Resumen al Capítulo VIII del Segundo Tratado del
Gobierno Civil
John Locke
CAPITULO VIII
DEL ORIGEN DE LAS SOCIEDADES POLÍTICAS
Las ideas principales presentes en este capítulo son las siguientes:
Locke comienza afirmando que los hombres al ser libres por naturaleza no pueden ser sacados de esa condición y ser puestos bajo el poder político de otro sin su propio CONSENTIMIENTO. El único modo, señala Locke, de que un hombre se someta a las ataduras de la sociedad civil es mediante un ACUERDO con otros hombres, según el cual todos se unen formando una COMUNIDAD.
Cuando, mediante el consentimiento, se forma una comunidad, ésta debería actuar, según Locke, a través de la VOLUNTAD DE LA MAYORÍA ya que, tal comunidad, forma un cuerpo que debe girar siempre hacia donde le lleve la mayoría. En este contexto cada individuo y miembro de esa comunidad debe SOMETERSE al parecer de la mayoría. Y es que, según Locke, cada hombre, al dar su consentimiento para la formación de un cuerpo político, se pone a sí mismo bajo la obligación de someterse a las decisiones de la mayoría. De lo contrario no tendría sentido la existencia de un PACTO pues el hombre seguiría estando en estado de naturaleza al NO seguir los dictados de la mayoría social y continuar actuando según su propio criterio.
Locke establece una diferencia entre MAYORÍA COMUNITARIA y MAYORÍA DE TODOS Y CADA UNO. Señala que un consenso basado en este último tipo de mayoría sería algo imposible ya que implicaría una especie de REGIMEN ASAMBLEARIO, con tal variedad de opiniones y intereses, que daría lugar a un tipo de sociedad parecida a lo sucedido con las entradas de Catón en el teatro, el cual entraba unicamente para salir a continuación. Se hace necesaria, por tanto, la existencia de un cuerpo político que represente a la mayoría y que tenga el poder de tomar decisiones y que represente a todos los miembros de la comunidad en su conjunto.
Todos los que salen del estado de naturaleza han de entender que lo hacen despues de entregar a la MAYORÍA COMUNITARIA todo el poder necesario para que la sociedad alcance sus fines. Por todo ello, lo que constituye una SOCIEDAD POLÍTICA no es otra cosa que el CONSENTIMIENTO de una pluralidad de hombres que aceptan la regla de la mayoría y que acuerdan unirse e incorporarse a dicha sociedad. Esto fue lo que, según Locke, dió ORIGEN a los gobiernos legales de todo el mundo.
A continuación, Locke, analiza las OBJECCIONES que muchos han puesto a sus ideas sonbre el origen de la sociedades políticas. Afirma que éstas son esencialmente DOS: la PRIMERA señala que no existen EJEMPLOS HISTÓRICOS que demuestren la existencia de una agrupación de hombres libres e independientes que se unen y deciden formar un gobierno político. La SEGUNDA afirma que es imposible que los hombres pudieran actuar del modo que señala Locke pues éstos NACEN SIEMPRE BAJO UN GOBIERNO al que someterse por lo que carecen de libertad para formar otro.
La respuesta de Locke a estas objecciones es la siguiente: por lo que se refiere a la PRIMERA OBJECCIÓN comienza señalando que no es de extrañar que la HISTORIA proporcione pocos relatos de hombres que vivieron en estado de naturaleza. Y es que en todas parte, afirma Locke, los gobiernos son anteriores a los documentos y a las letras. Por ello, hasta que en los pueblos no se da una larga convivencia civil, no surge el interés por el pasado. Locke afirma que en los Estados sucede lo mismo que con los individuos particulares que ignoran lo referente a su nacimiento y a su infancia y si saben sobre sus orígenes ello se debe a que recurren a datos que otros han conservado para ellos. Pues bien, según Locke, si se recurre a esos pocos datos, en relación con el origen de la sociedad civil, nos encontramos que todo parece haber sucedido tal como Locke acaba de señalar más arriba. Para justificar y fundamentar tal hecho, Locke, acude a los testimonios históricos de JOSE ACOSTA, el cual afirmaba que los nativos del Perú carecieron durante mucho tiempo de Reyes y Estados y que vivían en hordas actuando libremente y según les convenía a la hora de escoger a sus jefes. Todo esto lo que nos quiere decir, según Locke, es que tales hombres se consideraban libres e iguales hasta que llegó un momento en que decidieron escoger a sus gobernantes y su forma de gobierno. Locke cita tambien como ejemplo histórico, que probaría lo mismo, lo sucedido al grupo de hombres que salieron de Esparta con PALANTO fundador de Tarento. Todos estos ejemplos demostrarían, según Locke, que fueron gentes libres e iguales, en estado de naturaleza, los que se unieron para INICIAR UN ESTADO. Y si los que afirman, ( continúa Locke pasando al ataque ), que la sociedad surgió de FORMA NATURAL, y, sin el previo consenso libre de sus súbditos, asi como, que estos ejemplos tienen poco valor, Locke les desafía a que se atrevan a investigar los orígenes del Estado con la intención de probar su RAIZ PATERNAL ya que es muy probable que, en vez de probar tal raiz, descubran datos históricos que prueban precisamente lo contrario.
En relación con el tema de la AUTORIDAD PATERNAL ( analizado ya en el Capítulo 6 ), Locke, no niega que, al comienzo de la historia humana, cuando una FAMILIA comenzó a ser suficientemente numerosa como para poder subsistir por sí misma, debió ser el PADRE en quien residía el gobierno sobre la misma ya que éste, al tener por ley de naturaleza, el mismo poder que los demás hombres para castigar, se debió erigir con el poder de ser él quien castigara tanto las ofensas de sus hijos como de otros miembros externos a la comunidad familiar. De este modo, es muy lógico suponer que sería el PADRE quien tenía el poder de ejecutar una sentencia ya que era la persona más adecuada, y, en la que los miembros de la familia podían confiar. Ahora bien, Locke, señala tambien que, cuando el padre se moría y dejaba un sucesor que, por falta de madurez, sabiduría o coraje, no estaba capacitado para gobernar, entonces los familiares se unían haciendo uso de su libertad natural y establecían como jefe a aquel que juzgaban más capaz para gobernar. Para justificar esta tesis, Locke, cita de nuevo ejemplos tomados de los PUEBLOS DE AMERICA, los cuales estuvieron tanto fuera del alcance de la conquista de los españoles, como de los imperios de Perú y de México.
Locke señala tambien que aunque existan ejemplos
históricos que demuestran que en el pasado el gobierno estaba en manos de UN
SOLO INDIVIDUO ello no invalida todo lo que acaba de decir acerca
de que la sociedad política depende del CONSENTIMIENTO
de los individuos. Sin embargo, dado que muchos piensan que el origen de los
gobiernos reside en la existencia de la monarquía y en el poder del padre,
Locke, decide considerar porque los pueblos, en un principio, favorecieron
esta forma de gobierno. Comienza afirmando que ello no fue debido a la
existencia de una especial consideración o respeto hacia la autoridad
paternal; y es que, en un principio, afirma Locke, el GOBIERNO DEL
PADRE fue algo natural en las sociedades primitivas ya que los
hijos aceptaban de buen grado su mando. Además la monarquía paterna era
una simple forma de gobierno en donde no existían desarrollados la
ambición, la tiranía o el afán imperialista por lo que los gobernados no
sentían necesidad de prevenirse contra los abusos e inconvenientes de un
poder absoluto que las monarquías subsiguientes iban reclamar para sí.
Dado que tales hombres no habían sentido la opresión de la tiranía no
tenían razones para poner coto a ese mal o prevenirlo. Por ello no es raro
que se sometieran de buen grado a esa forma de gobierno paternal. Además el
simple modo de vivir y el hecho de tener las necesidades básicas cubiertas,
hacía que dentro de este grupo original existieran POCAS
CONTROVERSIAS lo que hacía que existieran pocas leyes para
decidir los litigios. Tampoco eran necesaria la existencia de una
variedad de FUNCIONARIOS que se encargasen de dirigir procesos judiciales ya
que eran muy pocos los ofensores y delincuentes. Por todo ello, la PRIMERA
PREOCUPACIÓN de estos hombres primitivos no era tanto interior como
exterior: necesitaban realmente protegerse de la violencia que pudiera
venir de un enemigo de afuera. Por ello, libremente decidieron, en un primer
momento, otorgar la autoridad y el poder a aquel hombre más sabio y más
valiente para que los dirigiese en los combates contra sus enemigos.
Locke relata diferentes ejemplos que demostrarían la veracidad de esto
último que acaba de señalar. Afirma, por ejemplo, que los REYES
INDIOS de América se limitaban a ser GENERALES
de sus ejércitos, los cuales, aunque en tiempos de guerra tenían un poder absoluto,
en tiempos de paz, ejercían un dominio muy modesto y las decisiones que se
tomaban provenían siempre de las decisiones del pueblo. Lo mismo sucede con
el REINO DE ISRAEL. Locke relata una serie de
citas bíblicas que demostrarían que tanto los JUECES
como los PRIMEROS REYES eran realmente
capitanes de guerra y jefes de sus ejércitos.
En definiva, ( finalizando ya su respuesta a la primera de las objecciones ),
Locke, señala que en los tiempos primitivos, ya fuese, o bien, a partir de una
FAMILIA
que creció hasta convertise en Estado y en donde todos aceptaban la
autoridad un PATER-FAMILIAS; o bien, a partir de
la unión de VARIAS FAMILIAS, que decidieron
unirse por motivos de seguridad; lo que parece cierto es que, al principio,
existia la autoridad de un individuo que ejercía el poder de un GENERAL
para asi poder hacer frente a los enemigos externos. Ahora bien, según
Locke, tanto en un caso como en otro, lo cierto es que a
nadie le era concedido ese poder más que con el fín de lograr la SEGURIDAD
de su pueblo frente a posibles ataques externos.
Lo que sucede, continúa Locke, es que esta EDAD DORADA se
acabaría viendo manchada por la ambición y el amor scelaratus habendi,
es decir, por la malvada concupiscencia. Según Locke, en
EDADES POSTERIORES, los Príncipes aprendieron a albergar intereses diferentes de
los del pueblo. A partir de esos momentos los hombres juzgaron que era
necesario examinar con más cuidado los derechos originales del
gobierno con el fín de limitar o poner fín a los posibles excesos. Por
todo ello, del mismo modo que aquellos hombres, que por naturaleza eran
libres, habían decidido por propio consentimiento someterse al gobierno del
padre (aunque no admitiendo nunca que tal poder fuera jure divino o
absoluto );
ahora podrían decidir tambien libremente otorgar el gobierno a otro grupo
de personas.
Por lo que se refiere a la respuesta de Locke a la SEGUNDA
OBJECCIÓN, ( es decir la que establece que como todos los hombres
nacen bajo algún gobierno, es imposible que ninguno esté jamás libre para
decidir formar otro gobierno distinto ), Locke, comienza señalando que
resulta absurdo negar este hecho ya que, de lo contrario, debería existir
en el mundo unicamente un príncipe legal y un gobierno legal.
Pero lo cierto es que existen MULTITUD de monarquías
legales. Pues bien, se pregunta Locke, ¿cómo es posible que existan varias
monarquías distintas cuando unicamente debería existir UNA
( la primigenia ) a la que deberíamos estar sometidos todos los humanos?
Además de lo señalado hasta ahora, Locke, decide poner al DESCUBIERTO,
aún más, la DEBILIDAD DE LA 2ª OBJECCIÓN que
establece que todos los hombres nacen bajo un gobierno y, por consiguiente,
no son libres para empezar otro nuevo. Para mostrar tal debilidad, Locke,
acude a la HISTORIA y hace referenica a la multitud de
ejemplos que nos muestran a distintos hombres que se apartaron de la
jurisdicción en la que habían nacido, y se negaron a obedecerla, formando
nuevos gobiernos. Señala que la multitud de PEQUEÑOS
ESTADOS de la época antigua no son otra cosa que un ejemplo que
muestra que no fue el derecho del padre, comunicado a sus herederos, lo que
constituyó el origen de los gobiernos ya que se si ello fuera así,
entonces los hombres no tendrían libertad para separarse de sus familias y
establecer pequeños estados y gobiernos nuevos. El separarse del gobierno
en el que se nace ha sido, según Locke, una práctica común en el mundo,
desde sus orígenes hasta el día de hoy; ya que los hombres son tan libres
hoy como lo fueron los que nacieron en las selvas. Por lo tanto, es absurdo
aceptar el principio que establece que al nacer bajo un gobierno estamos
naturalmente sujetos a él, y no tenemos el derecho de libertad del que
disfrutábamos en el estado de naturaleza.
Y es que, según Locke, no existe ley alguna que obligue a los hijos o
descendientes a seguir siendo súbditos permanenetes del Estado en el que se
ha nacido. En este contexto, Locke, hace referencia a la CONFUSIÓN
que se produce entre ser SÚBDITO POR NACIMIENTO
de un determinado Estado, y ser SUBDITO A PARTIR DE LAS
ROPIEDADES que se poseen dentro de un Estado. Es evidente, afirma
Locke, que un hijo no es súbdito de un Estado por el simple hecho de haber
nacido dentro del mismo. Unicamente está bajo la tutela del padre hasta que
alcanza la mayoría de edad, y, a partir de ahí, es un hombre libre, con
libertad de ponerse bajo el gobierno que le plazca, y de unirse al cuerpo
político que le parezca. Ahora bien, desde el momento en que decide
incorporarse a un Estado cualquiera, por el hecho de unirse a él, tambien
une y somete a la comunidad las posesiones que tiene o tendrá en el
futuro. Por lo tanto, por el mero acto de unirse una persona ( que antes era
libre ) a un Estado cualquiera, éstá vinculando sus posesiones a
dicho Estado ( posesiones que antes eran tambien libres ). Y, así, ambas
cosas - persona y posesión - devienen súbditos del gobierno.
En este contexto, Locke, diferencia entre CONSENTIMIENTO
TÁCITO y CONSENTIMIENTO EXPRESO. En relación
con el consentimiento tácito, Locke, afirma que todo hombre que
tiene posesiones o disfruta de alguna parte de los dominios de un gobierno
está con ello dando su tácito consentimiento de sumisión. Por ello
estará sometido a las leyes de ese gobierno como cualquier persona que viva
bajo el gobierno en cuestión. Locke afirma que existe un tácito
consentimiento de sumisión por el mero hecho de estar dentro de los
territorios de ese gobierno. Ahora bien, el gobierno solo tiene una jurisdicción
directa sobre la propiedad del sujeto ( la tierra ); ello quiere decir
que tal jurisdicción afecta al sujeto como propietario que reside en
esa tierra y la disfruta. Cuando tal propietario se deshace de su propiedad,
es ya libre de incorporarse al Estado que desee, o tiene la libertad de
iniciar con otros hombres un nuevo Estado in vacuis locis. En
relación con el consentimiento expreso, Locke, afirma que tal tipo
de consentimiento hace a un hombre miembro completo de esa sociedad y
súbdito de ese gobierno. Aquel que por virtud de un acuerdo formal y
de una declaración expresa ha dado su consentimento para ser miembro
de un Estado estará perpetua e inalterablemente obligado a continuar siendo
súbdito del mismo y no podrá ya volver a vivir en la libertad propia del
estado de naturaleza.
Ahora bien, someterse a las leyes de un país, vivir en él y disfrutar de
sus privilegios y protecciones no hace a un hombre MIEMBRO
de esa sociedad y súbdito permanente de un Estado. Por ello, los
extranjeros que viven bajo la protección de otro Estado no se convierten en
súbditos o miembros de ese Estado aunque están obligados a respetar las
normas de la administración de dicho Estado. En definitiva, nada puede
hacer de un hombre un súbdito, excepto una positiva declaración, y una
promesa o acuerdo expresos.