TEXTO2A

El hombre, aunque tenga gran variedad de pensamientos, y de tal clase que de ellos otros hombres, al igual que él, puedan recibir provecho y satisfacción, sin embargo, tiene alojados en su pecho estos pensamientos, escondidos e invisibles a la mirada de los demás hombres, de tal manera que no se pueden manifestar por sí solos. Pero como el confort y progreso de la sociedad no se podían lograr sin la comunicación de los pensamientos, se hizo necesario que el hombre encontrara unos signos externos sensibles, por los que esas ideas invisibles, de las que están hechos sus pensamientos, pudieran darse a conocer a los demás hombres. Y para cumplir este fin, nada más a propósito, tanto por su riqueza como por su rapidez, que aquellos sonidos articulados de los que se encontró dotado y podía producir con tanta facilidad y variedad. De esta manera es como podemos llegar a imaginar cómo las palabras, tan bien adaptadas por naturaleza a aquel fin, llegaron a ser empleadas por los hombres para que sirvieran de signos de sus ideas; y no porque hubiese relación entre determinadas ideas y los sonidos articulados, pues en ese caso existiría un único lenguaje entre todos los hombres, sino por una imposición voluntaria, por la que una palabra se convierte, de forma arbitraria, en el signo de una idea determinada. De esta forma, el uso de las palabras consiste en que sean las señales sensibles de las ideas
Comentario

































































TEXTO2B

Las palabras, en su significación primera o inmediata, no significan nada, excepto las ideas que están en la mente del que las emplea, por muy imperfecta o descuidadamente que esas ideas se hayan recogido de las cosas que se suponen representan. Cuando un hombre se dirige a otro, es para que éste le entienda; y la finalidad del habla consiste en que aquellos sonidos puedan, en cuanto señales, dar a conocer sus ideas al oyente. Resulta, por tanto, que las palabras son las señales o signos de las ideas del hablante.
Comentario

































































TEXTO2C

Siendo las palabras signos voluntarios, no pueden ser signos voluntarios impuestos por el que desconoce las cosas. Ello supondría hacerlas signos de nada, sonidos sin significación. Un hombre no puede hacer de sus palabras los signos o cualidades de las cosas, o de las concepciones en la mente de los otros hombres, si él mismo no tiene ninguna idea de ello. Hasta el momento en que él no tenga algunas ideas propias,.... no podrá usar signos para ellas: serían signos de lo que desconoce, y, por tanto, de nada. Pero cuando se representa a sí mismo las ideas de otros hombres por algunas ideas propias, si consiente en darles los mismos nombres que otros hombres, sigue dándoles nombres a sus propias ideas, a las ideas que tiene, no a las que no tiene...... El niño que solamente tiene noticia del metal llamado oro por su brillante color amarillo, aplicará la palabra oro tan sólo a la idea de este color, y a nada más. Y, por tanto, denominará con el mismo color la cola del pavo real. Pero otro que haya observado más detenidamente añadirá al amarillo brillante la idea de gran peso, y entonces, al usar la palabra oro, significará la idea compleja de una sustancia que es amarilla brillante y de gran peso. Otra persona añadirá la fusibilidad a esas cualidades, con lo que la palabra oro pasará a significar un cuerpo, brillante, amarillo, fusible y muy pesado. Aún habrá otro que añada la cualidad de maleable. Cada una de esas personas usa la misma palabra oro cuando tiene la ocasión de expresar la idea a la que la ha aplicado; pero resulta evidente que cada uno puede aplicarla tan sólo a su propia idea, y no convertirla en signo de una idea compleja que no tenga.
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TEXTO2D

Pero aun cuando las palabras, según las usan los hombres, sólo puedan significar propia e inmediatamente las ideas que están en la mente del hablante, sin embargo, hacen en su pensamiento una referencia secreta a otras dos cosas.
Primero, ellos suponen que las palabras son también señales de las ideas en las mentes de otros hombres con los que se comunican, porque de lo contrario se expresarían en vano y no podrían hacerse comprender...y se dan por satisfechos con pensar que es suficiente con usar las palabras, según se las imaginan....Pero como los hombres no quisieran que se pensara que hablan tan sólo a partir de sus propias imaginaciones, sino de las cosas tal como son en la realidad, imaginan por ello frecuentemente que sus palabras también significan la realidad de las cosas..... Permítaseme, sin embargo, decir aquí que.... esto acarrea inevitable confusión y oscuridad en su significado, el hacer que signifiquen cualquier otra cosa que las ideas que tenemos en nuestra mente.

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TEXTO2E

Asimismo, conviene tener en cuenta, en lo que se refiere a las ideas, lo siguiente:
Primero, que, al ser los signos de las ideas de los hombres, y por este motivo los instrumentos de los cuales se valen para comunicar sus concepciones, y expresar a los demás esos pensamientos e imaginaciones que se encierran en sus pechos, sucede que, por el uso constante, llegan a establecer cierta conexión entre los sonidos y las ideas que significan, de tal manera que los nombres, apenas oídos, provocan casi inmediatamente ciertas ideas......Segundo, dado que la significación propia e inmediata de las palabras son las ideas en la mente de los hablantes, con todo, porque llegamos a aprender por la costumbre ciertos sonidos articulados desde la cuna, y siempre los tenemos a mano en nuestra memoria, y dispuestos en la lengua, sin que, a pesar de todo, tengamos siempre el cuidado de examinar o de establecer perfectamente su significación, resulta con frecuencia que los hombres, incluso cuando se aplican a una consideración más atenta, fijan más sus pensamientos en las palabras que en las cosas, Y dado que
muchas palabras se aprenden antes de conocer las ideas que significan, algunos, y no sólo los niños sino también algunos hombres, pronuncian algunas palabras como los loros, tan sólo porque las han aprendido y se han acostumbrado a sus sonidos. 
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