Tratado de la naturaleza
humana
Hume comienza el estudio de la idea de causa y efecto preguntándose acerca de su ORIGEN: ¿cómo, se pregunta Hume, llegamos al conocimiento de la idea de causa y efecto? La respuesta, después de todo lo visto, es evidente; en ningún caso se alcanza por razonamiento a priori, sino que surge enteramente de la experiencia:
PRESÉNTESE UN OBJETO A UN HOMBRE MUY BIEN DOTADO DE RAZÓN Y LUCES NATURALES. SI ESTE OBJETO LE FUERA ENTERAMENTE NUEVO, NO SERIA CAPAZ ,NI POR EL MAS METICULOSO ESTUDIO DE SUS CUALIDADES SENSIBLES, DE DESCUBRIR CUALQUIERA DE SUS CAUSAS 0 EFECTOS. ADÁN, AÚN EN EL CASO DE QUE LE CONCEDIÉSEMOS FACULTADES RACIONALES TOTALMENTE DESARROLLADAS DESDE SU NACIMIENTO, NO HABRÍA PODIDO INFERIR DE LA FLUIDEZ Y TRANSPARENCIA DEL AGUA, QUE LE PODRÍA AHOGAR, O DE LA LUZ Y EL CALOR DEL FUEGO, QUE LE PODRÍA CONSUMIR. (Hume. Investigación sobre el entendimiento humano)
En definitiva, en las cuestiones de hecho ( y la idea de causa y efecto lo es ) es imposible el conocimiento demostrativo y únicamente nos queda la posibilidad del razonamiento moral. De ahí que únicamente la experiencia nos permita averiguar algo acerca del como se origina en nuestra mente la idea de causalidad.
Pues bien, si es la experiencia la base de nuestra idea de causalidad, entonces tenemos que preguntarnos por las impresiones de donde deriva tal idea. Hume, analizando dos objetos que vemos relacionados por la causa y el efecto, llegará a establecer como características de la idea de causalidad, las siguientes:
Estas serían, según Hume, las características de la idea de causa y efecto. Ahora bien, es necesario tener presente el MODO DE REFLEXIÓN filosófica empleado por Hume para llegar a descubrir tales características, así como el hacer referencia a la PROBLEMÁTICA que le plantea, concretamente, la idea de conexión necesaria. Vayamos por partes:
a) El punto de partida de la reflexión de Hume
es el
intento de averiguar como surge en la mente la idea de causa y efecto. Surgen a
partir de las impresiones sensibles: vemos dos objetos a los que denominamos causa y efecto
( llama-calor ) e intentamos descubrir como se produce en nosotros esa idea. Pues
bien, parece evidente que tal idea tiene que derivarse de la observación de algún
tipo de relación entre objetos y que tal relación se ve claramente al percibir
contigüidad en espacio- tiempo, así como la prioridad temporal o
sucesión. En definitiva,
cuando percibimos la relación entre dos objetos en donde uno actúa como causa
y el otro como efecto, entonces percibimos también que la causa es siempre
anterior al efecto o, lo que es lo mismo, el efecto sucede a la causa. Por otro
lado, percibimos una contigüidad de espacio y tiempo entre causa y efecto. Y si
alguien dijera que, por ejemplo, la luna actúa como causa del movimiento de las
mareas y ahí no existe realmente contigüidad, Hume, respondería que es cierto
que no siempre causa y efecto son inmediatamente contiguos, de todos modos
siempre existen elementos intermedios que actúan como causas y efectos. Es
criticable su idea de la negación de la acción a distancia de la causa y el
efecto. De todos modos, también habría que señalar que, para Hume, la contigüidad
no es una característica esencial de la causalidad ya que puede haber
relaciones causales, y, sin embargo, no existir la contigüidad en el
espacio y el tiempo (ejemplo de las
pasiones morales).
b) Por lo tanto, Prioridad o Sucesión y Contigüidad parecen ser las
impresiones que nos permiten formarnos la idea de causa y efecto. Ahora bien,
Hume, siguiendo su reflexión, se pregunta: ¿nos suministran las dos relaciones
señaladas una idea completa de la causalidad? Su respuesta es negativa y ello
debido a lo siguiente: una objeto puede ser contiguo a otro y, sin embargo, no
ser causa del otro. Del mismo modo, algo puede ser anterior o posterior a otra
cosa y, sin embargo, no aparecer por ningún lado la causa o el efecto. Así,
por ejemplo, dos clases pueden ser contiguas en el espacio y no ser causa una de
la otra. Incluso hay fenómenos en donde ni existe la contigüidad ( reflexión
moral ) y, si existe la causalidad. Por lo tanto, la contigüidad no
parece ser una característica esencial a la causalidad aunque la percepción de
las relaciones entre objetos como causa y efecto, me manifiesta su presencia.
Del mismo modo, dos sonidos de una campana pueden suceder uno al otro y, sin
embargo, no ser uno la causa del otro. Por consiguiente, la reflexión
filosófica nos
muestra que tampoco la prioridad temporal parece ser esencial al principio de
causalidad.
Hume piensa que la reflexión sobre la idea de causalidad nos muestra como una característica,
aún más esencial que las otras, la idea de conexión necesaria, es decir, la
certeza absoluta de que para que haya un efecto tiene que hacer una causa; o con
otras palabras: aunque las impresiones me muestren la prioridad y la contigüidad
como dos características de la idea de causa y efecto, cuando reflexiono sobre
ellas me encuentra que podría darse la causalidad sin que tales características
están presentes. Por otro lado, reflexionando sobre la idea de causa y efecto,
me encuentro que me es imposible concebir que un efecto no tenga una causa (
idea
de conexión necesaria );sin embargo, cuando intento encontrar la
impresión que se corresponda con tal idea, me resulta difícil señalar cual
es. Estamos ante la problemática planteada por Hume acerca de la idea de conexión
necesaria.
c) La irrupción en escena de la idea de conexión necesaria ,como algo esencial
a la idea de causa y efecto, y, sin embargo, sin la impresión clara de donde
puede derivar tal idea, le lleva a Hume a iniciar el estudio sobre tal idea.
Pues bien, es dentro del análisis de la idea de conexión necesaria en donde
hay que situar otra de las características de la causa y el efecto, señaladas
por Hume: la CONJUNCIÓN CONSTANTE.
LA conjunción constante parece acompañar también a la impresión sobre la
relación de causa y efecto. Ahora bien, esta nueva
característica de la causalidad la descubre Hume en su estudio de la idea de
conexión necesaria: parece evidente que la conexión necesaria es esencial a la
idea de causa y efecto. El problema es que no encuentro, señala Hume, la impresión de donde
procede. Cuando intento averiguar tal impresión tengo que mirar no solamente al
presente, sino también al pasado y al futuro. Si miro al pasado, descubro el
recuerdo de las impresiones pasadas en donde el objeto-causa siempre producía
el mismo efecto. Pues bien, ello me permite descubrir la conjunción constante
como otra de las características de la causalidad. Ahora bien, ¿hemos avanzado
algo en el estudio del origen de la idea de conexión necesaria?
d) La respuesta de Hume sigue siendo negativa: la relación de conjunción
constante, recién descubierta, no nos hace avanzar en nuestro camino .... ya
que aunque repitamos hasta el infinito, nunca averigüarémos por la mera
repetición de una nueva impresión pasada una nueva idea original, como es la
de la conexión necesaria. Sigue, por tanto, planteada la cuestión del
principio: ¿de qué impresión deriva nuestra idea de la conexión necesaria en
el principio de causalidad?