LIBRO II ENSAYO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO

CAPÍTULO VIII
Otras consideraciones sobre nuestras ideas simples
{Resumen-Comentario}

  1. Locke comienza afirmando que todo aquello que afecta a nuestros sentidos es capaz de producir en el entendimiento una idea simple de sensación. Ahora bien, una cosa es la idea en sí y otra distinta la causa que la produce. Por todo ello, la mente puede considerar como positiva a una idea cuando realmente su causa es una privación. Por ejemplo, la mente considera como positivas las ideas de luz y de oscuridad; pero, en el segundo caso, la causa de tal idea es una clara privación de la luz la que produce tal idea. Del mismo modo, resulta evidente que la sombra de un hombre produce en la mente una idea tan clara y tan positiva como la que produce el cuerpo de un hombre cuando está totalmente bañado por la luz solar. Ahora bien, lo que también es evidente es que la causa de la idea de sombra es una privación de luz. Pues bien, según Locke, los nombres negativos intentan, de algún modo, solucionar este problema. Y es que con tales nombres lo que se persigue es mostrar que no significan ideas positivas sino su ausencia. Algunas de tales ideas son las de insípido, silencio, nada, ya que son palabras que hacen referencia a otras ideas positivas, como gusto, sonido y sed pero haciendo hincapié en su ausencia o privación. {Texto8a}

  2. Para descubrir mejor la naturaleza de nuestras ideas, Locke, señala la necesidad de entender la diferencia existente entre lo que son las IDEAS o PERCEPCIONES de la mente y las MODIFICACIONES presentes en la materia corporal que posibilitan tales percepciones. En este contexto, Locke, señala la necesidad de aclarar conceptos y, por ello, establece una diferencia entre IDEA y CUALIDAD. La idea es, o bien lo que la mente percibe en sí misma, o bien el objeto inmediato de una percepción o pensamiento. Por su parte una cualidad es el poder que tiene un objeto de producir cualquier idea en la mente. Por ejemplo, una bola de nieve es un objeto que tiene el poder de producir en nosotros las ideas de lo blanco, lo frío y lo redondo. Pues bien, a estos poderes de producir en nosotros las ideas es a lo que Locke llama cualidades. Esas cualidades, en tanto en cuanto son sensaciones o percepciones en nuestro entendimiento se convierten en ideas. {Texto8b}

  3. En relación con las CUALIDADES, Locke, distingue entre CUALIDADES PRIMARIAS y CUALIDADES SECUNDARIAS. Las cualidades primarias son aquellas que son enteramente inseparables del cuerpo y, además, que no se conservan siempre en él por muchas alteraciones o cambios que en dicho cuerpo se produzcan. En este contexto, Locke, nos pide que tomemos un GRANO DE TRIGO y que lo dividamos en dos partes. Es evidente que cada parte tiene solidez, extensión, forma y movilidad. Pues bien, aunque dividamos cada una de esas partes, ellas seguirán reteniendo esas mismas cualidades. Y es que la solidez, la extensión, la forma y la movilidad son cualidades originales o primarias de un cuerpo. Por su parte, las cualidades secundarias son aquellas que no son nada en los objetos mismos, sino, simplemente, los poderes que permiten que surjan en nosotros diferentes sensaciones. Por ejemplo, el color, el sonido y el gusto no serían cualidades propias de los objetos sino poderes que permiten que en nosotros se manifiesten tales cualidades.{Texto8c}

  4. Las cualidades secundarias tienen su base en las cualidades primarias de los objetos pero no están presentes en tales objetos. Para explicar como aparecen en el sujeto tales cualidades secundarias, Locke, no es nada preciso. Únicamente habla del IMPULSO de algún tipo de movimiento de los objetos que llega a afectar a algunas partes de nuestro cerebro, haciendo que, por ejemplo, se nos muestre la sensación del olor, del gusto o del olfato. Así, por ejemplo, las sensaciones de color y olor que produce en nosotros la visión de una violeta no sería debido a que tales cualidades estuvieran presentes en tal cuerpo, como cualidades primarias, sino simplemente debido a que el IMPULSO, de partículas insensibles de la materia, produce diferentes movimientos en la violeta lo que permite que la sensación del color azul y del aroma dulce de esa flor se produzcan en nuestra mente. {Texto8d}

  5. Locke afirma que las cualidades secundarias DEPENDEN de las primarias. Esto quiere decir que las cualidades secundarias no son nada en los objetos mismos. Únicamente, como ya hemos señalado anteriormente, son PODERES de producir en nosotros diversas sensaciones. Por todo ello, las cualidades secundarias dependen de las primarias, es decir, del la forma, el volumen y el movimiento de los cuerpos. Además, continúa afirmando Locke, las ideas de las cualidades primarias de los cuerpos son SEMEJANZAS de dichas cualidades y, por tanto, sus modelos existen en los cuerpos mismos. No sucede lo mismo con las cualidades secundarias. Esto implica que cualidades secundarias como son lo dulce, lo azul o lo caliente no están presentes en los cuerpos del mismo modo que lo están la extensión o el movimiento. Para justificar su postura, Locke, nos pide que reflexiones sobre los efectos que produce en nosotros el fuego: es evidente que que si nos acercamos a una pequeña distancia de él surge en nosotros la sensación de calor. Sin embargo, si nos ponemos muy cerca de él y nos quemamos se produce en nosotros la sensación de dolor. Pues bien, si se pregunta a alguien  acerca de si el calor es una cualidad que pertenece al fuego en sí, es indudable que muchos responderían que sí lo es. Sin embargo, si se le pregunta si el dolor es una cualidad que también pertenece a él, todos contestaríamos que no. Ahora bien, se pregunta Locke, por qué cosa ha de estar el calor presente en el fuego y el dolor no cuando es él mismo la causa de ambas sensaciones? ¿Por qué causa ha de estar la blancura y la frialdad en la nieve, y no debe estarlo el dolor que esa misma nieva puede producir en un sujeto? {Texto8e

  6. En definitiva, concluye Locke, en su análisis de las cualidades primarias y secundarias, el volumen, la forma, el movimiento están realmente en los cuerpos y, por ello, pueden denominárselas cualidades reales de esos cuerpos. Por el contrario, la luz, el calor, la blancura o la frialdad no existen de una forma más real en los cuerpos que la enfermedad o el dolor en el azúcar. Tomemos un trozo de azúcar. Es evidente que la extensión, la figura y el movimiento están realmente en el azúcar. Además, debido a los movimientos de las partes del azúcar, éste tendría el poder de producir en nosotros la sensación de malestar, e, incluso de dolor agudo. Ahora bien, todo el mundo admite que estas ideas de malestar y de dolor no están en el azúcar mismo, sino que son efectos de sus operaciones en nosotros y que, cuando no las percibimos no están en ninguna parte. Pues bien, si eso es lo que decimos del malestar o del dolor; ¿por qué empeñarnos en pensar que otras cualidades que también se producen en nosotros, a partir del azúcar, como son las de dulce o blanco se encuentran presentes como reales en el azúcar? Es evidente que si el azúcar puede provocar en nosotros las sensaciones de dolor o malestar, sin que estas sensaciones estén presentes de modo real en tal azúcar; también podría producir en nosotros las ideas de color y sabor. {Texto8f

  7. Existe un DIFERENCIA clara entre las cualidades primarias y las cualidades secundarias. Las cualidades primarias existen realmente en el objeto mientras que las cualidades secundarias no. Consideremos, señala Locke, lo que sucede con el PÓRFIDO: si se impide que la luz caiga sobre él, entonces no se produce en nosotros las ideas correspondientes con sus colores. Ahora bien, ¿puede decirse que hubo un cambio real en el pórfiro y que las ideas de blancura y rojo están en él cuando no los percibimos como tales en la oscuridad? ¿seguirían estando en él las cualidades de extensión y forma? Es evidente que sí. Muélase una ALMENDRA, continúa señalando Locke, y se convertirá su limpio color blanco en un blanco sucio, y su sabor dulce en sabor oleaginoso. Ahora bien, esa misma almendra sigue teniendo forma y extensión. {Texto8g

  8. Ya al final del capítulo VIII, Locke, señala que las cualidades de los cuerpos pueden ser de TRES CLASES: La primera clase se refiere a las CUALIDADES PRIMARIAS (extensión, forma, movimiento) que están presentes en los cuerpos. La segunda se refiere al poder que existe en los cuerpos (a causa de la existencia de cualidades primarias) de provocar en nosotros las ideas de diferentes colores, sonidos olores, gustos, etc. Son las CUALIDADES SECUNDARIAS. En tercer lugar, existe también el poder que un cuerpo tiene de producir en otro un cambio en su textura como, por ejemplo, cuando el sol derrite el plomo. Locke prefiere denominar a estas cualidades como POTENCIAS. Si Locke establece ahora está triple diferencia es por lo siguiente: tiende a pensarse (algo que Locke considera falso) que las cualidades secundarias, por ejemplo, el calor o la luz, se hallan presentes en las cosas mismas; mientras que los efectos que producen, gracias a sus potencias, no estarían presentes en los objetos que los causan sino en los afectados. Por ejemplo, se considera que el calor y la luz serían cualidades reales del sol. Sin embargo, al mismo tiempo, se piensa también que el sol, por ejempo, en referencia a la cera que derrite, no sería una cualidad que se encuentra en el sol sino un efecto producido por su potencia. Pues bien, según Locke, las cualidades de la luz o calor no estarían en el sol más que los están los cambios que opera en un trozo de cera (blandura). Desde este punto de vista, por tanto, tanto las cualidades secundarias como las potencias serían meran modificaciones de las cualidades primarias de un objeto y, por ello, ambas podrían recibir el nombre de cualidades secundarias. Locke analiza también los MOTIVOS que podrían explicar el por qué se tiende a considerar que las CUALIDADES SECUNDARIAS son reales, es decir, presentes en las cosas  y no meras potencias. Afirma que dado que tales cualidades secundarias (sonidos, colores, olores)  no contienen nada de volumen, forma o movimiento, lo lógico es pensar que no pueden ser las cosas quienes produzcan tales efectos en el sujeto. En definitiva, la razón no puede demostrar que algo corporal pueda tener la potencia de producir algo que no tiene cuerpo, como un olor o un sabor. {Texto8h

  9. Locke finaliza el capítulo VIII afirmando que, después de todo lo dicho, podría concluirse lo siguiente: además de las cualidades primarias (volumen, forma, extensión, número y movimiento) existen dos clases de cualidades: secundarias y potenciales. A las primeras se les podría llamar cualidades secundarias inmediatamente perceptibles (olores, sabores); a las segundas cualidades secundarias mediatamente perceptibles (blandura). {Texto8i} 

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