En su tratamiento de la virtud, Aristóteles, señala que le interesa
analizar la virtud referida al ser humano ( virtud humana ) y que, además, tal
virtud humana se refiere no al cuerpo ( también podría decirse que un cuerpo
atlético es virtuoso ) sino a la virtud del alma ya que, únicamente
cuando ésta es virtuosa, puede conseguirse la felicidad.
Para entender correctamente la concepción aristotélica de la felicidad como
una actividad del alma según virtud hay que tener presente la diferencia
que Aristóteles establece entre lo que denomina la parte irracional y la
parte racional del alma. La parte irracional del alma realiza dos
funciones: una nutritiva ( no es específica del hombre pero si está
presente en él ) y la otra apetitiva ( tampoco es específica del ser
humano pero está presente en él ). La nutritiva no tendría nada
que ver con la parte racional del alma y, por ello, tampoco con la virtud y la
felicidad humanas.
Para entender correctamente la concepción aristotélica de la felicidad como
una actividad del alma según virtud hay que tener presente la diferencia
que Aristóteles establece entre lo que denomina la parte irracional y la
parte racional del alma. La parte irracional del alma realiza dos
funciones: una nutritiva ( no es específica del hombre pero si está
presente en él ) y la otra apetitiva ( tampoco es específica del ser
humano pero está presente en él ). La nutritiva no tendría nada que
ver con la parte racional del alma y, por ello, tampoco con la virtud y la
felicidad humanas. La parte irracional del alma realiza dos funciones: una
nutritiva (no es específica del hombre pero si está presente en él) y la
otra apetitiva ( tampoco es específica del ser humano pero está
presente en él ).La parte apetitiva, sin embargo, aunque
irracional, por tender a actuar como le apetece, y, por tanto, en muchas
ocasiones, en contra de los designios de la razón; puede también seguir los
dictados de tal razón obedeciéndola. En este sentido si tiene que ver la
moral. Por ello, señala Aristóteles, que el vicio sería el resultado
de la actuación en sí de la parte apetitiva del alma. Por su parte, la
virtud ( y, por tanto, la felicidad ) es posible cuando la parte irracional
del alma actúa de acuerdo con los designios de la razón.
Las virtudes relacionadas con la parte racional del alma, las denomina
virtudes dianoéticas o intelectuales. Mas adelante trataremos con
detenimiento esta cuestión.
Las virtudes relacionadas con la parte apetitiva e irracional del alma las denomina
Aristóteles como virtudes éticas o morales.