralelogramo a una determinada línea).
Texto1c
Comentario3
LO QUE SIEMPRE EXISTE
Para Sócrates, la importancia de la geometría, en la
educación de los regentes filósofos, unicamente se puede medir en tanto en cuanto ayuda
al alma a contemplar la esencia del bien. Y parece evidente que la geometría es una
disciplina que se define esencialmente por cultivar el conocimiento de lo que siempre
existe y en, ningún momento, de lo que nace o perece. Por lo tanto, si se enfoca de ese
modo su enseñanza, es evidente que ayudará a la vuelta del alma hacia la verdad formando
mentes filosóficas que dirijan hacia arriba aquello que ahora se dirije indebidamente
hacia abajo.
Texto1c
Comentario3
CALÍPOLIS
Calípolis era el nombre de varias ciudades de Grecia: nombre
bien bello, por cierto, para una construcción ideal en que tanto cariño había puesto su
autor.
Texto1c
Comentario3
TERCERA DISCIPLINA
Despues de la aritmética y de la geometría le toca el turno a la
tercera disciplina que los futuros regentes filósofos deberían dominar: la
Astronomía. De todas formas, como veremos más adelante, Sócrates, se retractará
de esta división y la situará como cuarta disciplina.
Texto2c
Comentario3
UTILIDAD DE LA ASTRONOMÍA
Sigue Glaucón encomiando el lado práctico de las materias
que han de ser estudiadas por los gobernantes y esta vez provoca ya francamente las
ironías de Sócrates.
ME HACES GRACIA
Sócrates intenta poner de nuevo en su lugar la
importancia de la astronomía como ciencia educativa haciendo frente al caracter
eminentemente práctico que Glaucón le atribuye. Le acusa de temer al vulgo el cual
siempre muestra desprecio hacia aquello que no acarree utilidad. Según Sócrates, el
estudio de los cielos con el único objetivo de descubrir y analizar los movimientos de
los astros es algo que no le merece ningún tipo de interés. La astronomia y el
estudio de los cielos debería ser siempre un instrumento que ayude elevar el
alma hacia el descubrimiento del ser.
EQUIVOCADO
De modo deliberado, Sócrates, se retracta aquí
de algo dicho anteriormente. Señala que, despues de la geometría, (estudio de
las superficies) había pasado a analizar el sólido que ya está en movimimento
(astronomía) cuando lo lógico sería estudiar el sólido en sí mismo.
Por ello afirma que debería tratarse, inmediatamente despues de la segunda disciplina,
(geometría), la tercera, que versa sobre el desarrollo de los cubos y sobre lo
que participa de profundidad (sterometría).
SOLIDOS
Los solidos en movimiento serían el objeto de la astronomía.
Por su parte, los solidos en sí mismos serían el objeto de la sterometría.
Pues bien, Sócrates, corrigiéndose a sí mismo, afirma que antes que los sólidos en
movimiento deberían estudiarse los sólidos en sí mismos.
PROBLEMAS NO RESUELTOS
Glaucón debe de referirse principalmente al famoso problema delio o de la
duplicación del cubo, de la que se habla incluso en un fragmento trágico (fr. adesp. 166
N.): Los delios, habiendo recibido un oráculo en el cual se les mandaba duplicar un altar
cúbico, estaban perplejos, en vista de lo cual acudieron a Platón, que resolvió el
problema y por cierto de manera esencialmente práctica. Sin embargo es posible que la
anécdota sea falsa, o que sea de fecha posterior a la en que se escribió este libro, o
que Platón, aun dando por resuelto prácticamente el problema, no estuviese satisfecho
con la solución teórica del mismo. Es evidentemente erróneo lo que afirma Diógenes
Laercio, VIII 83: que Arquitas fue el primero que descubrió la duplicación del cubo
según afirma Platón en La república.
NECESIDAD DE DIRECCIÓN
Se ha pensado que estas palabras están colocadas de modo
intencionadamente ambiguo, para que el lector pudiera interpretar: «aun suponiendo
que existiera como en efecto existe ... ». ¿Se refiere Platón a sí mismo? ¿O
bien a Eudoxo de Cnido, verdadero fundador de la estereometría científica? También es
posible que Platón quiera sugerir que, aunque en la fecha dramática de La república no
se contaba con un tal director, entonces, cuando él dio a conocer su obra, sí que lo
había en Atenas.
EXPONER DESPACIO Y RAPIDAMENTE
En muchos idiomas hay expresiones proverbiales con las que se da a
entender que el actuar con precipitación suele ser contraproducente: en nuestra lengua
recordamos la frase del señor al criado («vísteme despacio que tengo prisa»)
y el refrán «no por mucho madrugar .. ».
MOVIMIENTO EN PROFUNDIDAD
Nótese la curiosa nomenclatura: «el desarrollo en profundidad»,
es decir, aquellos cuerpos en reposo que, dotados de una tercera dimensión, proceden del
desarrollo de un plano; y «el movimiento en profundidad», es decir, el
movimiento de los sólidos tridimensionales.
LA CUARTA ENSEÑANZA
Al final de texto queda establecido, por tanto, que,
aunque sólo sea citada de pasada, la sterometría, debería ser realmente
la tercera disciplina que los jóvenes regentes deberían estudiar, aunque habrá
que esperar a mejores tiempos. En este contexto, por tanto, Sócrates, sitúa a la
astronomía como cuarta enseñanza aunque dando por supuesto que la ciudad, en un
futuro, contará con la disciplina que ahora se ha omitido.
MIRAR HACIA ARRIBA
Esta vez Glaucón quiere enmendar sus anteriores errores-, pero se
equivoca nuevamente, pues, intentando ensalzar la astronomía desde un punto de vista
ideal, confunde lo espiritual con lo material y parece creer en la excelsitud de todo lo
que está arriba materialmente hablando.
Texto3c
Comentario3
NO CREO LO MISMO
Sócrates responde alabando irónicamente la alteza de miras de su
interlocutor, que tal importancia atribuye a cosas que no tienen otro mérito sino el de
obligar a levantar la cabeza a quien las contemple. Al mismo tiempo Platón contesta a las
groseras chanzas de que Aristófanes hizo objeto a Sócrates en Las nubes presentándole
colgado de una kremáthra con la boca abierta y mirando hacia arriba para ver los
astros. Nada tiene que ver el modelo de esta burda caricatura con Sócrates, pues el
personaje aristofaneo estudia lo aisthetón y, por tanto, no es un verdadero
astrónomo.
LO INVISIBLE
Platón contrapone la astronomía vulgar con aquella que
debe desentenderse de todo aquello que pueda ser percibido por los sentidos para estudiar
los números y los movimientos considerados estrictamente en sí mismos. El cielo
visible no es más que una hermosa esfera armilar dotada de movimiento de que podemos
servirnos en nuestro estudio de la verdadera astronomía que tiene su auténtica
base en lo invisible.
DIBUJOS
Intentar basar la astronomía unicamente en el estudio del
cielo visible sería tan absurdo como buscar la verdad geométrica en unos dibujos,
aunque sean éstos tan hermosos y artísticos como las obras del escultor legendario Dédalo.
DEDALO
Dédalo,
en la mitología griega, el arquitecto e inventor que diseñó para el rey Minos de Creta
el laberinto en el que fue aprisionado el Minotauro, un monstruo comedor de hombres que
era mitad hombre y mitad toro. El laberinto fue tan hábilmente diseñado que nadie podía
escapar de ese espacio intrincado o del Minotauro. Dédalo reveló el secreto del
laberinto sólo a Ariadna, hija de Minos, y ella ayudó a su amante, el héroe ateniense
Teseo, a matar al monstruo y escapar. Encolerizado por la fuga, Minos encarceló a Dédalo
y a su hijo Ícaro en el laberinto. Aunque los prisioneros no podían encontrar la salida,
Dédalo fabricó alas de cera para que ambos pudieran salir volando del laberinto. Ícaro,
sin embargo, voló demasiado cerca del sol; sus alas se derritieron y cayó al mar.
Dédalo voló hasta Sicilia, donde fue recibido por el rey Cócalo. Minos persiguió
después a Dédalo pero las hijas de Cócalo lo mataron.
ARTIFICE DEL
CIELO
A este
artífice lo denominará Platón, en el Timeo, como Demiurgo.
ASTROS
Es decir con el sol y la luna, que aquí están representados por el día,
la noche, el mes y el año.
FORMAS DE MOVIMIENTO
El autor reconoce no ser ningún especialista en música (cf 400a),
pero opina a este respecto igual que acerca de la astronomía; así como los astrónomos
investigan movimientos visibles, del mismo modo los pitagéricos persiguen los movimientos
audibles desatendiendo, en cambio, los verdaderos números y movimientos ideales.
Como Heráclito (fr. 22 B 54 D.-K.), Platón prefiere la armonía escondida a la
que se manifiesta en sonidos.
PITAGÓRICOS
La astronomía, phorá báthous (528e), es para la vista lo
mismo que la enarmónios phorá para el oído. Según los pitagóricos, a
quienes sigue Platón, el aire se mueve con más o menos velocidad produciendo así una
mayor o menor altura tonal.
ESPESURAS
Es el único ejemplo de pyknoma usado en este sentido; pero
Aristóxeno (Harm. XXIV 1 0) define pyknón como una combinación de dos intervalos
que juntos son menos que el intervalo que queda en la cuarta cuando el pyknón es
sustraído de la misma.
TANTO UNOS COMO OTROS
En Grecia había dos escuelas rivales en punto a teoría musical: la
escuela pitagórica identificaba cada intervalo con una relación y la propiamente musical
medía todos los intervalos como múltiples o fracciones del tono. Sócrates se refería
en su crítica a la primera escuela; pero Glaucón interpreta erróneamente sus palabras
como alusión a esta segunda secta empírica, que resulta más despreciable todavía para
el maestro.
VERDUGO MUSICAL
La imagen se refiere al tratamiento que se infligía a los esclavos
para hacerles confesar la verdad.
PRELUDIO
Sócrates establece ahora una diferencia entre lo que
denomina como preludio de una melodía y la melodía en sí. El preludio
se refiere a todo lo dicho acerca de la matemática, la geometría, la sterometría y
la astronomía. Esta disciplinas no serían, según Sócrates, otra cosa que el preludio
de la auténtica melodía que a, partir de ahora, los regentes-filósofos deberían
conocer.
Texto1d
Comentario4
MELODÍA
Se refiere a la dialéctica.
NO SON DIALÉCTICOS
En Theaeto. 146b, Teodoro reconoce no ser dialéctico a
pesar de se un entendido en otras artes..
DECÍAMOS ANTES
Ver 516a y siguientes.
VIAJE DIALÉCTICO.
Sócrates compara la dialéctica con un viaje
en dónde el alma, sirviéndose de la razón, y, sin intervención de ningún sentido, se
eleva hacia lo que es cada cosa en sí y, sin disistir en su análisis, llega a
alcanzar, con el sólo auxilio de la inteligencia, lo que es el bien en sí.
LIBERARSE DE LAS CADENAS
Tambien compara la dialéctica con el liberarse
de unas cadenas ya que ésta es quien permite volverse de las sombras hacia las imágenes
y el fuego y ascender desde la caverna hasta el lugar iluminado por el sol
y al poder mirar allí todavía a los animales ni a las plantas ni a la luz solar, sino
unicamente a los reflejos divinos que se ven en las aguas y a las sombras de seres reales.
REFLEJOS DIVINOS
A algunos filólogos les ha parecido sospechoso theiai, pero los
reflejos son manifestaciones de la divina potencia del sol.
EFECTOS DEL PRELUDIO
Sócrates se refiere a los efectos que
produce en la educación de los guardianes todo el estudio de las ciencias enumeradas
anteriormente. Estas ayudan elevar a la mejor parte del alma hacia la contemplación del
mejor de los seres, del mismo modo que antes elevaba a la parte más perspicaz del cuerpo
(la vista) hacia la contemplación de lo más luminoso que existe en la región material y
visible.
VOLVER A ELLAS
Parece que Platón promete aquí nuevos diálogos que, en todo case, no
llegaron a escribirse.
LA MELODÍA EN SÍ
Despues de hacer referencia a los preludios
de la melodía, Glaucón solicita a Sócrates que comienze a estudiar a la melodía en
sí. Por eso le pide que explique cuál es la naturaleza de la facultad
dialéctica y en cuántas especies se divide y cuáles son sus caminos.
INCAPAZ DE SEGUIRME
Ya en 506e dio a entender Sócrates que su auditorio
no estaba en condiciones de entender una descripción del bien; el propio Glaucón ha
seguido esta última parte del diálogo con gran dificultad y cometiendo abundantes
errores, de modo que no debe extrañar la franqueza, no exenta de alguna rudeza, con que
se expresa Sócrates. De todos modos, Sócrates, al no profundizar más en el tema nos
priva sobre una concepción más detallada sobre la dialéctica ya que lo dice a
continuación es una mera recapitulación de lo ya dicho acerca de la dialéctica en el
libro VI.
ENUMERAMOS HACE POCO
Se refiere a las ciencias del ciclo propedéutico.
LAS DEMÁS ARTES
Sócrates señala aquí que la dialéctica es
la única ciencia que puede marcar el camino hacia el conocimiento del bien en sí.
Argumenta que ello se debe a que todas las demas artes y disciplinas versan sobre
opiniones y deseos de los hombres, y están siempre dedicadas al cuidado de las cosas
nacidas y fabricadas. Por su parte, las más elevadas como la geometría o la
astronomía no hacen más que soñar con lo que existe pero son incapaces de
contemplarlo en vigilia mientras, valiéndose de hipótesis, dejan éstas intactas por no
poder dar cuenta de ellas, por ejemplo, aunque es cierto que tratan sobre el círculo
les es imposible tratar sobre la circularidad.
ECHAR ABAJO LAS HIPÓTESIS
Frente a las demás disciplinas, «La
dialéctica examina y anula (anairei) una hipótesis tras otra hasta que por fin llega a
la idea del bien. Supongamos, por ejemplo, que la hosiótes es objeto de una discusión.
Varias hipótesis son propuestas, comprobadas y desechadas. Sobre las ruinas de la primera
hipótesis construimos otra nueva y mejor, que debe a su vez ser rigurosamente comprobada,
examinada y quizá también desechada antes de que pueda servir de peldaño para llegar a
otra más alta, más verdadera y mejor; (ver 534b-c). Ahora bien, este proceso de
comprobación, revisión y anulación no estará completo, idealmente hablando, hasta que
examinemos las relaciones de nuestras hipótesis referentes a la hosiótes con todas las
cosas noetá, y en tal examen aplicamos el mismo «método hipotético» a través de toda
la esfera poética comprobando y corrigiendo todas nuestras hipótesis una con otra. En el
estadio final, que, desde luego, es sólo un ideal, todas nuestras hipótesis llegan a ser
contrapartidas exactas de las ideas y hemos llegado al principio (arché) o bien. Por ello
los resulados de la dialéctica son bébaia: Ver 511 b» (Adam).
BARBARO LODAZAL
La imagen está tornada de la teología órfica.
NO DISCUTIR SOBRE PALABRAS
Sobre esta cuestión ver 51l d-e.
LO MISMO QUE ANTES
Sócrates realiza aquí, un breve resumen de
lo establecido anteriormente en el simil de la linea y de la caverna. Habla de
los cuatro niveles del simil de la linea: conocimiento, pensamiento,
creencia e imaginación. Señala que estas dos últimas forman el mundo de la opinión
y las dos primeras el mundo de la inteligencia. Afirma que la opinión
se refiere a la generación mientras que la inteligencia a la esencia. Dice
tambien que lo que es la esencia con relación a la generación lo es la inteligencia
con relación a la opinión, el conocimiento con respecto a la creencia y
el pensamiento con respecto a la imaginación.
RELACIONES ENTRE ESTADOS DE CONOCER
(Ver 509d)
CE:EB::AD:DC,de donde CE + EB: EB:: AD + DC: DC, de donde CB: EB:: AC: DC, de
donde CB: AC:: EB.- DC. Por otra parte, de CE: EB.-: AD: DC se deduce que EB: CE:: DC: AD,
de donde EB + CE: CE:-. DC + AD: AD, de donde CB: CE.: AC: AD, de donde CB - AC:: CE: AD.
LINEAS IRRACIONALES
Hay un juego de palabras: álogos en sentido matemático se
aplica a cantidades inconmensurables entre sí, como el lado del cuadrado y la diagonal
del mismo; y hablando de un individuo significa «que está privado de juicio», «que no
puede dar cuenta de las cosas» (534b). En cuanto a grammás no se explica su
empleo a no ser por el hecho de que la línea es algo así como el esquema del hombre.
LO QUE FALTA
Sócrates afirma que ahora toca designar a quiénes
se han de dar las enseñanzas descritas anteriormente (matemática,geometría,
sterometría, astronomía y dialéctica) y de qué manera se han de impartir.
Texto1e
Comentario5
ACUERDATE
Ver 412b y sigs.
Texto1e
Comentario5
VIRILES
Lo que aquí se traduce como «viril» es una palabra del léxico
familiar que en Theaeto 149a aplica Sócrates a su madre Fenáreta.
Texto1e
Comentario5
DE CUALES DISPONER
Despues de haber señalado que los elegidos para recibir
las enseñanzas señaladas debería ser las naturalezas más firmes y valientes,
Sócrates, añade ahora que deberían poseer vivacidad para los estudios pues
resulta que las almas flaquean mucho más en los estudios arduos que en los ejercicios
gimnásticos.
Texto1e
Comentario5
INFATIGABLES
Parece que es este un vocablo popular y raro en griego: árratos (ver Crat.
407d). De todas formas es importante notar que la enumeración de las virtudes del
filósofo, que ahora hace Sócrates, no es exactamente la misma que la realizada en 485a
y sigs.
Texto1e
Comentario5
DECÍAMOS
495c-496a.
Texto1e
Comentario5
COJOS EN AMOR FILOSOFICO
Los amantes del saber filosófico no puede ser cojos
en su amor a la filosofía, es decir, amantes del trabajo en la mitad
de las cosas (por ejemplo destacar en la gimnasia y cuidado del cuerpo) y no amantes
en la otra mitad (por ejemplo, despreciar el estudio intelectual). Platón exige
en los gobernantes de su estado una completud de cuerpo y alma.
En este contexto Montaigne afirma que «les ames boiteuses, les bastardas et
vulgaires, sont indignes de la philosophie».
Texto1e
Comentario5
AMANTES DE LA CAZA
Se ha creído, demasiado suspicazmente, que aquí alude Platón a
Jenofonte, del que todos sabían que era amante de la caza. Como es sabido,
el filósofo nunca le cita directamente, y Jenofonte a Platón sólo una vez (Mem. III
6, I).
Texto1e
Comentario5
ALMA LISIADA
Sería aquella que, por ejemplo, ama la gimnasia y
gusta de realizar toda clase de trabajos corporales sin ser, en cambio, amigo de aprender
ni de escuchar ni de investigar, sino odiador de todos los trabajos de esta especie.
Estaríamos ante un alma lisiada no digna para recibir las enseñanzas que se han
propuesto para aquellos que deberían gobernar la ciudad.
Texto1e
Comentario5
PARTES DE LA VIRTUD
Sócrates recuerda la necesidad de que los regentes
- filósofos posean tambien virtudes morales como la templanza,
el valor o la magnanimidad. Sobre esta cuestión, sin embargo, sabemos que
Platón no establecía, como despues hará Aristóteles, una diferencia real entre virtudes
intelectuales y virtudes morales. Para Platón, la posesión de la virtudes
intelectuales implicaba la posesión de las morales, algo que Aristóteles
no acepta en absoluto.
Texto1e
Comentario5
SALVAREMOS LA CIUDAD
De nuevo se percibe aquí la gran confianza que Platón
tenía en la educación, no sólo como instrumento esencial para la formación
del individuo, sino como medio de salvación de la colectividad.
Texto1e
Comentario5
ALGO RISIBLE
Es curioso como Sócrates, que está seriamente enfrascado,
y, tambien indignado contra los que piensa que son responsables de que la filosofía se
encuentre tan indignamente afrentada, se de cuenta de que no hay que ponerse tan serio al
hablar de la filosofía puesto que, como señalará un poco más adelante, los
preliminares de la misma deberían enseñarse a los niños como si se tratase de un
juego.
Texto1e
Comentario5
SOLÓN
Platón no está de acuerdo con Solón cuando este
afirma que «envejezco sin cesar de aprender muchas cosas». Platón cita el
mismo texto en Laches 188b y 189a.
Texto1e
Comentario5
ENSEÑAR A LOS NIÑOS
Sócrates se pregunta con qué grupos de edad se
debería comenzar la selección y la enseñanza de las disciplinas anteriormente
mencionadas. Despues de señalar su disconformidad con Sólón, por defender que
uno es capaz de aprender muchas cosas mientras envejece, Sócrates afirma, que en lo
concerniente al estudio de los números y de la geometría, predecesora de la dialéctica,
hay que aplicarla a los mejor dotados cuando sean niños.
Texto1e
Comentario5
HUIR DE LA FUERZA
Genial alusión pedagógica en una persona del siglo V
antes de Cristo: debe huirse del aprendizaje por medio de la fuerza ya que,
defiende Platón, no hay ninguna disciplina que deba aprender el hombre libre por medio de
la esclavitud. Y es que el alma no conserva ningún conocimiento que haya penetrado en
ella por la fuerza.
Texto1e
Comentario5
EDUCAR JUGANDO
En otra genial alusión pedagógica, Sócrates, propone
instruir a los niños para que se eduquen jugando. Notar el juego de
palabras éntre paidas y paízontas.
Texto1e
Comentario5
DIJIMOS ANTES
Ver 467 c-e
Texto1e
Comentario5
GRUPO SELECTO
Se refiere a aquellos jovenes que demuestren una mayor
agilidad en todos los menesteres a los que se acaba de hacer referencia.
Texto1e
Comentario5
GIMNASIA OBLIGATORIA
Los jóvenes atenienses estaban sometidos a servicio militar obligatorio
entre los dieciocho y los veinte años.
Texto1e
Comentario5
VEINTENARIOS
Despues del período de selección, los elegidos entre
los veintenarios obtendrían mayores honras que los demás.
Texto1e
Comentario5
VISIÓN DE CONJUNTO
Sócrates recuerda aquí la necesidad de que los
conocimientos adquiridos, en principio, de forma separada, comienzen a presentarse de modo
unitario. Con ello se lograría una visión general de las relaciones que
existen entre las diferentes disciplinas y, tambien, con la naturaleza del ser.
La capacidad de aprendizaje en este sentido ayudaría tambien a distinguir las naturalezas
dialécticas de aquellas que no lo son. Y es que, según Sócrates, el que tiene una visión
de conjunto es dialéctico; pero el que no, ése no lo es.
Texto1e
Comentario5
TREINTA AÑOS
Según se ha visto en el texto anterior, Sócrates,
marcó las directrices según las cuales debería realizarse una selección de naturalezas
dialécticas. Ahora sobre la base de tal selección se trataría de hacer otra nueva
tan pronto como los veinteañeros seleccionados hubieran rebasado los 30 años. Texto2e
Comentario5
MAL A LA DIALÉCTICA
Sócrates afirma que la nueva selección anterior requiere grandes
precauciones ya que, según él, se hace un gran mal a la dialéctica. Para
explicar el por qué se sirve del simil del hijo putativo que es criado entre
grandes comodidades, rodeado de grandes aduladores, y que, al llegar a adulto, se da
cuenta que, los que creía que eran sus padres, no lo eran. Es evidente, señala, que los
lazos de respeto y atención hacia ellos podrían relajarse y podría pasar a hacer más
caso de lo que dijeran los aduladores que a los que hasta ahora había considerado como
sus padre.
DISCULPAS
Se refiere «a los aprendices de dialéctica».
RELACIÓN SIMIL-DIALÉCTICA
Glaucón pregunta a Sócrates acerca de lo que tiene que ver el simil
del hijo putativo con los males de la dialéctica. Este señala que a los
que se educan en esta disciplina puede pasarles tambien algo parecido ya que tal educación está destinada a chocar siempre con valores contradictorios. Los
jovenes reciben, por un lado, educación sobre lo justo y lo honroso; sin embargo, por
otro existen otras enseñanzas, prometedoras de placer que adulan su alma e intentan
atraerla hacia sí. Pues bien, señala Sócrates, supongamos que una persona así educada
en tales valores contrapuestos se le interroga y se pregunta acerca de que es, por
ejemplo, lo honroso, y, al responder él lo que ha oido decir a unos, alguien le refuta
sus argumentos, le hace dudar de lo que está diciendo y le lleva a pensar que aquello no
es más honroso que deshonroso y que ocurre lo mismo con lo justo y lo bueno y todas las
cosas por las que sentía la mayor devoción. ¿Qué sucederá- se pregunta Sócrates- en
estos casos?. Parece evidente- responde- que de obediente para con las leyes se puede
volver, como sucedía con el hijo putativo, se vuelva rebelde y despreciador de
las mismas.
MÁXIMA PRECAUCIÓN
Con el objeto de hacer frente a la posibilidad descrita
anteriormente, habría que lograr según Sócrates- que los treintañales procediesen
con la máxima precaución y seriedad al estudio de la dialéctica.
JUEGO DIALÉCTICO
Sócrates plantea aqui que los futuros regentes-filósofos no
gusten de la dialéctica mientras son jovenes. Y es que -argumenta- cuando uno
es adolescente usa de los argumentos como si de un juego se tratase y así, a
imitación de quienes les confunden, ellos a su vez refutan a otros y gozan de ello. Pero
una vez que han refutado a muchos y sufrido tambien muchas refutaciones, caen rapidamente
en la incredulidad con respecto a todo aquello en que antes creían.
DIALECTICA PARA ADULTOS
Por ello es preferible que sean ya adultos los que
comienzen, despues de pasar por los otros estudios, a dedicarse con seriedad al arte
de la dialéctica con el objeto de investigar la verdad y no de divertirse como si de
un juego se tratara.
NUMERO DOBLE DE AÑOS
En este contexto, Sócrates propone que los adultos
treintañeros comienzen practicar a esa edad la dialéctica con el mismo ahinco que
antes habían puestos en los ejercicios corporales. Propone que tales estudios
dialécticos abarquen un período de 5 años.
BAJAR A LA CAVERNA
Pasados los 5 años de formación dialéctica, lo futuros regentes-filósofos
tendrían que bajar de nuevo a la caverna obligándolos a ocupar los cargos
atañaderos a la guerra y otros menesteres. Deberían ser probados tambien en estos cargos
para ver si se van a mantener firmes cuando se intente arrastrarles en todas direcciones o
sí se moverían algo.
TIEMPO DE PRUEBA
El período de prueba -ya dentro de la caverna- ejerciendo
sus cargos debería durar un período de 15 años.
CINCUENTENARIOS
En Calcis, ciudad de Eubea, los magistrados habían de tener
cincuenta años por lo menos. Una afirmación así sólo se comprende en el caso de que el
escritor haya cumplido también cincuenta años; luego esta parte del diálogo no pudo ser
escrita antes del 377.
Texto3e
Comentario5
OBLIGARLES
De nuevo el concepto de obligación nos muestra la gran
desconfianza de Platón en la naturaleza humana. Y es que se supone que los
cincuentenarios son las naturalezas selectas que han sobrevivido y descollado en
las duras pruebas a las que fueron sometidos. Pues bien, Sócrates, hace referencia a la
necesidad de obligarles (obligación relacionada con la dimensión teórica) a
elevar el ojo de su alma y mirar de frente a lo que proporciona luz para todos, es decir,
el bien en sí. De él se servirán como modelo durante el resto de su vida.
CARGAR CON LO PUBLICO
A los regentes no les está permitido quedarse en las
alturas en una vida puramente contemplativa. Tienen la obligación de bajar a
la caverna y cargar con el peso de los asuntos políticos. Es
evidente que para Sócrates el cargo público es carga.
MORAR EN ISLAS BIENAVENTURADOS
Cuando los regentes-filósofos sean
reemplazados por sucesores tan bien formados como ellos, se irán a morar en las islas
de los bienaventurados y la ciudad les dedicará monumentos y sacrificios públicos
honrándoles como a demones si lo aprueba asi la pitonisa, y si no, como
seres beatos y divinos.
PITONISA
Ver 427c.
ESCULTOR
No es probable que debamos ver aquí ninguna alusión a la anterior
profesión de Sócrates.
GOBERNANTAS
De nuevo destaca Platón el papel tan importante que reconoce a la mujer
en su ciudad ideal. Por eso, afirma Sócrates, que no solamente serán los
gobernantes sino las gobernantas las que puedan encargarse de los asuntos de la
ciudad y ser honradas por ella. Entre las mujeres guerreras mejor dotadas se
escojerán tambien,del mismo modo que a los hombres, a las mejor capacitadas para la
dialéctica y para gobernar.
DEJAMOS SENTADO
Ver 451c.
VANAS QUIMERAS
Sócrates finaliza el libro VII señalando
estar convencido de que todo lo que lleva dicho hasta ahora sobre la ciudad no es una mera
quimera. Reconoce que es dificil llevarla a cabo pero no irrealizable.
UNO O VARIOS GOBERNANTES
Platón no se decide entre la monarquía y la aristocracia
como forma de gobierno de su ciudad ideal. Ver. 445d.
ORGANIZAR LA CIUDAD
De nuevo se nos muestra claro el papel tan importante que
Platón daba a la educación. Sobre la base de la idea de lo justo, deben organizar la
ciudad sobre una base esencialmente pedagógica: enviarán al campo a todos cuantos
mayores de 10 años haya en la ciudad y se harán cargo de los hijos de estos,
subtrayéndolos a las costumbres de sus mayores, para educarlos de acuerdo con
sus propias costumbres y leyes. Ello será el comienzo de de la más feliz y beneficiosa
de las ciudades existentes hasta el momento.
SI LLEGA A REALIZARSE
Glaucón dice estar conforme con todo lo dicho y que ha
entendido muy bien todo lo que Sócrates ha dicho acerca de la ciudad y su funcionamiento.
Lo que no tiene claro señala- es si alguna vez llega a realizarse en la
práctica.
TERMINADO
El libro VII finaliza señalando que sobre estas
cuestiones relacionadas con la ciudad justa y su gobierno todo está terminado.