TERCERA PARTE DEL GORGIAS
(Sócrates y Calicles)
[Principal]
[Textos Filosóficos]
La intervención de Calicles es, desde un principio, de una sinceridad
brutal. Así comienza planteándole a Sócrates si esta hablando en serio o en
broma ya que si lo hace en serio, afirma, "resulta que la vida de todos
los hombres que conozco está desquiciada pues hacen todo lo contrario de lo que
dices que deberían hacer". Al mismo tiempo, acusa a Gorgias y a Polo de
insinceridad por ocultar lo que realmente piensan por miedo a quedar mal delante
de los demás. A continuación expone lo que realmente piensa y que podría
resumirse así:
El mundo de la ley (nomos) y el mundo de la naturaleza (Physis)
son dos cosas
distintas.
Sócrates hace trampa: si alguien le habla desde el punto de la ley, entonces le pregunta desde el punto de vista de la naturaleza y si lo hace
pensando en la naturaleza, le pregunta desde el punto de vista de la ley.
Por naturaleza es peor sufrir injusticia, aunque por ley es
peor el cometerla. Lo que sucede es que por ley únicamente cometen injusticia
los débiles o los esclavos.
Son los hombres débiles quienes establecen las leyes para si mismos y para
su propia utilidad. Con ellas quieren atemorizar a los mas fuertes, a los que
estén capacitados para tener mas y, por ello, dicen que es feo o injusto poseer
mas y que la injusticia consiste en tener mucho más que los demás.
Pero la naturaleza demuestra que es de justicia que el que vale mas tenga
mas que el que vale menos y es inferior. La misma naturaleza animal demuestra
este hecho: es la autoridad del fuerte frente al débil acude a Pindaro para
fundamentar tal tesis.
La filosofía es la culpable de que no veamos claro todo esto. Y es que la
filosofía esta bien cultivarla durante la juventud; pero cuando uno ya es mayor
hay que ser mas practico y con mas sentido de la utilidad.
Sócrates valora positivamente la sinceridad de Calicles, aunque este en total
desacuerdo con sus posiciones. Por ello le plantea reflexionar acerca de una de las cuestiones
defendidas por Calicles: ¿En que consiste, según tu, pregunta Sócrates, y según
Pindaro la justicia según naturaleza? ¿Consiste en que el mas poderoso
arrebate por la fuerza los bienes del mas débil; que el que vale mas, ejerza
dominio sobre el que vale menos, y el que es mas hábil tenga mas que el menos hábil?
La respuesta sincera y clara de Calicles es que eso
es precisamente lo que el sostiene. Pues bien, a partir de este presupuesto, se
inicia un diálogo entre los dos en donde se plantean las cuestiones siguientes:
1º)Sócrates plantea a Calicles si identifica a los mas fuertes o
poderosos con los mejores. Puesto que puede ser que los mas
poderosos no tengan porque ser necesariamente los mejores. Calicles, percibiendo
el callejón en el que puede meterse niega tal identificación y afirma su con
rotundidad: los más poderosos son también los mejores.
2º)Ahora bien, continua Sócrates, si ello es así, entonces cuando nos
encontramos con una MULTITUD, parece que esta es por naturaleza mas poderosa que un solo hombre.
Ella impone las leyes y, por tanto, son las leyes de los mas poderosos. Ahora
bien, hemos quedado que no solamente son los mas poderosos sino también los
mejores. Pues bien, si ello es asi, entonces no tiene ningún sentido que Calicles
ha acabado de decir hace poco. Veamos: Calicles ha señalado que la masa, tiende
a considerar que la justicia por naturaleza consiste en que unos no tengan mas
que los otro y que es mas feo cometer injusticia que recibirla. Ahora bien, si
ello es así, entonces no es cierto que únicamente sea por ley mas feo cometer
injusticia que sufrirla, sino que también, según la multitud,
constituida por los mejores, lo seria por naturaleza. Y si ello es así,
entonces physis (naturaleza) y nomos (ley) no serian
aspectos contrarios.
3)Calicles se rebela y acusa a Sócrates de "andar a la caza de las
palabras" de tal forma que si alguien se equivoca en un vocablo, se
aprovecha para intentar contradecirle. Por todo ello, le aclara a Sócrates que
cuando el habla de multitud no se refiere a la chusma o a los esclavos sino a
los mas hábiles y mas juiciosos."Mejores son, a mi
entender, los mas hábiles, es decir,(aclara Sócrates mas adelante )los más juiciosos".
Conviene señalar, ya desde ahora, que esta discusión iniciada entre Sócrates
y Calicles acabará por romperse ya que Calicles, cada vez que se encuentra
metido en una contradicción derivada de sus palabras, tenderá a decir
"digo" donde he dicho "Diego",lo que motivara el enfado de
Sócrates y el que se inicie otro tema de discusión. De todas formas, el mensaje
de Platón esta muy claro: estamos delante de alguien que no tiene ningún rubor
en enmendar del modo que sea sus poco reflexionadas ideas.
Pero volvamos al tema que nos ocupa. Hemos visto que Calices afirma, ahora,
que
los mejores son los mas juiciosos y los mas hábiles. Pues bien, Sócrates vuelve
a interrogar de nuevo a Calicles, partiendo de tales supuestos: supongamos, le
plantea, que los mas juiciosos y los mas hábiles son los mas poderosos y los
mejores. Si ello es así, entonces si en un mismo lugar estuvieran reunidos muchos
hombres que poseen abundantes alimentos sólidos y bebidas y en donde unos son
mas fuertes y otros mas débiles, pero con la presencia de uno entre ellos que,
por ejemplo, por ser médico y más entendido o juicioso en la cuestión de la
alimentación y, por tanto, mas poderoso y mejor que los demás; ¿debería tener de
esos alimentos una parte mayor que los demás? Sócrates sigue poniendo mas
ejemplos que giran alrededor de lo mismo y que intentan demostrar lo absurdo del
planteamiento de Calicles.
Calicles protesta de tales ejemplos ya que, según el,"no hablan
de otra cosa que de zapateros, cardadores, cocineros, y médicos, como si este fuese
el tema de nuestra discusión" .Ello motiva que Sócrates le incite a
que se aclare "en relación con que cosas ha de ser mas poderoso y
entendido un hombre para gozar con justicia de una posesión mayor que la de los
demás". Calicles, realizando un giro de 90 grados, afirma, ahora, que los
mas poderosos son "aquellos que conocen los medios necesarios para un
buen gobierno de la ciudad y que, además, son valerosos y capaces de llevar a
cabo cualquier proyecto, sin desfallecer por debilidad de animo".
Sócrates muestra su enfado por este nuevo cambio de opinión y le hace
ver a Calicles de que esta jugando con algo muy serio. Por ello, afirma:"nunca
dices lo mismo, sino que un principio definías a los mas poderosos como los mas
fuertes, mas tarde como los hombres de mejor juicio, y, he aquí que ahora nos
vienes con otra definición: hombres valerosos que llevan a cabo un proyecto de
ciudad".Calicles recalca que aquellos en quienes se
une la valentía a su capacidad de entendimiento sobre los asuntos del estado,
es
a quienes corresponde gobernar el Estado y lo justo es que tengan mas que los
demas, es decir, los gobernados. {Ver Texto}
Pues bien, sobre la base de esta nueva definición de Calicles acerca de que
los mas poderosos y los mejores, deben de ser los gobernantes de la ciudad,
Sócrates encauzara la conversación hacia el estudio de la NATURALEZA DE
LOS DESEOS, ya que pregunta a Calicles acerca de si, los gobernantes deben
de dominarse también a sí mismos, es decir ser moderados, tener poder sobre sí
mismos, dominar las pasiones y los deseos, etc. Calicles le responde que alguien
que responda a esta forma de actuar no es realmente un gobernante moderado sino
un gobernante simple. Según Calicles,el gobernante que quiere vivir bien debe dejar que sus deseos
alcancen la mayor intensidad y no reprimirlos nunca. Lo que sucede es que esto
no esta al alcance de todos los hombres y ahí esta el origen de las censuras,
afirmando que la intemperancia es vergonzosa, y así se esclaviza a los
hombres mejor dotados por naturaleza. Es la falta de hombría lo que lleva a
valorar la moderación y la justicia. Por ello afirma: esos que no dan a sus
amigos más que a sus enemigos" son unos desgraciados y todo lo que afirman
son afeites y convenciones humanas contrarias a naturaleza. Sócrates alaba de
nuevo la sinceridad de Calicles por decir en voz alta lo que otros piensan pero
se avergüenzan en defender. De todos modos, como no no está en absoluto de
acuerdo con lo que acaba de decir, plantea analizar lo siguiente:"¿es
cierto que no hay que reprimir los deseos, sino, antes al contrario, permitir
que alcancen la mayor intensidad y darles siempre satisfacción".; y es
que, señala Sócrates, parece que estamos hablando de una vida parecida a la de
un tonel agujereado en donde es imposible contener nada. Calicles le responde que
es mejor la vida parecida a tal tonel que la parecida a un tonel ya lleno, pues,
en este caso, estamos ante una vida sin pena ni gloria, como la las
piedras. La vida grata, afirma, consiste "derramar lo más posible".{Ver
Texto}
Pues bien, situada, en esta breve introducción, la nueva posición de
Calicles es cuando Sócrates decide iniciar el dialogo con el objetivo de
averiguar si son exactas tales ideas o si, por el contrario, la fundamentación
de las mismas, por parte de Calicles, deja mucho que desear. La discusión,a
partir de ahora, puede dividirse en CUATRO NIVELES de demostración encaminados,
como veremos, a deducir que ni es cierto que lo mejor es darle satisfacción a
los deseos; ni es cierto que la satisfacción de los deseos, aún produciendo
placer, sea idéntico a la felicidad o el bien.
EL PRIMER NIVEL: Según Calicles, los deseos deben de satisfacerse
siempre y no reprimirse nunca. Sócrates analiza esta tesis con el objetivo de averiguar a
donde nos puede conducir. Por todo ello, comienza afirmando que son deseos, por
ejemplo, el tener hambre o tener sed; y que, según la tesis de Calicles, se deben
satisfacer siempre para llevar una vida feliz. Ahora bien, quien tiene sarna,
continua ,también siente deseos de rascarse, pudiendo hacerlo sin limitación.
¿Significa esto, interroga Sócrates, que tal persona será feliz
por pasarse la vida satisfaciendo su deseo, es decir, rascándose sin parar?
Calicles protesta por
el tipo de ejemplos que usa Socrates. Este, sin embargo, le replica que es la
conclusión lógica de lo que Calicles defiende, ya que habla de la necesidad de
satisfacer los deseos en general, sin especificar si deben de ser los naturales y
buenos o cualquiera de ellos. Por todo ello, le vuelve a plantear lo siguiente,
y, con ello, pasaríamos al segundo nivel del razonamiento socrático.{Ver
Texto}
SEGUNDO NIVEL:El nuevo planteamiento socrático
es el siguiente: ¿consideras que son una misma cosa lo placentero
(satisfacción de los
deseos buenos, no como la sarna y la felicidad o lo bueno, o hay cosas
placenteras que no son buenas? Calicles responde que el placer y el bien
se identifican, aunque afirma responder así porque el interrogatorio de Sócrates
hasta ello le condujo. Sócrates le recuerda que hablar en contra de la opinión
propia es echar a perder la conversación, y, por ello, le exige que
piense antes de contestar, pues el piensa que existen placeres que no parecen
identificarse con el bien. Calicles, afirma que esta hablando totalmente en serio
y sigue defendiendo que Placer y Felicidad o Bien se identifican. A partir de ahí,
Sócrates reconduce el dialogo del modo siguiente: hace referencia a una serie
de conceptos que son contrarios entre sí y, por lo tanto, son excluyentes. Es
decir, parece evidente que quien esta enfermo de la vista no puede estar al mismo
tiempo sano de la misma, del mismo modo, quien es feliz parece imposible que, al
mismo tiempo, sea desgraciado. En definitiva, en cosas contrarias no puede darse
al mismo tiempo lo uno y su contrario, no pueden prevalecer los dos elementos al
mismo tiempo, sino que cuando uno esta presente el otro se retira y cuando es
retirado hace acto de presencia imponiéndose, entonces el presente se retira.
Pues bien, aceptadas estas, premisas, Sócrates, vuelve de nuevo a la cuestión que se
esta analizando: según Calicles, el placer y la felicidad se identifican. Por
consiguiente si alguien experimenta el placer como bien es imposible que,
al
mismo tiempo, experimente displacer o dolor, es decir, el mal. Pues bien, veamos si
analizando los deseos sucede así. Sócrates comienza señalando que experimentar
el deseo de hambre o de sed es siempre algo penoso. Sin embargo, cuando se
satisface tales deseos comiendo o bebiendo se experimenta placer y felicidad. En
consecuencia, podría decirse que los deseos son en si penosos, de tal modo que
decir "estar sediento" y "sufrir" se parecen entre sí.
Ahora bien, cuando se satisfacen tales deseos (comiendo o bebiendo ),parece
evidente que experimentamos placer. Pero lo que realmente sucede con todo lo
dicho es que dos cosas contrarias conviven y se dan presentes no excluyendo la
una a la otra, puesto que, al mismo tiempo que sentimos la sed (dolor),sentimos el
placer de calmar tal dolor. Bebiendo (placer).Por ello afirma Socrates: Beber,
teniendo sed, es lo mismo que decir, al mismo tiempo,"sentir placer
con sufrimiento", es decir, nos encontramos que se dan ambas
sensaciones (placer-dolor) en el mismo lugar y al mismo tiempo. Ahora bien,
Calicles había señalado al principio que el placer es el bien y que era
imposible ser al mismo tiempo feliz y desgraciado. Pero, ahora, en el desarrollo de
la discusión y el diálogo, resulta que está reconociendo que es posible sentir
placer (bien y felicidad) y dolor al mismo tiempo. Pero si ello es así,
entonces
sentir placer no es totalmente idéntico al bien y la felicidad, con lo que habría
que revisar la tesis defendida por el anteriormente.
Pero no terminan aquí los razonamientos usados por Sócrates con la intención
de demostrar la invalidez de la tesis de Calicles. Tales razonamientos nos
llevan al tercer nivel.
TERCER NIVEL: Parece también evidente, en relación con los deseos que,
cuando cesa uno de (cese de la sed o del hambre) también cesa el placer que estábamos
experimentando mientras comíamos o bebíamos. Así afirma: al mismo
tiempo que cesamos de tener sed dejamos también de sentir placer. En
definitiva, al cesar uno de los contrarios parece que también cesa el otro, lo que
no suele suceder con otros elementos contrarios (si cesa la salud no cesa
también la enfermedad sino que esta hace acto de presencia; del mismo modo
cuando cesa la lentitud no cesa también la rapidez o cuando cesan las desgracias
no cesan necesariamente las alegrías.)En el terreno de los deseos sin embargo,
parece que sucede lo contrario: cesa el deseo (mal),cesando también el placer
(bien). Y si ello es así, entonces "los bienes no son lo mismo que
los placeres y los males lo mismo que los sufrimientos". Y no son lo
mismo por lo siguiente: si placer y bien son lo mismo y mal y deseo también
son-lo mismo y, al mismo tiempo, son contrarios entre si, entonces cesando el mal
debía aparecer el bien o placer, pero sucede que siguen juntos bien y mal. En
consecuencia, el placer no se identifica totalmente con el bien, como pensaba
Calicles.
CUARTO NIVEL: El ultimo de los razonamientos usados por Sócrates
para poner en cuestión las tesis de Calicles, es el siguiente: parece evidente
que existen hombres sensatos y hombres insensatos, así como hombres cobardes y
hombres valientes. Ahora bien, continua Sócrates, a la hora de gozar o de
sufrir, parece que no existen grandes diferencias entre los diferentes individuos
ya que tanto gozan unos como otros, e incluso, en determinadas circunstancias,
los cobardes, por ejemplo, pueden gozar mas que los valientes, como cuando ven retirase
su propio ejercito ante el enemigo. Por otro lado, parece evidente también que los
sensatos y valientes son buenos y los cobardes son malos. Pero hemos quedado que
el placer se identifica con el bien y, por ello, son lo buenos los que lo
experimentan y los malos deberían de identificarse con el dolor y con el
sufrimiento. Lo que sucede es que, lo dicho anteriormente invalida esta hipótesis
de que el placer acompaña al bien ya que ,hemos visto que los malo o cobardes
,pueden llegar a experimentar mas placer que los buenos o valientes.¿Cómo
seguir identificando el placer con lo bueno? {Ver
Texto}
La conclusión a deducir a partir de todo lo anterior lleva, por tanto, a
demostrar a Sócrates que la identificación de bien y placer, realizada por
Calicles, no se sostiene en pie. Calicles es consciente de la fuerza de los
argumentos de Sócrates, pero la verdad es que no se los toma muy en serio. De
hecho, introduce otra variante al análisis de Sócrates que llevaría a tener que
dejar de lado todo lo dicho anteriormente acerca de la identificación del
placer con el bien. Y es que ahora, según Calicles, seria necesario diferenciar
entre placeres mejores o buenos y placeres peores o malos. Evidentemente tal
diferenciación (que necesitaría de otro estudio profundo )lo que intenta
realmente es poner en cuestión la conclusión anterior acerca de que el placer
y el bien no se identifican, ya que seria posible pensar que los placeres peores
o mas malos no se identifican con el bien, pero los mejores o mas buenos, si.
Sócrates se rebela contra el modo que tiene Calicles de llevar la
conversación, le acusa de haberle decepcionado y le pide, por favor, que no siga
bromeando con el, ya que la conversación que mantienen es mas importante de lo
que puede parecer a primera vista. Y es que, según Sócrates, sobre lo que están
realmente discutiendo es acerca del modo como deberíamos vivir. Tu,
Calicles, defiendes un modo de vida basado en el uso de la retórica, enseñada por Gorgias;
yo, Sócrates, defiendo un modo de vida basada en
el saber y en la filosofia. Pues bien, hay que aclarar acerca de las diferencias
existentes entre los dos modos señalados y descubrir cual de ellos es el
mejor.
Por ello, deciden partir de la conclusión a la que anteriormente se había
llegado (lo bueno no es idéntico a lo placentero) e intentar descubrir los
medios( que tienen que ser diferentes )que nos permitan alcanzar el placer y los
medios que nos permitan alcanzar el bien.
Con el objeto de explicar mejor lo que quiere decir ,Sócrates, describe una
serie de artes, los cuales, según el, estarían destinados a proporcionamos
placer (música de la flauta ,citara, poesía trágica, ).Concretamente, afirma,
que
la poesía trágica lo que realmente persigue es agradar y adular a los espectadores y compara el
género poético con una especie de
oratoria popular: Acabamos de encontrar,
afirma Sócrates, una especie de
retórica que se dirige a todo el pueblo: a los niños, a las mujeres y a los
hombres ...Pero no la estimamos en gran cosa, ya que creemos que es adulatoria." ¿Y con la retórica
que sucede? Es un
medio para conseguir ¿que? Del diálogo que siguen ambos parece llegarse a una
especie de conclusión, en donde admiten la existencia, en principio, de dos
clases de retórica: la vergonzosa y adulatoria y la buena y bella que trataría
de mejorar en lo posible las almas de los ciudadanos. De todos modos, Sócrates,
no
tardará en preguntar si alguien ha visto realmente en la realidad a alguno que
haya usado realmente la retórica para mejorar el alma de los ciudadanos.
Calicles cita a Temistocles, Cimón, Milciades y Pericles. Sócrates
pone en duda que todos estos personajes de la vida política ateniense actuasen
realmente con el fin de mejorar el alma de sus ciudadanos: si ello fuera así,
entonces deberíamos estar ante unos individuos y una sociedad armónicamente
organizados; y lo cierto es que la situación actual en la que vivimos nos
muestra todo lo contrario. Mas adelante, Sócrates ,analizara mas en detalle la
vida de los políticos señalados por Calicles con el objetivo de demostrar que
con su retórica no cambiaron para bien el alma de sus ciudadanos.
Lo que sucede es que ahora, Calicles, decide de hecho dar por finalizada su
conversación con Sócrates. Así, en un principio, comienza a contestar de modo
automático de tal modo que parece estar dándole la razón a un loco. En un momento
determinado, afirma: no
me importa nada de lo que estás diciendo, y si te estoy contestando ha sido a
causa de Gorgias. Le propone que le deje en paz y que le pregunte a
otro o que haga una exposición seguida en donde Sócrates se responda a si
mismo.
Sócrates acepta la petición de Calicles pero con una condición: si
alguno de vosotros cree que miro como verdaderas cosas que no lo son, debe tomar
la palabra y tratar de refutarme. Tampoco yo hablo con pleno conocimiento de los
asuntos que trato, sino que indago con vuestra colaboración, y, en consecuencia,
si veo que el que disiente de. mi opinión dice verdad, yo seré el primero en
reconocérsela. Incluso llega afirmar que si los asistentes lo prefieren, se podría dar por
finalizado el dialogo ya que él no pondrá
problemas a que se levante la sesión. Es Gorgias quien le pide que continúe el
razonamiento hasta el final. Ante ello, Sócrates, decide finalizar sus reflexiones
y, a partir de ahora, el dialogo es casi un monólogo, pero que realmente sirve
para demostrar dos cosas: la primera, el poder ver las diferencias que existen
entre el intento de descubrir la verdad usando la dialéctica y usando la
retórica. La segunda, demostrar como Sócrates, si quisiera, podría usar del arte
de la retórica como un verdadero maestro. Lo que sucede es que tal uso, según
él, no ayuda
a llevar una vida justa.
Pues bien, Sócrates toma la palabra y realiza, en primer lugar, una breve
recapitulación de algunas de las ideas señaladas anteriormente: placer y bien
no son necesariamente la misma cosa. La teleología está presente en todas las
cosas, lo que implica la presencia en las mismas del orden y de la armonía. Por
todo ello, el hombre justo es quien ha logrado conseguir una alma armónicamente
organizada. Tal hombre justo, será también un hombre bueno. Por el contrario, el
sujeto con una alma desorganizada, será injusto y malo. Además, es mucho peor
cometer injusticia que sufrirla, como ya se ha demostrado. Lo que sucede es que a
la luz de esta reflexión, Sócrates decide plantearle a Calicles una nueva
interrogante (hay que señalar que Calicles sigue presente como el personaje del
dialogo hasta el final del mismo. Ello hace que Sócrates se dirija a el, lo que
sucede es que Calicles se limita a contestar con desinterés.
La nueva interrogante es la siguiente:¿qué arte podría enseñar a los
ciudadanos a no sufrir injusticia y, por la tanto, evitar que alguien la
cometiera? Es el mismo Sócrates quien le avanza a Calicles dos posibles
respuestas que curiosamente podrían ser las que el mismo Calicles diera, ya que
manifiesta ante ellas, estar absolutamente conforme con las mismas. Las
dos
respuestas son: seria preciso que uno mismo gobierne la ciudad teniendo un
poder absoluto, o ser amigo de los gobernantes del momento. Es decir, si alguien tiene un gran poder en la
ciudad, parece evidente que podría permitir que se cometiesen injusticias y,
por ello, libraría a los ciudadanos de sufrir tales injusticias Del mismo modo,
si se
es amigo del gobernante poderoso de la ciudad, entonces uno mismo se vería libre
de que sobre se cometiesen injusticias. Pues bien, tales posibilidades son del
total agrado de Calicles que. afirma: ¿ves, Sócrates, como estoy dispuesto
a elogiarte cuando dices alguna cosa razonable? Eso que acabas de decir
parece muy bien dicho. Pero Sócrates no está tan seguro, como Calicles, acerca
de la verdad de lo dicho, y, por ello, se plantea la necesidad de analizarla. El
breve dialogo que ahora se produce entre los dos, podría resumirse así:
Supongamos una ciudad, plantea Sócrates, gobernada por el poder absoluto de
un tirano. Parece evidente que si tal gobernante resulta ser una persona violenta
e iletrada y, por otro lado, sabe que existen otras personas con más valía
intelectual que el, entonces el primero, posiblemente odiaría a tales personas,
o, al menos, sería imposible que existiese amistad entre ellos.
Por otro lado, si también existiesen personas que valieran menos que el
poderoso gobernante de la ciudad ,entonces es muy posible que el gobernante los
despreciase o, al menos, fuera también imposible la amistad entre ambos.
Por lo tanto, solamente es posible la amistad entre el gobernante y
aquellas personas que tengan con él las mismas costumbres y en donde, tales
personas, estuvieran dispuestas a dejarse mandar y estar bajo su poder. En este
sentido, tales individuos tendrían un gran poder dentro de la ciudad ya que
sobre ellos no se cometería injusticia de un modo impune. Parece, por tanto,
que
ese es el camino para todos aquellos que quieran tener poder y así impedir que
sobre ellos se obre injustamente.
Ahora bien, si es cierto que tales personas tienen las mismas costumbres
que el gobernante poderoso, entonces: ¿conseguiría también ellos
mismos no cometer injusticia? La verdad, señala Sócrates, es que ello parece
algo imposible, ya que no es la conclusión coherente derivada de todo lo dicho
anteriormente. "Yo, por mi parte, creo, afirma Sócrates, que en tales
circunstancias sus recursos tenderán a darles los medios necesarios para
cometer el mayor crimen de injusticias, convirtiéndose con ello en sujetos del
alma perversa, y corrompida.
Calicles se rebela, de nuevo, contra esta conclusión socrática y le recuerda
que si tales personas actúan así ello se debe a que tienen que,.evitar que se
cometan injusticias, es decir, se dedicaran a matar a confiscar sus
bienes a quienes no practiquen la justicia. Pero Sócrates le recuerda
que tales atadores o confíscadores de bienes están actuando en contra de
personas de bien ( como después harán con el mismo Sócrates ) ya que, como
anteriormente se ha señalado, los verdaderos enemigos del gobernante de la
ciudad, o bien eran hombres de mas valía humana e intelectual que el o bien
personas que tal gobernante despreciaba por no ser de su mismo linaje o clase
social. En este contexto, es interesante hacer referencia a la importancia que Sócrates da a ciertas
profesiones ( pilotos de navegación ) que realizan funciones
tan importantes o mas que las de los retóricos y, sin embargo, no se dan tanta
importancia siendo, por ello, totalmente injusto cualquier tipo de desprecio
hacia ellos, como el que parece tener el mismo Calicles, por no ser de clase
noble. En este sentido, por tanto, son también hombres de bien. Pues bien, los
sujetos amigos e imitadores del tirano gobernante que cometen injusticia, para
evitar que hombres de bien lo cometan,(¿)resulta que son los mas injustos ya
que atacan, siguiendo ordenes e imitando al tirano, o bien a hombres de valía o
bien a hombres que desprecian por no ser de la clase social del gobernante.{Ver
Texto}
Ante esto ultimo dicho por Sócrates, Calicles parece reaccionar
positivamente aunque manifestando que "no le convence del todo"
lo que acaba de decir. Por todo ello, Socrates le propone examinar lo dicho,
mediante otros conceptos, para probar si así le puede convencer. Para ello
describe una serie de ideas:
La justicia y el bien hay que situarlos en relación con el alma y no con
el cuerpo. Ello implica que todo arte político que se dirija a mejorar a los
seres humanos debería de centrarse en lograr la mejoría del alma.
Pues bien, si alguien decide dedicarse a los asuntos públicos tendríamos que
valorar su actuación del mismo que valoramos la del médico ( que cura a tal y
cual paciente )o a la del arquitecto( que realizo tal y cual edificio).
Volvamos nuestra memoria, plantea Socrates, hacia aquellos nombres
sobre los cuales hablamos hace un momento y decidme si os siguen pareciendo que
han sido buenos ciudadanos Pericles, Cimón, Milcíades y Temístocles.
La respuesta de Calices es clara: es evidente que cada uno de ellos hacía a los
ciudadanos mejores de lo que anteriormente había sido. Ante tal respuesta, Sócrates,
recuerda que, por ejemplo, a Pericles le hicieron reo de
apropiación indebida y poco faltó para que lo condenasen a muerte. Además a los
ciudadanos de Atenas los volvió mas violentos e imperialistas que cuando lo
tomó bajo su cuidado. Lo mismo podría decirse de Cimon ( condenado a la pena del
ostracismo ) o Temistocles ( a punto de ser despeñado ).En fin todo parece indicar
que no fueron tan buenos ciudadanos como Calicles intenta hacer creer. Acusa a
Calicles por no saber aplicar correctamente el calificativo de bueno, al hablar
de los políticos: no se es buen político por realizar grandes obras o por lograr
grandes conquistas sino por demostrar su saber en el manejo y mejoramiento del
alma de sus conciudadanos.
Sócrates aprovecha también para acusar a los sofistas de ser responsables de
la mala formación del alma de los ciudadanos. Les acusa
de ser incoherentes en relación con aquello que dicen enseñar. Así, por
ejemplo, se presentan como maestros de virtud y ,al mismo tiempo, muchas veces
acusan a sus discípulos de ser injustos con ellos, por no satisfacer los
honorarios previamente establecidos. Ahora bien,¿cómo es posible que discípulos
que, según sus maestros, ya han sido formados en el conocimiento de la virtud de
la justicia se puedan comportar de un modo injusto? ¿Acaso no resulta absurdo
que aquel que afirma haber hecho bueno a alguien eche en cara a este que, habiéndose hecho
bueno, gracias a su intervención y sin dejar de serlo, sea
no obstante malo? {Ver Texto}
Pues bien, aquellos políticos que son condenados por su propia ciudad y, por
ello, acusan a sus ciudadanos de ser injustos y depravados, están realmente
actuando como los sofistas.
Al lado del saber de la sofistica y la oratoria de los políticos, Sócrates,
sitúa el saber que el defiende, es decir, la filosofia dialectica.
Esta consiste, entre otras cosas, en la actividad de enseñar el modo
de llegar a ser lo mejor posible. Pues bien, pregunta a Calicles,¿hacia cual de
los modos deberíamos de inclinarnos? ¿Luchar para lograr que los atenienses
sean buenos ciudadanos y, para ello ,asumir el papel amargo de médicos del alma?
¿O tal vez, adoptar una actitud servil dedicándose a halagarlos? Al llegar a
este punto el Gorgias adquiere tonos profeticos ya que Sócrates
hace referencia a lo caro que le puede costar el decidirse por intentar mejorar
el alma de los atenienses, es decir, refiere la posibilidad de que lo condenen a
muerte. Incluso, explica a Calicles, el porque sospecha que acabaran condenándolo:
mis enseñanzas, afirma, no tratan de enseñar como halagar o
convencer del modo que sea a los demás; tampoco pretende, con sus discursos,
proporcionar placer a quien los escucha. Por todo ello ,afirma que
puede llegar el momento en que lo acusen del mismo modo que fue acusado un
medico por un cocinero en un juzgado de niños. Allí, el cocinero afirmaba que el
medico era el causante de los males de la juventud por haberles recetado
brebajes muy amargos ,cuando el lo que ofrecía eran suculentas golosinas. Es
evidente que si el medico intentase defenderse ante unos niños, afirmando que
todo ello lo hizo por su bien, entonces muy posiblemente los niños gritarían
contra el exigiendo las golosinas del cocinero. Y lo peor de todo, es que el
medico se vería imposibilitado, dado el medio en donde tenia que exponer sus
ideas (niños),de poder decir otra cosa que no fuese la verdad incomprendida.
Pues bien, Sócrates profetiza que eso mismo le puede pasar a él algún día. Lo que
sucede es que afirma no estar dispuesto a usar del halago para poder salvar su
vida: si la pena capital obedeciese a una mía de la retórica
adulatoria, seguro estoy de que me verías soportar la muerte con entereza.
Y
es que no debemos temer el morir sino el vivir de modo injusto y depravado. Es el
obrar injustamente lo que debemos de temer, ya que el mayor de todos los males es
que el alma llegue al Hades con una inmensa carga de delitos.{Ver
Texto}
En relación estrecha con esto ultimo que acaba de decir, Sócrates, le propone
a Calicles exponer un relato mitológico que le sirva para explicar mejor como
el peor de todos los males es el llevar una vida injusta. Las principales ideas a destacar son las siguientes:
Citando a Homero, Sócrates relata que en tiempos de Crono existía una ley
que defendía que aquellos hombres que habían vivido dentro de la justicia y de
la piedad debían de ir, una vez muertos, a las islas de los bienaventurados y
habitar allí disfrutando de una eterna felicidad. Por su parte, los que habían
sido injustos y malvados deberían de ser arrojados al Tartaro. Pues bien,
durante
el reinado de Crono ( e incluso en los primeros momentos del de Zeus
),los hombres
eran juzgados según estos criterios, aunque con la salvedad que se les juzgaba
en vida, tanto los que eran objeto del juicio como los jueces, los cuales
ejercían sus funciones el mismo día de la muerte de sujeto a juzgar. Ello hacia
que las sentencias fueran, muchas veces, injustas y viciosas, hasta que ,ya en el
reinado de Zeus, éste decidió poner fin a la situación. Para ello, envió
Prometeo para que hiciera cumplir sus ordenes. Y es que sucedía lo siguiente:
muchas personas que tenían un alma depravada e injusta aparecían el día de su muerte ante los jueces vestidos con las mejores
galas, así como, dando
muestras claras de su linaje ilustre, de sus riquezas o de su cuerpo hermoso. Al
mismo tiempo, acudían con el un montón de testigos que juraban y perjuraban que
la vida del juzgado siempre se había desarrollado dentro de las normas de la
justicia. Ante tanta parafernalia, los jueces se dejaban impresionar quedando así
libre el alma injusta de su verdadero merecido. Pues bien, como ya hemos
señalado, ya iniciado el reinado de Zeus, Plutón y los guardianes de las islas
de los bienaventurados serán los que se quejen ante Zeus de que están entrando
en las islas almas absolutamente injustas y ,por otro lado, se están enviando al
Tartaro almas absolutamente justas, Zeus, decide poner fin a tal situación y
ordena a Prometeo lo siguiente:"en lo sucesivo se juzgara a los hombres
desnudos de todo lo citado, ya que será después de la muerte cuando estarán a
merced de los jueces. También estos deberán de estar desnudos y haber muerto,
y ellos serán los encargados de de examinar con su alma desnuda las desnudas
almas de cada hombre". Nombra, a su vez, a tres jueces Minos y
Radamanto (en Asia) y a Eaco (Europa).El1os harán justicia en la pradera, en la
encrucijada de donde parten los dos caminos. Tendrán una varita en la mano cuando
ejerzan sus funciones.
Finalizada la exposición del relato, Sócrates, decide sacar las CONSECUENCIAS
del mismo, exponiendo las conclusiones que se podrían deducir de tal
relato. Estas serían las siguientes:
1º)La muerte consiste en la separación del alma del cuerpo.
2º)Durante un tiempo, las características que definen al cuerpo en vida,
continúan estando presentes después de la muerte (cicatrices, altura, cabel1o
largo o corto ,roturas o lesiones, ),hasta que tal cuerpo comienza a corromperse.
3º)Con el alma sucede lo mismo. Después de la muerte siguen estando presentes
en la misma las huellas de lo que fue durante su vida en unión con el cuerpo
justa o
malvada.
4º)Los jueces contemplan el alma desnuda de todo aditamento y, sin saber a
quien realmente pertenece. Al mismo tiempo, no hay testigos que puedan testificar
a favor o en contra. Es el alma sola consigo misma exponiendo crudamente como fue
su comportamiento en vida. El juez decidirá el castigo que en justicia le corresponda ya sea el alma de un
rey, de un noble o
de un ciudadano de 2ª clase.
5º)El castigo debería de tener dos vertientes que abarcarían a aquellas
almas totalmente injustas y a aquellas otras en donde se produce una mezcla de
acciones injustas y acciones justas. Las primeras serian almas a las que habría
que plasmar una señal de incurables, es decir, almas que no tienen remedio y
que, por tanto, deben de servir, con su castigo eterno, de ejemplo para las otras
almas. Las segunda de las vertientes abarcaría a aquellas almas no absolutamente
injustas. En ellas habría que plasmar la señal de curable( es decir, se les
aplicaría un castigo redentor con la posibilidad de redimir sus acciones
injustas y poder acceder a la isla de los bienaventurados.
Sócrates finaliza el diálogo dirigiéndose a los presentes y afirmando: me dedico a pensar como me presentaré ante
el juez con el alma lo más sana posible. Señala que el modo correcto
de hacerlo es dedicándose a la búsqueda de la verdad y no a la persecución de
favores y de honores. Exhorta a todos los demás a buscar y llevar esa vida. Y
dirigiéndose a Calicles le dice que aunque, muy probablemente, piense que todo lo
que acaba de relatar es una fábula y, por ello, algo no creíble, le ruega que no
lo desprecie sin mas. Porque no se trata únicamente de mostrar desprecio hacia
aquello con lo que no se está de acuerdo, sino que es necesario también el
rebatir lo no creíble mostrando las razones que nos expliquen porque no lo es. Y
lo que resulta, después de la conversación mantenida con Gorgias, Polo y
Calicles, hombres pretendidamente sabios y no fabuladores, es que han sido
incapaces de demostrarle que es mejor vivir de otra forma a la mostrada por tal
relato. Por todo ello, acaba coligiendo lo siguiente:
a) Es necesario guardarse mas de cometer injusticia que de sufrida.
b) Si alguien comete injusticia, debe ser castigado.
c) Hay que huir de la adulación y del engaño.
d) La retórica debe emplearse siempre a favor de la justicia.
e) Después de cumplir todos los requisitos anteriores, entonces uno podría
dedicarse a la actividad política.
f) Es absurdo creerse uno algo cuando se esta continuamente cambiando de
opinión.
g) La mejor vida es la que se pasa practicando la justicia.
h) No debemos imitar ni ser amigos, sin mas, de los mas poderosos.{Ver
Texto}