Dialéctica como lógica de la ilusión

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Presentación


Kant 1725-1804
Antes hemos llamado dialéctica a la lógica de la ilusión. Esto no significa que sea una doctrina de la probabilidad, ya que ésta es verdad, si bien una verdad conocida por medio de razones insuficientes; por eso tal conocimiento (probable) es defectuoso pero no falaz. Mucho menos se debe tomar el fenómeno y la ilusión como idénticos, ni la verdad ni la ilusión se hallan en el objeto en cuanto intuido, sino en el juicio sobre éste en cuanto pensado. Los sentidos no se equivocan, pero no porque juzgen incorrectamente, sino porque no juzgan en absoluto. La verdad y el error solo pueden hallarse en el juicio, es decir, en la relación del objeto con nuestro entendimiento. El entendimiento por sí solo (sin el influjo de otra causa) ni los sentidos por sí mismos, se equivocan. Como no tenemos más que esas dos fuentes de conocimiento, llegamos a la conclusión de que el error sólo es producido por el inadvertido influjo de la sensibilidad sobre el entendimiento.
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Kant 1724-1804
Nuestra tarea presente no es tratar de la ilusión empírica (por ejemplo, la ilusión óptica) a través de la cual el juicio es desviado por influjo de la imaginación. Nos ocupamos de la ilusión trascendental, que influye en principios cuyo uso ni siquiera se basa en la experiencia y nos lleva más allá del uso empírico de las categorías. Llamaremos inmanentes a los principios cuya aplicación se circunscribe totalmente a los límites de la experiencia posible. Denominaremos trascendentes a los principios que sobrepasan esos límites. No entiendo por estos principios el uso trascendental o abuso de las categorías, que es un simple error del juicio. Entiendo por verdaderos principios trascendentes aquellos que nos incitan a derribar todos los postes fronterizos y a adjudicarnos un terreno nuevo. Por ello, trascendental no es lo mismo que trascendente. Un principio que elimine todo límite, que ordene incluso sobrepasarlos, se llama trascendente.
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Kant 1724-1804
La ilusión trascendental no cesa aunque se halla comprendido claramente su nulidad a través de la crítica trascendental. Se trata de una ilusión inevitable, tan inevitable como que la luna le parezca al mismo astrónomo mayor a la salida, por más que él no se deje engañar por tal ilusión. La dialéctica trascendental se conformará con detectar la ilusión de los juicios trascendentes pero nunca podrá lograr que desaparezca. Hay una natural e inevitable dialéctica de la razón pura que ni siquiera despues de descubierto el espejismo, dejará sus pretensiones de engaño.......... Divideremos la dialéctica trascendental en dos partes: la primera tratará de los conceptos trascendentales de la razón pura; la segunda se ocupará de los silogísmos trascendentes y dialécticos.
Kant. Critica de la razón pura. Dialéctica trascendental
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DIALECTICA

El concepto de dialéctica, que en otros tiempos había sido considerado como paradigma de un auténtico conocimiento (Sócrates o Platón) es, ahora, considerada por Kant con un significado claramente negativo. Para Kant la  dialéctica no es otra cosa que la lógica de ilusión y, como tal, hay que desenmascararla.
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PROBABILIDAD
Según Kant, la dialéctica no debe confundirse con la probabilidad
. La doctrina de la probabilidad, por ejemplo de un conocimiento inductivo, es verdadra, si bien su verdad es conocida por medio de razones insuficientes. Por ello, un conocimiento probable es defectuoso pero no falaz. ¿Esto implica que la dialéctica si es falaz?
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FALAZ
El término Falaz se utiliza cuando se pretende que un argumento tiene validez sin realmente poseerla, aunque tal argumento contiene algún elemento que nos puede llevar a engaño si no estamos suficientemente atentos y, por ello, a pensar que es válido. A veces se establece una diferencia entre Falacia y Sofisma lo que lleva a algunos a afirmar que con los Sofismas, además de ser argumentos inválidos, lo que se pretende realmente, a través de ellos, es confundir o engañar. Dado que Kant identifica la dialéctica con la ilusión, lo lógico es suponer que concibe a ésta no como un sofisma, es decir, con una argumentación que intenta engañar, sino con una falacia, es decir, con una forma de argumentar que nos lleva a engaño, aunque no con mala intención. De lo que se trataría, según Kant, es de analizar en detalle cuales son los elementos presentes en la dialéctica que nos llevan a tal engaño o ilusión.
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FENÓMENOS
La lógica de la ilusión tampoco debería confundirse, según Kant, con el engaño de los sentidos al modo de Descartes. La realidad, presente en el ámbito de lo fenoménico, y la ilusión no son cosas idénticas. Y es que ni la verdad ni la ilusión se hallan en el objeto en cuanto intuido, sino en el juicio sobre éste en cuanto pensado.  Según Kant, los sentidos no se equivocan, pero no porque juzgen incorrectamente, sino porque no juzgan en absoluto. 
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JUICIOS
Según Kant, la verdad y el error solo pueden hallarse en el juicio, es decir, en la relación del objeto con nuestro entendimiento. No olvidar que en la
analítica trascendental, Kant, ha dejado establecido que pensar y formular un juicio son realmente lo mismo. Y es que formular un juicio significa decir algo acerca del objeto presente en la intuición. En este sentido, la verdad o el error, no se pueden hallar en los sentidos, ya que no son éstos los que piensan la realidad dada en la intuición. Quien lleva a cabo esta función es el entendimiento a través de los juicios y las categorías. 
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DOS FUENTES

En la
analítica trascendental, Kant, habla de dos fuentes del psiquismo humano: sensibilidad y entendimiento. La sensibilidad es la facultad de recibir representaciones dadas en la intuición. El entendimiento es la facultad de pensar lo dado en la intuición a  través de conceptos. Tales conceptos son producidos por el entendimiento de modo espontaneo, es decir, a priori. 
La sensibilidad es la facultad de recibir representaciones. A través de ella se nos da el objeto. La ciencia de sus reglas a priori es la estética. Sus elementos son las intuiciones. Mediante ellas no nos es posible pensar el objeto dado. Tales intuiciones pueden ser puras o empíricas. Las empíricas se definen por contener sensación y se les denomina como materia del conocimiento sensible. Las puras se definen por no contener sensación y se les denomina como la forma bajo la cual intuimos el objeto.
El entendimiento es la facultad de conocer un objeto. A través de él pensamos el objeto. La ciencia de sus reglas a priori es la lógica. Sus elementos son los conceptos. A través de ellos no podemos intuir nada. Tales conceptos pueden ser puros o empíricos. Los empíricos proceden de la experiencia. Los puros representan la forma bajo la cual pensamos el objeto.
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ILUSIÓN EMPÍRICA
Al hablar de la dialéctica como lógica de la ilusión, Kant, diferencia entre ilusión empírica e ilusión trascendental. La ilusión empírica es la que se produce por un desvio de la imaginación, como, por ejemplo, cuando en un desierto uno ve un espejismo. Pues bien, la ilusión de la dialéctica no es empírica sino trascendental.
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ILUSIÓN TRASCENDENTAL
Al hablar de la dialéctica como lógica de la ilusión, Kant, diferencia entre ilusión empírica e ilusión trascendental. La ilusión empírica es la que se produce por un desvio de la imaginación. Kant afirma que, en la dialéctica, va ocuparse de analizar, no la empírica, sino la
ilusión trascendental en tanto en cuanto el entendimiento utiliza principios cuyo uso no basa en la experiencia.
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USO EMPÍRICO
Según Kant de los conceptos puros o categorías y de los principios puros del entendimiento debe hacerse siempre un uso empírico y no trascendental. Esto implica que los conceptos y los principios deberían aplicarse siempre a los fenómenos. Asi, por ejemplo, el concepto de magnitud, en su uso empirico, exige la existencia de la repetición de momentos en el tiempo. Ahora bien, el tiempo pertenece al ámbito de lo fenoménico. Por lo tanto, para que el concepto de magnitud tenga significado y validez objetiva, debe aplicarse siempre en el ámbito de lo fenoménico. Lo mismo podría decirse de los otros conceptos puros o categorías.
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PRINCIPIOS INMANENTES
Kant establece una diferencia entre principios inmanentes y principios trascendentes. Los principios inmanentes son aquellos cuya aplicación se circunscribe totalmente a los límites de la experiencia posible.
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PRINCIPIOS TRASCENDENTES
Kant establece una diferencia entre principios inmanentes y principios trascendentes. Los principios trascendentes
son aquellos que si sobrepasan los límites de la experiencia posible.
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USO TRASCENDENTAL
El uso trascendental de un concepto consiste, según Kant, en referirlo a cosas en sí mismas. En este sentido los conceptos son vacíos y sin significación real alguna. Asi, por ejemplo, el concepto de substancia, en su uso trascendental, nos llevaría unicamente a la representación lógica de un sujeto que permanece pero nunca al conocimiento real de cual podría ser ese sujeto. El uso trascendental de las categorías nos lleva a desembocar en ese oceano misterioso y borrascoso sede de la ilusión, del que Kant habla al principio del texto,  y que representa el mundo de lo nouménico.
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NO ES LO MISMO
Kant afirma que los principios trascendentes no deben confundirse con el uso trascendental de las categorías. Estas consisten en un error de juicio al considerar que el entendimiento puede tener conocimiento al considerar unicamente las formas lógicas del pensar. Los principios trascendentes van más allá ya que son elementos activos de la razón que  nos incitan a derribar todos los postes fronterizos y a adjudicarnos un terreno nuevo. Por ello, según Kant, trascendental no es lo mismo que trascendente. Un principio que elimine todo límite, que ordene incluso sobrepasarlos, es a lo que Kant denomina como trascendente.
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ILUSIÓN TRASCENDENTAL

Al hablar de la dialéctica como lógica de la ilusión, Kant, diferencia entre ilusión empírica e ilusión trascendental. La ilusión empírica es la que se produce por un desvio de la imaginación. Kant afirma que, en la dialéctica, va ocuparse de analizar, no la empírica, sino la
ilusión trascendental en tanto en cuanto el entendimiento utiliza principios cuyo uso no basa en la experiencia. De todas formas, la ilusión trascendental es algo que no cesa, aún despues de analizar en profundidad las razones que nos llevan a caer en tal ilusión.
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ALGO INEVITABLE
La ilusión trascendental que produce en nosotros la dialéctica es, según Kant, algo inevitable. Es tan inevitable, afirma Kant, como la que produce en el astrónomo la luna, la cual le parece siempre mayor a la salida, por más que él no se deje engañar por tal ilusión.
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DIALECTICA TRASCENDENTAL
Aún a sabiendas de que la ilusión es algo inevitable, la dialéctica trascendental se conformará, según Kant, con detectar la ilusión de los juicios trascendentes aún siendo consciente de que nunca podrá lograr que desaparezca. Kant afirma que hay una natural e inevitable dialéctica de la razón pura que ni siquiera despues de descubierto el espejismo, dejará sus pretensiones de engaño.
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DIVISIÓN DE LA DIALÉCTICA
Kant divide la dialéctica trascendental en dos partes:

  1. La primera tratará de los conceptos trascendentales de la razón pura.
  2. La segunda se ocupará de los silogísmos trascendentes y dialécticos.
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