Discurso del Método | |||
Descartes En fín, si todavía hay hombres que, por las razones que he expuesto, no estén bastante convencidos de la existencia de Dios y de su alma, quiero que sepan que todas las demás cosas de las que tal vez se crean más seguros, como tener un cuerpo, que hay astros y una tierra, y cosas semejantes, son menos ciertas. Pues, aunque tengamos una certeza moral de estas cosas tan grande que parece no se pueda dudar de ellas, a menos de ser un hombre extravagante, sin embargo, también a menos de ser poco razonable, cuando es cuestión de una certeza metafísica, no puede negarse que sea un motivo suficiente para no estar completamente seguro de ellas el haber advertido que se puede del mismo modo imaginar, estando dormidos, que se tiene otro cuerpo, que se ven otros astros y otra tierra, sin que nada de eso sea. Porque, ¿cómo se sabe que los pensamientos que vienen en sueño son más falsos que los demás, dado que a menudo no son menos vivos y precisos? Y aunque los mejores espíritus lo estudien tanto como les plazca, no creo que puedan dar razón alguna que sea suficiente para desvanecer esta duda si no presuponen la existencia de Dios. Pues, en primer lugar, eso mismo que he tomado antes como regla, a saber, que las cosas que concebimos muy clara y distintamente son todas verdaderas, no es seguro más que a causa de que Dios es o existe...... De donde se deduce que nuestras ideas o nociones sobre cosas reales proceden de Dios en todo cuanto son claras y distintas, y, por ello, no pueden en eso ser sino verdaderas. De manera que si tenemos (ideas o nociones) que contienen falsedad, esto sólo puede provenir de aquellas que tienen algo de confuso y obscuro, puesto que en eso participan de la nada, es decir, que en nosotros son así de confusas porque no somos del todo perfectos. Descartes. Discurso del método. 4ª parte |
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Descartes Ahora bien, despues de que el conocimiento de Dios y del alma nos ha garantizado de este modo la certeza de esta regla, es muy fácil conocer que las fantasías que imaginamos cuando estamos dormidos no deben de ningún modo hacernos dudar de la verdad de los pensamientos que tenemos estando despiertos, pues si ocurriera que, incluso durmiendo, se tuviera alguna idea muy distinta, como, por ejemplo, que un geómetra inventara alguna nueva demostración, su sueño no le empediría ser verdadera. Y en cuanto al error más frecuente de nuestros sueños, que consiste en que nos representan diversos objetos de la misma manera como lo hacen nuestros sentidos externos, no importa que nos dé ocasión de desconfiar de la verdad de tales ideas, puesto que tambien pueden engañarnos con frecuencia sin que durmamos: como cuando....los astros u otros cuerpos muy lejanos nos parecen más pequeños de lo que son. Porque, en fín, bien que estemos despiertos bien que durmamos, no debemos nunca dejarnos persuadir más que por la evidencia de nuestra razón. Y adviértase que digo de nuestra razón y no de nuestra imaginación ni de nuestros sentidos. Así, aunque veamos el sol muy claramente, no por ello debemos juzgar que sea del tamaño con que lo vemos..... La razón es quien nos asegura que todas nuestras ideas o nociones deben tener algún fundamento de verdad, pues no sería posible que Dios, que es totalmente perfecto y verdadero, las hubiese puesto en nosotros sin eso. Y dado que nuestros razonamientos no son nunca tan evidentes ni tan completos tanto en el sueño como durante la vigilia...............en nuestros pensamientos, lo que tienen de verdad debe hallarse de modo infalible en los que tenemos estando despiertos más que en los de nuestros sueños. Descartes.Discurso del método.4ª parte. |
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LAS COSAS
Se refiere a las ideas que tenemos tanto de las cosas que
proceden del exterior ( ideas adventicias ) como de las
ideas que tenemos de nuestro propio cuerpo. En las Meditaciones
Metafísicas, Descartes, en la duda
métodica, analiza con
detalle las razones que le llevan a cuestionar la certeza de las cosas
percibidas por los sentidos, tanto en lo lejano como en el ámbito
de lo cercano.
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CERTEZA MORAL
Sobre la existencia del mundo corporeo unicamente tenemos una certeza
moral, es decir, una certeza probable y, por tanto, menos cierta que
la existencia de Dios o del alma. No obstante ese tipo de certeza nos llega
para desarrollar nuestra vida práctica.
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CERTEZA METAFÍSICA
La certeza metafísica es aquella que
establece una relación de necesidad que es totalmente independientemente
de todo hecho y, además, es indubitable, como, por ejemplo, el todo
es mayor que la parte o pienso, luego soy. Descartes acabará
sosteniendo que que las certezas físicas, hechos que sólo son
empiricamente verdaderos, como la existencia del mundo exterior, se fundamenta
en la certeza metafísica de la existencia y veracidad divinas.
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DORMIDOS
La certeza de las cosas materiales es unicamente una certeza
moral debido a que las mismas cosas que vemos o nos suceden durante el
estado de vigilia tambien las experimentamos cuando dormimos.
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SUEÑOS
Descartes repite aquí una de las razones que le llevaron a dudar de
la certeza de los sentidos en relación con lo corporeo. Esa
razón hace referencia a la dicotomía entre el mundo de la vigilia y el
mundo de los sueños. Y no debido a que Descartes confunda ( como si
estuviera confuso )el mundo de la vigilia con el de los sueños, sino debido
a la duda que plantea el establecer, con total certeza, que el mundo de
los sueños seas más falso que el mundo de la vigilia. Esta falta
de seguridad es lo que lleva a Descartes a dudar de la veracidad de los sentidos
tanto en lo que se refiere a lo lejano como a lo cercano. En las meditaciones
metafísicas trata Descartes esta cuestión con más detalle.
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LOS MEJORES ESPÍRITUS
Se refiere a las mentes más preclaras de su época. Les sería
imposible, según Descartes, poder demostrar por qué es más cierto el mundo de
la vigilia que el mundo de los sueños a no ser que presupongan la
existencia de Dios.
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REGLA
Se refiere al criterio general de certeza: todas las cosas que
concebimos de modo claro y distinto son todas verdaderas.
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DIOS GARANTÍA DE VERDAD
La existencia de Dios se convierte, para Descartes, en garantía de verdad
sobre la existencia de lo corporeo. Lo que sucede es que Dios no es
unicamente garantía de verdad sobre la certeza de las cosas materiales sino tambien en garantía
de todo tipo de verdad. Esto hace que muchos críticos afirman que
Descartes cae en un círculo vicioso: una idea es clara y distinta porque Dios
existe, y Dios existe porque tenemos de Él una idea clara y distinta.
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IDEAS SOBRE LAS COSAS
Las ideas que tenemos sobre las cosas dejan de ser dudosas desde el
momento en que Dios se convierte en garantía de la verdad. Dios garantiza la
verdad de las ideas claras y distintas, luego las ideas claras y distintas, las
ideas innatas de substancia finita e infinita, provienen de Dios.
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FALSEDAD
Si cometemos errores y tenemos ideas falsas ello se debe a que las
ideas sobre las cosas participan del algún modo de la nada y a que
nosotros somos imperfectos. Para Descartes, el ser fundamenta la
verdad. En este sentido, la verdad no puede proceder de la nada. Por
su parte, el error equivale al no-ser y, por tanto, no puede provenir de
Dios. Este principio deriva de la teoría escolástica en torno a las
propiedades del ser, que es uno, verdadero y bueno
(trascendental). La carencia de alguna de estas propiedades implica la ausencia
del ser. En el Libro
IV de las Meditaciones Metafísicas, trata Descartes, con más
detalle, acerca del por qué nos equivocamos y cometemos errores.
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CONOCIMIENTO DE DIOS Y DEL ALMA
Al llegar a este punto, Descartes, ya sabe con certeza de la existencia
de su alma ( res cogitans ) y de la existencia de Dios. Es, sin
embargo, el conocimiento de Dios el que se convierte en garantía
de certeza sobre la verdad y la existencia de las cosas materiales.
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CERTEZA DE LA REGLA
Descartes se refiere de nuevo al criterio general del certeza. La
existencia de Dios nos garantiza sobre la verdad de todo aquello que la razón
nos muestre como claro y distinto.
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FANTASÍAS DE LOS SUEÑOS
Con la demostración de la existencia de Dios, el mundo de los sueños
puede representar un mundo de fantasía. Recordar que el mundo de los
sueños fué una de las razones que llevaron a Descartes a plantear
la duda metódica.
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ERROR MÁS FRECUENTE
Uno de los errores más frecuentes de los sueños es que
nos llevan, según Descartes, a dudar de la veracidad de los sentidos tanto en
lo referente a lo lejano, como, por ejemplo, cuando veo y me formo
una idea del sol, como a lo cercano, como por ejemplo,
cuando contemplo que estas son mis manos o que estoy sentado junto al
fuego. Y es, señala Descartes, que tambien he soñado que
estaba viendo el sol o contemplando mis manos y leyendo un libro sentado
junto al fuego. ¿Por qué afirmar que el sol, las manos y el cuerpo que
está sentado junto al fuego, en estado de vigilia, son los verdaderos
y lo que se presentan en sueños son los falsos? Esta
duda desaparece, ahora, al convertirse Dios en garantía de verdad.
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ASTROS LEJANOS
En las Meditaciones
metafísicas, Descartes, analiza con detalle la cuestión
siguiente: ¿existe semejanza entre las ideas adventicias y las cosas que
tales ideas representan? Con el objeto de demostrar que no es absoluto
evidente, Descartes, se sirve del ejemplo de un astro, como es el sol.
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EVIDENCIA
La verdad consiste en la evidencia de la idea clara y distinta. El
sueño no es la causa de la duda o el error; solo debemos persuadirnos
por la evidencia de nuestra razón tanto en el sueño como en la vigilia;
así puede ocurrir que tengamos pensamientos verdaderos en el sueño, e
inversamente pensamientos falsos estando despiertos.
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ADVIERTASE
La sede de las ideas claras y distintas no es ni la imaginación ni los
sentidos, sino unicamente la razón. Sobre la diferencia entre la imaginación
y la intelección trata Descartes ampliamente en las Meditaciones
Metafísicas. Por su parte, los sentidos no nos muestran
la naturaleza de las cosas, sino sólo aquello para lo que son útiles o
nocivas. Sólo el entendimiento o la razón, a través de los datos
que nos proporcionan los sentidos. puede distinguir la propiedad esencial de los
objetos sin la cual las cosas serían inconcebibles o diferentes.
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DIOS
Dios se nos muestra aquí, de modo definitivo, como el genio benigno,
es decir, como un ser perfecto y veraz fundamento y origen de toda
verdad. En este sentido no nos puede engañar lo que garantiza la verdad de
nuestras ideas claras y distintas, de la ciencia, y suprime toda duda.
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DESPIERTOS
No todos nuestros pensamientos son verdaderos. Por otro lado, el sueño
es un estado cuyas condiciones fisiológicas son menos aptas que las de la vigilia
para ejercitar el pensamiento, de ahi que la evidencia de éste se mostrará
mejor a la razón estando despiertos que estando dormidos.
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