TEXTO10A

Denomino retentiva a la siguiente facultad de la mente, por la que avanza más hacia el conocimiento, es decir, a la conservación de aquellas ideas simples que ha recibido por medio de la sensación o de la reflexión. La primera de las dos maneras por las que esto se hace se llama contemplación, y consiste en conservar durante algún tiempo a la vista la idea que ha sido llevada a la mente. La otra forma de retención supone la facultad de revivir de nuevo en nuestra mente aquellas ideas que, después de quedar impresas, han desaparecido o han sido, como quien dice, dejadas de lado y fuera de la vista. Esto es lo que hacemos cuando imaginamos el color o la luz, el amarillo o lo dulce, sin estar presente el objeto que provoca esas sensaciones. La memoria es, pues, como un almacén de nuestras ideas.
Comentario







































































TEXTO10B

Mas como nuestras ideas no son sino percepciones efectivas en la mente, y en el momento en que no existe percepción de ellas dejan de ser algo, el almacenamiento de nuestras ideas en la memoria sólo significa lo siguiente: que la mente posee en muchos casos el poder de revivir percepciones que antes ha tenido, y además tiene una percepción adicional: el saber que las ha tenido antes. Y es en este sentido en el que se dice que nuestras ideas están en nuestra memoria, cuando realmente no están en parte alguna de manera efectiva, sino que la mente posee únicamente la capacidad de revivirlas cuando lo desea.
Comentario







































































TEXTO10C

Para fijar cualquier idea en la memoria, son de gran utilidad la atención y la repetición; pero las que dejan de manera natural la impresión más profunda y duradera son las que conllevan placer o dolor. Como la finalidad principal de nuestros sentidos es informarnos sobre lo que daría o favorece al cuerpo, la naturaleza ha ordenado (como ya hemos demostrado) de manera sumamente sabia que el dolor acompañe a la recepción de determinadas ideas.
Comentario







































































TEXTO10D

En lo que se refiere a los diferentes grados de duración con que las ideas están impresas en la memoria, podemos ver que algunas de ellas han sido producidas en el entendimiento por un objeto que ha afectado a los sentidos solamente una vez. Existen otras que han sido poco advertidas, aunque se hayan ofrecido más de una vez a los sentidos, bien porque la mente no estuviera atenta, como ocurre a los niños, bien porque estuviera ocupada en otra cosa, como les ocurre a los hombres cuando están pensando en otro objeto, por lo que estas ideas no dejan una huella muy profunda. Existen otras personas en quienes las ideas han sido grabadas de manera cuidadosa y por impresiones repetidas y que, sin embargo, tienen una memoria muy frágil, ya sea por un temperamento de su cuerpo o por cualquier otra causa. En todos los casos que hemos enumerado, las ideas se desvanecen muy pronto de la mente.
Comentario







































































TEXTO10E

Es verdad que la memoria de algunos hombres es persistente hasta límites milagrosos; pero, de cualquier forma, parece que existe un deterioro constante de todas nuestras ideas, incluso de aquellas que han sido impresas de manera más vigorosa en las mentes más retentivas; hasta tal punto, que si no se renuevan alguna vez mediante el ejercicio repetido de los sentidos o de la reflexión, la huella producida por los objetos que en un principio las ocasionaron se desvanece hasta no quedar nada de su imagen. De esta manera es como las ideas de nuestra juventud mueren, al igual que nuestros hijos, antes que nosotros; y en esto, nuestra mente se asemeja a aquellos sepulcros en los que podemos ver, según nos vamos acercando, que aunque el bronce y el mármol permanezcan, las inscripciones han sido borradas por el tiempo y las imágenes desgastadas. Pues también las imágenes grabadas en nuestra mente han sido dibujadas con colores que se desvanecen, y si no se repasan de vez en cuando, se enturbian y borran. Hasta qué grado depende todo esto de la constitución de nuestros cuerpos y de la formación de nuestros espíritus animales, y si es la constitución particular del cerebro lo que explica los motivos de que unas personas retengan los caracteres allí impresos como si lo hubieran sido en mármol, otras como si en piedra, y otras casi corno en arena, son cuestiones en las que no voy a entrar aquí, aunque parece probable que el temperamento del cuerpo influya algunas veces en la memoria; pues existen ocasiones en que vemos que una enfermedad quita todas las ideas de la mente, y en las que el fuego de la fiebre abrasa en pocos días, dejándolas reducidas a polvo y a confusión, todas aquellas imágenes que creíamos tan permanentemente grabadas, como si lo hubieran sido en mármol.
Comentario







































































TEXTO10F

Con relación a las ideas mismas, resulta muy fácil advertir que aquellas que se refrescan con más frecuencia (entre las que están las que llegan a la mente por más de un camino) por el regreso repetido de los objetos o de las acciones producidas, son las que se fijan mejor en la memoria y las que permanecen en ella de un modo más estable y duradero; y, por tanto, se trata de aquellas que provienen de las cualidades originales de los cuerpos, es decir, solidez, extensión, forma, movimiento y reposo, y también de aquellas que afectan constantemente a nuestros cuerpos, como el calor y el frío.
Comentario







































































TEXTO10G

En esta percepción secundaria, como también se puede llamar, o en este contemplar de nuevo las ideas que están alojadas en la memoria, la mente no es con frecuencia meramente pasiva, ya que la aparición de esas imágenes latentes muchas veces depende de la voluntad. Con frecuencia, la mente se ocupa en buscar una idea y, por así decirlo, vuelve la mirada del alma sobre ella; aunque también es verdad que a veces surgen en la mente por su propio acuerdo y se ofrecen a sí mismas al entendimiento; y con mucha frecuencia sucede que alguna inflamada y turbulenta pasión las despierta y saca de las oscuras mazmorras en que se hallaban, para conducirlas a la luz del día, ya que nuestras pasiones pueden traer a la memoria algunas ideas que de otra manera permanecerían tranquilas e inactivas.
Comentario







































































TEXTO10H

En cualquier criatura inteligente, la memoria sigue en importancia a la percepción. Es algo tan necesario que allí donde falta, el resto de nuestras facultades son en gran medida inútiles; y, si no fuera por el auxilio de nuestra memoria, no podríamos ir más allá de los objetos presentes en el raciocinio y en el conocimiento; pero la memoria puede tener dos defectos:
Primero, que haga que se pierda una idea completamente, con lo que se produce una perfecta ignorancia, pues, como no podemos conocer algo más allá de la idea que tengamos de ello, cuando la idea desaparece, nos encontramos en una ignorancia absoluta al respecto.
Segundo, que actúe con lentitud y no extraiga las ideas que tiene almacenadas con la suficiente rapidez que la mente requiera en una ocasión determinada. Cuando esta lentitud se da en un grado muy alto, la llamamos estupidez; y a la persona que, por tener este defecto en la memoria, le sucede que no tiene a mano las ideas allí conservadas para usarlas cuando la necesidad y la ocasión lo requieren, le es casi igual el no tenerlas, pues de muy poco le sirven. El hombre necio que deja pasar la oportunidad mientras busca en su mente las ideas que en un momento determinado pudieran servirle, no tiene unos conocimientos más eficaces que el que es totalmente ignorante. La finalidad principal de la memoria consiste, por tanto, en entregar a la mente aquellas ideas latentes que en un momento determinado necesite; y denominamos inventiva, fantasía y rapidez de espíritu a la capacidad de tener esas ideas a mano en toda ocasión....Pero existe otro defecto en la memoria del hombre en general, comparado con otras criaturas inteligentes de orden superior... Se cuenta de ese prodigio del espíritu, que fue el señor Pascal, que nunca olvidó nada de cuanto había hecho, pensado o leído a lo largo de su edad racional, hasta que el desgaste de su salud no hubo deteriorado su memoria... Pero si consideramos, de todos modos, ese caso excepcional (el de Pascal), tal vez nos sirva de ayuda para ampliar nuestros pensamientos sobre la mayor perfección existente a este respecto en los órdenes superiores de los espíritus. Porque, al fin y al cabo, la excelencia del señor Pascal estaba limitada por la estrechez a que se ve reducida la mente humana, es decir, el poder tener
una gran variedad de ideas, pero sólo una detrás de otra y no conjuntamente; en tanto que los distintos órdenes angélicos probablemente tengan una visión más amplia, y algunos de ellos estén dotados de capacidades que les permitan retener en su totalidad y ver constantemente, y de un solo golpe, la totalidad de sus conocimientos previos. Es fácil de comprender la gran ventaja que supondría para el hombre que cultiva su espíritu el poder tener siempre presentes todos sus pensamientos pasados y todos sus raciocinios. De aquí podemos deducir que ésta es una de las formas por las que el conocimiento de los espíritus puros sobrepasa muchísimo al nuestro.
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