ESTUDIO Y ANALISIS DE LOS EVANGELIOS
(El evangelio de Marcos)

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El evangelio de San Marcos es el modelo principal de los restantes evangelios. Su narración bajo el título "apología a los cristianos romanos" debió ser escrito después del año 70 para la comunidad de cristianos existentes en Roma. Esta comunidad fue fundada por enviados de la comunidad de Jerusalén y su interpretación originaria sería la tradicional de la urgemeinde. El traslado de Pablo a Roma y sobre todo los acontecimientos del año 70 en Jerusalén hicieron que la interpretación primitiva fuese totalmente modificada. Hay que tener presente que en aquellos momentos en Roma (Flavio Josefo lo relata en su "Contra Apio") existía un fuerte sentimiento anti-judío y se pensaba en el peligro que podría representar considerar a los cristianos romanos como aliados , cómplices o simpatizantes de un movimiento que había sido aplastado. Bajo esta presión S. Marcos escribe su evangelio y los rasgos que lo definen expresan tal presión. Tales rasgos son los siguientes:

  1. El evangelio comienza relatando el momento en que Jesús expira en la cruz. En ese momento, se señala, "la cortina del templo se rasgó en dos de arriba abajo". En otro lugar, se afirma que Jesús había predicho la destrucción del templo. Más adelante se vuelve hacer referencia al templo, como cuando afirma: "habéis convertido mi casa en una guarida de ladrones".
  2. ¿Qué podría motivar este interés tan repetido sobre el templo de Jerusalén? No podemos olvidar que el Templo hacía poco había sido arrasado por los romanos. Pues bien, ahora en este evangelio, tal hecho se presenta como una profecía de Jesús que por la maldad de los judíos (Roma queda exculpada) habría de suceder. En definitiva, la responsabilidad de la destrucción del templo no recae sobre Roma sino que fue algo inevitable debido a los muchos pecados del pueblo judío. Por otro lado. ¿quiénes habían convertido el templo en una guarida de ladrones? Evidentemente los judíos. Ahora bien, si eran ladrones, entonces estaban ocupando algo que no les pertenecía. El mensaje del evangelio es claro: el templo no es monopolio de los judíos sino lugar de oración para todos los creyentes.
  3. Otro de los rasgos que definen el evangelio de San Marcos es la descripción de la condena de Jesús por Pilatos. ¿Cuál es el mensaje central de esta descripción? Pilatos, gobernador de Roma en Palestina, sujeto brutal y sin escrúpulos, según Flavio Josefo, es presentado como alguien que está convencido de la inocencia de Jesús y que intenta, por todos los medios, su salvación. Se enfrenta por ello a la oligarquía y al mismo pueblo judío. Por otro lado, Marcos, señala que contra Jesús recaían graves acusaciones, sin embargo no nos describe cuales eran. Lo mas seguro es que tales acusaciones (ocultas en el evangelio) giraran alrededor de su entrada triunfal en Jerusalén y sobre el intento de rebelión en Getsemaní, el episodio del templo, etc.) El mensaje del evangelio es claro: Roma no es la responsable de la muerte de Jesús. Por otra parte, el episodio de Barrabás debería encuadrarse también dentro del este intento de presentar como buenos a los romanos a través de la figura de Pilatos. No puede olvidarse que son los judíos quienes eligen a Barrabas frente a Jesús olvidándose que hacía poco lo habían recibido triunfalmente. Lo que sucede es que tales hechos no tienen el más mínimo rigor crítico. Aparte de no existir ningún testimonio histórico que demuestren que existía la costumbre de soltar prisioneros en Pascua; ¿cómo entender esos juicios democráticos, con la intervención de un pueblo oprimido por Roma que ejercía su poder de una forma brutal? ¿cómo entender que un gobernador romano, distante del pueblo oprimido, se deje manipular de tal forma? Todo ello ha motivado la visión tradicional de un Poncio Pilatos como alguien estúpido y sin personalidad que se ve obligado a condenar a un sujeto (Jesús) que defendía –nada más y nada menos- que la obligación que tenían los judíos de pagar un tributo a Roma. Todo este cúmulo de despropósitos únicamente pueden explicarse por la necesidad que tenía Marcos de hacer ver a los cristianos romanos ( a quienes iba dirigido realmente su evangelio ) que nada tenían que ver con la muerte de Jesús y, al mismo tiempo, exonerar al imperio romano de la responsabilidad sobre tal muerte.
  4. Por último habría que señalar que, para colmo de desprecio hacia el pueblo judío, el evangelio de Marcos nos presenta a un gentil como descubridor de la divinidad de Jesús. Y es que será un centurión romano quien exclame: "verdaderamente, este hombre es el hijo de Dios". Por otro lado, los discípulos directos de Jesús son retratado de modo peyorativo ya que será el mismo Pedro quien ponga en duda la dimensión divina de Cristo.
  5. En definitiva, el evangelio de Marcos no solamente elude el pensamiento de la comunidad primitiva de Jerusalén sino que intenta justificar la actuación del imperio romano en Jerusalén. Además se presenta a Jesús como un ser pacífico, casi servidor de Roma, y totalmente alejado de toda dimensión social o política.

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ESTUDIO Y ANALISIS DE LOS EVANGELIOS
(LOS EVANGELIOS DE LUCAS, MATEO y JUAN)

  1. Los evangelios de Mateo y de Lucas no están escritos bajo la presión de los acontecimientos del año 70 en Jerusalén aunque siguen la misma línea del evangelio de Marcos al presentarnos a un Jesús pacífico y divino. De todos modos, es evidente que estos evangelios se han "colado" algunos elementos de la tradición que resalta, si cabe aún más que en Marcos, el carácter contradictorio de los mismos. Más adelante describiremos algunos de los más destacados.
  2. Los relatos de Mateo y de Lucas proceden de medios históricos diferentes. Mateo parece que escribió su evangelio en el seno de la comunidad judeo-cristiana de Alejandría. Por su parte, Lucas, era un cristiano paulino miembro de la iglesia de Aquea. Los dos relatos están marcados tanto por el cristianismo de Pablo como por el deseo de desentenderse de todo aquello que suene a mesianismo perteneciente a la comunidad primitiva de Jerusalén. Así, por ejemplo, Mateo, introduce a la mujer de Pilatos como testigo de la inocencia de Jesús, la leyenda del lavado de las manos de Pilatos, a Jesús como enemigo de toda violencia, como cuando exige a sus discípulos que "envainen sus espadas", renunciando al imperio de este mundo tentado por Satán, etc. Por su parte, Lucas, siguiendo esta misma línea, presenta a Jesús lamentándose de los males de la ciudad y deteniendo el intento de sublevación armado de Getsemaní, algo que demuestra, por otra parte, que si se produjo.
  3. Pero junto a estos intentos de adaptar los evangelios a la nuevas situación, aparecen en ellos RESTOS DE TRADICIONES que parecen mostrar, entre líneas, algo muy distinto al mensaje que se intenta hacer llegar por parte de los evangelistas. De entre estos restos serían de destacar los siguiente: a) En Lucas aparece la figura de Juan Bautista presentando rasgos mesiánicos y mostrando una gran violencia contra Roma, como cuando los califica como "raza de víboras". Al mismo tiempo, Flavio Josefo, señala que fue ejecutado en el 34 después de Cristo para prevenir una revuelta. Además, el bautismo en Israel (muy alejado de la interpretación que de él hará San Pablo) era el signo que identificaba a los que luchaban por un reino mesiánico. Por otra parte, Lucas, no se recata en afirmar que Jesús había sido acusado de estar pervirtiendo al pueblo y de pedir que no se pagase tributo a los romanos. También señala que se presenta ante los judíos como un Mesías. Por su parte en Marcos, Jesús, es presentado como un galileo de Nazaret. Mateo afirma que nace en Belén. Además,  Mateo intenta demostrar la descendencia davídica de Jesús; sin embargo, en el mismo capítulo, se afirma que fue concebido por el espíritu santo. Lucas, por su parte, describe con detalles la concepción virginal de María; pero más adelante se presenta su genealogía davídica. Por su parte, Pablo, en la Epístola a los Romanos y a los Galatas, reconoce el nacimiento humano de Jesús. En definitiva, todo parece demostrar que en estos evangelios existe la presencia de DOS TRADICIONES: aquella que sabía que Jesús era un ser humano y aquella otra que comienza –siguiendo a San Pablo- a desarrollar una que defiende su carácter divino.
  4. Los pasajes en donde estos evangelios presentan a Jesús NO precisamente como un ser pacífico son abundantes. Véase, por ejemplo, la violencia verbal utilizada en contra de los ricos (Epulón y Lazaro) etc.
  5. Por lo que se refiere al evangelio de San Juan habría que señalar lo siguiente: Es evidente que carácter reivindicativo-revolucionario siguió estando presente, durante mucho tiempo, dentro de la comunidad de la iglesia aunque fuera entre líneas. La tendencia general, sin embargo, iba encaminada a su total desaparición. Pues bien el cuarto evangelio (San Juan) juega un papel esencial en este proceso. Y es que este evangelio ya no se limita a presentar a un Jesús pacífico condenado injustamente, sino que inicia una interpretación teológica de su figura que hará imposible su inserción dentro de un contexto social y político y, mucho menos, revolucionario. Desde el principio del evangelio de Juan , Jesús, es presentado como el Logos que se hizo carne, y, que, al mismo tiempo, explica a Pilatos que su reino no es de este mundo. Siguiendo la línea iniciada por Filón de Alejandría (30 a de Cristo-40 d. d. Cristo) el Logos se hace carne en la persona de un individuo histórico, Jesús, el cual se transforma así en hijo de Dios, aunque procediese de la carne (José), ya que Juan nada dice del carácter virginal de María. Esta idea no está presente en ninguno de los otros evangelios ya que, en ellos, Jesús no es Dios, en cuanto emanación de un Logos eterno, sino solamente el Mesías exaltado a los cielos tras su resurrección. Pues bien, a partir de estos presupuestos, Juan, cambia absolutamente el sentido de la tradición: ahora Jesús no muere contra su voluntad sino que se entrega mansamente por los demás. En su evangelio no está presente ni el incidente de Getsemaní, ni la agonía. Además desaparece totalmente la idea de un mesianismo de tipo terrenal y se llega aún más allá ya que cualquier otro evangelio, ya que que se afirma que el reino de Dios solo será de los renacidos, quedando excluidos todos los demás, incluso aquello que en algún momento habían creído en él. Se repudia también la idea de una resurrección futura y el juicio final: los fieles disfrutan ya de la vida eterna y los paganos ya están condenados. Ahora es la IGLESIA quien sustituye a la parousia. Según San Juan el plan divino se despliega en tres fases. Pueblo de Israel. Período de Jesús. Período Iglesia-Estado. El magisterio de Jesús representa el momento central. A partir de este hecho es la Iglesia quien inicia otra andadura que durará eternamente. La idea de un reino que ha de llegar comienza a desaparecer. En su lugar la Iglesia es quien representan el reino de Dios en este mundo. Será San Agustín quien reelaborará y ampliará estas ideas.

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EL APOCALIPSIS
(y otros textos)

Existen otros textos en donde la presencia de la tradición mesiánica primitiva está mucho más desarrollada contradiciendo la visión sinóptica. Por ejemplo, en el APOCALIPSIS, (95 después de Cristo) el odio a Roma está muy presente. Se la presenta como una " prostituta beoda ". Incluso en el siglo II existen textos en donde esta tradición sigue estando presente. En el Pastor de Hermas (190 d. d. Cristo) y el Didaché (200 d. d. Cristo) se percibe claramente este hecho. Lo escrito en el Pastor de Hermas demuestra claramente que en el siglo II no habían desaparecido aún los ecos de la comunidad primitiva. Fue escrito hacia el 190-200 d. d. Cristo en Roma y trasluce claramente los sentimientos de los cristianos de condición más humilde. Se exhorta a los jefes de la iglesia a evitar la corrupción y el arrebato del sustento a viudas y huérfanos. Hermas es el portavoz de los esclavos y pobres de la comunidad que conciben a la Iglesia no como un aparato jerárquico sino como una asamblea de gentes que practican la cooperación.
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