RESUMEN 


Sócrates

Paso en silencio una infinidad de cosas, tales como la belleza y la fuerza en la salud, y en las almas otras cualidades numerosas y muy bellas. En efecto, la diosa misma, mi buen Filebo, fijando su atención en el libertinaje y en la intemperancia de todos géneros, y viendo que los hombres no ponen ningún límite a los placeres y a la realización de sus deseos, ha hecho que penetraran en ellos la ley y el orden, que son del género finito. Tú pretendes que limitar el placer es destruirlo, y yo sostengo, por el contrario, que es conservarlo. Protarco, ¿qué te parece?

Protarco

Soy completamente de tu dictamen, Sócrates.

Sócrates

Te he explicado las tres primeras especies, y me comprendes bien.

Protarco

Creo comprenderte. Distingues, a mi entender, en la naturaleza de las cosas una especie, que es el infinito; una segunda, que es el finito; pero con respecto a la tercera, no concibo bien lo que entiendes por ella.

Sócrates

Eso nace, mi querido amigo, de que la multitud de las producciones de esta tercera especie te ha asustado. Sin embargo, el infinito nos ha mostrado también un gran número; pero como todas llevaban el sello del más y del menos, se nos han presentado bajo una sola idea.

Protarco

Eso es cierto.

Sócrates

En lo finito no se daban muchas producciones, y no hemos negado que fuese uno por su naturaleza.

Protarco

¿Cómo hubiéramos podido negarlo?

Sócrates

De ninguna manera. Di, pues, que comprendo en una tercera especie todo lo que es producido por la mezcla de las otras dos, y que la medida que acompaña a lo finito produce el paso a la generación de la esencia.

Protarco

Lo entiendo.

Sócrates

Además de esos tres géneros, es preciso ver cuál es aquel que hemos dicho que es el cuarto. Vamos a hacer esta indagación juntos. Mira si te parece necesario, que todo lo que se produce sea producido en virtud de alguna causa.

Protarco

Me parece que sí, porque, ¿cómo podría suceder sin esto?

Sócrates

¿No es cierto que la naturaleza de aquello que produce no difiere de la causa más que en el nombre, de suerte que puede decirse con razón, que la causa y aquello que produce son una misma cosa?

Protarco

Sin duda.

Sócrates

En igual forma encontraremos, como antes, que entre lo que es producido y el efecto no hay diferencia sino en el nombre. ¿No es así?

Protarco

Sí.

Sócrates

Lo que produce, ¿no precede siempre por su naturaleza, y lo que es producido no marcha después, en tanto que efecto?

Protarco

Seguramente.

Sócrates

Por consiguiente son dos cosas y no una misma; son la causa y lo que obedece a la causa en su tránsito a la existencia.

Protarco

Sin duda.

Sócrates

Pero las cosas producidas y aquellas de que son producidas nos han suministrado tres especies de seres. 

Protarco

Sí, ciertamente.

Sócrates

Digamos, pues, que la causa productora de todos estos seres constituye una cuarta especie, y que está suficientemente demostrado, que difiere de las otras tres.

Protarco

Digámoslo resueltamente.

Sócrates

Para que las grabe cada cual mejor en su memoria, es conveniente contar por su orden estas cuatro especies así distinguidas.

Protarco

Muy bien.

Sócrates

Por lo tanto pongo, como primera, el infinito; como segunda, lo finito; después, como tercera, la existencia, producida por la mezcla de las dos primeras; y para la cuarta, la causa de esta mezcla y de esta producción. ¿Cometo al decir esto, alguna falta?

Protarco

¿Cómo?

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