O cogiéndole le lanzaré al Tártaro nebuloso, muy lejos, donde
hay una sima profundisima bajo tierra; allí hay puertas de hierro y un umbral
broncíneo tan profundo bajo el Hades cuanto el cielo dista de la tierra.
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En torno a él (Tártaro) un cerco broncineo está tendido; a
uno y otro lado, en triple muralla, está desparramada la Noche en torno a su
garganta; encima están las raices de la tierra y del mar esteril. |
El límite superior de la tierra es el que vemos ante nuestros
pies, en contacto con el aire; pero su parte inferior se prolonga
indefinidamente. |
Coloca dentro la fuerza poderosa del río Océano, a lo largo
del borde del bien construido escudo....
A éste ni el poderoso Aqueloo le iguala, ni la gran fuerza de Océano de profunda corriente, de quien, en verdad, todos los ríos, todo mar, las fuentes todas y los profundos pozos dimanan.
De palabra afirman (los griegos) que Océano, partiendo de la salida del sol, fluye en torno a la tierra toda, pero de hecho no lo demuestran. |
A Helios le tocó en suerte un trabajo fatigoso durante todos
sus días y no hay descanso alguno ni para sus caballos ni para él, una vez que
la Aurora de rosados dedos, tras abandonar a Océano, asciende por el cielo;
pues a través de la onda le lleva su muy amado lecho, cóncavo, forjado por las
manos de Hefesto, de oro precioso y alado, rapidamente a domrir sobre la
superficie del agua, desde las regiones de las Hespérides hasta la tierra de
los Etíopes, donde su rápido carro y sus caballos se detienen hasta que vuelva
la Aurora tempranera; entonces (allí) suber a su carro el hijo de Hiperión. |
A este ni el el poderoso Aqueloo le
iguala, ni la gran fuerza de Océano de profunda corriente, de quien, en verdad,
todos los ríos, todo mar, las fuentes todas y los profundos pozos dimanan. |
Pues voy a ver los límites de la fértil tierra, a Océano,
generador de dioses y a la madre Tetis....A cualquier otro de los sempiternos dioses podría yo facilmente
hacer dormir, incluso a las corrientes del río Océano, que es la génesis de
todas las cosas.
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Homero, que, al decir Océano, padre de los dioses y la madre
Tetis, declaran que todas las cosas son vástago del flujo y del movimiento. |
Hay quienes creen que los hombres
muy antiguos y los primeros teólogos, muy anteriores a nuestra
generación, concibieron a la naturaleza de la misma manera (que Tales).
Pues hicieron de Océano y Tetis, progenitores de lo que nace, y del
juramento de los dioses agua -denominada por los poestas Estigia-, ya que
lo más antiguo es lo más venerado y lo más venerado es el juramento. |
Y el (Zeus) me habría arrojado
desde el éter al mar, fuera del alcance de la vista, si no me hubiera
salvado la Noche, domadora de los dioses y de los hombres; a ella acudí
en mi huida y Zeus cesó, a pesar de estar irritado, pues temía hacer
cosas que desagradaran a la Noche rápida. |
Los poetas antiguos pensaron de manera parecida, en cuanto
afirman que no son los primeros seres como la Noche, Urano, Caos u Océano lo
que reinan y gobiernan, sino Zeus (...los teólogos los hacen nacer de la Noche). |
La teología atribuida a Orfeo por el peripatético Eudemo
guardó silencio sobre todo lo inteligible...más estableció el comienzo a
partir de la Noche, de la que tambien parte Homero, aunque no tiene (éste)
hecha una genealogía continúa, pues no hay que aceptar lo que Eudemo dice: que
parte de Océano y Tetis. |
En algunas fuentes se dice que todas las cosas proceden de la
Noche y del Tártaro; en otras, en cambio, de Hades y Éter; el que escribió la
Titanomaquia afirma que proceden del Éter y Acusilao dice que las demás cosas
provienen de Caos, que fue el primero, mientras que en los versos atribuidos a
Museo está escribió que Tártaro y la Noche existieron primero. |
En los versos atribuidos a
Epimenides todas las cosas se componen del Aire y de la Noche; como
tambien Homero declaraba que Océano engrendra de Tetis a los dioses. |
Antes que nada nació
Caos, despues Gea (Tierra) de ancho seno,
asiento firme de todas las cosas para siempre, Tártaro nebuloso en un rincón
de la tierra de anchos caminos y Eros, que es el más hermoso entre los dioses
inmortales, relajador de los miembros y que domeña, dentro de su pecho, la
mente y el prudente consejo de todos los dioses y todos los hombres. De
Caos nacieron Erebo y la negra Noche; de la Noche, asu vez, nacieron Éter y el
Día, a los que concibió y dio a luz, tras unirse en amor con Erebo. Gea ( la
Tierra ) primeramente engendró, igual a sí misma, a Urano, brillante para que
cubriera en derredor por todas partes y fuera asiento seguro para los dioses
felices para siempre. Alumbró a las grandes Montañas, moradas graciosas de las
divinas ninfas, que habitan en los sinuosos montes. Ella tambien, sin el deseado
amor, dio a luz al mar esteril, al Ponto, hiriviente con su oleaje; y despues, tras haber yacido con Urano, alumbró a Océano de profundo vórtice, a Ceo,
Crío, Hiperión y Japeto. |
Un fuego inefable invadía Caos; parecía al verlo de frente con
los ojos o al oir el ruido con los oidos, como si Gea (tierra) y el ancho Urano
(cielo) se estuvieran juntando arriba; pues un estrepito igual de grande se
había levantado. |
Y no es mío sino de mi madre el mito de cómo el cielo y la
tierra eran una sola forma; y como, despues que se separaron uno de otra en dos
partes, generan todas las cosas y las sacaron a la luz: árboles, volátiles,
fieras, los seres que el mar salado alimenta y la raza de los mortales. |
Pues en la composición original del universo, el cielo y la
tierra tenían una sola forma, por tener mezclada su naturaleza; depues,
separados sus cuerpos uno de otro, el mundo recibió toda la disposición que en
él vemos.... |
Cantaba como la tierra, el cielo y el mar, unidos antes entre
sí en una sola forma, se separaron unos de otros por causa de una disputa
destructora; y cómo las estrellas, la luna y los caminos del sol, tiene para
siempre, en el éter, un límite firme.
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