El Renacimiento

...oh estirpe divina vestida de humano...


Jorunn estaba en el jardín delante de su casa amarilla cuando sobre la una y media Sofía llegó sin aliento hasta la verja.

-¿Has estado fuera más de nueve horas? -exclamó Jorunn.

Sofía negó con la cabeza.

-He estado fuera más de mil años.

-¿Pero dónde has estado?

-Tenía una cita con un monje medieval. ¡Un tipo divertido!

-Estás chiflada. Tu madre llamó hace media hora.

-¿Qué le dijiste?

-Dije que te habías ido al quiosco.

-¿Y qué dijo ella?

-Que la llamaras cuando volvieras. Lo peor fue lo de mis padres. A las nueve entraron en mi habitación con chocolate caliente y panecillos. Una de las camas estaba vacia.

-¿Qué les dijiste?

-No te puedes imaginar que corte. Dije que te habías ido a casa porque nos habiamos peleado.

-En ese caso tenemos que darnos prisa y hacer las paces. Y que tus padres no hablen con mi madre durante unos días. ¿Crees que lo conseguiremos?

Jorunn se encogió de hombros. Al instante apareció el padre de Jorunn en el jardín con una carretilla. Se había puesto un mono. Era evidente que se disponía a quitar las hojas caídas el año anterior.

-Así que aquí están las amiguitas -dijo-. Bueno, ya no queda ninguna hoja.

-Qué bien -replicó Sofía-. Entonces quizás podamos tomar un café, ya que no pudimos desayunar.

El padre sonrió forzadamente, y Jorunn se sobresalto. En casa de Sofia siempre habían sido algo más informales que en la del  asesor financiero, señor Ingebrigtsen y señora.

-Lo siento, Jorunn -dijo Sofia-. Pero yo también debo participar en esta operación de camuflaje.

-¡Vas a contarme algo!

-Si me acompañas a casa. De todos modos ése no es asunto de asesores financieros o muñecas Barbie entradas en años.

-Qué asquerosa eres. ¿Acaso es mejor un matrimonio que cojea y manda a una de las partes al mar?

-Seguro que no. Pero yo no he dormido casi esta noche, y además me pregunto si Hilde será capaz de ver todo lo que hacemos.

Habían empezado a caminar hacia la casa de Sofía.

-¿Quieres decir que es vidente?

-Quizás sí. O quizás no.

Era evidente que a Jorunn no le hacían gracia todos aquellos secretos.

-Pero eso no explica que su padre envíe extrañas postales a una cabaña abandonada en el bosque.

-Admito que ése es un punto débil.

-¿No me vas a decir dónde has estado?

Se lo contó. Y también le habló del misterioso curso de filosofia.Lo hizo a cambio de una solemne promesa de que todo quedaría entre ellas dos.

Anduvieron un buen rato sin decir nada.

-No me gusta -dijo Jorunn. Se detuvo delante de la verja de Sofia dando a entender que allí daría la vuelta.

-Tampoco te he pedido que te guste. La filosofia no es un simple juego de mesa, ¿sabes?

Se trata de quiénes somos y de dónde venimos.

¿Te parece que aprendemos suficiente sobre eso en el colegio?

-De todos modos, nadie sabe las respuestas a esas preguntas.

-Ni siquiera nos enseñan a plantearnos esas preguntas.

La comida estaba en la mesa cuando Sofía entró en la cocina. No hubo comentarios de por qué no había llamado desde casa de Jorunn.

Después de comer dijo a su madre que quería dormir la siesta, porque apenas había dormido en casa de Jorunn, lo que no era nada raro cuando se dormia en casa de alguna amiga.

Antes de meterse en la cama se colocó delante del gran espejo de latón que habia colgado en la pared. Al principio no veía más que su propia cara, palida y cansada. Pero después... fue como si detrás de su propia cara apareciesen de pronto los contornos difusos de otra cara.

Sofía respiró hondo un par de veces. No debía empezar a imaginarse cosas.

Vio los nítidos contornos de su propia cara pálida enmarcada por el pelo negro, que no se adaptaba a otro peinado que el de la propia naturaleza, un peinado de pelo lacio. Pero debajo de este rostro también aparecía, como un espectro, la imagen de otra muchacha. De pronto la muchacha desconocida empezó a guiñarle enérgicamente los dos ojos.

Era como si quisiera dar a entender que de verdad estaba alli dentro, al otro lado. Sólo duró unos segundos. Luego desapareció.

Sofía se sentó en la cama. No dudaba de que la cara que había visto en el espejo fuera la de Hilde.

Una vez, durante un par de segundos, había visto una foto de ella en un carnet escolar en la Cabaña del Mavor. Tenía que ser la misma chica que había visto también en el espejo.

¿No era un poco extraño que estas cosas tan misteriosas siempre le sucedieran cuando estaba totalmente agotada? Asi siempre tenía que preguntarse luego si sólo habían sido imaginaciones.

Sofia colocó su ropa sobre una silla y se metió debajo del edredón. Se durmió al instante. Mientras dormía tuvo un sueño extrañamente intenso y claro. Soñó que estaba en un gran jardín donde había una caseta de madera, pintada de rojo, para guardar barcas. Sobre un muelle junto a la caseta roja estaba sentada una niña rubia mirando al lago. Sofía se acercó a ella, pero era como si la desconocida no se diera cuenta de que estaba alli. "Me llamo Sofía", dijo. Pero la desconocida no la veía ni la oía. «Al parecer eres ciega y sorda», le dijo Sofia. Y la chica estaba verdaderamente sorda a las palabras de Sofía. De pronto Sofía oyó una voz que llamaba: ¡Hildecita!. La niña se levanto inmediatamente del muelle y se fue corriendo hacia la casa. Entonces no debía de ser ni ciega ni sorda. De la casa salió un hombre de mediana edad corriendo hacia ella. Llevaba uniforme y boina azul. La niña desconocida se echó en sus brazos, y el hombre la cogió y le dio un par de vueltas por el aire. Sofia descubrió una pequeña cruz de oro en el muelle donde había estado sentada la niña. La cogió y la guardó en la mano. En esto se despertó.

Sofía miró el reloj. Había dormido un par de horas.Se incorporó en la cama y se puso a pensar en el extraño sueño.Habia sido tan intenso y tan claro que parecía haberlo vivido.

Estaba convencida de que la casa y el muelle del sueño existían de verdad en algún sitio. ¿No se parecían a aquel cuadro que había visto en la Cabaña del Mayor? Por lo menos no cabía duda de que la niña del sueño era Hilde Moller Knag y que el hombre era su padre que volvía del Líbano. En el sueño le habia recordado un poco a Alberto Knox...

Al hacer la cama descubrió una cadena con una cruz de oro debajo de la almohada. En la parte de atrás de la cruz estaban grabadas tres letras: "HMK".

Desde luego no era la primera vez que Sofia soñaba con que se encontraba alguna alhaja. Pero era la primera vez que lograba traerse la alhaja del sueño.

-¡Maldita sea! -se dijo en voz alta.

Estaba tan enfadada que abrió la puerta del armario y tiró la valiosa cadena al estante,junto al pañuelo de seda, el calcetín blanco y todas las postales del Líbano.

El domingo por la mañana la madre despertó a Sofía con un gran desayuno compuesto de panecillos calientes y zumo de naranja, huevos y ensaladilla rusa. No era normal que su madre se levantara antes que ella los domingos. Pero cuando ocurría, se esforzaba en preparar un sólido desayuno dominical antes de despertar a Sofia.

Mientras desayunaban la madre dijo:

-Hay un perro desconocido en el jardin. Ha estado dando vueltas por el viejo seto toda la manana. ¿Sabes qué está haciendo aquí?

-¡Ah si! -exclamó Sofía, pero en el mismo instante se mordió los labios.

-¿Ha estado aquí antes?

Sofía se levantó y se acercó a la ventana del salón que daba al gran jardín. Como se estaba imaginando, Hermes estaba tumbado delante de la entrada secreta al Callejón.

¿Qué podía decir? La madre se colocó a su lado sin darle tiempo a pensar en una respuesta.

-¿Has dicho que ese perro ya ha estado aquí antes?

-Supongo que habrá enterrado un hueso aqui. Y ahora ha vuelto para recoger su tesoro. Tambien los perros tienen memoria.

-¿Quizás sea eso, Sofía. Tú tienes más psicología que yo. Sofia pensó intensamente.

-Yo le acompanaré a su casa -dijo.

-¿Pero sabes dónde vive?

Se encogió de hombros.

-Tendrá un collar con las señas.

Un par de minutos más tarde Sofía estaba saliendo al jardín. Cuando Hermes la vió fue corriendo hacia ella, moviendo alegremente el rabo.

-Hermes, buen chico -dijo Sofia.

Sabía que su madre la estaba mirando desde la ventana.

¡Ojalá el perro no atravesara el seto! Pero no, se dirigió al caminito de gravilla delante de la casa y dió un salto hacia la verja.

Cuando ya habían salido a la calle, Hermes seguía andando un par de metros delante de Sofia. Dieron un largo paseo por las calles de chalets; no eran los únicos que estaban dando un paseo dominical. Había familias enteras caminando, y Sofía sintió algo de envidia.

De vez en cuando Hermes se alejaba para oler a algún otro perro o alguna cosa al borde de la cuneta, pero en cuanto Sofía lo llamaba volvia a su lado.

Habían cruzado ya un viejo corral, un gran polideportivo y un parque infantil cuando llegaron a un barrio más transitado. Continuaron bajando hacia el centro por una calle ancha y adoquinada, con trolebuses en medio.

Ya en el centro, Hermes la llevó por la Gran Plaza y luego por la Calle de la Iglesia. Salieron al barrio antiguo, donde había grandes casas de principios de siglo. Era casi la una y media.

Se encontraban en la otra punta de la ciudad. Sofía no venía por aquí a menudo. Pero una vez cuando era pequeña había visitado a una vieja tia suya en una de estas calles.

Pronto salieron a una pequeña plaza entre unas casas viejas. La plaza se llamaba Plaza Nueva, a pesar de la pinta de viejo que tenía todo. La ciudad en sí era muy vieja, de la Edad Media. Hermes se acercó al portal 14, donde se quedó esperando a que Sofía abriera la puerta. Ella notó como un vacio en el estómago.

Dentro del portal había un montón de buzones verdes. Sofía descubrió una postal pegada en uno de los buzones de la fila superior. En la postal había un sello con un mensaje del cartero que decia que el destinatario era desconocido. El destinatario era "Hilde Moller Knag, Plaza Nueva 14...". Estaba sellada el 15 de junio. Faltaban aun dos semanas, un detalle en el que, aparentemente, el cartero no se había fijado.

Sofia despegó la postal y leyo.

Querida Hilde.Sofía está llegando a casa del profesor de filosofía.Pronto cumplirá quince años, pero tú ya los cumpliste ayer.

¿O es hoy, Hildecita? Si es hoy al menos será muy entrado el día.Pero nuestros relojes no andan siempre completamente igual.Una generación envejece mientras que otra crece.Mientras tanto la Historia sigue su curso.¿Has pensado en que la historia de Europa puede compararse con la vida de una persona? En ese caso la Antigüedad es la infancia de Europa.Luego viene la larga Edad Media,que es la jornada escolar de Europa.Pero luego llega el Renacimiento.  Ha acabado la larga jornada de colegio y la joven Europa está impaciente por lanzarse a la vida.

A lo mejor podríamos decir que el Renacimiento es el decimoquinto cumpleaños de Europa.Estamos a mediados de junio, hijita mía y la vida es maravillosa.

P.D. Qué pena que hayas perdido tu cruz de oro.

¡Tendrás que aprender a cuidar mejor las cosas! Saludos de tu papá,que está ya a la vuelta de la esquina.

Hermes estaba ya subiendo las escaleras. Sofía se llevó la postal y le siguió. Tenía que correr para no perderlo, él movía enérgicamente el rabo. Pasaron el segundo piso, el tercero, el cuarto y el quinto. Desde allí había una estrecha escalera que continuaba. ¡Se dirigían a la azotea! Pero Hermes siguió también por la escalera estrecha. Luego se detuvo ante una puerta estrecha que comenzó a arañar con las uñas.

Sofia oyó pasos que se acercaban detrás de la puerta. La puerta se abrió y allí estaba Alberto Knox. Se había cambiado de traje, pero también hoy estaba disfrazado. Llevaba unas medias blancas hasta las rodillas, unos pantalones anchos y rojos y una chaqueta amarilla con los hombros abultados.

A Sofía le recordó a los comodines de la baraja. Si no se equivocaba, se trataba de un traje renacentista.

-¡Payaso! -exclamó Sofía dándole un empujón para entrar en el piso.

Había vuelto a hacer del pobre profesor de filosofía víctima de una especie de mezcla de temor y timidez. Ella estaba además muy excitada a causa de la postal que había encontrado abajo en el portal.

-No seas tan irascible, hija mia -dijo Alberto cerrando la puerta tras él.

-Aqui está el correo -dijo Sofía, alcanzandole la postal como si él la hubiera escrito.

Alberto leyó la postal con un gesto de desagrado.

-Se está volviendo cada vez más descarado.

A lo mejor nos está utilizando como una especie de diversión con motivo del cumpleaños de su hija.

Cogio la postal y la rompió en cien pedazos que tiró a una papelera.

-En la postal ponía que Hilde ha perdido una cruz de oro -dijo Sofía.

-Ya lo he visto, ya.

-Pues justamente he encontrado esa cruz en mi cama. ¿Sabes cómo pudo llegar hasta allí?

Alberto la miró fijamente a los ojos.

-Puede parecer fascinante, pero no es más que un truco barato que no le cuesta el menor esfuerzo. Mejor concentrémonos en el gran conejo que se saca del negro sombrero de copa del universo.

Entraron en la salita, que era de lo más raro que Sofia había visto en toda su vida.

Alberto vivía en un gran ático abuhardillado. En el techo había una ventana que dejaba entrar directamente la luz del cielo. Pero la habitación también tenia una ventana con vistas a la ciudad y por la que se podían ver todos los tejados de los viejos edificios. Pero lo que más asombraba a Sofía era todo lo que había en la salita.Estaba repleta de muebles y objetos de muy distintas épocas de la Historia. Un sofá que podía ser de los años treinta, un viejo escritorio de principios de siglo, y una silla que seguramente tenia varios cientos de años. Pero no eran sólo los muebles lo que le asombraba. En estantes y armarios había utensilios y objetos de decoración totalmente mezclados. Había viejos relojes y vasijas, morteros y frascos de cristal, cuchillos y muñecos, plumas antiguas y pisapapeles, y octantes y sextantes, y brújulas y barómetros.

Había una pared entera repleta de libros, pero no de esos libros que se pueden comprar en las librerías. También la colección de libros era como un corte transversal a lo largo de cientos de años de producción de libros. En las paredes colgaban dibujos y cuadros; algunos seguramente hechos hacía pocos años, otros muy antiguos. Tambien habia varios mapas antiguos.

Sofía se quedó mirando mucho rato sin decir nada. Giró la cabeza en todas las direcciones hasta haber visto la sala desde todos los ángulos posibles.

Veo que coleccionas muchos cachivaches -dijo por fin.

-Bueno, bueno. Piensa que en esta sala se conservan muchos siglos de Historia. Yo no los llamaría cachivaches.

-¿Coleccionas antigüedades o algo así?

La cara de Alberto adquirió una expresión casi melancólica.

-No todo el mundo puede dejarse llevar por la corriente de la Historia, Sofia. Algunos tienen que detenerse y recoger aquello que se queda en sus orillas.

-Qué manera tan extraña de hablar.

-Pero es verdad, hija mía. No vivimos únicamente en nuestro propio tiempo. También llevamos con nosotros nuestra historia. Recuerda que todas las cosas que ves en esta habitación fueron nuevas alguna vez. Esa pequeña muñeca de madera del siglo XVI a lo mejor fue hecha para una niña en su quinto cumpleaños. Quizás por un viejo abuelo... Luego se hizo adolescente, Sofía. Y luego adulta y a lo mejor se casó.Quizás tuvo una hija que heredó su muñeca. Luego envejeció y una día dejó de existir. Había vivido una larga vida, pero luego desapareció del todo. Y no volverá nunca. En realidad sólo estuvo aquí en una breve visita. Pero su muñeca, su muñeca está aquí sobre el estante.

-Todo se vuelve tan triste y solemne cuando lo expresas asi.

-Pero la vida misma es triste y solemne. Entramos en un mundo maravilloso, nos conocemos, nos saludamos, y caminamos juntos un ratito. Luego nos perdemos y desaparecemos tan de repente y tan sin razón como llegamos.

-¿Puedo preguntar algo?

-Ya no estamos jugando al escondite.

-¿Por qué te mudaste a la Cabaña del Mayor?

-Para no vivir tan lejos el uno del otro cuando sólo nos comunicábamos por carta. Sabía que aquella cabaña estaba vacía.

-¿Y simplemente te metiste?

-Simplemente me metí.

-Entonces a lo mejor también me puedes explicar como lo supo el padre de Hilde.

-Si no me equivoco  es un señor que lo sabe casi todo.

-De todos modos, no entiendo como se consigue que un cartero entregue el correo en medio de un bosque.

Alberto sonrió astutamente.

-Incluso eso debe de ser una menudencia para el padre de Hilde. Trucos baratos, engaños vulgares. A lo mejor vivimos bajo la vigilancia más rígida del mundo.

Sofía se estaba enfadando.

-Si algún día me encuentro con él, le sacare los ojos.

Alberto se acercó al sofá y se sentó. Sofia le siguió y se dejó caer en un gran sillón.

-Sólo la filosofia puede acercarnos al padre de Hilde -dijo Alberto-. Hoy te hablaré del Renacimiento.

-De acuerdo.

-Pocos años despues de la muerte de Santo Tomás de Aquino, la cultura unitaria cristiana empezó a agrietarse.

La filosofía y la ciencia se iba desprendiendo cada vez mas de la teología de la Iglesia, lo cual,por otra parte, contribuyó a que la fe tuviera una relación más libre con la razón. Cada vez había más voces que decían que no nos podemos acercar a Dios por medio de la razón, porque Dios es de todos modos inconcebible para el pensamiento. Lo más importante para el hombre no era comprender el misterio cristiano, sino someterse a la voluntad de Dios.

-Entiendo.

-El hecho de que la fe y la ciencia tuvieran una relación más libre entre ellas dió paso a un nuevo método científico y también a un nuevo fervor religioso.

De esa manera se establecieron las bases para dos importantes cambios en los siglos XV y XVI,me refiero al Renacimiento y a la Reforma.

-¿No hablaremos de los dos cambios a la vez, no?

-Por Renacimiento entendemos un extenso florecimiento cultural desde finales del siglo XIV. Comenzó en el norte de Italia, pero se extendió rápidamente hacia el resto de Europa durante los siglos XV y XVI.

-¿"Renacimiento" significa «nacer de nuevo», no?

-Sí, y lo que volvió a nacer fue el arte y la cultura de la Antigüedad. También solemos hablar del  "humanismo renacentista", porque se volvió a colocar al hombre en el centro, tras esa larga Edad Media que todo lo había visto con una perspectiva divina. Ahora la consigna era ir a «los orígenes», lo que significaba ante todo volver al humanismo de la Antigüedad.El excavar viejas esculturas y escritos de la Antigüedad se convirtió en una especie de deporte popular. Así que se puso de moda aprender griego,lo que facilito un nuevo estudio de la cultura griega. Estudiar el humanismo griego tenia tambien un objetivo pedagógico, porque el estudio de materias humanistas proporcionaba una "educación clasica" y desarrollaba lo que podríamos llamar "cualidades humanas". Los caballos nacen, se decía, "pero las personas no nacen, se hacen".

-¿Tenemos que educarnos para llegar a ser personas?

-Sí, ésa era la idea. Pero antes de estudiar más detalladamente las ideas del humanismo renacentista diremos unas palabras sobre la situación política y cultural en el Renacimiento.

Alberto se levantó del sofá y comenzó a caminar por la habitación. Al cabo de un rato se detuvo y señaló un viejo instrumento sobre un estante.

-¿Qué crees que es esto? -preguntó.

-Parece una vieja brújula.

-Correcto.

Señaló un viejo fusil que colgaba en la pared sobre el sofá.

-¿Y eso?

-Un fusil con muchos años.

-De acuerdo, ¿y esto?

Alberto sacó un libro grande de la estantería.

-Es un libro viejo.

-Para ser más preciso, es un incunable.

-¿Un incunable?

-En realidad significa "infancia". La palabra se utiliza para los libros impresos en la infancia de la imprenta. Es decir, antes del año 1500.

-¿Tan antiguo es?

-Asi de antiguo. Y precisamente estos tres inventos que acabamos de señalar, la brújula y la pólvora y la imprenta, fueron muy importantes para esa nueva época que llamamos Renacimiento.

-Eso me lo tienes que explicar mejor.

-La brujula facilitó la navegación, lo que significa que fùe una importante base para los grandes descubrimientos. Lo mismo ocurrió en cierto modo con la pólvora. Las nuevas armas contribuyeron a que los europeos fueran militarmente superiores en relación con las culturas americanas y asiáticas. Pero también en Europa la pólvora tuvo mucha importancia. La imprenta fue importante en cuanto a la difusión de las nuevas ideas de los humanistas renacentistas,y también contribuyó a que la Iglesia perdiera su viejo monopolio como transmisora de conocimientos. Luego vinieron un sinfín de nuevos instrumentos; el catalejo, por ejemplo, fue un instrumento importante para el desarrollo de la astronomía.

-¿Y finalmente Ilegaron los cohetes y las naves espaciales?

-Estás avanzando demasiado deprisa. Sin embargo es verdad que en el Renacimiento se inició un proceso que finalmente llevó al hombre a la luna. Y tambien, a Hiroshima y a Chernóbil.

Pero todo empezó con una serie de cambios en los campos cultural y económico. Un factor importante fue la transición de la economía en especie a la economía monetaria.Hacia finales de la Edad Media habían surgido ciudades con emprendedores artesanos y comerciantes con nuevas mercancías, con economía monetaria y banca. Así emergió una burguesía que fue desarrollando una cierta libertad en relación a los condicionamientos de la naturaleza. Las necesidades vitales se convirtieron en algo que se podía comprar con dinero. Esta evolución favorecía la dedicación, la imaginación y la capacidad creativa del individuo, que se vió enfrentado a unas exigencias completamente nuevas.

-Esto recuerda un poco a la forma en que surgieron las ciudades griegas dos mil años antes.

-Quizás sí. Te expliqué cómo la filosofla griega se desprendió de una visión mítica del mundo que iba asociada a la cultura campesina. De esa manera los burgueses del renacimiento comenzaron a emanciparse de los señores feudales y del poder de la Iglesia. Esto ocurrió al misno tiempo que se descubría la cultura griega debido a unas relaciones más estrechas con los árabes en España y con la cultura bizantina en el este.

-Los tres rios de la Antigüedad confluyen en un gran río.

-Eres una alumna muy atenta. Esto bastará como introducción al Renacimiento. Te hablaré de las nuevas ideas.

-Empieza cuando quieres, pero tengo que ir a casa a comer.

Alberto se volvió a sentar por fín en el sofá. Miró a Sofa a los ojos.

-Ante todo,el Renacimiento dio lugar a una "visión del hombre". Los humanistas renacentistas tuvieron una nueva fe en el ser humano y en el valor del ser humano, algo que contrastaba fuertemente con el énfasis que había puesto siempre la Edad Media en la naturaleza pecaminosa del hombre. Ahora se consideraba al ser humano como algo grande y valioso. Una de las figuras principales del Renacimiento se llamó Ficino. Él exclamó: "Conócete a ti misma, oh estirpe divina vestida de humano".

Y otro, Pico della Mirandola, escribió un Diálogo de la dignidad del hombre, algo que hubiera sido completamente impensable en la Edad Media, durante la cual únicamente se utilizaba a Dios como punto de partida. Los humanistas del Renacimiento pusieron al propio ser humano como punto de partida.

-Pero eso también lo hicieron los filósofos griegos.

-Precisamente por eso hablamos de un «renacimiento» del humanismo de la Antigüedad. No obstante, el Renacimiento se caracterizaba aún mas por el "individualismo", de lo que se habian caracterizado las sociedades de la Antigüedad. No sólo somos personas, también somos individuos únicos. Esta idea podía conducir a un culto al genio.El ideal llegó a ser lo que llamamos "un hombre renacentista", expresión con la que se designa a una persona que participa en todos los campos de la vida, del arte y de la ciencia.

Esta nueva visión del hombre también se manifestaba en un interés por la anatomía del cuerpo humano. Se volvía a disecar a muertos, como se había hecho en la Antigüedad, con el fin de averiguar la composición del cuerpo. Esto resultó ser muy importante tanto para la medicina como para el arte. En el arte volvió a aparecer el desnudo, tres mil años de pudor. Los hombres se atrevieron a ser ellos mismos. Ya no tenían que avergonzarse.

-Suena como una especie de borrachera -dijo Sofia inclinándose sobre una pequeña mesa que había entre ella y el profesor de filosofía.

-Sin duda. La nueva visión del hombre trajo consigo un nuevo "ambiente vital". El ser humano no existía solamente para Dios. Dios había creado al hombre también para los propios hombres. De esta manera los hombres podían alegrarse de la vida aquí y ahora. Y en cuanto se permitió al ser humano desarrollarse libremente, éste tuvo posibilidades ilimitadas. La meta fue sobrepasar todos los límites. También ésta era una nueva idea en relación con el humanismo de la Antigüedad, que había señalado que el ser humano debería conservar la serenidad, la moderación y el control.

-¿Perdieron los humanistas del Renacimiento el control?

-Desde luego no fueron muy moderados. Tenían una especie de sensación de que el mundo despertaba de nuevo.Así surgió una pronunciada conciencia de época. Fue en ese período en el que se introdujo el nombre "edad media" para denominar todos aquellos siglos entre la Antigüedad y su propia época. Hubo un florecimiento impresionante en todos los campos, tales como el arte y la arquitectura,la literatura,la música, la filosofia y la ciencia. Mencionaré un ejemplo concreto. Hemos hablado ya de la Roma de la Antigüedad, que tuvo los enorgullecedores apodos de "ciudad de las ciudades" y "ombligo del mundo". Durante la Edad Media la ciudad decayó, y en 1417 esa ciudad, que habia tenido en la Antigüedad más de un millón de habitantes,ya sólo contaba con 17.000.

-No muchos más de los que tiene Lillesand. Para los humanistas del Renacimiento, la reconstrucción de Roma se convirtió en un objetivo político y cultural. La obra más importante que se emprendió fue la edificación de la iglesia de San Pedro sobre la tumba del apóstol San Pedro.

En lo que se refiere a esta iglesia dificilmente se puede hablar de moderación o control. Algunos de los principales personajes del Renacimiento participaron de alguna manera en ese enorme proyecto de construcción. Desde 1511 y durante 120 años se llevaron a cabo las obras de la iglesia, y aún tuvieron que pasar cincuenta años más hasta que la gran plaza de San Pedro estuvo acabada.

-¡Tiene que ser una iglesia enorme!

-De largo mide más de 200 metros, de alto 130 y tiene una superficie de más de 16.000 m2. Pero ya hemos dicho suficiente de la osadía de los renacentistas. También tuvo mucha importancia el hecho de que el Renacimiento trajera consigo un nuevo concepto de la naturaleza. El hombre se sentía bien con su existencia, y dejo de considerar la vida en la Tierra como una mera preparación para la vida en el cielo, y esto creó, una nueva actitud ante el mundo físico. La naturaleza fue considerada como algo positivo. Muchos pensaban que Dios estaba presente en la Creación. Es infinito, y por tanto también debe estar en todas partes. Tal interpretación se llama   panteismo

Los filósofos medievales habían subrayado ese enorme abismo que existía entre Dios y su Creacion. Ahora se decía que la naturaleza era divina, o más aún, que era una "prolongación de Dios". Ideas nuevas como éstas no fueron siempre bien recibidas por la Iglesia. De eso tenemos un ejemplo dramático en lo que le sucedió a   Giordano Bruno.

No sólo declaró que Dios estaba presente en la naturaleza, sino que tambien dijo que el espacio era infinito. Y por ello le castigaron muy severamente.

-¿Cómo?

-Fue quemado en la plaza de las flores de Roma en el año 1600...

-¡Qué malos...! ¡Y qué tontos...! ¿Eso se llama humanismo?

-No, aquello no. El humanista era Bruno, no sus verdugos. Pero durante el Renacimiento también floreció lo que podemos llamar el "antihumanismo", y con eso quiero decir un poder eclesiástico y estatal autoritarios. Durante esta época abundaron tambien los procesos contra las brujas y la quema de herejes, la magia y la superstición, las sangrientas guerras de religión y, cómo no, también la brutal conquista de América.No obstante, el humanismo siempre ha tenido un fondo oscuro; ninguna época es del todo buena o del todo mala. El bien y el mal constituyen dos hilos que atraviesan la historia de la humanidad. Ya menudo se entrelazan. Esto nos Ileva al siguiente tema clave, que tiene que ver con el "nuevo método cientifico" que trajo también consigo el Renacimiento.

-¿Fue entonces cuando se construyeron las primeras fábricas?

-Todavía no. Pero el nuevo método científico fue una condición necesaria para toda la evolución técnica que tuvo lugar después del Renacimiento. Con «un nuevo método» quiero decir una actitud totalmente nueva ante lo que es la ciencia. Los frutos materiales de este nuevo método llegaron luego poco a poco.

-¿En qué consistía ese nuevo método?

-Consistía ante todo en investigar la naturaleza con los propios sentidos. Ya desde el siglo XIV había cada vez mas voces que advertían contra la fe ciega en las viejas autoridades. Tales autoridades podían ser los dogmas de la Iglesia, asi como la filosofia de la naturaleza de Aristóteles. También advertían del peligro de creer que los problemas pueden resolverse con una mera reflexion. Esa fe exagerada en la importancia de la razón habia dominado durante toda la Edad Media. Ahora empezó a decirse que cualquier investigación de la naturaleza tenía que basarse en la observación, la experiencia y el experimento.

Esto es lo que llamamos "método empírico".

-¿Qué significa eso?

-Eso significa simplemente que uno basa sus conocimientos de las cosas en su propia experiencia; es decir, ni en papeles polvorientos ni en quimeras.

Tambien en la Antigüedad se hacía una ciencia empírica. Aristóteles, por ejemplo, recogió muchas e importantes observaciones sobre la naturaleza. Pero los "experimentos sistemáticos" constituían una completa novedad.

-No tendrían aparatos técnicos como los de hoy...

-Naturalmente no tenían ni calculadoras ni balanzas electrónicas. Pero tenían las matemáticas y balanzas de otro tipo. Se ponia gran énfasis en la importancia de expresar las observaciones científicas en un lenguaje matemático exacto. "Mide lo que se pueda medir, y lo que no se pueda medir, hazle medible", dijo Galileo Galilei, que fue uno de los científicos más importantes del siglo XVI. Tambien dijo que "el libro de la naturaleza está escrito en un lenguaje matematico".

-¿Todos aquellos experimentos y mediciones abrieron el camino a los nuevos inventos?

-La fase primera fue un nuevo método científico, que abrió el camino a la revolucion técnica, y el progreso técnico abrió el camino a todos los inventos que llegaron después. Podríamos decir que los hombres habían empezado a independizarse de las condiciones de la naturaleza.La naturaleza no era ya sólo algo de lo que el hombre formaba parte, sino algo que se podía utilizar y aprovechar. "Saber es poder", dijo  el filósofo inglés Francis Bacon, subrayando de este modo la utilidad práctica del saber. Esto era algo nuevo. Los seres humanos comenzaron a intervenir en la naturaleza y a dominarla.

-Pero no solamente con fines positivos...

-No, por eso decíamos lo de los hilos buenos y malos que constantemente se entremezclan en todo lo que hace el hombre. La apertura técnica que se inició en el Renacimiento derivó hacia telares mecanicos y desempleo, medicinas y nuevas enfermedades, una mayor eficacia de la agricultura y un empobrecimiento de la naturaleza, electrodoméstìcos como lavadoras y frigoríficos, pero también contaminación y basuras. Teniendo en cuenta las grandes amenazas a que se enfrenta hoy en día el medio ambiente, muchos consideran el progreso técnico como un peligroso desvío de las condiciones de la naturaleza.

Se dice que los hombres hemos puesto en marcha un proceso que ya no somos capaces de controlar. Otras almas más optimistas opinan que todavía vivimos en la infancia de la tecnología.

Que es cierto que la civilizacion tecnologica ha tenido enfermedades infantiles, pero que poco a poco los hombres aprenderán a dominar la naturaleza sin, al mismo tiempo, amenazarla de muerte.

-¿Qué crees tú personalmente?

-Que quizás los dos puntos de vista tengan algo de razón. En algunas cosas los hombres deben dejar de intervenir en la naturaleza, en otras lo podemos hacer con ventaja. De lo que no cabe ninguna duda es de que no hay ningún camino que retorne a la Edad Media. Desde el Renacimiento el hombre ya no es sólo una parte de la Creacion, sino que ha comenzado a intervenir directamente en la naturaleza y a formarla a su imagen y semejanza. Eso te dice algo sobre la maravillosa criatura que es el ser humano.

-Ya hemos estado en la luna. En la Edad Media nadie podía imaginar que eso fuera posible, ¿verdad?

-No, de eso puedes estar completamente segura. Y esto nos lleva a otro tema: "la nueva visión del mundo". Durante toda la Edad Media los hombres habian caminado bajo el cielo mirando hacia arriba al sol y a la luna, a las estrellas y a los planetas. Pero nadie había dudado de que la Tierra fuera el centro del universo. Ninguna observacion había dado lugar a que se dudase de que la Tierra estaba quieta y que fuesen los cuerpos celestes los que daban vueltas alrededor de ella. A esto lo llamamos "visión geocéntrica del mundo", es decir, que todo gira alrededor de la Tierra. También la idea cristiana de que Dios dominaba sobre todos los cuerpos celestes contribuyó a mantener esta visión del mundo.

-Me gustaría que fuera asi de sencillo.

-Pero en 1543 salió un librito que se llamaba Sobre las revoluciones de los orbes celestes, escrito por el astrónomo polaco Copérnico, que murió el mismo dia que salió el libro. Copérnico sostuvo que no era el sol el que giraba en órbita alrededor de la Tierra, sino al revés. Opinaba que esto era posible basándonos en las observaciones de que se disponía sobre los astros. El que los hombres hubieran pensado que el sol se movía en una órbita alrededor de la Tierra se debía simplemente a que la Tierra gira alrededor de su propio eje, decía. Señaló que todas las observaciones de los astros eran mucho más faciles de comprender si se suponía que tanto la Tierra como los demás planetas se movian en órbitas circulares alrededor del sol. Es lo que llamamos "visión heliocéntrica del mundo", es decir, que todo gira alrededor del sol.

-¿Y esa era una visión correcta del mundo?

-No del todo. Su punto principal, es decir, que la Tierra se mueve en una órbita alrededor del sol, es evidentemente correcto. Pero también dijo que el sol era el centro del universo.

Hoy sabemos que el sol no es más que uno de los innumerables astros, y que todas las estrellas próximas que nos rodean sólo constituyen una entre miles de millones de galaxias. Copérnico creía además que la Tierra y los demás planetas hacían movimientos circulares alrededor del sol.

-¿Y no es asi?

-No, para lo de los movimientos circulares no contaba con otra base que aquella vieja idea de que los astros eran completamente redondos y se movían con movimientos circulares simplemente porque eran «celestiales».

Desde los tiempos de Platón la esfera y el círculo se habían considerado las figuras geometricas más perfectas. No obstante, a principios del siglo XVII el astronomo aleman Johannes Kepler presentó los resultados de unas extensas observaciones que demostraban que los planetas recorren órbitas elípticas, u ovaladas, con el sol en uno de los focos. También dijo que la velocidad de los planetas es mayor cuando están más cerca del sol,  y que un planeta se mueve más lentamente cuanto más lejos del sol se encuentra su órbita.

Kepler fue el primero en opinar que la Tierra es un planeta en igualdad con los demás planetas. Subrayó además que regían las mismas leyes físicas en todo el universo.

-¿Cómo podía estar seguro de eso?

-Podia estar seguro porque había estudiado los movimientos de los planetas con sus propios sentidos en lugar de fiarse ciegamente de las tradiciones de la Antigüedad. Casi al mismo tiempo que Kepler, vivió el famoso científico italiano  Galileo Galilei.

También él observaba los astros con telescopio. Estudió los cráteres de la luna e hizo ver que ésta tenía montañas y valles como la Tierra. Galileo descubrió además que el planeta Jupiter tenía cuatro lunas. Esto quería decir que la Tierra no era la única que tenía una luna. No obstante, lo más importante de todo lo que hizo Galileo fue formular la llamada  ley de la inercia.

-¿Qué dice esa ley?

-Galileo la formuló así:  "La velocidad que ha adquirido un cuerpo se mantendrá constante mientras no haya causas exteriores de aceleración o deceleración".

-Por mí, vale.

-Pero es una importante observación. Desde la Antigüedad, uno de los argumentos más importantes en contra de la idea de que la Tierra se moviera alrededor de su propio eje había sido que, en ese caso, la Tierra tendría que moverse tan rápidamente que una piedra que se echara al aire hacia arriba caería a muchísimos metros del lugar desde el que había sido lanzada.

-¿Y por qué no es así?

-Si estás sentada en un tren y se te cae una manzana,la manzana no cae hacia atrás en el compartimento sólo porque el tren se mueva. Cae directamente al suelo, y eso se debe a la ley de la inercia.

La manzana conserva exactamente la misma velocidad que tenía antes de que tú la soltaras.

-Creo que lo entiendo.

-En los tiempos de Galileo no habia trenes. Pero si vas empujando una bola por el suelo y la sueltas de repente...

-...entonces la bola seguirá rodando...

-...porque se conserva la velocidad también después de que sueltes la bola.

-Pero al final se para, si la habitación es suficientemente larga.

-Es porque otras fuerzas frenan la velocidad. En primer lugar la frena el suelo, sobre todo si es un suelo aspero de madera no pulida. Pero antes o después la gravedad también parara la bola. Espera, te voy a enseñar una cosa.

Alberto Knox se levantó y se fue hasta el viejo escritorio. De uno de los cajones sacó algo que colocó sobre la mesa del salon. Era un tablero de madera de unos milímetros de espesor por un extremo y muy fino por el otro. Junto al tablero de madera, que cubría casi toda la mesa, colocó una canica verde.

-Esto se llama un plano inclinado -dijo-. ¿Qué crees que va a suceder si suelto la canica desde aquí arriba donde el plano es más grueso?

Sofía suspiró resignada.

-Apuesto diez coronas a que rodará hasta la mesa y al final hasta el suelo.

-Vamos a ver.

Alberto soltó la canica, que hizo exactamente lo que Sofia había dicho. Rodó hasta la mesa y desde allí cayo al suelo con un pequeño estallido para, finalmente, ir a dar contra la pared de la entrada.

-Impresionante -dijo Sofía.

-¿Verdad que sí? Galileo se dedicaba precisamente a hacer este tipo de experimentos.

-¿De verdad era tan tonto?

-Tranquila. Quería investigar todo con sus propios sentidos, y sólo acabamos de empezar. Dime primero por qué rodaba la canica por el plano inclinado

-Empezó a rodar porque era pesada.

-Bien.¿ Y qué es en realidad el peso, hija mía?

-Qué pregunta más tonta.

-No es una pregunta tonta si no eres capaz de contestarla. ¿Por qué rodó la canica hasta el suelo?

-Debido a la fuerza de la gravedad.

-Exactamente, o a la gravitación, como también se dice. Entonces el peso tiene algo que ver con la fuerza de la gravedad. Fue esa fuerza la que puso la canica en movimiento.

Alberto ya había recogido la canica del suelo. Estaba agachado sobre el plano inclinado con la canica en la mano.

-Ahora intentaré lanzar la canica rodando hacia un lado del plano inclinado. Observa con atencion la manera en que se mueve la canica.

Se inclinó más y apuntó. Intentó hacer rodar la canica hacia un lado del tablero inclinado. Sofía vio cómo la canica, poco a poco, iba desviándose hacia la parte de abajo del plano inclinado.

-¿Qué ha pasado? -preguntó Alberto.

-Se desvia porque el plano es inclinado.

-Ahora pintaré la canica con un rotulador... así veremos exactamente lo que quieres decir con "desviarse".

Sacó un rotulador y coloreó toda la canica de negro. La hizo rodar de nuevo. Ahora Sofía pudo ver exactamente por dónde había rodado la canica en el plano inclinado, porque había ido dejando una línea negra sobre el plano.

-¿Cómo describirias el movimiento de la canica? -preguntó Alberto.

-Es curvo... parece parte de un círculo.

-¡Ahora lo has dicho!

Alberto la miró y frunció el ceño.

-Aunque no es del todo un circulo.

Esa figura se llama parábola.

-Si tu lo dices...

-¿Pero por qué se mueve la canica exactamente de esa manera?

Sofia lo pensó detenidamente. Al final dijo: -Porque como el tablero tiene una inclinación, la canica es atraída hacia el suelo por la fuerza de la gravedad.

-¿Verdad que sí? Esto es verdaderamente sensacional.Yo traigo a una niña cualquiera a mi ático y ella se da cuenta exactamente de lo mismo que Galileo tras un sólo intento.

Y a continuación comenzó a aplaudir. Durante un instante Sofía tuvo miedo de que se hubiera vuelto loco. El prosiguió.

-Has visto lo que pasa cuando dos fuerzas actúan simultaneamente sobre un mismo objeto. Galileo descubrió que esto también pasaba, por ejemplo, con una bala de cañón. Se dispara al aire y sigue su curso por encima del suelo, pero poco a poco va siendo atraída hacia la tierra.

Describe una trayectoria que corresponde a la de la canica sobre el plano inclinado. De hecho éste fue un nuevo descubrimiento en los tiempos de Galileo. Aristóteles creía que un proyectil que se lanza al aire oblicuamente hacia arriba seguía primero una curva suave, pero que al final caía verticalmente a la tierra. No era así, pero no se pudo saber que Aristóteles estaba equivocado hasta que pudo «demostrarse»

-Lo que tu digas. ¿Pero es esto muy importante?

-¿Qué si es importante?, ¡ya lo creo! Esto tiene una importancia cósmica, hija mía. Entre todos los descubrimientos científicos de la historia de la humanidad, éste es de los más importantes.

-Entonces supongo que pronto me contarás por qué.

-Luego llegó el fisico inglés Isaac Newton, que vivió de 1642 a 1727. Él fue quien aportó la descripción definitiva del sistema solar y de los movimientos de los planetas.

No sólo explicó cómo se mueven los planetas alrededor del sol, sino que también pudo explicar con exactitud por qué se mueven así.

Lo pudo hacer utilizando, entre otras cosas, lo que llamamos «dinámica de Galileo».

-¿Los planetas son canicas sobre un plano inclinado?

-Sí, algo así, pero espera un poco, Sofia.

-No tengo elección.

-Ya Kepler había señalado que debía de existir una fuerza que hacía que los astros se atrajeran unos a otros. Tenía que existir, por ejemplo, una fuerza del sol que mantuviera los planetas fijos en sus órbitas. Una fuerza de ese tipo podría explicar además por qué los planetas se mueven más lentamente en su órbita alrededor del sol cuanto más lejos se encuentran del mismo.

Kepler también pensaba que la marea alta y la marea baja, es decir, el que la superficie del mar suba y baje, tenía que deberse a alguna fuerza de la luna.

-Y es verdad.

-Sí, es verdad. Pero  Galileo lo rechazaba. Se burlaba de Kepler, que había «dado su consentimiento a la idea de que la luna domina el agua». Eso era porque Galileo negaba la idea de que semejantes fuerzas de gravitación pudieran actuar a grandes distancias y por tanto entre los distintos astros.

-Entonces se equivocó.

-Sí, en este punto se equivocó. Y resulta curioso en el, porque tenía mucho interés por la gravedad de la Tierra y por la caída de los cuerpos a la tierra. Además había señalado cómo varias fuerzas pueden dirigir los movimientos de un cuerpo.

-Pero dijiste algo de Newton.

-Sí, luego llegó Newton. Formuló lo que llamamos  ley de la gravitación universal.

Esta ley dice que  cualquier objeto atrae a cualquier otro objeto con una fuerza que aumenta cuanto más grandes sean los objetos y que disminuye cuanto más distancia haya entre los objetos.

-Creo que lo comprendo. Por ejemplo, que hay una mayor atracción entre dos elefantes que entre dos ratones. Y que hay una mayor atracción entre dos elefantes en el mismo zoológico que entre un elefante indio en la India y un elefante africano en Africa.

-Entonces lo has comprendido. Y ahora llega lo más importante.Newton señaló que esta atraccion, o gravitación, es universal. Es decir, que tiene la misma validez en todas partes, también en el espacio entre los astros. Se dice que esta idea se le ocurrió una vez que estaba sentado bajo un manzano. Al ver caer una manzana del árbol, tuvo que preguntarse si la luna era atraída hacia la Tierra por la misma fuerza y si era por eso por lo que la luna seguía dando vueltas y vueltas alrededor de la Tierra eternamente.

-Muy listo, pero no tanto.

-¿Por qué no, Sofia?

-Si la luna fuera atraída hacia la Tierra por la misma fuerza que hace caer la manzana, entonces la luna acabaría por caer a la Tierra en lugar de dar vueltas...

-Nos estamos acercando a las leyes de Newton referentes a los movimientos de los planetas. En cuanto a cómo la gravedad de la Tierra atrae a la luna, tienes razon en un cincuenta por ciento, pero te equivocas en otro cincuenta por ciento. ¿Por qué no cae la luna a la Tierra, Sofía? Porque la verdad es que la gravitación de la Tierra realmente atrae a la luna con una inmensa fuerza. Basta con pensar en las enormes fuerzas que se necesitan para levantar el mar un metro o dos en marea alta.

-No, eso no lo entiendo.

-Piensa entonces en el plano inclinado de Galileo.¿Qué pasó cuando hice rodar la canica por el plano inclinado?

-¿Actúan entonces sobre la luna dos fuerzas distintas?

-Exacto. Una vez, cuando surgió el sistema solar, la luna fue arrojada lejos de la Tierra con una fuerza enorme. Conservará eternamente esa fuerza porque se mueve en un espacio sin aire y sin resistencia...

-¿Pero entonces es atraída hacia la Tierra debido a la fuerza de la gravedad de ésta?

-Exactamente. Las dos fuerzas son constantes, y las dos actúan al mismo tiempo. Por eso la luna seguirá en su órbita alrededor de la Tierra. -¿Tan sencillo es?

-Tan sencillo es, y era precisamente esa "sencillez" la que quería destacar Newton. Señalo que algunas leyes físicas tienen validez en todo el universo. En cuanto a los movimientos de los planetas, sólo había utilizado dos leyes ya señaladas por Galileo. Una era la ley de la inercia, que en palabras de Newton dice así:

"Todo cuerpo sigue en su estado de reposo o de movimiento rectílineo uniforme mientras no sea obligado a dejar ese estado por la acción de fuerzas exteriores". La otra ley la había demostrado Galilei con canicas sobre un plano inclinado: cuando dos fuerzas actúan al mismo tiempo sobre un cuerpo, los cuerpos se moverán en una órbita eliptica.

-Y con esto Newton pudo explicar por qué todos los Planteas giran en órbita alrededor del sol.

-Exactamente. Todos los planetas se mueven en órbitas elípticas alrededor del sol  como resultado de dos movimientos diferentes: el primero es el movimiento rectilíneo que adquirieron al formarse el sistema solar, y el segundo es un movimiento en dirección al sol como consecuencia de la gravitación o fuerza de la gravedad.

-Muy listo.

-Ya lo creo. Newton demostró que las mismas leyes que rigen para los movimientos de los cuerpos rigen en todo el universo, y con ello hizo desaparecer las viejas ideas medievales de que en el cielo rigen distintas leyes que aquí en la Tierra.

La visión heliocéntrica del mundo había recibido su definitiva confirmación y su definitiva explicación.

Alberto se levantó y colocó el plano inclinado en el cajón del que lo había sacado. Se inclinó y recogió la canica del suelo, pero simplemente la dejó en la mesa.

A Sofía le parecia que habían sacado muchísimo provecho de un tablero inclinado y una canica. Se quedó mirando la canica verde, que aún estaba un poco negra debido al rotulador, y no pudo evitar pensar en el planeta. Dijo: -¿Y los seres humanos tuvieron que aceptar que vivian en un planeta cualquiera en el gran espacio?

-Si, de alguna manera la nueva visión del mundo fue una dura prueba para muchos. La situacion puede compararse con lo que pasó cuando Darwin más adelante demostró que los hombres habían evolucionado de los animales. En ambos casos los seres humanos pierden algo de su situacion especial en la Creacion. En ambos casos la Iglesia opuso una gran resistencia.

-Eso es comprensible, porque ¿dónde queda Dios en todo esto? Debía de ser un poco más sencillo todo cuando la Tierra era el centro y Dios y todos los cuerpos celestes se encontraban en el piso de arriba.

-Y sin embargo no fue éste el mayor reto. Cuando Newton señaló que las mismas leyes físicas rigen en todo el universo podria pensarse que al mismo tiempo estaba planteando dudas sobre la omnipotencia de Dios. Pero la fe de Newton no se alteró. Consideró la naturaleza un testimonio del Dios grande y todopoderoso. Peor fue quizas la imagen que la gente tenía de sí misma.

-¿Qué quieres decir?

-Desde el Renacimiento el hombre ha tenido que habituarse a la idea de que vive su vida en un planeta casual en el inmenso espacio. No se si nos hemos habituado todavia. Pero ya en el Renacimiento alguien señaló que ahora cada individuo tendría un lugar más central que antes.

-Eso no lo entiendo.

-Antes la Tierra había sido el centro del mundo. Pero cuando los astrónomos declararon que no había ningún centro absoluto en el universo, entonces surgieron tantos centros como individuos.

-Entiendo.

-El Renacimiento también dio lugar a una "nueva relacion, con Dios". A medida que la filosofía y la ciencia se iban independizando de la teología, iba surgiendo una nueva devoción cristiana. Y luego llegó el Renacimiento con su vision individualista del hombre, que también tuvo sus repercusiones en la vida de la fe.

La relación del individuo con Dios se volvía ahora mucho más importante que la relación con la Iglesia como organización.

-¿Por ejemplo la oración de la noche?

-Sí, eso también. En la Iglesia catolica de la Edad Media, la liturgia en latín y las oraciones rituales habían constituido la columna vertebral de los oficios divinos. Sólo los sacerdotes y los frailes leían la Biblia, porque sólo existia en latín.Pero a partir del Renacimiento la Biblia se tradujo del hebreo y del latín a las lenguas vulgares, lo que tuvo mucha importancia para lo que llamamos Reforma.

-Martín Lutero...

-Sí, Lutero fue importante, pero no fue el único reformador.También hubo reformadores eclesiásticos que optaron por quedarse dentro de la Iglesia Católica Apostolica Romana.

Uno de ellos fue  Erasmo de Rotterdam.

-Lutero rompió con la Iglesia católica porque no quería pagar las indulgencias?

-Eso también, pero se trató de algo mucho mas importante. Según Lutero, el hombre no necesita pasar a través de la Iglesia o de sus sacerdotes para recibir el perdón de Dios.

Y el perdón de Dios aún dependía menos de pagar o no las indulgencias a la Iglesia. El llamado comercio de las indulgencias se prohibió también dentro de la Iglesia católica a mediados del siglo XVI.

-Seguro que Dios se alegró de eso.

-Lutero se distanció de muchos hábitos y costumbres religiosos que habían entrado en la Iglesia en el transcurso de la Edad Media. Quería volver al cristianismo origina1, tal como lo encontramos en el Nuevo Testamento. "Unicamente las Escrituras",dijo. Con esta consigna Lutero deseaba volver a las fuentes del cristianismo, de la misma manera que los humanistas del Renacimiento querían volver a las fuentes de la Antigüedad en el arte y la cultura. Tradujo la Biblia al alemán y fundó con ello la lengua alemana escrita. Cada uno podía leer la Biblia y de alguna manera ser su propio sacerdote.

-¿Su propio sacerdote? ¿No era eso exagerar demasiado?

-Él pensaba que los sacerdotes no tenían ninguna posición especial respecto a Dios. Tambien las congregaciones luteranas, por razones prácticas, teniän sacerdotes que hacían los oficios religiosos y llevaban los asuntos eclesiásticos a diario, pero Lutero pensaba que el hombre no recibía la absolución y la salvación a través de los ritos de la Iglesia. Los hombres reciben la salvación totalmente gratis mediante la fe, decia.

Llegó a esta conclusión leyendo la Biblia.

-¿Y Lutero se convirtió en un hombre típicamente renacentista?

-Sí y no. Un rasgo típicamente renacentista en él era el énfasis que ponía en el individuo y en la relación personal del individuo con Dios. A los 35 años aprendió griego y comenzó la dificultosa labor de traducir la Biblia al alemán. El paso del latín a la lengua popular tambien fue típico del Renacimiento. Pero Lutero no era renacentista como lo fueron Ficino o Leonardo da Vinci. También fue refutado por humanistas como Erasmo de Rotterdam porque opinaban que Lutero tenía un concepto demasiado negativo del ser humano, que estaba convencido de que el hombre había quedado totalmente destruido tras el pecado original.

El hombre puede legitimarse únicamente por la gracia de Dios. Porque la suerte del pecado es la muerte.

-Suena un poco triste.

Alberto Knox se levantó, recogió la canica verde y negra de la mesa y se la metió en el bolsillo de la camisa.

-¡Son mas de las cuatro! -exclamó Sofía.

-Y la próxima gran época en la historia de los seres humanos es el Barroco. Pero eso lo guardaremos para otro dia,  mi querida Hilde.

-¿Qué has dicho?

Sofia se levantó de un salto del sillón.

-¡Has dicho! "Querida Hilde"!

-Ha sido un lapsus.

-Pero los lapsus no son nunca del todo fortuitos.

-Quizás tengas razón. A lo mejor es el padre de Hilde el que ha empezado a ponernos las palabras en la boca.

Creo que aprovecha la situación cuando estamos agotados, que es cuando menos fuerzas tenemos para defendernos.

-Has dicho que no eres el padre de Hilde. ¿Me prometes que eso es verdad?

Alberto asintió.

-¿Pero yo soy Hilde?

-Estoy cansado, Sofía, tienes que entenderlo. Llevamos aquí mas de dos horas y he hablado yo casi todo el tiempo. ¿No tenías que ir a casa a comer?

Sofía casi tuvo la sensación de que la estaba echando. Cuando se dirigía hacia la salida pensó en cómo se habia ido de la lengua Alberto. El la siguió.

Bajo un perchero donde habia colgado un montón de ropa curiosa, que recordaba a disfraces de teatro, estaba Hermes dormido. Alberto señaló al perro y dijo:

-Él te irá a buscar.

-Gracias por todo -dijo Sofía.

Dió un saltito y abrazó a Alberto.

-Eres el profesor de filosofía más listo y bueno que jamá, he tenido -dijo

Abrió la puerta y en el momento de volverse a cerrar tras ella, Alberto dijo:

-No tardaremos mucho en volvernos a ver, Hilde.

Y con estas palabras Sofia quedo sola de nuevo.

¡Había vuelto a equivocarse, el granuja! Sofía tuvo ganas de volver a llamar a la puerta, pero algo la retuvo.

Ya abajo en la calle se acordó de repente de que no llevaba nada de dinero, lo que significaba que tendría que volver andando a casa. Estaba muy lejos. ¡Qué paliza! Seguro que su madre se preocuparía y se enfadaria si no volvía antes de las seis.

Apenas había dado algunos pasos cuando descubrió una moneda de diez coronas en el suelo.

Un billete de autobús con derecho a un transbordo costaba exactamente diez coronas.

Encontró la parada y cogio un autobús que la llevó a la Plaza Mayor, desde donde podía coger otro autobús que la llevaría casi hasta casa.

Esperando el autobús en la Plaza Mayor se le ocurrió de repente la suerte que había tenido al encontrar una moneda de diez coronas precisamente cuando tanto lo necesitaba.

¿No sería el padre de Hilde quien lo había colocado allí? Pues era un experto en colocar objetos diversos en sitios sumamente oportunos.

¿Pero cómo podía haberlo hecho si estaba en el Líbano?

¿Y por qué Alberto se había equivocado de nombre? No una sola vez, sino dos

Sofía sintió un escalofrío por la espalda.


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