TEXTO33A

Siendo particulares todas las cosas existentes, tal vez sea razonable el considerar que las palabras, que deben conformarse a las cosas, también lo sean -me refiero a su significado; sin embargo, vemos que es muy al contrario. La mayor parte de las palabras que forman todos los lenguajes son términos generales; lo cual no ha sido efecto de la negligencia o la fortuna, sino de la razón y la necesidad.
En primer lugar, es imposible que cada cosa particular tenga un nombre peculiar distinto, porque.....está por encima del poder humano la capacidad de forjar y retener ideas distintas de todas las cosas particulares con las que entramos en contacto; cada pájaro y cada bestia que el hombre ve; cada árbol o planta que afecta sus sentidos, no podrían tener un lugar en el entendimiento más espacioso.....En segundo lugar, si fuera posible, sería inútil, ya que no serviría al fin principal del lenguaje. En vano los hombres amontonarían nombres de cosas particulares, que no les servirían para nada al comunicar sus pensamientos... Esto no se consigue aplicando nombres a las cosas particulares....En tercer lugar, y aun admitiendo que esto resultara factible (lo que no creo), convendría además advertir que un hombre para una cosa particular no sería dé gran utilidad para el desarrollo del conocimiento, el cual, aunque esté fundado en las cosas particulares, se amplía por concepciones generales.

Comentario

































































TEXTO33B

El siguiente tema que debemos abordar es cómo se forjan las palabras generales. Porque, desde el momento en que todas las cosas existentes son sólo particulares, ¿cómo llegamos a forjar términos generales, o en qué lugar encontraremos esas naturalezas generales que se suponen están significadas por esos términos? Las palabras se llegan a hacer generales porque son los signos de las ideas generales; y las ideas se convierten en generales cuando se separan de las circunstancias de tiempo y lugar y de cualquier otra idea que pueda determinarlas a ellas a esta o aquella existencia particular. Por esta vía de abstracción se habilita a las ideas para representar a más de un individuo.
Comentario

































































TEXTO33C

Sin embargo, para deducir más claramente esto, tal vez no resulte del todo inadecuado remontarnos hasta los orígenes de nuestras nociones y nombres, y observar los grados por los que procedemos y las etapas por las que ampliamos nuestras ideas desde la primera infancia. Nada resulta más evidente que las ideas que se forman los niños sobre las personas que tienen trato con ellos, por emplear solamente este ejemplo, son como las personas mismas, sólo que particulares. Las ideas de la nodriza y de la madre están perfectamente grabadas en sus mentes, y representan, como si se tratase de retratos de esas personas, tan sólo a estos individuos. Los nombres que ellos escuchan por vez primera se limitan a designar a estos individuos, y estos nombres de nodriza y mamá, que el niño emplea, únicamente designan a estas personas. Después, cuando en virtud del tiempo y el trato prolongado observa que existen en el mundo muchas otras cosas que, por algún acuerdo común en la forma y en otras cualidades se parecen a su padre y a su madre, y a esa persona con las que se relaciona, se hace una idea en la que descubre que participan todos esos individuos, y a la que, por ejemplo, dan el nombre de hombre, como los demás. Y de esta manera llegan a tener un nombre general y una idea general; en ella, éstos no inventan nada nuevo, sino que abandonan los aspectos parciales o particulares de cada una de estas personas, Pedro o Jaime, María o Juana, dejándolos al margen de la idea compleja, y reteniendo tan sólo lo que es común a todas ellas.
Comentario

































































TEXTO33D

Y aquel que piense que las naturalezas generales o nociones son otra cosa que semejantes ideas abstractas, y parciales de otras más complejas, tomadas en principio de otras existencias particulares, me temo que tenga bastante dificultad para encontrarlas. Pues que me expliquen razonada- mente en qué difiere la idea de hombre de la de Pedro o Pablo, o la idea de caballo de la de Bucéfalo, si no es en haberse dejado fuera lo peculiar de cada individuo, y en mantener la parte de esas ideas complejas particulares de las otras existencias particulares con las que ellas coinciden con las que se forja una nueva y distinta idea compleja a la que se da el nombre de animal, logramos un término más general que abarca a los hombres y a otras criaturas. Dejemos a un lado las ideas de animal, sentidos y movimiento espontáneo, y la idea compleja remanente, formada por las ideas simples remanentes de cuerpo, vida y alimento, deviene en una idea simple todavía más general que se engloba bajo el término más comprensivo de ser viviente....Y si, en lugar de dicha enumeración, los hombres se han habituado a emplear el término general más próximo, no ha sido por una necesidad, o en virtud de una mayor claridad, sino por mayor comodidad y rapidez. Pues yo pienso que para aquel que desee conocer qué idea se significa con la palabra hombre, si se afirmara que el hombre era una sustancia extensa sólida, dotada de vida, sentidos, movimiento espontáneo, y de la facultad de razonar, no dudo que el significado del término hombre se comprendería igualmente bien, y que la idea que define ese término se conocería al menos tan claramente como cuando se le define como un animal racional.
Comentario

































































TEXTO33E

Para volver a las palabras generales, es claro, e por todo lo que se ha dicho, que lo general y lo universal no pertenecen a la existencia real de las cosas, sino sólo a los signos, sean Palabras o ideas. Como ya Se dijo, las palabras son generales cuando se usan como signos de ideas generales, y de esta manera se pueden aplicar indiferentemente a muchas cosas particulares; y las ideas son generales cuando se forman para representar muchas cosas particulares; Pero la universalidad no pertenece a las cosas mismas, todas las cuales son particulares en su existencia, incluso aquellas palabras e ideas que son generales en, su significación. por ello cuando abandonamos lo particular, las generalidades que quedan son tan sólo criaturas de nuestra propia hechura: su naturaleza general no es más que la capacidad que se les otorga por el entendimiento de significar o representar muchas particulares. Porque su significación no es sino una relación que la mente humana les añade.
Comentario

































































TEXTO33F

El siguiente ejemplo que deberemos considerar es qué clase de significación es la que tienen las palabras generales. Porque es evidente que no significan simplemente una cosa particular, ya que entonces no serían términos generales, sino nombres propios; por otra parte, es también evidente que no significan una pluralidad, puesto que entonces significarían lo mismo hombre y hombres y la distinción que los gramáticos llaman número resultaría superflua e inútil, Acontece, entonces, que lo que las palabras generales significan es una clase de cosas; y cada una de ellas significa eso por ser el signo de una idea abstracta que tenemos en la mente, y dicha idea, en tanto en cuanto las cosas existentes se conforman a ella, caen bajo ese nombre, o, lo que es igual, son de esa clase. De lo que se deduce que las esencias de las diversas clases, o de las especies de las cosas (si se prefiere el término latino), no son sino esas ideas abstractas. Porque, como el tener la esencia de cualquier especie es lo que hace que una cosa sea de esa especie, y como la conformidad con la idea, a la que se añade el nombre, es lo que da el derecho a llevar ese nombre, el tener la esencia y el guardar esa conformidad tienen que ser necesariamente lo mismo, pues el ser de cualquier especie y el tener el derecho al nombre de esa especie es la misma cosa. Así, por ejemplo, ser un hombre, o la especie hombre, y tener el derecho al nombre de hombre, es todo lo mismo.
Comentario

































































TEXTO33G

Sin embargo, creo que podemos afirmar que su clasificación bajo ciertos nombres es un producto del entendimiento, motivado por la similitud que observa entre ellos, para elaborar las ideas abstractas y establecerlas en la mente con ciertos nombres para cada una de ellas, como modelos o formas.... Pues cuando decimos éste es un hombre, eso es un caballo; esto es la justicia, aquello la crueldad; esto es un reloj, aquello una prensa, qué es lo que hacemos sino clasificar las cosas bajo diversos nombres específicos, en tanto en cuanto dichas cosas se conforman con aquellas ideas abstractas de las que las hemos hecho signos. Y ¿qué son las esencias de esas especies, fijadas y marcadas por ciertos nombres, sino esas ideas abstractas que existen en la mente, que son, como si dijéramos, los vínculos entre las cosas particulares existentes y los nombres bajo los que deben quedar clasificadas? Y cuando los nombres generales tienen cualquier conexión con los seres particulares, esas ideas abstractas constituyen el medio que establece su unión, así que la esencia de las especies, tal como la distinguimos y denominamos, no pueden ser otra cosa que esas ideas abstractas que tenemos en la mente. Por tanto, las supuestas esencias reales de las sustancias, si difieren de nuestras ideas abstractas.... Cuando determinamos las especies de las cosas por nuestras ideas abstractas, resulta fácil resolver esta cuestión; pero si alguien pretende basarse en esto por las supuestas esencias reales, supongo que se verá totalmente perdido
Comentario

































































TEXTO33H

Parece oportuno considerar las distintas significaciones de la palabra esencia.
En primer lugar, se puede considerar que la esencia es cualquier cosa, en virtud de lo cual es lo que es. Y así la constitución real e interna de las cosas (generalmente desconocida en las sustancias), de la que dependen sus cualidades que se pueden descubrir, puede llamarse su esencia.....En segundo lugar, habiéndose ocupado largamente en las enseñanzas y disputas de las escuelas de los géneros y las especies, la palabra esencia ha llegado casi a perder su significado original, y, de esta manera, en lugar de aplicarla a la constitución real de las cosas, ha sido aplicada casi exclusivamente a la constitución artificial de los géneros y las especies....
Existe entre la esencia nominal y el nombre una conexión tan estrecha que el nombre de cualquier clase de cosa no puede ser atribuido a un ser en particular si no tiene esa esencia por la que responde a esa idea abstracta de que el nombre es el signo.....Habiendo distinguido las esencias en nominal y real, podemos observar que siempre son las mismas en las especies de las ideas simples y de los modos; mientras que, en las sustancias, son completamente diferentes. Así, una figura que encierra un espacio entre tres líneas es tanto la esencia real como la esencia nominal de un triángulo; pues, al ser tan sólo la idea abstracta a la que va anejo el nombre general, sino la misma esencia o ser de la cosa en sí, es el fundamento de donde fluyen todas sus propiedades, y al cual se hallan inseparablemente unidas. Pero ocurre de manera muy diferente cuando se trata de ese fragmento de materia que forma el anillo que tengo en el dedo, donde esas dos esencias son visiblemente diferentes. Porque de la constitución real de sus partes
insensibles dependen todas esas propiedades de color, peso, fusibilidad, fijeza, etc., que se pueden observar en él; y esa constitución no es desconocida, por lo que no teniendo ninguna idea de ella, no tenemos ningún nombre que sea su signo. Pero son su color, peso, fusibilidad, fijeza, etc., lo que hacen que sea oro, o le den derecho a ese nombre, que, por ello, constituye su esencia nominal. Pues ninguna cosa puede llevar el nombre de oro si no es aquélla cuyas cualidades se conformen con esa idea abstracta compleja a la que se da ese nombre.
Comentario

































































TEXTO33I

En lo que se refiere a las esencias reales de las sustancias corporales (por mencionar éstas solamente) hay, si no me equivoco, dos opiniones. La una es la de quienes, usando la palabra esencia sin saber para qué, suponen un cierto número de esas esencias según las cuales están hechas todas las cosas naturales, y en las que participan de manera exacta cada una de esas cosas para llegar a ser, de esa manera, de tal o cual especie. La otra opinión, más racional, es la de quienes consideran que todas las cosas tienen una constitución real, pero desconocida, de sus partes insensibles, de la que fluyen aquellas cualidades sensibles que sirven para distinguir las unas de las otras, según tengamos ocasión de ordenarlas en clases bajo denominaciones comunes. La primera de estas opiniones, que supone esas esencias como un cierto número de formas o moldes en que han sido vaciadas todas las cosas naturales existentes, me imagino que ha constituido un motivo de gran perplejidad para el conocimiento de las cosas naturales. La frecuente producción de monstruos en todas las especies animales, y de idiotas y otros extraños productos en los nacimientos humanos, acarrean dificultades que son incompatibles con esa hipótesis, desde el momento en que resulta imposible que dos cosas que participen de la misma esencia real puedan tener propiedades diferentes, lo mismo que dos figuras que participan de la misma esencia real de un círculo no pueden tener propiedades diferentes. Sin embargo, aunque no existieran otras razones en contra, la misma suposición de que las esencias no pueden ser conocidas, y el hacer de ellas, con todo, algo que distingue las especies de las cosas, resulta tan completamente inútil y tan inservible para cualquier parte de nuestro conocimiento, que eso por sí solo es suficiente para desecharla y para contentarnos con esencias de las clases o especies de las cosas dentro del alcance de nuestro conocimiento, las cuales, una vez que se consideren seriamente, se verá, según 'ya dije, que no son sino aquellas ideas complejas abstractas a las que hemos anexado nombres generales distintos.
Comentario

































































TEXTO33J

Se nos dice con respecto a las esencias, o sea, que son en su totalidad ingenerables e incorruptibles. Lo cual no resulta cierto para las constituciones reales de las cosas, que surgen y perecen con ellas. Todas las cosas existentes, con excepción de su Autor, están sometidas al cambio, en especial aquellas de las que tenemos conocimiento y que hemos dividido en grupos, bajo distintos nombres y signos. Así lo que hoy es hierba, mañana será carne de cordero, y, después de unos cuantos días, se convertirá en parte de un hombre. En todos estos cambios y otros similares es evidente que la esencia real de las cosas - su constitución de la que dependían sus propiedades respectivas - ha sido destruida y perece con ella. Pero las esencias, tomadas de las ideas establecidas en la mente, con nombres añadidos a ellas, se supone que permanecen constantemente igual, cualquiera que sea el cambio a que han sido sometidas las sustancias particulares. Pues independientemente de lo que ocurriera con Alejandro o Bucéfalo, las ideas a las que van anejos los nombres de hombre y de caballo se supone que permanecen igual; y así las esencias de esas especies se conservan en su totalidad e indestructibles, cualesquiera que sean los cambios que experimenten los individuos de esas especies. De donde se infiere que la esencia de una especie subsiste segura y entera, incluso sin la existencia de un solo individuo de esa clase.... De todo lo que se ha dicho resulta evidente que la doctrina de la inmutabilidad de las esencias prueba que solamente son ideas abstractas, y que esa doctrina se funda sobre la relación que se establece entre esas ideas y ciertos sonidos que son sus signos.....Para terminar, he aquí algunas cosas que quisiera decir muy brevemente. Todo este gran asunto de los géneros y las especies, y de sus esencias, se reduce sólo a esto: que los hombres que forman ideas abstractas, y las fijan en sus mentes con sus nombres, se capacitan de ese modo para considerar las cosas y discurrir sobre ellas....para comunicar de manera más fácil y rápida sus conocimientos, los cuales avanzarían muy lentamente si sus palabras y pensamientos estuvieran limitados sólo a lo particular.
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