En qué consiste la identidad. Otra
ocasión que tiene la mente para comparar es el ser mismo de las cosas
cuando, al considerar una cosa como existente en un tiempo y lugar
determinado, la comparamos con ella misma como existente en un tiempo; de
donde formamos las ideas de identidad y de diversidad. Cuando vemos una
cosa en un lugar determinado, durante un instante de tiempo, tenemos la
certeza, sea la cosa que fuere, de que es la misma cosa que vernos, y no
otra, que al mismo tiempo exista en otro lugar, por más semejante e
indistinguible que pueda ser en todos los demás aspectos. En esto
precisamente consiste la identidad....Porque, como jamás encontramos, ni
podemos concebir como posible, que dos cosas que sean de la misma especie
existan en el mismo lugar y al mismo tiempo, concluimos, de manera
acertada, que cualquier cosa que exista en un lugar cualquiera y en un
tiempo cualquiera excluye todo lo que sea de su misma especie,....De donde
se infiere que una cosa no puede tener dos puntos de partida de
existencia, ni dos cosas solas un solo punto de partida, ya que resulta
imposible que dos cosas de la misma especie sean o existan en el mismo
instante y en el mismo lugar, o que una cosa y la misma sea o exista en
lugares diferentes. En consecuencia, aquello que tuvo un principio es la
misma cosa; y lo que tuvo, en otro tiempo y lugar, un principio distinto a
aquello no es lo mismo, sino distinto.
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No tenemos sino las
ideas de tres clases de sustancias: 1) Dios; 2) inteligencias finitas; 3)
los cuerpos. Primero, Dios no tiene principio, es eterno, inalterable, y está en todas partes; por tanto, en lo que se refiere a su identidad, no puede existir ninguna duda. Segundo, como los espíritus finitos han tenido un tiempo cada uno determinado y un lugar para empezar a existir, la relación en ese tiempo y lugar, mientras exista, siempre determinará para cada uno de ellos su identidad. Tercero, lo mismo se puede decir de cada partícula de materia, la cual, mientras no se vea aumentada o disminuida por la adición o sustracción de materia, será la misma. Pues aunque estas tres clases de sustancias, como las denominamos, no se excluyen las unas a las otras, del mismo lugar, sin embargo, tenemos que imaginar que cada una de ellas tiene que excluir necesariamente de un mismo lugar toda otra sustancia de la misma especie, pues de otra manera las nociones y los nombres de identidad y de diversidad serían inútiles, y no podría existir ninguna distinción entre las sustancias, con lo que se distinguirían las unas de las otras. Por ejemplo, si pudiera ser que dos cuerpos ocuparan el mismo lugar en un mismo tiempo, entonces esas dos porciones de materia tendrían que ser una y la misma, ya fueran grandes, ya pequeñas; más aún, todos los cuerpos tendrían que ser uno y el mismo. Pues, por la misma razón que dos partículas de materia pueden ocupar un mismo lugar, todos los cuerpos podrían hacerlo; y, si admitimos esta suposición, se destruirá la distinción de identidad y diversidad, de uno y de varios, por hacerse absurda. Comentarios |
Así pues, debemos
considerar en lo que difiere una ENCINA de
una masa de materia, y me parece que sería en lo siguiente: en que la
masa de materia sólo es la cohesión de partes de materia y su manera de
estar unidas, mientras que en el primer caso es una disposición de partículas,
de manera que lleguen a constituir partes de una encina, u organizadas de
tal forma que resulten adecuadas para recibir y distribuir el alimento que
necesitan para que se formen la madera, la corteza, las hojas, etc,.....una
planta continúa siendo la misma en tanto continúa participando de la
misma vida, aun cuando esa vida sea comunicada a nuevas partículas de
materia, unidas de forma vital a la planta viva, gracias a una organización
semejante continuada, que es la que resulta conveniente para esa planta...
y constituye esa vida individual que, existiendo constantemente desde
ese momento, tanto hacia atrás como hacia adelante, en la
misma continuidad de partes que se suceden de manera insensible y que están
unidas al cuerpo vivo de la planta, tiene así esa identidad que hace que
sea la misma planta y que hace que todas sus partes lo sean de una misma
planta, durante todo el tiempo que existan unidas en esa organización
continuada que es apta para transmitir esa vida común a todas las partes
unidas de esta manera. Este caso no difiere mucho del de los ANIMALES.... Por ejemplo, ¿qué es un reloj? Resulta evidente que no es otra cosa distinta a una organización o construcción de sus partes dispuestas adecuadamente para un cierto fin que, cuando una fuerza suficiente se le añade, es capaz de funcionar. Si suponemos que esta máquina es un cuerpo continuo, cuyas partes organizadas se reparan, aumentan o disminuyen mediante una adición constante o una separación de partes insensibles, en una vida común, tendremos algo muy semejante al cuerpo de un animal; pero con esta diferencia: que en un animal la adecuación de la organización y del movimiento, que es en lo que consiste la vida, comienzan al mismo tiempo, viniendo el movimiento del interior; pero en las máquinas, como la fuerza sensible procede de fuerza, muchas veces está ausente cuando el órgano está en orden y bien dispuesto para recibirlas. Esto también muestra en qué consiste la identidad del mismo HOMBRE, es decir, no en otra cosa que en la participación de la misma vida continuada...El que quiera situar la identidad del hombre en cualquier otra cosa que no sea en lo mismo en que está en los otros animales, en los cuerpos correctamente organizados, tomando un instante cualquiera, y que, desde entonces, continúa en esa organización vital, por una sucesión de varias fugaces partículas de materia unidas a ella, encontrará que es difícil que un embrión en un hombre entrado en años, un loco y un soberbio sean el mismo hombre....Porque si la identidad del alma por sí sola hace que el mismo hombre sea él, y no hay nada en la naturaleza de la materia que impida que un mismo espíritu pueda no estar unido a diferentes cuerpos, resultará posible que estos hombres, que vivieron en edades diferentes y que tuvieron diferentes temperamentos, puedan haber sido el mismo hombre... Además, semejante modo de hablar, aún peor se compaginaría con las nociones de aquellos filósofos que admiten la trasmigración y que son de la opinión de que las almas de los hombres, a causa de sus defectos, pueden caer dentro de los cuerpos de las bestias, como habitaciones adecuadas, con órganos propios para darles satisfacción a sus aspiraciones brutales. Y, sin embargo, pienso que nadie que estuviera seguro de que el alma de Heliogábalo estaba en uno de sus cerdos, podría decir que el cerdo era un hombre o que era Heliogábalo....Por tanto, no es la unidad de la sustancia lo que comprende toda clase de identidad, ni lo que la determina en cada caso; sino que, para concebirla y juzgarla correctamente, es preciso considerar qué idea está significada por la palabra a la que se aplica; porque una cosa es ser la misma sustancia y otra es ser el mismo hombre, y otra distinta ser la misma persona....En lo que se refiere a la identidad personal, vamos a tratar en el próximo apartado. Comentarios |
Siendo ésas las
premisas para encontrar en qué consiste la identidad personal, debemos
ahora considerar qué significa persona. Pienso que ésta es un ser
pensante e inteligente, provista de razón y de reflexión, y que puede
considerarse asimismo como una misma cosa pensante en diferentes tiempos y
lugares; lo que tan sólo hace porque tiene conciencia, porque es algo
inseparable del pensamiento, y que para mí le es esencial, pues es
imposible que uno perciba sin percibir que lo hace. Cuando vemos, oímos,
olemos, gustamos, sentimos, meditamos o deseamos algo, sabemos que
actuamos así. Así sucede siempre con nuestras sensaciones o percepciones
actuales, y es precisamente por eso por lo que cada uno es para sí mismo
lo que él llama él mismo, sin que se considere en este caso si él mismo
se continúa a sí mismo en diversas sustancias o en la misma. Pues como
el estar provisto de conciencia siempre va acompañado de pensamiento, y
eso es lo que hace que cada uno sea lo que él llama sí
mismo, y de ese modo se distingue a sí mismo de todas las demás cosas
pensantes, en eso consiste únicamente la identidad personal, es decir, la
identidad del ser racional. Comentarios
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Pero se pregunta, además, si se
trata de la misma e idéntica sustancia....Pero lo
que parece provocar la dificultad es esto: que ese tener conciencia se ve
constantemente interrumpido a causa del olvido, ya que en ningún momento
de nuestra vida tenemos ante nuestra vista todo el curso de nuestras
acciones pasadas... Todos estos casos, digo, como nuestro tener conciencia
se ve interrumpido y como nos perdemos
a nosotros mismos de vista en el pasado, se originan dudas sobre si somos
o no la misma cosa pensante, es decir, si somos o no la misma sustancia.
Lo cual, sea muy razonable o irrazonable, no afecta para nada al problema
de la identidad personal, puesto que se trata de saber qué es lo que hace
a una misma persona, y no si es la misma idéntica sustancia la que piensa
siempre en la misma persona, lo que para este caso tiene muy poca
importancia. Se pueden estar unidas diversas sustancias en una sola
persona por una misma conciencia de la que participen...Porque como el
tener una misma conciencia es lo que hace que un hombre sea él mismo para
él mismo, de eso solamente depende la identidad personal, con
independencia de que se circunscriba a sólo una sustancia individual o
que pueda continuarse en una sucesión de distintas sustancias...Así, los
miembros de su cuerpo son, para cada uno, parte de sí mismo; simpatiza
con ellos, y se preocupa de ellos. Pero si se corta una mano, y por ello
se le separa de la conciencia que él tenía acerca del calor y del frío
y de las demás molestias de ese miembro pudiera tener, entonces ha dejado
de ser una parte de aquello que es en sí mismo tanto como la parte remota
de la materia. Y de esta manera vemos que la sustancia en que consistió
en un momento el sí mismo personal, puede cambiarse en otro momento, sin
que se produzca un cambio de identidad personal, pues se está fuera de
toda duda que la misma persona, aunque se le corten los miembros que
fueron una parte de ella, continúe siendo la misma persona. |
En cuanto a la segunda parte de la
cuestión, es decir, si permaneciendo la misma sustancia inmaterial pueden
haber dos personas distintas, creo que esta cuestión
está construida sobre lo siguiente: si el mismo ser inmaterial, siendo
consciente de la acción que realizó durante su duración pasada, puede
ser privado de toda conciencia de su existencia pasada, y la pierde hasta
el punto de no poder recobrarla jamás; de manera que, como si dijéramos,
iniciando de nuevo, tuviese una conciencia que no puede alcanzar más allá
de este nuevo estado. Todos aquellos que admiten la preexistencia serán,
evidentemente, de esta manera de pensar.... Supongamos que un cristiano
católico, o pitagórico, se crea con el derecho de pensar fundado en que
Dios terminó todas las obras de la creación el séptimo día, que su
alma ha existido desde entonces, y que ha ocupado diversos cuerpos
humanos, como un hombre que yo conocí, que estaba persuadido de que su
alma había estado en Sócrates....; ahora bien, pregunto si habrá
alguien que diga que ese hombre, esa misma persona que Sócrates, aunque
no sea consciente de ninguna de las acciones de Sócrates, ni de ninguno
de sus pensamientos....De esta manera podemos ser capaces de imaginar, sin
dificultad alguna, que una persona en el momento de
la resurrección, aunque sea en un cuerpo que no está formado por las
mismas partes exactas que tenía antes, existe en un cuerpo igual al que
tenía antes, siempre y cuando el alma que lo habita tenga la misma
conciencia. Pero, con todo, el alma, en el cambio de cuerpo, no es
suficiente para hacer que sea el mismo hombre.... Porque entonces el alma
del príncipe, que llevará con ella la conciencia de la vida pasada del
príncipe, si llegara a dar forma al cuerpo de un zapatero, una vez que éste
hubiese sido abandonado por su propia alma, ocurriría que todo el mundo
podría observar que era un príncipe, únicamente en cuanto a las
acciones realizadas por el príncipe; pero ¿quién podría decir que es
el mismo hombre? El cuerpo también entra en la formación del hombre, y
puede, según me imagino, determinar al hombre para todo el mundo, y hacer
que el alma, acompañada de todos sus pensamientos principescos, no
construya otro hombre, sino que haga que sea un zapatero para todo el
mundo menos para él mismo. |
Pero aunque la misma sustancia
inmaterial o alma no baste, sea cual fuere y cualquiera que sea su estado,
para hacer por sí sola que un hombre sea el mismo, sin embargo, resulta
evidente que el tener conciencia es lo que une en una misma persona, hasta
el punto de comprender épocas pasadas si se extiende, las existencias y
las acciones más alejadas en el tiempo, de la misma manera que une la
existencia y las acciones de momentos inmediatamente precedentes; de
manera que todo lo que tenga la conciencia de acciones presentes y pasadas
es la misma persona a la que pertenecen ambas. Si yo hubiese tenido la
misma conciencia de haber visto el Arca y el diluvio de Noé, la misma
conciencia que tengo de haber presenciado la inundación del Támesis del
invierno pasado, o de la que tengo de estar escribiendo ahora, no podría
poner en duda que yo, que escribo ahora y que vi la inundación del río Támesis
el pasado invierno, y que contemplé la inundación del Diluvio Universal,
soy el mismo sí mismo ahora, al igual que indudablemente YO,
que escribo esto, soy ahora, mientras lo hago, el mismo yo mismo que era
ayer, con independencia de que esté formado o no de la misma sustancia
material o inmaterial en mi totalidad.... El sí mismo es esa cosa
consciente, pensante, independientemente de que la sustancia de que esté
hecha sea espiritual o material, simple o compuesta, que es sensible o
consciente del placer o del dolor, capaz de felicidad o de desgracia, y
que, por tanto, se refiere a sí misma, hasta donde se extienden los límites
de su conciencia....Esto puede
mostrarnos en qué es en lo que consiste la identidad personal: no en la
identidad de las sustancias, sino, como ya he dicho, en la identidad del
tener conciencia...Ninguna otra cosa que no sea tener conciencia puede
unir existencias separadas en la misma persona, ya que la identidad de las
sustancias no puede hacerlo. Porque cualquiera que sea la sustancia, o esté
formada de cualquier forma, no habiendo conciencia, no hay persona; por lo
que tanto puede ser un cadáver una persona, como una sustancia pueda
serio sin tener conciencia.
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