VOLUNTAD BUENA Y DEBER

Para desarrollar el concepto de una buena voluntad, digna de ser estimada por sí misma y sin ningún propósito exterior a ella), tal como se encuentra ya en el sano entendimiento natural, que no necesita ser enseñado sino más bien ilustrado); para desarrollar este concepto que se halla en la cúspide de toda la estimación que tenemos de nuestras acciones y que es la condición de todo lo demás, vamos a considerar el concepto del deber, que contiene el de una voluntad buena, aunque bajo ciertas restricciones y obstáculos subjetivos que, sin embargo, lejos de ocultarlo y hacerlo incognoscible, lo hacen resaltar por contraste y aparecer con mayor claridad. (Kant. Fundamentación de la metafísica de las costumbres)

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