Si, en cambio, es el objeto el que se rige por la naturaleza de nuestra
facultad de intuición puedo representarme tal posibilidad.Ahora bien, no puedo pararme en
las intuiciones, si las quiero convertir en conocimientos, sino que debo referirlas a algo
como objeto suyo.... Y por ello tengo que suponer una de estas dos cosas: o bien los
conceptos, por medio de los cuales determino el objeto, se rigen por el mismo objeto, y
entonces me encuentro, una vez más, con el mismo embarazo sobre la manera de saber algo a
priori; o bien supongo que los objetos, es decir, la experiencia,...se rige por tales
conceptos...Y es que la experiencia constituye un tipo de conocimiento que requiere
entendimiento y éste posee unas reglas que yo debo suponer en mí antes de que los
objetos me sean dados, es decir, reglas a priori. Estas reglas se expresan en conceptos a
priori y a ellas se conforman necesariamente todos los objetos de la experiencia.