TEXTO 27A

En qué consiste la identidad. Otra ocasión que tiene la mente para comparar es el ser mismo de las cosas cuando, al considerar una cosa como existente en un tiempo y lugar determinado, la comparamos con ella misma como existente en un tiempo; de donde formamos las ideas de identidad y de diversidad. Cuando vemos una cosa en un lugar determinado, durante un instante de tiempo, tenemos la certeza, sea la cosa que fuere, de que es la misma cosa que vernos, y no otra, que al mismo tiempo exista en otro lugar, por más semejante e indistinguible que pueda ser en todos los demás aspectos. En esto precisamente consiste la identidad....Porque, como jamás encontramos, ni podemos concebir como posible, que dos cosas que sean de la misma especie existan en el mismo lugar y al mismo tiempo, concluimos, de manera acertada, que cualquier cosa que exista en un lugar cualquiera y en un tiempo cualquiera excluye todo lo que sea de su misma especie,....De donde se infiere que una cosa no puede tener dos puntos de partida de existencia, ni dos cosas solas un solo punto de partida, ya que resulta imposible que dos cosas de la misma especie sean o existan en el mismo instante y en el mismo lugar, o que una cosa y la misma sea o exista en lugares diferentes. En consecuencia, aquello que tuvo un principio es la misma cosa; y lo que tuvo, en otro tiempo y lugar, un principio distinto a aquello no es lo mismo, sino distinto.
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TEXTO 27B
No tenemos sino las ideas de tres clases de sustancias: 1) Dios; 2) inteligencias finitas; 3) los cuerpos.
Primero, Dios no tiene principio, es eterno, inalterable, y está en todas partes; por tanto, en lo que se refiere a su identidad, no puede existir ninguna duda.
Segundo, como los espíritus finitos han tenido un tiempo cada uno determinado y un lugar para empezar a existir, la relación en ese tiempo y lugar, mientras exista, siempre determinará para cada uno de ellos su identidad.
Tercero, lo mismo se puede decir de cada partícula de materia, la cual, mientras no se vea aumentada o disminuida por la adición o sustracción de materia, será la misma. Pues aunque estas tres clases de sustancias, como las denominamos, no se excluyen las unas a las otras, del mismo lugar, sin embargo, tenemos que imaginar que cada una de ellas tiene que excluir necesariamente de un mismo lugar toda otra sustancia de la misma especie, pues de otra manera las nociones y los nombres de identidad y de diversidad serían inútiles, y no podría existir ninguna distinción entre las sustancias, con lo que se distinguirían las unas de las otras. Por ejemplo, si pudiera ser que dos cuerpos ocuparan el mismo lugar en un mismo tiempo, entonces esas dos porciones de materia tendrían que ser una y la misma, ya fueran grandes, ya pequeñas; más aún, todos los cuerpos tendrían que ser uno y el mismo. Pues, por la misma razón que dos partículas de materia pueden ocupar un mismo lugar, todos los cuerpos podrían hacerlo; y, si admitimos esta suposición, se destruirá la distinción de identidad y diversidad, de uno y de varios, por hacerse absurda.
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TEXTO 27C
Así pues, debemos considerar en lo que difiere una ENCINA de una masa de materia, y me parece que sería en lo siguiente: en que la masa de materia sólo es la cohesión de partes de materia y su manera de estar unidas, mientras que en el primer caso es una disposición de partículas, de manera que lleguen a constituir partes de una encina, u organizadas de tal forma que resulten adecuadas para recibir y distribuir el alimento que necesitan para que se formen la madera, la corteza, las hojas, etc,.....una planta continúa siendo la misma en tanto continúa participando de la misma vida, aun cuando esa vida sea comunicada a nuevas partículas de materia, unidas de forma vital a la planta viva, gracias a una organización semejante continuada, que es la que resulta conveniente para esa planta... y constituye esa vida individual que, existiendo constantemente desde ese momento, tanto hacia atrás como hacia adelante, en la misma continuidad de partes que se suceden de manera insensible y que están unidas al cuerpo vivo de la planta, tiene así esa identidad que hace que sea la misma planta y que hace que todas sus partes lo sean de una misma planta, durante todo el tiempo que existan unidas en esa organización continuada que es apta para transmitir esa vida común a todas las partes unidas de esta manera.
Este caso no difiere mucho del de los
ANIMALES.... Por ejemplo, ¿qué es un reloj? Resulta evidente que no es otra cosa distinta a una organización o construcción de sus partes dispuestas adecuadamente para un cierto fin que, cuando una fuerza suficiente se le añade, es capaz de funcionar. Si suponemos que esta máquina es un cuerpo continuo, cuyas partes organizadas se reparan, aumentan o disminuyen mediante una adición constante o una separación de partes insensibles, en una vida común, tendremos algo muy semejante al cuerpo de un animal; pero con esta diferencia: que en un animal la adecuación de la organización y del movimiento, que es en lo que consiste la vida, comienzan al mismo tiempo, viniendo el movimiento del interior; pero en las máquinas, como la fuerza sensible procede de fuerza, muchas veces está ausente cuando el órgano está en orden y bien dispuesto para recibirlas.
Esto también muestra en qué consiste la identidad del mismo
HOMBRE, es decir, no en otra cosa que en la participación de la misma vida continuada...El que quiera situar la identidad del hombre en cualquier otra cosa que no sea en lo mismo en que está en los otros animales, en los cuerpos correctamente organizados, tomando un instante cualquiera, y que, desde entonces, continúa en esa organización vital, por una sucesión de varias fugaces partículas de materia unidas a ella, encontrará que es difícil que un embrión en un hombre entrado en años, un loco y un soberbio sean el mismo hombre....Porque si la identidad del alma por sí sola hace que el mismo hombre sea él, y no hay nada en la naturaleza de la materia que impida que un mismo espíritu pueda no estar unido a diferentes cuerpos, resultará posible que estos hombres, que vivieron en edades diferentes y que tuvieron diferentes temperamentos, puedan haber sido el mismo hombre... Además, semejante modo de hablar, aún peor se compaginaría con las nociones de aquellos filósofos que admiten la trasmigración y que son de la opinión de que las almas de los hombres, a causa de sus defectos, pueden caer dentro de los cuerpos de las bestias, como habitaciones adecuadas, con órganos propios para darles satisfacción a sus aspiraciones brutales. Y, sin embargo, pienso que nadie que estuviera seguro de que el alma de Heliogábalo estaba en uno de sus cerdos, podría decir que el cerdo era un hombre o que era Heliogábalo....Por tanto, no es la unidad de la sustancia lo que comprende toda clase de identidad, ni lo que la determina en cada caso; sino que, para concebirla y juzgarla correctamente, es preciso considerar qué idea está significada por la palabra a la que se aplica; porque una cosa es ser la misma sustancia y otra es ser el mismo hombre, y otra distinta ser la misma persona....En lo que se refiere a la identidad personal, vamos a tratar en el próximo apartado.
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TEXTO 27D
Siendo ésas las premisas para encontrar en qué consiste la identidad personal, debemos ahora considerar qué significa persona. Pienso que ésta es un ser pensante e inteligente, provista de razón y de reflexión, y que puede considerarse asimismo como una misma cosa pensante en diferentes tiempos y lugares; lo que tan sólo hace porque tiene conciencia, porque es algo inseparable del pensamiento, y que para mí le es esencial, pues es imposible que uno perciba sin percibir que lo hace. Cuando vemos, oímos, olemos, gustamos, sentimos, meditamos o deseamos algo, sabemos que actuamos así. Así sucede siempre con nuestras sensaciones o percepciones actuales, y es precisamente por eso por lo que cada uno es para sí mismo lo que él llama él mismo, sin que se considere en este caso si él mismo se continúa a sí mismo en diversas sustancias o en la misma. Pues como el estar provisto de conciencia siempre va acompañado de pensamiento, y eso es lo que hace que cada uno sea lo que él llama sí mismo, y de ese modo se distingue a sí mismo de todas las demás cosas pensantes, en eso consiste únicamente la identidad personal, es decir, la identidad del ser racional.
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TEXTO 27E

Pero se pregunta, además, si se trata de la misma e idéntica sustancia....Pero lo que parece provocar la dificultad es esto: que ese tener conciencia se ve constantemente interrumpido a causa del olvido, ya que en ningún momento de nuestra vida tenemos ante nuestra vista todo el curso de nuestras acciones pasadas... Todos estos casos, digo, como nuestro tener conciencia se ve interrumpido y como nos perdemos a nosotros mismos de vista en el pasado, se originan dudas sobre si somos o no la misma cosa pensante, es decir, si somos o no la misma sustancia. Lo cual, sea muy razonable o irrazonable, no afecta para nada al problema de la identidad personal, puesto que se trata de saber qué es lo que hace a una misma persona, y no si es la misma idéntica sustancia la que piensa siempre en la misma persona, lo que para este caso tiene muy poca importancia. Se pueden estar unidas diversas sustancias en una sola persona por una misma conciencia de la que participen...Porque como el tener una misma conciencia es lo que hace que un hombre sea él mismo para él mismo, de eso solamente depende la identidad personal, con independencia de que se circunscriba a sólo una sustancia individual o que pueda continuarse en una sucesión de distintas sustancias...Así, los miembros de su cuerpo son, para cada uno, parte de sí mismo; simpatiza con ellos, y se preocupa de ellos. Pero si se corta una mano, y por ello se le separa de la conciencia que él tenía acerca del calor y del frío y de las demás molestias de ese miembro pudiera tener, entonces ha dejado de ser una parte de aquello que es en sí mismo tanto como la parte remota de la materia. Y de esta manera vemos que la sustancia en que consistió en un momento el sí mismo personal, puede cambiarse en otro momento, sin que se produzca un cambio de identidad personal, pues se está fuera de toda duda que la misma persona, aunque se le corten los miembros que fueron una parte de ella, continúe siendo la misma persona.
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TEXTO 27F

En cuanto a la segunda parte de la cuestión, es decir, si permaneciendo la misma sustancia inmaterial pueden haber dos personas distintas, creo que esta cuestión está construida sobre lo siguiente: si el mismo ser inmaterial, siendo consciente de la acción que realizó durante su duración pasada, puede ser privado de toda conciencia de su existencia pasada, y la pierde hasta el punto de no poder recobrarla jamás; de manera que, como si dijéramos, iniciando de nuevo, tuviese una conciencia que no puede alcanzar más allá de este nuevo estado. Todos aquellos que admiten la preexistencia serán, evidentemente, de esta manera de pensar.... Supongamos que un cristiano católico, o pitagórico, se crea con el derecho de pensar fundado en que Dios terminó todas las obras de la creación el séptimo día, que su alma ha existido desde entonces, y que ha ocupado diversos cuerpos humanos, como un hombre que yo conocí, que estaba persuadido de que su alma había estado en Sócrates....; ahora bien, pregunto si habrá alguien que diga que ese hombre, esa misma persona que Sócrates, aunque no sea consciente de ninguna de las acciones de Sócrates, ni de ninguno de sus pensamientos....De esta manera podemos ser capaces de imaginar, sin dificultad alguna, que una persona en el momento de la resurrección, aunque sea en un cuerpo que no está formado por las mismas partes exactas que tenía antes, existe en un cuerpo igual al que tenía antes, siempre y cuando el alma que lo habita tenga la misma conciencia. Pero, con todo, el alma, en el cambio de cuerpo, no es suficiente para hacer que sea el mismo hombre.... Porque entonces el alma del príncipe, que llevará con ella la conciencia de la vida pasada del príncipe, si llegara a dar forma al cuerpo de un zapatero, una vez que éste hubiese sido abandonado por su propia alma, ocurriría que todo el mundo podría observar que era un príncipe, únicamente en cuanto a las acciones realizadas por el príncipe; pero ¿quién podría decir que es el mismo hombre? El cuerpo también entra en la formación del hombre, y puede, según me imagino, determinar al hombre para todo el mundo, y hacer que el alma, acompañada de todos sus pensamientos principescos, no construya otro hombre, sino que haga que sea un zapatero para todo el mundo menos para él mismo.
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TEXTO 27G

Pero aunque la misma sustancia inmaterial o alma no baste, sea cual fuere y cualquiera que sea su estado, para hacer por sí sola que un hombre sea el mismo, sin embargo, resulta evidente que el tener conciencia es lo que une en una misma persona, hasta el punto de comprender épocas pasadas si se extiende, las existencias y las acciones más alejadas en el tiempo, de la misma manera que une la existencia y las acciones de momentos inmediatamente precedentes; de manera que todo lo que tenga la conciencia de acciones presentes y pasadas es la misma persona a la que pertenecen ambas. Si yo hubiese tenido la misma conciencia de haber visto el Arca y el diluvio de Noé, la misma conciencia que tengo de haber presenciado la inundación del Támesis del invierno pasado, o de la que tengo de estar escribiendo ahora, no podría poner en duda que yo, que escribo ahora y que vi la inundación del río Támesis el pasado invierno, y que contemplé la inundación del Diluvio Universal, soy el mismo sí mismo ahora, al igual que indudablemente YO, que escribo esto, soy ahora, mientras lo hago, el mismo yo mismo que era ayer, con independencia de que esté formado o no de la misma sustancia material o inmaterial en mi totalidad.... El sí mismo es esa cosa consciente, pensante, independientemente de que la sustancia de que esté hecha sea espiritual o material, simple o compuesta, que es sensible o consciente del placer o del dolor, capaz de felicidad o de desgracia, y que, por tanto, se refiere a sí misma, hasta donde se extienden los límites de su conciencia....Esto puede mostrarnos en qué es en lo que consiste la identidad personal: no en la identidad de las sustancias, sino, como ya he dicho, en la identidad del tener conciencia...Ninguna otra cosa que no sea tener conciencia puede unir existencias separadas en la misma persona, ya que la identidad de las sustancias no puede hacerlo. Porque cualquiera que sea la sustancia, o esté formada de cualquier forma, no habiendo conciencia, no hay persona; por lo que tanto puede ser un cadáver una persona, como una sustancia pueda serio sin tener conciencia.
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