Tratado de la naturaleza
humana
En primer lugar, Hume, sitúa claramente el
sentido y el significado que quiere dar a la idea de conexión necesaria:
siempre suponemos, afirma, que cuando vemos cualidades sensibles iguales,
que tienen los mismos poderes ocultos, y esperamos efectos semejantes a los
que hemos experimentado se seguirán de ellos. Si nos fuera presentado un
cuerpo de color y consistencia semejantes al pan que nos hemos comido
previamente, no tendríamos escrúpulo en repetir el experimento y con
seguridad preveamos sustento y nutrición. Pues bien es este un mecanismo de
la mente cuyo fundamento desearía conocer Hume: la idea de
conexión
necesaria ( experiencias pasadas son extendidas a momentos futuros) se
nos presenta como algo totalmente cierto ya que se suponemos como algo
indubitable que toda causa produce un efecto. Ahora bien: ¿cómo estamos absolutamente seguros de algo de lo que
resulta difícil señalar la impresión de donde
procede?
Antes de analizar de modo concreto la problemática planteada
con la idea de conexión necesaria, Hume, y, en
estrecha relación este problema, se plantea el interrogante
siguiente:
¿POR QUÉ RAZÓN AFIRMAMOS QUE ES NECESARIO QUE TODA COSA CUYA EXISTENCIA TIENE UN PRINCIPIO DEBA TENER TAMBIÉN UNA UNA CAUSA?
El análisis que Hume realiza ante esta cuestión es más crítica y destructora de lo que puede parecer a primera vista. Señalará la impresión interna de donde procede y pero también nos mostrará su imposibilidad de demostración a priori, y, por ello su invalidez como principio intuitivo. Tal crítica consta de las siguientes ideas:
Por otro lado, las ideas de causa y efecto son ideas distintas y separadas entre sí. Ello implica que la imaginación puede separar claramente la idea de causa y la de comienzo de la existencia como distintas. Pues bien, como todo razonamiento demostrativo tiene que basarse en ideas absolutamente compatibles entre sí, y ello no sucede ahora, no es contradictorio negar el principio de que todo lo que empieza a existir deba tener una causa de su existencia.
Aclarada la cuestión anterior, Hume se centra de nuevo en el estudio de la idea de conexión necesaria y en el intento de averiguar cual es la impresión de donde tal idea se deriva. Pues bien, el planteamiento general de la cuestión lo realiza Hume desde DOS NIVELES que son realmente lo mismo:
¿DE DONDE DERIVAMOS LA OPINIÓN DE QUE
TODA PRODUCCIÓN TIENE UNA CAUSA?
y
¿POR QUÉ CONCLUIMOS QUE TALES CAUSAS PARTICULARES DEBEN TENER
NECESARIAMENTE TALES EFECTOS PARTICULARES?
El problema de tales planteamientos está en que los
realizamos como si fueran una demostración a priori,
es decir, su afirmación implica la imposibilidad de concebir su contrario.
Pues bien, como estamos ante una cuestión de hecho, es necesario averiguar
la impresión que nos conduce a tratarla como si fuera una relación de
ideas en su necesidad y universalidad. Pues bien, Hume
vuelve de nuevo a someter a la percepción dos objetos a los que denominamos
como causa y efecto y afirma que sigue sin poder percibir más que contigüidad,
prioridad o sucesión temporal y conjunción constante. Me sigue siendo
imposible ir más allá en el terreno de la experiencia. Sin embargo .....
luego de un ulterior examen, es decir, reflexionando de nuevo sobre la misma
cuestión, Hume, cree descubrir algo nuevo: al ser consciente del fenómeno
de la conjunción constante, es decir, de saber que siempre que en el pasado
se ha producido tal causa, invariablemente surge el mismo efecto, ello
produce dentro de mí una NUEVA
IMPRESIÓN INTERNA DE REFLEXIÓN (
hábito-costumbre ),
la cual se me manifiesta como una luz intensa que me conduce a la idea de
conexión necesaria. Es muy importante tener en cuenta que la conjunción
constante, por sí misma, no produce la idea de conexión
necesaria como ya Hume señaló anteriormente, sino que lo único que hace
es ser fuente del surgimiento de la impresión interna del hábito y
costumbre.
En resumen:
Ahora bien, después de todo lo dicho sobre la idea de
conexión necesaria, podríamos plantear la cuestión siguiente:¿la idea de
conexión necesaria existe en nosotros como el fruto
de una demostración racional o como fruto de una creencia? Porque si se
llega a la conclusión de que realmente es una creencia ( y ya veremos que así
es ),entonces habría que concluir que todas aquellas ciencias empíricas que
basan sus conocimientos en cuestiones de hecho y en la validez universal y
necesaria del principio de causalidad, entonces tienen su fundamento ultimo en la creencia, lo cual, además de raro, resulta increíble.
De algún modo, Kant, tendrá muy en cuenta todo esto, lo que le llevará a
analizar la causalidad desde un perspectiva muy diferente a la de Hume.
Pero, ahora, estamos con Hume y, por ello,
para entenderlo un poco mejor, analizaremos a continuación lo que nos
dice sobre la creencia.