Se ha supuesto hasta ahora que todo nuestro conocer debe regirse por los
objetos. Sin embargo, todos los intentos realizados bajo tal supuesto con vista a
establecer a priori, mediante conceptos, algo sobre dichos objetos -algo que ampliara
nuestro conocimiento- desembocaban en el fracaso. Intentaremos, pues, por una vez, si no
adelantaremos más en las tareas de la metafísica suponiendo que los objetos deben
conformarse a nuestro conocimiento cosa que concuerda ya mejor con la deseada posibilidad
de un conocimiento a priori de dichos objetos....Ocurre aquí como con los primeros
pensamientos de Copérnico. Este, viendo que no conseguía explicar los movimientos
celestes si aceptaba que las estrellas giraban alrededor del espectador, probó si no
obtendría mejores resultados haciendo girar al espectador y dejando las estrellas en
reposo. En la metafísica se puede hacer el mismo ensayo en lo que atañe a la intuición
de los objetos. Si ésta se rige por la naturaleza de los objetos, no veo como podría
conocerse algo a priori... (Continúa en diapositiva siguiente)