Según Aristóteles para que pueda haber justicia tiene que haber cuatro
términos: al menos dos personas y dos cosas sobre las que se exprese lo justo.
Por ejemplo, en una distribución justa de bienes, deben existir al menos dos
personas y, también, dos tipos de bienes que se den a uno y al otro. La
desigualdad o injusticia surgiría cuando la distribución no es proporcional e
igualitaria lo que hace que puedan surgir las disputas y reclamaciones para las
que una comunidad tiene que estar preparada para resolver.
La justicia es un término medio que surgen entre el hecho de cometer
injusticia y padecerla. Es evidente que quien comete injusticia tiene más
( por
ejemplo, en una distribución de bienes injusta ) y el que la sufre tiene menos
( tiene menos tal distribución injusta de bienes ). En este contexto, la justicia
es un término medio ya que intentaría lograr lo igual entre lo que se presenta
como desigual.
La justicia no es un término medio del mismo modo que las otras virtudes
morales. En las virtudes morales el exceso y el defecto reciben nombres
distintos. Por ejemplo, la temeridad es un exceso ya que el temerario no teme lo
que debe, y, por otra parte, la cobardía es un defecto, ya que el cobarde teme
lo que debe. El valor es el término medio entre estos dos extremos. En
relación con la justicia, tanto el exceso como el defecto está representado
por el que comete injusticia que recibe más de lo que debiera y que da menos de lo
que debiera. En definitiva, como dice Aristóteles, la injusticia lo es por
defecto, si se sufre; y lo es por exceso si se comete.