TEXTO 2A

Me parece que la diferencia que hay en la claridad de nuestro conocimiento depende de las diferentes maneras de percepción de la mente sobre el acuerdo o desacuerdo de cualquiera de sus ideas. Porque si reflexionamos sobre nuestras maneras de pensar encontraremos que algunas veces la mente percibe el acuerdo o desacuerdo de dos ideas de un modo inmediato y por sí mismas, sin la intervención de ninguna otra: a esto pienso que se le puede llamar conocimiento intuitivo. Pues en estas ocasiones, la mente no se esfuerza en probar o en examinar, sino que percibe la verdad como el ojo la luz, solamente por- que se dirige a ella. Así la mente percibe que lo blanco no es lo negro, que un círculo no es un triángulo, que tres son más que dos e igual a uno más dos. Tales clases de verdades la mente las percibe a primera vista a partir de las ideas juntas, por mera intuición, sin la intervención de ninguna otra idea......El segundo grado de conocimiento es aquel en que la mente percibe el acuerdo o desacuerdo de cualquier idea, pero no inmediatamente....En este caso, la mente permanece en ignorancia o, al menos, no va más lejos de una conjetura probable. La razón por la que la mente no siempre puede percibir inmediatamente el acuerdo o desacuerdo de dos ideas es porque esas ideas, respecto a las cuales se inquiera su acuerdo o desacuerdo no pueden ser reunidas por ella para hacerlo patente. Entonces, en este caso, cuando la mente no puede reunir sus ideas por una comparación inmediata, para percibir su acuerdo o desacuerdo, o por una yuxtaposición o aplicación la una de la otra, se ve obligada mediante la intervención de otras ideas (de una o de más, según los casos) a descubrir el acuerdo o desacuerdo que busca; y a esto es a lo que llamamos raciocinar. De esta manera, cuando la mente desea saber el acuerdo o des- acuerdo en magnitud entre los tres ángulos de un triángulo y dos rectos, no puede hacerlo por medio de una mirada inmediata y comparándolos entre sí, porque los ángulos de un triángulo no pueden tomarse en conjunto y compararse con otro u otros dos ángulos; y de esta manera, la mente no tiene un conocimiento inmediato o intuitivo. En este caso la mente necesita acudir a otros ángulos, con respecto a los cuales los tres ángulos de un triángulo tengan una igualdad, y una vez haya descubierto que son iguales a dos rectos, llegue al conocimiento de que los anteriores eran también iguales a dos rectos.....Estas ideas intervinientes, que sirven para mostrar el acuerdo de otras dos cualesquiera, reciben el nombre de pruebas; y cuando el acuerdo o desacuerdo se percibe de manera clara y llana por medio de ellas, se le llama demostración, puesto que le ha sido mostrado al entendimiento, y la mente ha podido ver que es así. La rapidez que tenga la mente para descubrir esas ideas intermedias (que pueden descubrir el acuerdo o desacuerdo de otras), y para aplicarlas correctamente, es, supongo, lo que se llama sagacidad.....Aunque este conocimiento, alcanzado por medio de pruebas intervinientes, sea cierto, sin embargo no alcanza una evidencia tan clara y luminosa, ni un asentimiento tan rápido como el conocimiento intuitivo. Porque, aunque en la demostración la mente llega al final a percibir el acuerdo o desacuerdo de las ideas que considera, no lo consigue, sin embargo, sin trabajo y atención, y necesita más que una mirada pasajera para encontrarlo.
Comentario





























































TEXTO 2B

Otra diferencia entre el conocimiento intuitivo y el demostrativo es que, aunque en este último toda duda desaparece cuando se percibe el acuerdo o el desacuerdo, por medio de la intervención de las ideas inmediatas, sin embargo, antes de la demostración existía la duda, lo que en el conocimiento intuitivo no le puede suceder... Por otro lado, aunque verdad es que la percepción producida por la demostración es también muy clara; sin embargo, es con frecuencia una percepción muy disminuida en relación con ese lustre evidente y plena seguridad que siempre acompaña a eso que yo llamo conocimiento intuitivo. Este sería similar a una cara reflejada por varios espejos, de uno a otro, donde, en tanto se mantenga la similitud y el acuerdo con el objeto, se produce el conocimiento; pero sucede que en los reflejos sucesivos se va advirtiendo una pérdida de esa claridad perfecta y de aquella distinción que existían en el primer reflejo; hasta que, finalmente, después de muchos cambios, se produce una gran confusión en las imágenes, y no resulta reconocible a primera vista...Lo mismo sucede con el conocimiento que se ha logrado tras una larga sucesión de pruebas.....Además, para hacer cualquier demostración resulta necesario percibir el acuerdo inmediato entre las ideas que intervienen, por lo que se conoce el acuerdo o desacuerdo de las dos ideas que se examinan, de las cuales una es siempre la primera y la otra la última en el enunciado. Esta percepción intuitiva del acuerdo o desacuerdo de las ideas intermedias, en cada paso y progresión de la demostración, debe ser retenida con exactitud en la mente, y todo hombre deberá estar seguro de que no omite ninguna parte. Lo cual, cuando son deducciones muy largas, y en las que se usan muchas pruebas, la memoria no siempre puede retenerlo de manera tan real y exacta; por ello suele suceder que este conocimiento es más imperfecto que intuitivo.
Comentario





























































TEXTO 2C

Estas dos, es decir, la intuición y la demostración, son los grados de nuestro conocimiento.....Hay, sin embargo, otra percepción de la mente que se emplea en la existencia particular de los seres finitos que están fuera de nosotros, y que sobrepasando la mera probabilidad, y no alzando, sin embargo, totalmente ninguno de os grados de certidumbre antes establecidos, pasa por el nombre de conocimiento.... Pero el que haya en nuestra mente algo más que meramente esa idea, el que de aquí podamos inferir la existencia cierta de algo fuera de nosotros que corresponda a esa idea, es lo que algunos hombres piensan que se debe cuestionar; porque los hombres pueden tener en sus mentes semejantes ideas, cuando tales cosas no existen, ni semejantes objetos afectan sus sentidos. Pero pienso que en este sentido estamos dotados de una evidencia que sobrepasa toda duda. Pues yo preguntaría a cualquiera si no está irremediablemente consciente en sí mismo de tener una percepción diferente cuando mira el sol por el día y cuando piensa en él durante la noche; cuando saborea el ajenjo, o huele una rosa, y cuando solamente piensa en ese sabor o en ese perfume. Así pues, encontramos que existe la misma diferencia entre cualquier idea revivida en la mente por la memoria y cualquiera que llega a nuestra mente por los sentidos, que la que existe entre dos ideas distintas. Y si alguien afirmara que un sueño puede provocar lo mismo, y que todas esas ideas pueden ser producidas en nosotros sin los objetos exteriores, estará muy contento de soñar que yo le puedo contestar esto: ... Que yo pienso que admitirá que hay una diferencia muy manifiesta entre soñar que está en el fuego, y estar en este momento en él.... Así que creo podemos añadir a las dos anteriores clases de conocimiento una tercera: el de la existencia de objetos externos particulares; por medio de esa percepción y conciencia que tenemos de la entrada actual de ideas a partir de ellos, y deducir que existen tres grados de conocimiento: intuitivo, demostrativo y sensitivo, en cada uno de los cuales hay diferentes grados y modos de evidencia y de certidumbre.
Comentario