Discurso del Método

Descartes
Hacía mucho tiempo que había advertido que, tal como se ha dicho anteriormente, en lo referente a las costumbres, es preciso seguir a veces opiniones que se sabe son muy inciertas, como si fueran indudables, pero dado que entonces sólo deseaba entregarme a la investigación de la verdad, pensé que era necesario que hiciese todo lo contrario, y que rechazase como absolutamente falso todo aquello en que pudiera imaginar la menor duda, a fin de ver si después de esto, no me quedaría alguna cosa en mi creencia que fuera enteramente indudable. Asi, puesto que nuestros sentidos en ocasiones nos engañan, quise suponer que no había nada que fuese tal como ellos nos lo hacen imaginar. Y como hay hombres que se equivocan al razonar, incluso sobre las cuestiones más simples de geometría, y cometen en ellas paralogismos, juzgando que estaba expuesto a errar como cualquier otro, rechacé como falsas todas las razones que antes había aceptado por demostraciones. Y, en fín, considerando que los mismos pensamientos que tenemos estando despiertos pueden también sobrevenirnos cuando dormimos, sin que entonces haya ninguno que sea verdadero, resolví  fingir que todas las cosas que hasta entoces habían entrado en mi espíritu no eran más verdaderas que las ilusiones de mis sueños.
Descartes. Discurso del método. 4ª parte

Descartes
Pero inmediatamente después advertí que, mientras quería pensar así que todo era falso, era preciso necesariamente que yo, que lo pensaba, fuese alguna cosa. Y, reparando que esta verdad: pienso, luego soy, era tan firme y tan segura que todas las suposiciones más extravagantes de los escépticos no eran capaces de conmoverla, juzgué que podía aceptarla, sin escrúpulo, como el primer principio de la filosofía que buscaba. Luego, al examinar con atención lo que yo era y al ver que podía fingir que no tenía cuerpo alguno, y que no había mundo ni lugar alguno en el que yo me hallase, pero no podía fingir por eso que no era nada, y que, por el contrario, de esto mismo que pensaba de dudar la verdad de las demás cosas, se deducía muy evidente y ciertamente que yo era,......conocí por esto que yo era una sustancia cuya esencia o naturaleza es pensar y que, para ser, no necesita de lugar alguno ni depende de ninguna cosa material. De modo que este yo, es decir, el alma por la cual soy lo que soy, es enteramente distinta al cuerpo, e incluso más fácil de conocer que él y que, aunque él no fuese, (el alma) no dejaría en modo alguno de ser todo lo que es.
Descartes. Discurso del método. 4ª parte

Descartes

Presentación Textos

















































































































































COSTUMBRES

En la 3ª parte del Discurso del Método, Descartes, deja claramente establecido que sobre cuestiones de moral se pueden seguir opiniones dudosas. Concretamente en la segunda máxima de la moral provisional, Descartes, considera lo probable como cierto.
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INVESTIGACIÓN VERDAD
Se refiere a la investigación teórica de la verdad. Esta excluye lo probable y lo verosimil y unicamente acepta la regla de la evidencia y sus características de claridad y distinción.
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LA MENOR DUDA
Desde el punto de vista teórico, la la búsqueda de la verdad excluye de modo absoluto la duda. El conocimiento unicamente puede ser absolutamente verdadero o absolutamente falso, no existen grados intermedios de veracidad.
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LOS SENTIDOS ENGAÑAN
Descartes expone aquí brevemente la 1ª de las razones que le llevan a plantear la duda metódica: tenemos experiencia de que los sentidos nos engañan, y no es aconsejable confiar en quien nos haya engañado aunque solo fuera una vez. Una exposición más detallada de esta cuestión se puede en la
1ª meditación metafísica.
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GEOMETRÍA
Descartes expone aquí, aunque sin hacer una referencia explicita, la hipótesis del genio maligno como causante de que cometamos errores incluso en el campo de la matemática y de la geometría. Para una exposición más detallada se puede consultar la
1ª meditación metafísica.
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PARALOGISMOS

El paralogísmo es un razonamiento incorrecto. Se diferencia del sofisma en que, en los paralogismos, aún siendo incorrectos como los sofismas, no existe ánimo de engañar.
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DORMIMOS Y SOÑAMOS
Además de los dos motivos anteriores para dudar, el engaño de los sentidos y lo errores (paralogísmos) en los razonamientos, Descartes, añade ahora un tercero que se refiere a las ilusiones de las imágenes y a la dificultad de diferenciar el mundo de la vigilia del mundo de los sueños. Para una exposición más detallada consultar la
1ª meditación metafísica.
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RESOLVÍ FINGIR
Expresiones como resolví fingir, quise suponer, je pourrais imaginer, etc. nos muestran que Descartes utiliza la duda no como un fín sino como un medio que le permita alcanzar la verdad. La duda cartesiana - como ya hemos señalado - no es una duda escéptica, sino metódica y provisional. Ver
1ª meditación metafísica.
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PIENSO, LUEGO SOY

Je pense, donc je sui o cógito, ergo sum, sive existo se le revela a Descartes como la verdad indubitable que andaba buscando. Conviene notar, sin embargo, que esta verdad unicamente le da seguridad a Descartes de que tiene pensamientos, de que es una cosa que piensa. Sobre su cuerpo, y todo lo demás que no sea su pensamiento, sigue presente la duda.
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PRIMER PRINCIPIO
La proposición Pienso, luego existo se convierte en el primer principio de la filosofía que Descartes andaba buscando ya que, desde ahora, se convertirá en criterio y paradigma de toda verdad. A partir de este principio, todo lo que se conciba clara y distintamente podrá ser aceptado como verdadero.
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LO QUE YO SOY
Despues de haber descubierto el cógito, Descartes, investiga acerca de lo que él mismo es. Y llega a la conclusión de que la existencia del Yo como pensamiento implica que existe como algo independiente del mundo exterior.
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SOY UNA SUBSTANCIA
En la filosofía escolástica uno de los significados de substancia es la de aquello que existe por sí mismo independientemente de otro ser. Descartes utiliza esta concepción de la substancia para definirla como una cosa que existe de tal modo que no necesita de otra cosa para existir. Al mismo tiempo, la substancia tiene como atributos el pensamiento, para las substancias espirituales, y la extensión para las corporales. Por tanto, cuando Descartes, afirma aquí que es una substancia, habría que añadir que una substancia pensante.
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NATURALEZA
Descartes utiliza en varias ocasiones esencia y naturaleza como sinónimos. Esencia es aquello por lo que una cosa es y se distingue de los demás. Naturaleza es un principio esencial de caracter activo.
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NO DEPENDENCIA DE LO MATERIAL
La substancia pensante es independiente de la substancia extensa. La independencia de la substancia pensante, sin embargo, no es algo absoluto ya que, en último término, depende de la substancia divina.
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ALMA
En la traducción latina, Descartes, utiliza el término mens en lugar de ánima para referirese al alma racional como substancia pensante independiente del cuerpo.
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DISTINTA DEL CUERPO
El alma y el cuerpo son dos substancias diferentes y no una sola substancia ( compuesta de materia y forma ) tal como mantenía la filosofía aristotélico-tomista.
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MAS FACIL DE CONOCER
Según Descartes el alma es más facil de conocer que el cuerpo ya que tenemos un conocimiento intuitivo, claro y distinto, de ella. Además es condición necesaria para conocer el cuerpo, ya que todo conocimiento presupone la existencia del cógito.
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