Aunque, hablando con propiedad, la verdad y la falsedad sólo
pertenecen a las proposiciones, sin embargo, frecuentemente se dice de las ideas
que son verdaderas o falsas. ¿Por qué?.....Porque como nuestras ideas no son
sino meras apariencias o percepciones en nuestra mente, no más se puede con
propiedad y llaneza decir de ellas que son verdaderas o falsas, que pueda
decirse de un mero nombre de alguna cosa que es verdadero o falso.....Sin duda,
tanto de las ideas como de las palabras se puede decir que son verdaderas en un
sentido metafísico de la palabra verdad, así como de todas las cosas, que
existen de cualquier modo, se dice que son verdaderas; es decir, que realmente
son tal como existen.....Empero, no es en ese sentido metafísico de la verdad
en el que aquí inquirimos, cuando examinamos si nuestras ideas son capaces de
ser verdaderas o falsas, sino en la aceptación más común de esas palabras.
Esto aclarado, digo que, como las ideas en nuestra mente sólo son otras tantas
percepciones o apariencias en ella, ninguna es falsa. Así, la idea de un
centauro no contiene más falsedad, cuando aparece en nuestra mente, que la que
pueda contener el nombre de centauro cuando se pronuncia por nuestros labios, o
cuando se escribe en papel. Porque, como la verdad y la falsedad consisten
siempre en alguna afirmación o negación, mental o verbal, ninguna de nuestras
ideas son capaces de ser falsas antes de que la mente pronuncie algún juicio
sobre ellas, es decir, afirme o niegue algo de ellas.
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Siempre que la mente refiera cualquiera de sus ideas a
cualquier cosa extraña a ellas, entonces son capaces de ser llamadas verdaderas
o falsas. Porque, en semejante referencia, la mente hace una suposición tácita
acerca de su conformidad con aquella cosa; la cual suposición, según sea
verdadera o falsa....Primero cuando la mente supone que alguna de sus ideas es
conforme a la que hay en la mente de otros hombres, designada por el mismo
nombre común; cuando, por ejemplo, la mente pretende o juzga que sus ideas de
la justicia, de la temperancia, de la religión, son las mismas que aquellas a
las cuales otros hombres dan esos nombres.....Segundo, cuando la mente supone
que una idea que tiene en sí misma es conforme a una existencia real. Así, las
ideas de un hombre y de un centauro, en cuanto se supongan ser las ideas de
substancias reales, son verdadera la una y falsa la otra, puesto que la una es
conforme a lo que realmente ha existido, mientras que la otra no.....Tercero,
cuando la mente refiere cualquiera de sus ideas a esa constitución real y
esencia de una cosa de donde dependen todas sus propiedades; y en este caso, la
mayor parte de nuestras ideas de las substancias, si no todas, son falsas. |
Sin embargo, si examinamos la cuestión, veremos que
principalmente, ya que no totalmente, las hace respecto a sus ideas complejas
abstractas....En este contexto, lo primero que hace la mente, como base para
facilitar la ampliación de sus conocimientos, ya sea contemplando las cosas
mismas que desea conocer, ya sea conversando con otros acerca de esas cosas, es
ligarlas en haces, y de ese modo reducirlas a ciertas clases, con el fin de que
el conocimiento que adquiera acerca de cualquiera de esas cosas, lo pueda, así,
extender con certidumbre a todas las demás cosas de esa clase....Por lo tanto,
si miramos con esmero los movimientos de la mente, y observamos el camino que
habitualmente toma en su marcha hacia el conocimiento, veremos, me parece, que
una vez que la mente ha adquirido una idea, ya por vía de la contemplación, ya
por vía de comunicación con otros, idea que estima le puede ser útil, lo
primero que hace es abstraerla y en seguida ponerle un nombre, y de ese modo la
deposita en su almacén, la memoria, como conteniendo la esencia de esa clase de
cosa, de cuya esencia aquel nombre es siempre su señal o etiqueta. De aquí
acontece lo que con frecuencia podemos observar que, cuando alguien ve una cosa
nueva de una especie que no conoce de inmediato pregunta qué cosa es ésa, no
inquiriendo en esa pregunta sino por el nombre; como si el nombre llevase
consigo el conocimiento de la especie de la cosa, o de su esencia, de la cual
efectivamente se emplea como su señal, y generalmente se supone que la lleva
anexa.... Pero, como esta idea abstracta es algo en la mente, situado entre la
cosa que existe y el nombre que se le ha dado, es en nuestras ideas en lo que
consiste tanto la rectitud de nuestro conocimiento como la propiedad o
inteligibilidad de nuestro hablar. Y de allí resulta que los hombres tengan
tanta seguridad en suponer que las ideas abstractas que tienen en la mente son
tales que se conforman con las cosas que existen fuera de ellos, y a las cuales
refieren dichas ideas.
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Las IDEAS SIMPLES
son, de todas, las menos aptas para equívocos... Por eso, rara vez alguien se
equivoca en los nombres de ideas simples, aplicando, por ejemplo, el nombre rojo
a la idea de verde, o el nombre dulce a la idea de amargo. Mucho menos fácil aún
es que los hombres confundan los nombres de las ideas pertenecientes a diversos
sentidos, y que llamen a un color con el nombre de un sabor, etc.; de donde
resulta evidente que las ideas simples que se denominan por algún nombre son
por lo común las mismas ideas que los otros tienen y significan cuando emplean
los mismos nombres..... Como nuestras ideas simples son meramente esas
percepciones,.... resulta que la verdad de tales ideas no consiste en nada más
que en apariencias, tal como se producen en nosotros... De manera que, en cuanto
que son respuesta a esos poderes, dichas ideas son lo que deben ser: ideas
verdaderas. Y tampoco esas ideas se hacen acreedoras a la imputación de falsas,
si la mente juzga.... que esas ideas están en las cosas mismas;...ya que en
nada altera la naturaleza de nuestras ideas simples que pensemos que la idea de
azul está en la violeta misma, o que pensemos que sólo está en nuestra mente,
y que no hay en la violeta sino el poder de producir esa idea, por la textura de
sus partes, al reflejar de una cierta manera las partículas de luz.....Y es esa
apariencia la que igualmente hace que se le dé el nombre de azul, sea que ese
color exista realmente o que tan sólo la peculiar textura de la violeta baste
para causar en nosotros esa idea, porque el nombre de azul no denota propiamente
otra cosa, sino esa marca distintiva que está en la violeta, sólo discernible
por la vista, sea lo que fuere en lo que consista, ya que está más allá de
nuestras capacidades conocer esto con distinción, y quizá sería de menos
utilidad para nosotros, si tuviéramos facultades para semejante discernimiento....
Tampoco podría imputarse falsedad a nuestras ideas simples, si las cosas
estuvieran ordenadas de modo que por la diferente estructura de nuestros órganos
un mismo objeto produjera, al mismo tiempo, diferentes ideas en las mentes de
diversos hombres. Por ejemplo, que la idea que produjera una violeta en la mente
de un hombre por conducto de su vista fuese la misma idea producida en la mente
de otro hombre por una caléndula, y viceversa. Porque, como esto no podría jamás
saberse, ya que la mente de un hombre no podría pasar al cuerpo del otro........Azul
o amarillo, amargo o dulce, son ideas que jamás pueden ser falsas; esas
percepciones en la mente son justamente tales cuales son..... Las ideas
complejas son mucho más aptas para ser falsas a ese respecto; y las ideas
complejas de los MODOS MIXTOS, mucho
más.... Pero, por lo que toca a los modos mixtos, andamos mucho más inciertos,
ya que no es tan fácil determinar, acerca de diversas acciones, si han de ser
llamadas justicia o crueldad, liberalidad o prodigalidad.....Cuando se piensa
que un hombre tiene una idea falsa de la justicia, de la gratitud o de la fama,
no es por ninguna otra razón, sino porque su idea no está de acuerdo con las
ideas que cada uno de esos nombres significan en la mente de otros hombres....La
razón de eso me parece ser ésta: que, como las ideas abstractas de los modos
mixtos son combinaciones voluntarias de una colección precisa de ideas simples,....
carecemos de todo patrón sensible que exista en alguna parte, salvo el nombre
mismo, o la definición de ese nombre, no tenemos ninguna otra cosa a la cual
referir estas nuestras ideas de los modos mixtos, como a un patrón que sirva
para conformarlas.... De todos modos, tampoco pueden ser falsas
nuestras ideas complejas de los modos, con referencia a la esencia de cualquier
cosa realmente existente. Porque cualquier idea compleja que tenga de cualquier
modo no hace ninguna referencia a ningún modelo existente y hecho por la
naturaleza. No se supone que contenga en sí ningunas otras ideas de las que
tiene, ni que represente nada que no sea semejante complejo de ideas como el que
representa. Así, cuando tengo la idea de una tal acción de un hombre, que se
abstiene de procurarse el alimento, la bebida, la ropa y demás necesidades de
la vida, según sus riquezas y su hacienda pueden suficientemente proporcionarle
y su estado social requiere, no tengo ninguna idea falsa, sino una idea tal que
representa una acción, ya sea como la descubro, ya sea como la imagino, de
manera que, por eso, no es susceptible ni de verdad, ni de falsedad. Pero cuando
a esa acción le doy el nombre de frugalidad o de virtud, entonces puede ya
decirse que es una idea falsa, si de ese modo se supone que esté de acuerdo con
aquella idea a la que, propiamente hablando, pertenece el nombre de frugalidad,
o que se conforme con aquella ley que es el patrón de la virtud y del vicio.....Como
nuestras ideas complejas de las SUBSTANCIAS
quedan todas referidas a modelos en las cosas mismas, pueden ser falsas... ....Son
ideas falsas: 1) cuando reúnen ideas simples que no tienen unión en la
existencia real de las cosas; como cuando a la forma y tamaño que existen
juntos en un caballo, se une, en la misma idea compleja, la capacidad de ladrar
como un perro; las cuales tres ideas, como quiera que se junten en la mente para
formar una idea, nunca se dan unidas en la naturaleza, y por eso a esta idea se
puede llamar una idea falsa de un caballo. 2) Las ideas de las substancias,
también son falsas cuando, de cualquier colección de ideas simples que en
efecto existan siempre juntas, se separa, por una negación directa, cualquier
otra idea simple que constantemente se halla unida a aquéllas. Así, si a la
extensión, a la solidez, a la fusibilidad, a la peculiar pesantez y al color
amarillo del oro, cualquiera junta en su pensamiento la negación de un mayor
grado de fijeza que la que hay en el plomo o el cobre, puede decirse que esa
persona tiene una idea compleja falsa, del mismo modo que cuando junta a esas
otras ideas simples la idea de una fijeza perfecta y absoluta. Porque, en ambos
casos, como la idea compleja de oro está formada de unas ideas simples que en
la naturaleza no están reunidas, puede decirse que es falsa. |
La verdad y la falsedad suponen siempre la afirmación y la negación....
ya que, en todos los casos en que una idea se dice verdadera o falsa, es a
partir de algún juicio que hace la mente, o que se supone que hace, de donde se
dice que es verdadera o falsa. Porque, como la verdad o la falsedad nunca están
sin alguna afirmación o negación, expresa o tácita, sólo se encuentran allí
donde se unen o separan signos, según el acuerdo o desacuerdo respecto a las
cosas que significan. Los signos que principalmente empleamos son ideas o
palabras, con los cuales hacemos proposiciones mentales o verbales.... Por lo
tanto, de toda idea que tengamos en la mente, conforme o no a la existencia de
las cosas, o a otras ideas en la mente de otros hombres, no podrá por sólo
eso, decirse que es falsa....sino que el equívoco y la falsedad tiene lugar:....
Primero, cuando teniendo la mente una idea, juzga y concluye que es la misma que
otra idea en la mente de otros hombres, significada por el mismo nombre, o que
está de acuerdo con la significación o definición comúnmente recibida de esa
palabra, si, en efecto, no hay tal acuerdo; equívoco, el más usual respecto a
los modos mixtos, aunque otras ideas también pueden incurrir en él.... Segundo,
cuando teniendo la mente una idea completa formada de una colección de ideas
simples, tales como la naturaleza nunca junta, juzga la mente que su idea está
de acuerdo con una especie de criaturas realmente existente; como cuando reúne
la pesantez del estaño al color, a la fusibilidad y a la fijeza del oro.... Tercero, cuando en su idea compleja la mente ha unido un cierto número
de ideas simples que en efecto existen juntas en alguna clase de criaturas, pero
al mismo tiempo ha dejado fuera otras ideas igualmente inseparables, y juzga que
esa su idea es una idea completa perfecta de una clase de cosas, cuando en
realidad no lo es. Así, por ejemplo, habiendo juntando las ideas de substancia,
de amarillo, de maleable, de muy pesado y de fusible, la mente toma esa idea
compleja como una idea completa del oro, cuando, sin embargo, la fijeza peculiar
del oro y su solubilidad en agua regia son tan inseparables de aquellas otras
ideas o cualidades de dicho cuerpo, como éstas lo son las unas de las otras.....Cuarto,
aún mayor es el equívoco cuando yo juzgo que esta idea compleja contiene en sí
misma la esencia real de cualquier cuerpo existente, puesto que lo más que
contiene es solamente algunas pocas de esas propiedades que fluyen de su esencia
y constitución. Y digo solamente algunas pocas de esas propiedades, porque,
como esas propiedades consisten, en su mayoría, en poderes activos y pasivos
que tiene el cuerpo respecto de otras cosas, todas las propiedades de un cuerpo
que vulgarmente son conocidas y de las cuales usualmente se forman las ideas
complejas de las clases de cosas no son sino muy pocas en comparación con lo
que un hombre que la haya de diversos modos probado y examinado....La esencia de
un triángulo es muy limitada: consiste en muy pocas ideas; tres líneas que
cierran un espacio componen esa esencia. Pero las propiedades que fluyen de esa
esencia son más de las que fácilmente pueden conocerse o enumerarse. Así me
imagino que acontece respecto a las substancias: sus esencias reales quedan
comprendidas entre límites estrechos, aunque las propiedades que fluyen de esa
interna constitución son un sinfín. |
Para concluir, como el hombre no tiene noción alguna de
ninguna cosa fuera de él, sino por la idea que tenga de ella en su mente (la
cual idea el hombre tiene poder para llamarla por el nombre que le venga en
gana), puede, ciertamente, forjarse una idea que ni responda a la realidad de
las cosas, ni vaya de acuerdo con las ideas comúnmente significadas por las
palabras de otros hombres, pero no puede hacerse una idea equivocada o falsa de
una cosa que no conoce de otro modo que no sea por la idea que tiene de ella....Por
todo ello, con más propiedad, pueden llamarse las ideas correctas o
equivocadas. Acerca de todo este asunto pienso que nuestras ideas, en cuanto las
considera la mente con referencia al significado propio de sus nombres, o bien
con referencia a la realidad de las cosas, muy aptamente pueden llamarse ideas
correctas o equivocadas, según que se conformen, o no, a aquellos modelos a los
cuales quedan referidas.
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