Desde el momento en que la mente,
en todos sus pensamientos y razonamientos, no tiene ningún otro objeto
inmediato que sus propias ideas, las cuales ella sola contempla o puede
contemplar, resulta evidente que nuestro conocimiento está dirigido sólo
a ellas.
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Pero para entender con un poco más de
distinción en qué consiste este acuerdo o desacuerdo, pienso que podemos
reducirlo todo a cuatro clases:
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En cuanto a la primera clase de
acuerdo, es decir, identidad o diversidad, el primer acto de la mente,
cuando tiene algunos sentimientos o ideas, consiste en percibirlas (para
conocer lo que sea cada una de ellas), y, de esta manera, en percibir
también sus diferencias y que la una no es la otra....Por medio de ello
la mente percibe de manera clara e infalible que cada idea está de
acuerdo consigo misma y que es lo que es, y además que todas las ideas
distintas están en desacuerdo, es decir que una no es la otra; y esto lo
hace sin ningún esfuerzo, trabajo o deducción, a primera vista, por su
capacidad natural de percepción y distinción. Y aunque los hombres del
arte hayan reducido esto a aquellas reglas generales de que «lo que es,
es», y de que «es imposible que la misma cosa sea y no sea», para poder
aplicarlas a todos los casos en los que haya ocasión de reflexionar sobre
ello, es cierto, sin embargo, que esta
facultad se ejercita primero sobre ideas particulares. Un hombre conoce,
de manera infalible, tan pronto como adquiere en su mente las ideas de
blanco y redondo, las ideas que son, y que no son las que él llama rojo o
cuadrado. Y no existe en el mundo máxima o proposición que pueda hacérselo
conocer más clara o ciertamente de lo que ya lo conocía y sin la ayuda
de ninguna regla general. Este es, entonces, el primer acuerdo o
desacuerdo que la mente percibe en sus ideas, el cual siempre lo percibe a
primera vista. |
La segunda clase de acuerdo o de
desacuerdo que la mente percibe en cualquiera de sus ideas pienso que
puede denominarse relativo; y no es sino la percepción de la relación
entre dos ideas cualesquiera, de cualquier clase, sean sustancias, modos o
cualquier otras. Pues... si no pudiéramos percibir ninguna relación
entre nuestras ideas, ni descubrir el acuerdo o desacuerdo que existe
entre ellas, según los diversos medios de que se vale la mente para
compararlas, no habría en absoluto lugar para ningún conocimiento
positivo. |
La tercera clase de acuerdo o de
desacuerdo que se encuentra en nuestras ideas, y en lo que se ocupa
la percepción de la mente, es la
coexistencia o no coexistencia en el mismo sujeto; y esto pertenece en
particular a las sustancias. Así, cuando nos referimos al oro diciendo
que es fijo, nuestro conocimiento de esta verdad no pasa de que la fijeza
o el poder de permanecer en el fuego sin consumirse es una idea que
siempre acompaña y está unida a esa especie particular de amarillo,
fusibilidad, maleabilidad y solubilidad en aqua regia, que componen la
idea compleja que significamos por la palabra oro. |
La cuarta y última clase es la de
la existencia real y actual en cuanto está de acuerdo con cualquier idea.
Pienso que dentro de estas cuatro clases de
acuerdo o desacuerdo está contenido todo el conocimiento que tenemos o
del que somos capaces. Porque todas las investigaciones que podemos
realizar sobre nuestras ideas, todo lo que sabemos o podemos afirmar sobre
cualquiera de ellas, es que es o no es la misma que alguna otra, que
coexiste o no coexiste siempre con otra idea en un mismo sujeto; que tiene
esta o aquella relación con otra idea; o que tiene una existencia real más
allá de la mente. Así, «el azul no es amarillo», es una falta de
identidad. «Dos triángulos que tienen sus bases iguales entre líneas
paralelas son igjuales», de relación. «El hierro es susceptible de
recibir impresiones magnéticas», de coexistencia, y «Dios es», de
existencia real. Y aunque la identidad y la coexistencia no son en verdad
sino relaciones, sin embargo, como son unas formas tan peculiares de
acuerdo o desacuerdo de nuestras ideas, deberán ser consideradas como
aspectos distintos, y no dentro de las relaciones en general, puesto que
son fundamentos diferentes de afirmación y negación, como fácilmente
advertirá aquel que reflexione sobre lo que se dice en varios lugares de
este ensayo. |
Ahora me gustaría proceder a
examinar los distintos grados de nuestro conocimiento, pero antes se hace
necesario considerar las diferentes acepciones de la palabra conocimiento.
Hay diversos caminos por los que la mente llega a poseer la verdad, cada
uno de los cuales se llama conocimiento.
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