En lo que se refiere a las ideas
simples de la sensación, hay que tener en cuenta que todo aquello que esté
constituido por la naturaleza de forma que pueda producir en la mente
alguna percepción al afectar a nuestros sentidos, produce también una
idea simple en el entendimiento; dicha idea, sea cual fuere su causa
externa, una vez que nuestra facultad de discernir la advierte, se ve y se
considera por la mente, lo mismo que cualquier otra idea, como una idea
que realmente es positiva en él entendimiento, aunque pudiera ser que su
causa no fuera, en el sujeto, sino una privación. De esta manera, de la
oscuridad, y de lo negro, son ideas claras y positivas en la mente;
aunque, tal vez, algunas de las causas que las producen no sean más que
simples privaciones en los sujetos de donde nuestros sentidos extraen esas
ideas...Estas son dos cosas distintas que se deben diferenciar de manera
cuidadosa, porque una cosa es percibir y conocer la idea de lo blanco y de
lo negro y otra muy diferente el examinar qué clase de partículas tendrán
que ser y cómo deberán disponerse en la superficie para que un objeto
cualquiera aparezca como blanco o como negro....Sin embargo, que esto sea
así o no, es algo que no voy a determinar aquí; me conformo con hacer un
llamamiento a la experiencia individual de cada uno para que diga si la
sombra de un hombre, aunque sólo consista en la ausencia de luz (pues
mientras mayor sea la ausencia de luz, más visible será la sombra), no
provoca, al observarla, una idea tan nítida y positiva en su mente como
la que produce el cuerpo de un hombre cuando está totalmente bañado por
la luz solar. Y el dibujo de una sombra es una cosa positiva. Ciertamente,
poseemos algunos nombres negativos que no significan directamente ideas
positivas, sino su ausencia, tales como insípido, silencio, nada, etc.,
palabras que hacen referencia a otras ideas positivas, como gusto, sonido
y sed, significando su ausencia. |
Para mejor descubrir la naturaleza
de nuestras ideas y para discurrir inteligiblemente acerca de ellas será
conveniente distinguirlas en cuanto que son ideas o percepciones en
nuestra mente, y en cuanto que son modificaciones de materia en los
cuerpos que causan en nosotros dichas percepciones. Y ello, para que no
pensemos (como quizá se hace habitualmente) que las ideas son exactamente
las imágenes y semejanzas de algo inherente al objeto que las produce, ya
que la mayoría de las ideas de sensación no son más en la mente la
semejanza de algo que exista fuera de nosotros, que los nombres que las
significan son una semejanza de nuestras ideas, aunque al escuchar esos
nombres no dejan de provocarlas en nosotros....Todo aquello que la mente
percibe en sí misma, o todo aquello que es el objeto inmediato de
percepción, de pensamiento o de entendimiento, a eso llamo idea; en
cuanto al poder de producir cualquier idea en la mente, lo llamo cualidad
del objeto en que reside ese poder. Así, una bola de nieve tiene el poder
de producir en nosotros las ideas de blanco, frío y redondo; a esos
poderes de producir en nosotros esas ideas, en cuanto que están en la
bola de nieve, los llamo cualidades; y en cuanto son sensaciones o
percepciones en nuestro entendimiento, los llamo ideas. |
Así consideradas, las cualidades
en los cuerpos son, primero, aquellas enteramente inseparables del cuerpo,
cualquiera que sea el estado en que se encuentre, y tales que las conserva
constantemente en todas las alteraciones y cambios que dicho cuerpo pueda
sufrir a causa de la mayor fuerza que pueda ejercerse sobre él. Esas
cualidades son tales que los sentidos constantemente las encuentran en
cada partícula de materia con bulto suficiente para ser percibida, y
tales que la mente las considera como inseparables de cada partícula de
materia aun cuando sean demasiado pequeñas para que nuestros sentidos
puedan percibirlas individualmente. Por ejemplo, tomemos un grano de trigo
y dividámoslo en dos partes; cada parte todavía tiene solidez, extensión,
forma y movilidad. Divídase una vez más, y las partes aún retienen las
mismas cualidades; y si se sigue dividiendo hasta que las partes se hagan
insensibles, retendrán necesariamente, cada una de ellas, todas esas
cualidades. Porque la división....no puede jamás quitarle a un cuerpo la
solidez, la extensión, la forma y la movilidad...A esas cualidades llamo
cualidades originales o primarias de un cuerpo....Pero, en segundo lugar,
hay cualidades tales que en verdad no son nada en los objetos mismos, sino
poderes de producir en nosotros diversas sensaciones por medio de sus
cualidades primarias, es decir, por el bulto, la forma, la textura y el
movimiento de sus partes insensibles, como son colores, sonidos, gustos,
etc. A éstas llamo cualidades secundarias. |
La próxima cosa que debe
considerarse es cómo los cuerpos producen ideas en nosotros, y
manifiestamente, la única manera en que podemos concebir que operen los
cuerpos es por impulso.....ya que es evidente que habrá algún movimiento
en esos objetos que, afectando a algunas partes de nuestro cuerpo, se
prolongue por conducto de nuestros nervios o espíritus animales hasta el
cerebro o el asiento de la sensación, hasta producir en nuestra mente las
ideas particulares que tenemos acerca de dichos objetos. Y puesto que la
extensión, la forma, el número y el movimiento de cuerpos de grandor
observable pueden percibirse a distancia por medio de la vista, es
evidente que algunos cuerpos individualmente imperceptibles deben venir de
ellos a los ojos, y de ese modo comunican al cerebro algún movimiento que
produce esas ideas que tenemos en nosotros acerca de tales objetos...Vamos
a suponer, entonces, que los diferentes movimientos y formas, volumen y número
de tales partículas, al afectar a los diversos órganos de nuestros
sentidos, producen en nosotros esas diferentes sensaciones que nos
provocan los colores y olores de los cuerpos; que una violeta, por
ejemplo, por el impulso de tales partículas insensibles de materia, de
formas y volumen peculiares y en diferentes grados y modificaciones de sus
movimientos, haga que las ideas del color azul y del aroma dulce de esa
flor se produzcan en nuestra mente...Por ello las cualidades secundarias
no son nada en verdad en los objetos mismos, sino poderes de producir en
nosotros diversas sensaciones, y dependen de aquellas cualidades
primarias, a saber: volumen, forma, textura y movimiento de sus partes,
como ya dije. |
De donde, creo, es fácil sacar
esta observación: que las ideas de las cualidades primarias de los
cuerpos son semejanzas de dichas cualidades, y que sus modelos realmente
existen en los cuerpos mismos; pero que las ideas producidas en nosotros
por las cualidades secundarias en nada se les asemejan. Nada hay que
exista en los cuerpos mismos que se asemeje a esas ideas nuestras. En los
cuerpos a los que denominamos de conformidad con esas ideas, sólo son un
poder para producir en nosotros esas sensaciones; y lo que en idea es
dulce, azul o caliente, no es, en los cuerpos que así llamamos, sino
cierto volumen, forma y movimiento de las partes insensibles de los
cuerpos mismos; pero que en nada se asemejan las
ideas que en nosotros producen las cualidades secundarias. No hay nada que
exista en los cuerpos mismos que se parezca a esas ideas nuestras. Sólo
existe un poder para producir en nosotros esas sensaciones....Generalmente
se cree que estas cualidades son en esos cuerpos lo mismo que esas ideas
que están en nosotros: equivalencia total las unas de las otras, como lo
serían de reflejarse en un espejo; y la mayoría de los hombres tendrán
por muy extravagante a quien afirme lo contrario. Sin embargo, el que
tenga en cuenta que el mismo fuego, que provoca en nosotros a cierta
distancia la sensación de calor, nos produce, si nos acercamos más, la
sensación totalmente diferente de dolor, tendrá que reflexionar para él
mismo el motivo que pueda tener para afirmar que su idea de calor
provocada en él por el fuego está realmente en el mismo fuego, y que su
idea de dolor, que de igual manera le produjo el mismo fuego, no está en
el fuego. ¿Por qué causa, pues, han de estar la blancura y la frialdad
en la nieve, y no debe estarlo el dolor que produce todas esas ideas en
nosotros; ideas que no se pueden provocar sino por el volumen, la forma,
el número y el movimiento de sus partes sólidas? |
Los perciban o no los sentidos, el
volumen, el número, la forma y el movimiento particulares de las partes
del fuego o de la nieve están realmente en esos cuerpos, y por ello,
pueden denominárseles cualidades reales, pues existen en realidad en esos
cuerpo. Sin embargo, la luz, el calor, la blancura o la frialdad no
existen de una forma más real en los cuerpos que la enfermedad o el dolor
en el azúcar. Suprimamos la sensación de esas cualidades; evitemos que
los ojos vean la luz o los colores, que los oídos escuchen los sonidos;
hagamos que no guste el paladar, y que la nariz no huela, y todos los
colores, sabores y sonidos desde el momento en que son ideas particulares,
des-parecerán y se suprimirán totalmente para quedar reducido a sus
causas, o sea, volumen, forma y movimiento de las partes de los cuerpos....El
volumen de un trozo de azúcar puede producirnos la idea de una forma
redonda o cuadrada y, si se desplaza de un lugar a otro, la de movimiento.
Esta última idea nos representa el movimiento como realmente ocurre en el
azúcar que se desplaza. Ya sea en idea o en existencia, son lo mismo la
forma redonda o cuadrada; bien en la mente, bien en el azúcar. E,
independientemente de que se repare o no en ellos, lo mismo el movimiento
que la forma están realmente en el azúcar. Esto es algo que todo el
mundo estará dispuesto a admitir. Además, por su volumen, forma, textura
y movimiento de sus partes, el azúcar puede producir en nosotros la
sensación de malestar, y, a veces, la de dolor agudo, a causa de un exótico.
Todo el mundo estará dispuesto a admitir, asimismo, que estas ideas de
malestar y de dolor no están en el azúcar, sino que son efectos de sus
operaciones en nosotros y que, cuando no las percibimos, no están en
ninguna parte. Y, sin embargo, difícilmente podría hacerse creer a los
hombres que no están la blancura y la dulzura realmente en el azúcar y
que no son sino los efectos del
movimiento provocado por las operaciones del azúcar, por el tamaño y por
la forma de sus partículas sobre los ojos y el paladar; de igual manera
que el dolor y el malestar provocados por el azúcar no son, según todos
admiten, sino los efectos de sus operaciones en el estómago y en los
intestinos, a consecuencia del tamaño, del movimiento y de las formas de
sus partes no sensibles (ya que, según se ha probado, ningún cuerpo
puede obrar por otro medio diferente). Como si no pudiera obrar el azúcar
sobre los ojos y el paladar, y, de esa manera, provocar en la mente
ciertas ideas particulares y distintas que no tenía en sí, de la misma
manera en que admitimos que puede obrar sobre los intestinos y el estómago
y provocar ciertas ideas particulares que no tenían en sí. |
Se consideran semejantes las ideas de las
cualidades primarias; pero no de la misma manera la de las cualidades
secundarias. Consideremos los colores rojo y verde en el pórfido,
impidamos que la luz caiga sobre él y desaparecerán sus colores, y no se
producirán esas ideas en nosotros. En el momento en que la luz vuelva, se
producirán de nuevo en nosotros esas ideas: ¿puede alguien pensar que hubo un
cambio real en el pórfido por la presencia y ausencia de la luz, y que las
ideas de blancura y de rojo están en realidad en el pórfido iluminado, cuando,
al estar en la oscuridad, no tiene ningún color y es totalmente llano?
Realmente, de día o de noche, tiene una configuración tal de partículas que
puede, por el reflejo de los rayos de la luz en algunas de las partes de esa
piedra dura, provocar en nosotros la idea de rojo, y en otras partes, la idea de
lo blanco. Pero lo blanco y lo rojo no están nunca en lo pórfido, sino únicamente
una textura tal que puede producirnos semejantes sensaciones.....Muélase una
almendra, y se convertirá su limpio color blanco en un blanco sucio, y su sabor
dulce en un sabor oleaginoso. Pero ¿qué alteración real pueden producir los
golpes de una muela en un cuerpo que no sea la de su textura? |
Las cualidades, si se consideran de
manera debida, que realmente existen en los cuerpos son de tres clases: |
Para terminar, además de las
cualidades primarias ya mencionadas, es decir, volumen, forma, extensión,
número y movimiento de sus partes sólidas, todas las demás, por las que
llegamos a notar a los cuerpos y los distinguimos los unos de los otros,
no son sino diversas potencias que se encuentran en ellos, que dependen de
aquellas cualidades primarias, por medio de las que operando de manera
inmediata sobre nuestros cuerpos pueden producirnos varias ideas
diferentes u operando sobre otros cuerpos alterar sus cualidades
primarias, para hacerlas capaces de provocar en nosotros unas ideas
distintas de las que antes nos producían. Creo que se podría llamar a
las primeras cualidades secundarias inmediatamente perceptibles, y a las
segundas cualidades secundarias mediatamente perceptibles. |