TEXTO 31A

De nuestras ideas, algunas son adecuadas y otras inadecuadas. Aquellas a las que llamo adecuadas son las que representan perfectamente esos arquetipos de donde la mente supone que han sido tomadas; y son ideas con las que se propone la mente significar dichos arquetipos y a los que quedan referidas. Las ideas inadecuadas son aquellas que no son sino una representación parcial o incompleta de esos arquetipos a los que éstas se refieren. 
Comentario





























































TEXTO 31B

En primer lugar, que todas nuestras ideas simples son adecuadas. Porque, como no son sino efectos de ciertas potencias en las cosas... nosotros estamos seguros de que están de acuerdo con la realidad de las cosas. Porque si el azúcar produce en nosotros las ideas que denominamos blancura y dulzura, estamos seguros de que hay una potencia en el azúcar que produce en nuestra mente esas ideas, ya que de otra manera no habrían podido ser producidas por ella. De esta manera, cada sensación que responde a la potencia que actúa sobre cualquiera de nuestros sentidos produce una idea real ( y no una ficción de la mente,... por lo que resulta que todas las ideas simples son adecuadas.... Porque aunque se diga que el fuego produce dolor al tocarlo, con lo que se significa la potencia de producir en nosotros la idea de dolor, sin embargo, también se dice que produce luz y calor, como si la luz y el calor estuvieran realmente en el fuego; por tanto, se dice que son cualidades que están o que provienen del fuego, que están más allá de la pura potencia de provocar en nosotros esas ideas. Pero como realmente no se trata sino de potencias que pueden suscitar en nosotros semejantes ideas, es en este sentido como se me debe entender cuando afirmo que las cualidades secundarias se encuentran en las cosas, o que sus ideas se encuentran en los objetos que las suscitan en nosotros...... Porque si no hubiera unos órganos que estuvieran adaptados para percibir las impresiones que el fuego provoca sobre la vista y el tacto, ni existiera tampoco una mente unida a estos órganos y adaptada para captar las ideas de luz y de calor mediante las impresiones del fuego del sol, no existiría otra luz ni otro calor en el mundo que el dolor al faltar unas criaturas sensibles que lo experimentaran, aunque el sol continuara en el mismo lugar en que se encuentra ahora y el Etna permaneciera más candente que nunca. La solidez, la extensión y la forma que es su fin, así como el movimiento y el reposo, de todo lo cual tenemos ideas, serían realmente en el mundo tal como son, con independencia de que existieran unos seres sensibles capaces de percibirlo y, por ello, creo que tenemos razón al mirar todas estas cosas como modificaciones reales de la materia y como las causas que provocan nuestras distintas sensaciones en nuestros cuerpos.
Comentario



































































TEXTO 31C

En segundo lugar, como nuestras ideas complejas de los modos son conjuntos de ideas simples y voluntarias que la mente reúne, sin que las refiera a ningún arquetipo o modelo fijo, existente en otro lugar, son ideas y, por tanto, tienen que ser necesariamente ade cuadas. Pues al no producirse como copias de algo que realmente existe, sino como arquetipos que forja la mente, y de los que se sirve para denominar las cosas y colocarlas en orden, no pueden carecer de nada, pues cada una consta de esa combinación de ideas y de esa perfección que la mente se propuso que tuvieran; de tal manera que la mente les otorga su asentimiento y no encuentra nada de lo que estas ideas carezcan. Así, cuando tengo la idea de una figura de tres lados que forman tres ángulos, tengo una idea completa que nada más necesita para ser perfecta.... Pero los modos mixtos y las relaciones, desde el momento en que son arquetipos sin modelos y, por tanto, no tienen que representar ninguna cosa que no sea ellos mismos, necesariamente tienen que ser adecuados, ya que lo son todo para sí mismos. Quien reunió por primera vez las ideas de un peligro que había observado o de la ausencia de alteración que debía provocar el miedo o de la sosegada consideración de lo que debe hacerse según los designios de la razón, y de su ejecución sin perturbarse o desanimarse ante el peligro; quien juntó esas ideas, digo, tenía en su mente esa idea compleja formada por una combinación semejante, y proponiéndose que no fuera ninguna otra cosa sino lo que realmente es, ni que contuviera ninguna otra idea simple a excepción de la que contiene, no pudo, al mismo tiempo, sino tener una idea adecuada. De manera que al depositar esto en su memoria y al darle el nombre de valor para significar con tal nombre esta idea a los demás y seguir denominando cualquier acción que estuviera de acuerdo con ella en el futuro, que utilizar este modelo para medir las demás acciones según se conformaran o no con él. Y una vez forjada y mantenida como patrón esta idea, tenía que ser necesariamente adecuada.
Comentario



































































TEXTO 31D

Además, si después viene otro hombre que aprenda del anterior a través de la conversación, el término valor, puede suceder perfectamente que se forje una idea a la que designe también mediante la palabra valor, pero que, sin embargo, difiera de la idea que el primer forjador expresó mediante dicha palabra y que tiene en la mente cuando la emplea. Y en este caso... su idea puede ser errónea e inadecuada, pues en este caso, al ser la idea de otro hombre el patrón de la que él tiene en la mente, de igual manera que la palabra o sonido empleado por el otro le sirve de modelo para hablar, su idea será defectuosa e inadecuada, en la medida en que se encuentra lejos del arquetipo o modelo a que se refiere.... Así pues, cuando estas ideas complejas de los modos son referidas por la mente a las ideas de algún otro ser inteligente, y cuando son expresadas mediante nombres que les aplicamos, entonces pueden ser muy deficientes, equívocas e inadecuadas.
Comentario



































































TEXTO 31E

En tercer lugar, cuáles son las ideas que tenemos de las sustancias, es algo que ya indiqué más arriba. Ahora bien, esas ideas tienen en la mente una doble referencia: 1) Algunas veces se las refiere a alguna esencia real supuesta en cada especie de cosas. 2) Otras veces solamente se intenta que sean dibujos o representaciones existentes en la mente de algunas cosas que existen en la realidad en tanto en cuanto son ideas de aquellas cualidades que se pueden descubrir en dichas cosas. En uno y otro caso, estas copias de esos arquetipos resultan igualmente imperfectas e inadecuadas.....Parece frecuente que los hombres hagan que los nombres de las sustancias signifiquen cosas, en tanto ellos imaginan que tienen ciertas esencias reales por las que son de esta especie o de aquélla; y como los nombres significan, a no ser las ideas que existen en la mente de los hombres, en consecuencia, tienen que hacer que sus ideas se refieran a semejantes esencias reales como a sus arquetipos.... suponiendo efecto ciertas esencias específicas de sustancias, por las que todo individuo, cada uno según su especie respectiva, está hecho, y de las que participa..... Sin embargo, si se pregunta cuáles son esas esencias reales, es evidente que los hombres lo ignoran y que las desconocen. De lo que se deduce que las ideas que tienen en la, mente, al quedar referidas a esencias reales como a arquetipos desconocidos, tan lejos tienen de estar de ser adecuadas, que no se supone ni siquiera que sean representaciones de esas esencias. Las ideas complejas que tenemos de las sustancias son, como ya he demostrado, ciertos conjuntos de ideas simples que se han observado, o que se ha supuesto que existen constantemente reunidas. Pero una idea compleja semejante no puede ser la esencia real de una sustancia cualquiera, pues entonces dependerían las propiedades que en ese cuerpo descubrimos de esa idea compleja, y se podrían deducir de ella, conociéndose la conexión necesaria entre ambas, del mismo modo en que todas las propiedades de un triángulo dependen, y se pueden deducir, hasta donde son deducibles, de la idea de tres líneas que encierran un espacio, pero resulta evidente que en nuestras ideas complejas de las sustancias no se contienen unas ideas semejantes de las que dependan todas las demás cualidades que se puedan hallar en esas sustancias. La idea común que tienen los hombres del hierro es la de un cuerpo de determinado color, peso y dureza, y una de sus propiedades es la de maleabilidad. Pero esta propiedad no tiene ninguna conexión necesaria con aquélla idea compleja, ni con ninguna otra parte suya, por lo que no existe un motivo mayor para pensar que la maleabilidad depende de aquel color, aquel peso o aquélla dureza, que el que existe para suponer que ese color o ese peso dependen de la maleabilidad de ese metal. Pero a pesar de que nada sabemos sobre estas esencias reales, no hay nada más común que el que los hombres atribuyan las distintas especies de cosas a unas esencias semejantes. De esta manera, la mayoría de los hombres tienen la osadía de suponer que este fragmento particular de materia que forma el anillo que tengo en mi dedo, tiene una esencia real por la que es oro y en virtud, de la que emanan las cualidades que en él hallo, es decir, su color, su peso, su dureza, su fusibilidad, su fijeza y el cambio de color que experimenta al someterse al contacto del azogue. Pero cuando busco e investigo esta esencia, de la que fluyen esas propiedades, me encuentro que no puedo descubriría. A lo más que puedo alcanzar es a imaginar que, como el anillo no es otra cosa que un cuerpo, su esencia real o su constitución interna, de la que esas cualidades dependen, no pueden ser sino la figura, el tamaño y la conexión de sus partes sólidas. Y como no poseo de ninguna de estas cosas una percepción distinta, no puedo poseer ninguna idea de la esencia, que es la causa por la que el anillo tiene una amarillez particular, un peso superior al de cualquier otra cosa que yo conozca con igual volumen, y una capacidad de cambiar de color al entrar en contacto con el azogue. Si alguien me dijera que la esencia real y la constitución interna de la que dependen esas propiedades no es ni la figura, ni el tamaño, ni la disposición o entramado de sus partes sólidas, sino algo que llamara su forma particular me encontraría todavía más lejos de tener una idea de su esencia real de lo que antes estaba. Porque, en general, poseo una idea de la figura, del tamaño y de la situación de las partes sólidas aunque carezcan de cualquier idea sobre la figura, el tamaño y el modo de reunir las partes, por lo que se producen las cualidades que arriba he mencionado, cualidades que encuentro en este fragmento de materia que tengo en el dedo, y que no hallo en ningún otro, por ejemplo, en esta pluma que me sirve para escribir. Pero cuando se me dice que su esencia es otra cosa, que no es la figura ni el tamaño, ni la posición de las partes sólidas de ese cuerpo, algo que se denomina forma sustancial, debo confesar que carezco de cualquier idea sobre este aspecto, a no ser del sonido forma, lo que está muy lejos de ser una idea acerca je la esencia real o de la constitución de algo. En la misma ignorancia en la que me encuentro sobre la esencia real de esa sustancia particular, la tengo sobre la esencia real de las demás sustancias naturales.
Comentario



































































TEXTO 31F

De esta manera, la mente tiene tres clases de ideas abstractas o esencias nominales:
Primero, las ideas simples, que son copias; pero que, sin embargo, son adecuadas. Porque como no tiene sino la potencia que tienen las cosas de producir en la mente semejante sensación, esta sensación, después de producida, tiene que ser el efecto de esa potencia. De esta manera, el papel en el que escribo, al tener la potencia, en la luz, (hablo sobre la noción común de luz), de provocar en mí la sensación que llamo blanco, no puede sino ser el efecto
de semejante potencia en algo que está fuera de la mente, pues la mente carece de la potencia de producir por sí sola semejante idea. De tal manera que esa sensación, al no tener otro propósito que el de ser el efecto de aquélla potencia, resulta que esa idea simple es real y adecuada....En segundo lugar, las ideas complejas de sustancias son también copias, pero no perfectas ni adecuadas; esto resulta bastante evidente para la mente, ya que claramente puede percibir que en todo conjunto de ideas simples que reúne sobre cualquier sustancia existente, no puede tener la certeza de que responde de manera exacta a todo lo que hay en la sustancia. ... Por lo que es evidente que nuestras ideas de sustancias no son adecuadas.....En tercer lugar, las ideas complejas de los modos y relaciones son originales y arquetipos; no son copias, ni están formadas según el modelo de alguna existencia real a la que la mente pretenda que se conforme, y que respondan exactamente. Puesto que se trata de colecciones de ideas simples que la mente misma reúne, y tales colecciones que cada una contiene en sí misma precisamente todo lo que la mente intentó que contuvieran, siendo arquetipos y esencias de modos que pueden existir; y de esta manera están designadas solamente para designar y pertenecer a tales modos, cuando éstos existen realmente, guardando una conformidad exacta con estas ideas complejas. Las ideas, por tanto, de los modos y las relaciones no pueden menos que ser adecuadas.
Comentario