LIBRO II ENSAYO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO

CAPÍTULO XXVII
Acerca de la Identidad y de la diversidad
{Resumen - Comentario}

  1. Cuando consideramos una cosa como existente en un tiempo y lugar determinado y tenemos la certeza de que es ella misma, y la comparamos con otra, que puede parecérsele y existir, al mismo tiempo, pero en otro lugar, entonces nos formamos las ideas de IDENTIDAD y de DIVERSIDAD. En el primer caso, la cosa considerada es idéntica a sí misma pero diversa de la otra. Locke señala también que tales ideas se forman a partir de que sabemos que dos cosas de la misma especie no pueden existir al mismo tiempo y en el mismo lugar por lo que concluimos de manera acertada que cualquier cosa que exista en un lugar cualquiera y en un tiempo cualquiera es idéntica a sí misma pero diversa de cualquier otra de su misma especie.  En consecuencia, concluye Locke, aquello que tuvo un principio es LO MISMO; mientras que quien  tuvo, en otro tiempo y  en otro lugar, un principio, entonces es LO DISTINTO. Este bolígrafo, con el que escribo, tuvo un principio artificial en un tiempo y en un lugar determinado. Eso le permite tener su identidad. Por su parte, el otro bolígrafo, que observo encima de la mesa, ha sido producido en otro tiempo y en otro lugar. Esto, según Locke, es lo que les hace ser distintos. Ahora bien, supóngase que dos personas se ponen de acuerdo y fabrican, en el mismo tiempo y lugar, dos bolígrafos. ¿Serían iguales o serían distintos? Es evidente que serían distintos. Pero, a la luz de lo establecido por Locke, ¿por qué serían distintos? Ahora bien, ¿es posible la existencia de dos cosas de la misma especie en un mismo lugar y en un mismo tiempo? {Texto 27a}
  2.  A continuación, Locke, analiza en que se basa la identidad de las substancias referidas a DIOS, a las INTELIGENCIAS FINITAS, y a los CUERPOS. El resumen de su análisis es el siguiente: Dios, al ser una entidad eterna e inalterable, que está en todas partes, tiene que ser necesariamente idéntico a sí mismo. Por lo que se refiere al espíritus finitos, al tener su existencia en un tiempo y lugar determinados, la relación en ese tiempo y lugar, siempre determinará para cada uno de ellos su identidad. En relación con los cuerpos, Locke, señala que mientras que toda partícula de materia mientras no se vea aumentada o disminuida por la adición o sustracción de materia, entonces será la misma. Además, concluye Locke, estos tres tipos de substancias, son idénticas, y al mismo tiempo diversas de otras, porque tienen que excluir necesariamente del mismo lugar a dos miembros de una misma especie. Y es que si dos cuerpos ocuparan el mismo lugar, en un mismo tiempo, entonces se destruiría la distinción de identidad y diversidad. {Texto 27b}
  3. A continuación, Locke, trata sobre la  identidad y la diversidad en los VEGETALES, en los ANIMALES y en el HOMBRE. En relación con la identidad VEGETAL, Locke, se pregunta en que se diferencia, por ejemplo, una encina de una masa de materia cualquiera. Su respuesta es que mientras una masa de materia únicamente implica cohesión en sus partes, es decir, en su manera de estar unidas; una encina basa su identidad no tanto en la cohesión como en la disposición de sus partes. Tal disposición u organización le permite recibir y distribuir el alimento que necesita para formar su corteza o sus hojas. Por lo tanto, una planta siguen siendo la misma en tanto en cuanto sigue participando de su misma vida. Eso, al mismo tiempo, le hace diferente no solo de cualquier tipo de materia sino también de otras encinas que, aunque estén organizadas de un modo parecido, la participación vital tiene su base en otro tiempo distinto. Por lo que se refiere a los ANIMALES, Locke, nos revela, al modo de Descartes, una concepción bastante mecanicista de la vida animal. Resulta curioso que compare al animal con una máquina de relojería en donde la organización y disposición de sus partes le hace lograr un fin. Por lo tanto, lo que hace idéntico a sí mismo, y diverso de los demás, a un animal es que sus partes están organizadas de tal forma que hacen que sea su propia vida y no la de otro. Existe, sin embargo, una diferencia entre la organización de una máquina y la organización animal. La primera tiene causas externas, mientras que la segunda las tiene internas. En el caso de los HOMBRES su identidad reside, del mismo modo que en los animales, en que cada uno participa de su propia vida organizada. Según Locke, intentar situar la identidad en otro lugar hace muy difícil explicar, por ejemplo, que alguien que se ha vuelto loco, sea realmente el mismo hombre que existía antes de serlo. Intentar acudir a la noción de alma para explicar la identidad es, según Locke, un absurdo. Y es que el alma, en cuanto inmaterial, podría estar unida a diferentes cuerpos con lo que no sería ilógico suponer que el alma de uno pudiera también residir en otro, cuestionando, por ello, la idea de identidad. Además, tampoco compaginaría con aquellos que admiten la trasmigración de las almas ya que, en tal trasmigración, el alma pasa por ser estar en cuerpos distintos. Por todo ello, Locke, señala que, a la hora de hablar de la identidad humana, habría que diferenciar claramente entre substancia, hombre y persona. Y es que una cosa es ser la misma substancia y otra ser el mismo hombre o la misma persona. La confusión presente entre estos tres conceptos es lo que lleva a las dificultades presentes a la hora de analizar la cuestión de la IDENTIDAD PERSONAL. {Texto 27c}
  4.  Locke pasa analizar ahora detalladamente la cuestión de la IDENTIDAD PERSONAL. Para llevar a cabo tal análisis es necesario, según él, considerar lo que significa el concepto de PERSONA. Afirma que ésta es un ser pensante e inteligente, provisto de razón y de reflexión, y que puede considerarse asimismo como una misma cosa pensante en diferentes tiempos y lugares; y ésto lo puede hacer porque tiene CONCIENCIA, es decir, tiene la potencia de darse cuenta que es él mismo quien realiza todas esas acciones como ser pensante. En definitiva, según Locke, la identidad personal no sería otra cosa que el estar provisto de la conciencia que le permite a cada uno ser lo que se llama SI MISMO. {Texto 27d}
  5. Según Locke es necesario establecer una clara diferencia entre la IDENTIDAD SUBSTANCIAL y la IDENTIDAD PERSONAL. En relación con la identidad substancial es evidente, afirma Locke, que pueden surgir dudas y recelos acerca de que permanezca siendo idéntica a sí misma. Esto se debe esencialmente al fenómeno de la memoria y del OLVIDO que nos hace muchas veces dudar si realmente éramos nosotros mismos los que actuamos así en algún momento del pasado. Pero una cosa es la identidad como substancia y otra la identidad como persona. La substancia individual puede cambiar pero ello no implica que también cambie la identidad personal, es decir, que, por ejemplo, Juan, en el presente, sea distinto a como fue en el pasado ( por ejemplo al perder una mano ) no significa que en él existan dos personas; del mismo modo que un hombre no sería dos hombres por el hecho de llevar distintos vestidos de los que utilizó antaño. Es evidente que Locke considera de nuevo la idea de substancia como soporte. En este sentido, una cosa sería, por ejemplo, Juan, como substancia y otra distinta como persona. Como substancia sería un algo que soporta una serie de accidentes, por ejemplo, el tener manos o piernas. Como persona sería sinónimo de ser pensante con conciencia. Pues bien, sobre esta base, es evidente que puede no existir identidad substancial y si existir identidad personal. Supongamos que el sujeto Juan (como substancia) se corta una mano y con ello se le separa la conciencia que tenía del calor o del frío sobre ese miembro. Es evidente que la substancia en que consistió en un momento el sí mismo personal ha cambiado. Ahora bien, ello no implica que haya cambiado su identidad personal ya que está fuera de toda duda que, aún sin tener una mano, Juan seguiría siendo la MISMA persona. {Texto 27e}
  6. Locke se pregunta a continuación si es posible que PERMANECIENDO LA MISMA SUBSTANCIA INMATERIAL, entonces estaríamos antes DOS PERSONAS o ante UNA SOLA. Es decir, si alguien está persuadido de que su alma había estado en Sócrates; ¿estaríamos ante dos personas ( él y Sócrates ) o ante una sola persona y una sola alma?. La respuesta de Locke resulta coherente con lo establecido más arriba: si esa persona no tiene conciencia de cuales eran las acciones de Sócrates, es evidente de que no sería la misma persona que Sócrates. Eso implica que no llega con que alguien sienta que su alma habita en otro ser para constituirse realmente en otro hombre. Pero, incluso aún teniendo conciencia de los actos de la vida de la persona sobre la que uno se encarna, no sería suficiente para hablar de que ambos sean una misma persona. Para explicar lo que quiere decirnos, Locke, nos pone el ejemplo del ALMA DEL PRINCIPE. Supongamos que un zapatero está persuadido que su alma es la de un Príncipe y tiene conciencia de los actos de tal Príncipe. ¿Sería una persona o dos? La respuesta de Locke es clara: seguiría habiendo dos hombres y no podría decirse que estamos ante un solo hombre. Y es que el CUERPO también entra en la formación del ser humano. Por todo ello, en el ejemplo del zapatero, decir que su alma va acompañada de pensamientos principescos, pero, al mismo tiempo, viste y actúa como un zapatero, nos llevaría ante el hecho de estar ante un zapatero para todo el mundo menos para él mismo que se siente como un príncipe. {Texto 27f}
  7. Aunque la existencia del alma o sustancia inmaterial no basta, según Locke, para hacer por sí sola que un hombre sea el mismo; lo que resulta evidente es que al tener CONCIENCIA eso le permite unir los actos pasados y presentes haciendo que se sienta como SÍ MISMO. Si cualquier hombre, afirma Locke, tuviera la misma conciencia de haber visto el Arca y el Diluvio de Noé y ésta fuera la misma que tiene de haber presenciado el Támesis o de estar leyendo un libro en el momento presente, no podría poner en duda que el mismo YO el que contempla esas tres realidades.  Ahora bien, tal identidad personal no tiene su base en la sustancia, es decir, en el ser hombre o en el tener alma humana, sino en el tener conciencia. En este contexto, Locke, diferencia, de nuevo, entre SER HOMBRE y SER PERSONA. En este sentido, un mismo hombre puede ser dos personas ya que puede uno sentir que es Sócrates y, sin embargo, no tener conciencia de los actos de éste último. Por todo ello, ninguna otra cosa que no sea tener conciencia puede unir existencias separadas en la misma persona; porque cualquiera que sea la substancia (material o inmaterial) no habiendo conciencia, no hay persona. {Texto 27g}

    Capítulo XXVII
    Comentarios
    Ensayo