Aristóteles comienza señalando que el PLACER
parece estar asociado de un modo muy íntimo a nuestra propia naturaleza lo que
explica el que, por ejemplo, los educadores se sirvan del placer y del dolor
como un timón para dirigir a la infancia.
Por otro lado, el placer, parece ser también un
elemento de suma importancia en relación con la virtud moral y, consiguiente,
con la felicidad ya que todos parecen perseguir lo agradable y rehuir lo
molesto. Además el placer ha sido una constante en las reflexiones de múltiples
filósofos lo que justificaría, según Aristóteles, la necesidad de intentar
analizar y definir su naturaleza.