GÉNESIS DE ASÍ
HABLÓ ZARATHUSTRA
(PRINCIPAL)
En el apartado del Ecce Homo, en donde Nietzsche nos describe como surge su obra Así habló Zarathustra, afirma que ésta fue el producto de una triple génesis: afectiva, conceptual y figurativa.
GENESIS AFECTIVA | GENESIS CONCEPTUAL | GENESIS FIGURATIVA |
REDACCIÓN DE
ASI HABLÓ ZARATHUSTRA
GENESIS AFECTIVA
A mediados de noviembre de 1880, Nietzsche se establece en Genova en donde permanecerá una larga temporada.Allí consige ordenar el material que va constituir su nuevo libro: Aurora. Es un invierno duro el que tiene que pasar. Stefan Zweig , en Imagen del hombre, nos informa muy elocuentemente sobre este período de la vida de Nietzsche:
En enero de 1881 Aurora está listo para la imprenta.
Nietzsche decide tomar un período de descanso y se va con su amigo Peter Gast a pasar
unas semanas en la estación invernal de Recoaro, cerca de Vicenza. Allí
acontece en Nietzsche el primer presentemiento nebuloso - ni conceptual, ni figurativo- de
lo que será el Así habló Zarathustra. Es tan sólo un signo precursor
que se le aparece reflejado bajo el símbolo de un cambio súbito y, en lo más hondo,
decisivo de mi gusto, sobre todo en la música. En relación con la génesis
afectiva de esta obra, veamos lo que nos dice el mismo Nietzsche:
«En una pequeña localidad termal de montaña, no lejos de Vicenza, en Recoaro, donde
pasé la primavera del año 1881, descubrí juntamente con mi maestro y amigo Peter Gast,
también él un 'Renacido", que el fenix Música pasaba volando a nuestro lado con un
plumaje más ligero y más luminoso del que nunca había exhibido»
Pues bien, en esta visión del fenix Música se sitúa lo que se denomina la génesis
afectiva de Así habló Zaratustra.
Inicio
«Un mezquino comedor de una pensión de seis francos al
día, en un hotel de los Alpes o junto a la ribera de Liguria. Huéspedes indiferentes, la
mayor parte de las veces algunas señoras viejas en small talk, es decir, en menuda
conversación. La campana ha llamado ya a comer. Entra un hombre de espaldas cargadas, de
silueta imprecisa; su paso es incierto, porque Nietzsche, que tiene "seis séptimas
de ciego': anda casi tanteando, como si saliese de una caverna. Su traje es oscuro y
cuidadosamente aseado, oscuro es también su rostro y su cabello castaño va revuelto,
como agitado por el oleaje; oscuros son igualmente sus ojos, que se ven a través de unos
cristales gruesos, extraordinariamente gruesos. Suavemente, casi con timidez se aproxima;
a su alrededor nota un silencio anormal. Parece un hombre que vive en las sombras, más
allá de la sociedad, más allá de la conversación y que está siempre temeroso de todo
lo que sea ruido o hasta sonido; saluda a los demás huéspedes con cortesía y
distinción y, cortésmente, se le devuelve el saludo. Se aproxima a la mesa con paso
incierto de miope, va probando los alimentos con precaución propia de un enfermo del
estómago, no sea que algún guiso esté excesivamente sazonndo o que el té sea demasiado
fuerte, pues cualquier cosa de ésas irritaría su vientre delicado y si éste enferma,
sus nervios se excitan tumultuosamente. Ni un vaso de vino ni un vaso de cerveza, nada de
alcohol, nada de café, ningún cigarro, ningún cigarrillo; nada estimulante; sólo una
comida sobria y una
conversacián de cortesía en voz baja, con el vecino de mesa (como hablaría alguien que
ha perdido el hábito de conversar) tiene miedo a que le pregunten demasiado.
»Después se retira a su habitación mezquina, pobre, fría. La mesa está colmada de
papeles, notas, escritos, pruebas, pero ni una flor, ni un adorno; algún libro y apenas,
y muy raras veces, alguna carta. Allá en un rincón, un pesado cofre de madera, toda su
fortuna: dos camisas, un traje, libros y manuscritos. Sobre un estante, muchas botellitas,
frascos y medicinas con qué combatir sus dolores de cabeza que le tienen loco Durante
horas y más horas, para luchar con los calambres del estómago, los vómitos, para vencer
su pereza intestinal y, sobre todo, para combatir con cloral y veronal su terrible
insomnio. Un horrible arsenal de venenos y de drogas, que es la única ayuda que puede
encontrar en el vacío de un cuarto extranjero, donde no le es posible hallar otro reposo
que el obtenido por un sueño corto, artifìcial, forzado. Envuelto en una capa y en una
bufanda de lana (pues la chimenea hace humo, pero no da calor), con sus dedos
ateridos, sus gruesos lentes tocando casi el papel, escribe rápidamente, durante horas
enteras, palabras que sus mismos ojos no pueden luego descifrar. Durante horas está allá
sentado escribiendo hasta que sus ojos le arden y lagrimean; una de las pocas felicidades
de su vida es que alguien, apiadado de él, se ofrezca para escribir un rato, para
ayudarle. Si hace buen día, el eterno solitario sale a dar un paseo, siempre solo con sus
pensamientos. Nadie le saluda jamás, nadie le para jamás. El tiempo malo, la nieve, la
lluvia, todo eso que él odia tanto, le retiene prisionero en su cuarto, nunca abandona su
habitación para buscar la companía de otros, para buscar otras personas. Por la noche,
un par de pastelillos, una tacita de té flojo y en seguida otra vez la soledad eterna con
sus pensamientos. Horas enteras vela junto a la lámpara macilenta y humosa sin que sus
nervios, siempre tensos, se aflojen de cansancio. Después echa mano del cloral u otro
hipnótico cualquiera, y así, a la fuerza, se duerme, se duerme como las demás personas,
como las personas que no piensan ni son perseguidas por el demonio. »
Afectiva
GENESIS CONCEPTUAL
«Voy a contar ahora la historia del Zaratustra.
La concepción fundamental de la obra, el pensamiento del eterno retorno,
esa fórmula suprema de afìrmación a que se puede llegar en
absoluto, - es de agosto del año 1881: se encuentra anotado en una hoja a cuyo final
está escrito:"A 6.000 pies más allá del hombre y del tiempo". Aquel
día caminaba yo junto al lago de Silvaplana a través de los bosques; junto a una
imponente roca que se eleva en forma de pirámide no lejos de Surlei, me detuve. Entonces
me vino ese pensamiento»
Nietsche nos describe ese pensamiento por escrito:
El retorno de lo idéntico
Esbozo
1. La asimilación de los errores fundamentales.
2. La asimilación de las pasiones.
3. La asimilación del saber, incluso del saber que renuncia.
(Pasión del conocimiento.)
4. EI inocente. EI individuo como experimento. El aligeramiento, el rebajamiento, la
debilitación de la vida - transición.
5. El nuevo centro de gravedad: el eterno retorno de lo idéntico.
Importancia infinita de nuestro saber, de nuestro errar, de nuestros hábitos y modos de
vivir, para todo lo venidero.
¿Qué hacemos con el resto de nuestra vida - nosotros los que hemos pasado su mayor parte
en la más esencial ignorancia?
Nos dedicamos a enseñar esta doctrina - es el medio más eficaz para asimilarla nosotros
mismos. Nuestra especie de felicidad como maestros de la más grande doctrina.
Primeros de agosto de 1881 en Sils-Maria, a 6. 000 pies sobre el nivel del mar y mucho
más alto aún sobre todas las cosas humanas.
Vemos como la idea del Eterno retorno
se encarna en Nietzsche como un pensamiento central. Pero es tan
sólo un pensamiento y todavía han de pasar 18 meses hasta que en enero de 1883, en Rapallo,
tenga Nietzsche la visión de Zarathustra y de ahí una génesis
figurativa con el que rellenar su pensamiento.
Sobre la base de estas tres fases,y unicamente en 10 días, como veremos, Nietzsche dará
forma al Prologo y a la Primera parte de su nueva obra.
Inicio
GENESIS FIGURATIVA:
Finalizada la temporada estival en Sils-María, Nietzsche vuelve a Genova en donde pasa todo el invierno. En abril de 1882 embarca para Mesina y, poco más tarde a Roma, en donde conoce a Lou Salomé. Con ella parte hacia el Norte. Pasa el mes de junio en Naumburgo con su familia y trabaja en la Gaya Ciencia. En una de sus últimas páginas aparece ya la figura de Zarathustra. En el mes de Julio la finaliza y espera la llegada de Lou Salomé, de la cual parece que se había enamorado. Más tarde esta extraordinaria mujer escribe un libro titulado F. Nietzsche en sus obras (Viena 1894) que nos permite contemplar la figura exterior de Nietzsche en esa época:
Rechazado por Lou Salomé, Nietzsche, parte para Leipzig ,
pasando por Basilea, y llega otra vez a Genova.
Estamos a mediados de noviembre de 1882. Decide más tarde trasladarse a Rapallo.
Veamos lo que nos cuenta en relación con la génesis figurativa de
Así habló Zarathustra:
«El invierno siguiente lo vivi en aquella graciosa y tranquila bahía de Rapallo, no lejos de Génova, enclavada entre Chiavari y el promontorio de Portofino. Mi salud no era óptima; el invierno,frío y sobremanera lluvioso; un pequeño albergo (fonda), situado directamente junto al mar, de modo que por la noche el oleaje imposibilitaba el sueño, ofrecía, casi en todo, lo contrario de lo deseable. A pesar de ello, y casi para demostrar mi tesis de que todo lo decisivo surge "a pesar de", mi Zaratustra nació en este invierno y en estas desfavorables circunstancias. - Por la mañana yo subía en dirección sur, hasta la cumbre, por la magnífica carretera que va hacia Zoagli, pasando junto a los pinos y dominando ampliamente con la vista el mar; por la tarde, siempre que la salud me lo permitia, rodeaba la bahía entera de Santa Margherita, hasta llegar detrás de Portofino. Este lugar y este paisaje se han vuelto más próximos aún a mi corazón por el gran amor que el inolvidable emperador alemán Federico III sentía por ellos; yo me hallaba de nuevo casualmente, en esta costa en el otoño de 1886, cuando él visitó por última vez este pequeño olvidado mundo de felicidad. - En estos dos caminos se me ocurrió todo el primer Zaratustra, sobre todo Zaratustra mismo en cuanto tipo: más exactamente, éste me asaltó...»
Pues bien, aquí en Rapallo, a finales de enero de 1883, tiene lugar lo que se denomina la génesis figurativa de Así habló Zarathustra. Éste le asalta y se le muestra como una aparición que le llevará a depositar en él la idea del eterno retorno. Nietzsche describe esta experiencia en una breve poesía cuyo título original es:
Portofino
Aquí estaba yo sentado, aguardando -
a nada,
Más allá del bien y del mal, disfrutando
Ya de la luz, ya de la sombra, siendo totalmente solo juego,
Totalmente mar, totalmente mediodía,totalmente tiempo sin meta.
Entonces, de repente, ¡amiga!, el que era uno se convirtió en dos-
Zarathustra pasó a mi lado.
Inicio
«Al contemplador fugaz no se le ofrecía ningún detalle llamativo. Aquel varón de estatura media, vestido de manera muy sencilla, pero también muy cuidadosa, con sus rasgos sosegados y el castaño cabello peinado hacia atrás con sencillez fácilmente podía pasar inadvertido. Las finas y extraordinariamente expresivas líneas de la boca quedaban recubiertas casi del todo por un gran bigote caído hacia delante; tenía una risa suave, un modo quedo de habla y una cautelosa y pensativa forma de caminar, inclinando un poco los hombros hacia delante; era difícil imaginarse a aquella figura en medio de una multitud -tenía el sello del apartamiento, de la soledad. Incomparablemente bellas y noblemente formadas, de modo que atraían hacia sí la vista sin querer, eran en Nietzsche las manos, de las que é mismo creía que delataban su espíritu. - Similar importancia concedía a sus oídos, muy pequeños y modelados con fìnura, de los que decía que eran los verdaderos "oídos para cosas no oídas': - Un lenguaje auténticamente delator hablaban tumbién sus ojos. Siendo medio ciegos, no tenían, sin embargo, nada de ese estar acechando, de ese parpadeo, de esa no querida impertinencia que aparecen en muchos miopes; antes bien, parecian ser guardianes y conservadores de tesoros propios, de mudos secretos, que por ninguna mirada no invitada debían ser rozados. La defìciente visión daba a sus rasgos un tipo muy especial de encanto, debido a que, en lugar de reflejar impresiones cambiantes, externas, reproducían sólo aquello que cruzaba por su interior. Cuando se mostraba como era, en el hechizo de una conversación entre dos que le excitase, entonces podía aparecer y desaparecer en sus ojos una conmovedora luminosidad: - más cuando su estado de ánimo era sombrío, entonces la soledad hablaba en ellos de manera tétrica, casi amenazadora, como si viniera de profundidades inquietantes...»
Figurativa
REDACCION DE ASÍ HABLÓ ZARATHUSTRA
A partir del final de la época correspondiente a la fase figurativa, Nietzsche comienza a redactar su obra. En 10 días -del 1 al 10 de febrero de 1883- redacta la primera parte de la misma. Despues hace una copia manuscrita para enviarla a la imprenta. Nietzsche va a Genova para enviarla al editor. Allí se entera de la muerte de Wagner. La primera parte sale al público en el mes de junio.
Tras pasar los meses de mayo y junio en Roma, vuelve en el verano a Sils-María, y, en otros diez días, del 26 de junio al 6 de julio de 1883, escribe la segunda parte de Así habló Zarathustra. Esta 2ª parte será editada en septiembre de 1883.
Posteriormente viaja a Niza.
Allí, del 8 al 20 de enero de 1884 escribe el libro tercero.
Sobre esta etapa afirma Nietzsche:
Aquel pasaje decisivo que lleva el título "De las tablas viejas y
nuevas" fué compuesto durante la fatigosa subida desde la estación de Niza
al maravilloso nido de aguilas que es Eza.
Las tres primeras partes de Así habló Zarathustra, publicadas por separado, no tuvieron el más mínimo eco. Nietzsche llegó a afirmar: Se paga caro el ser inmortal. Además Nietzsche había roto con su editor y, por ello, no encuentra quien publique la 4ª parte de su obra. Pide un préstamo a su amigo Gersdorff, pero éste no se encuentra en condiciones de ayudarle. Entonces Nietzsche, a su costa, hace imprimir 40 ejemplares, pero, buscando entre sus verdaderos amigos, unicamente encuentra a 7 a quienes enviar un ejemplar.
En 1886 Nietzsche mandó encuadernar, en un solo volumen, los viejos ejemplares no vendidos de la primera edición de las tres partes sueltas, con el objeto de llamar la atención del público con su obra. La cuarta parte permaneció inédita (exceptuando la edición privada de 40 ejemplares costeada por el mismo Nietzsche). Esta cuarta parte saldrá al público en 1890.
En 1892, por fín, se publica la primera edición completa de Así habló Zarathustra, tal como hoy la conocemos.