La teoría atómica también explica nuestras
sensaciones, pensaba Demócrito. Cuando captamos algo con nuestros sentidos, se debe a los
movimientos de los átomos en el espacio vacío. Cuando vemos la luna, es porque los
«átomos de la luna» alcanzan mi ojo.
¿Y qué pasa con la conciencia? ¿No podrá estar
formada por átomos, es decir, por «cosas» materiales? Pues sí, Demócrito se imaginaba
que el alma estaba formada por unos «átomos del alma» especialmente redondos y lisos.
Al morir una persona, los átomos del alma se dispersan hacia todas partes. Luego, pueden
entrar en otra alma en proceso de creación.(35)