SOBRE LA FALSEDAD EN LOS RAZONAMIENTOS, LAS OPINIONES Y LAS IMÁGENES
Extranjero. -¿Pero no es evidente que el pensamiento, la imaginación, la opinión, y todos estos géneros se producen en nuestras almas, tan pronto falsos como verdaderos?
Teetetes. -¿Cómo?
Extranjero. -El medio más seguro de comprenderlo es examinar la naturaleza de cada una de estas cosas, y en qué se diferencian las unas de las otras.
Teetetes. -Pues bien, guíame un poco.
Extranjero. -Digo, pues, que el pensamiento y el discurso no forman más que uno. He aquí toda la diferencia. El diálogo interior del alma, el que tiene consigo mismo, sin el auxilio de la voz, es lo que se llama pensamiento.
Teetetes. -Muy bien.
Extranjero. -El soplo que el alma exhala par la boca, articulándolo, es lo que se llama discurso.
Teetetes. -Es cierto.
Extranjero. –Además, sabemos que en nuestros discursos se encuentra lo siguiente.
Teetetes. -¿Qué?
Extranjero. -La afirmación y la negación.
Teetetes. -Lo sabemos.
Extranjero. -Y cuando la afirmación o la negación se producen en el alma, mediante el pensamiento y en silencio, ¿cómo llamara esto sino el juicio?
Teetetes. -Bien.
Extranjero. -Y si esta manera de ser es producida, no tanto por el pensamiento, como por la sensación, ¿hay un nombre que le cuadre mejor que el de imaginación?
Teetetes.
–No lo hay.
Sofista